Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 abr 2011

La reina recibe, los novios descansan

Guillermo y Kate rompen la tradición y no asisten a la cena que ofrece Isabel II de Inglaterra a las casas reales con motivo del matrimonio de su nieto .
Hay un protocolo no escrito en las monarquías que indica que la noche anterior a una boda real los anfitriones ofrecen una cena a los representantes de las casas reales que asistirán al enlace.
Así ha ocurrido en las más recientes.
Lo hicieron Victoria y Daniel de Suecia, también los príncipes de Dinamarca y los príncipes de Asturias, las últimas tres parejas de herederos que han contraído matrimonio.
Es la manera de presentar al nuevo miembro que entrará en este club selecto y exclusivo que forman las cabezas coronadas y los aspirantes al trono.




Una boda para pasar página



Como regalo, los contrayentes han pedido donaciones para distintas ONG

Pero en Reino Unido, donde sobran las tradiciones, Guillermo y Kate rompieron ayer con esta. Los novios fueron los grandes ausentes de la cita en el hotel Mandarin Oriental, en el que 40 miembros de la realeza fueron convocados por Isabel II. Según informó a este periódico un portavoz de Clarence House, Guillermo y Kate se quedaron en sus habitaciones descansando para el gran día tras cenar con sus respectivas familias. Guillermo, con su padre, Camila y su hermano Enrique, mientras que Kate estuvo acompañada en su última cena de soltera por sus padres y hermanos en el hotel Goring. Eso sí, el príncipe de Gales se pasó a saludar por el hotel Mandarin una vez que Guillermo se retiró a descansar.



Rota la tradición, Kate no será presentada en el club de la realeza hasta hoy. No quedará para el recuerdo, como sucedió con Letizia, esa primera aparición ante reyes y príncipes, en la que se considera algo así como la primera reválida que deben pasar las plebeyas convertidas de repente en altezas. Un club que se nutre y, probablemente, sobrevive gracias a la llegada de sangre nueva, de princesas universitarias, profesionales reputadas, que dejan su vida para entrar en los palacios y ayudar a sus parejas a encontrar motivos para que sus puestos tengan sentido. Kate será desde mañana una de ellas.



Isabel II dejó claro anoche que, a sus 85 años, ella es la que manda en la familia real británica. No hizo ninguna concesión. No permitió que Carlos ejerciera junto a ella de anfitrión. El príncipe solo pasó a saludar. Quien recibió a la reina Sofía, a la reina Margarita de Dinamarca, a los reyes de Noruega y a los príncipes de Bélgica, Mónaco y Holanda fue su majestad. Ella será también quien presida, tras la ceremonia en la abadía, el almuerzo de celebración del enlace. A Carlos solo le queda la oportunidad de invitar por la noche a los amigos -las casas reales ya se habrán ido-, y lo hará con una fiesta en una discoteca montada para la ocasión en Buckingham Palace. A esa cita quien no irá será la reina.



Durante toda la mañana de ayer no pararon de llegar a los aeropuertos de Londres aviones privados. En uno de ellos viajó doña Sofía acompañada de los príncipes de Asturias. La Casa del Rey explicó que las damas lucirán en los actos de la boda diseños creados por modistos españoles. La Reina será fiel a Margarita de la Nuez y Letizia a Felipe Varela. Don Felipe llevó anoche esmoquin y hoy se vestirá con un uniforme de capitán de fragata que le permitirá lucir dos condecoraciones muy significativas: el Toisón de Oro que le concedió el Rey y una medalla de la orden victoriana que Isabel II le otorgó en 1988, cuando visitó España de manera oficial.
Y es que en estas citas los gestos son decisivos.



Guillermo y Kate no han querido regalos de boda, han pedido donaciones para las ONG con las que colaboran.
La Casa del Rey informó ayer de que los reyes de España y los Príncipes han dado dinero a una de ellas, pero, claro está, no han informado ni a cuál, ni cuánto.
Eso sería romper una tradición y esta, de momento, se mantiene.

Beckham, Elton John y Mr. Bean, entre los invitados a la boda de Guillermo y Kate

Clarence House hace pública la lista de asistentes al enlace matrimonial .
Clarence House, la residencia oficial del príncipe Carlos de Inglaterra, ha dado a conocer la lista de invitados que han confirmado su asistencia el próximo viernes a la boda de Guillermo de Inglaterra y Catalina Middleton. Entre los 1.900 invitados que se darán cita en la ceremonia está el futbolista David Beckham y su esposa Victoria, el músico Elton John y su marido David Furnish, y el director de cine Guy Ritchie, ex marido de Madonna. También estarán presentes cantante de soul Joss Stone, el actor Rowan Atkinson (conocido por suu papel de Mr. Bean), gran amigo del príncipe Carlos, el nadador y ganador de cinco oros olímpicos Ian Thorpe y el fotógrafo Mario Testino, quien realizó el primer retrato oficial de los novios.




"Me tiemblan las rodillas"

Una boda con 2.000 millones de invitados

A 15 canapés por invitado

Kate: "Lady Di ha sido una gran inspiración para mí"

Guillermo y Kate visitan la tumba de Diana



El 'kit' completo de la gran boda británica

FOTOS - CORDON PRESS - 08-04-2011

Comité de bienvenida. La boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton tendrá 1.900 invitados y 2.000 millones de telespectadores, y se calcula que 500.000 londinenses se echarán a las calles. Pero quienes quieran recordarla para siempre también pueden hacerse con alguno de los muchos recuerdos que han salido a la venta. Para los que deseen acordarse de la ciudad de la boda, una idea es este portafotos, uno de los muchos souvenirs con los que Londres ya hace caja. (TEXTOS: MARÍA PORCEL)- CORDON PRESS



El 'kit' completo de la gran boda británica - Comité de bienvenidaEl 'kit' completo de la gran boda británica - Estanterías repletasEl 'kit' completo de la gran boda británica - Anillos 'made in China'El 'kit' completo de la gran boda británica - La pareja, hasta en los tebeosEl 'kit' completo de la gran boda británica - Amor, dulce amorEl 'kit' completo de la gran boda británica - Para beber, o un té británico....Otras fotografías 1 de 12 La noticia en otros webs


La reina Isabel II y su esposo Felipe de Edimburgo ocuparán un lugar descatado en la Abadía junto con el príncipe Carlos, padre del novio y su esposa Camila, y demás miembros de la Familia Real. Una de la ausente será Sarah Ferguson, ex mujer de Andrés de Inglaterra, que no ha sido invitada.



En la zona derecha del templo se colocará la familia Middleton. Ejercerá como padrino Enrique, el hermano del novio, y como madrina, Philippa, hermana de la novia. En otros lugares destacados estarán los representantes de las casas reales de todo el mundo. La reina Sofía y los Príncipes de Asturias han confirmado su presencia, tanto a la ceremonia como a la cena de gala que se ofrecerá la noche anterior en el hotel Mandarin de Londres. De las casas reales europeas acudirán Felipe y de Bélgica; Simeón y Margarita de Bulgaria; Margarita de Dinamarca; Constantino y Ana María de Grecia con su hijo Pablo y su esposa Marie-Chantal; los Grandes Duques de Luxemburgo; Alberto de Mónaco y su prometida Charlene Wittstock; Guillermo y Máxima de Holanda; Harald y Sonia de Noruega; Miguel y Margarita de Rumanía; Victoria de Suecia y su esposo Daniel; y Alexander, Catalina e Isabel de Yugoslavia.



También estarán en la ceremonia el príncipe heredero de Bahrein; el príncipe Sheikh Ahmad Al-Sabah Hmoud de Kuwait; el príncipe Seeiso Seeiso Bereng y Seeiso Mabereng, princesa del Reino de Lesotho; Agong Yang di-Pertuan Agong y Raja Permaisuri, de Malasia; Lalla Salma de Marruecos; Sayyid Haitham bin Tariq Al Said de Omán; el Emir del Estado de Qatar y su segunda esposa, la jequesa Sheika Mozah bint Nasser Al Missned; el príncipe Mohamed Bin Nawaf bin Abdulaziz de Arabia Saudita y la princesa Fadwa bint Khalid; Bin Abdullah Bin Abdulrahma, Rey de Swazilandia; el sultán de Brunei y Raja Isteri Pengiran Saleha Hajah Anak; la princesa Maha Chakri Sirindhorn de Tailandia; el Rey de Tonga; y el príncipe heredero de Abu Dhabi.



Al tratarse del heredero del heredero no se han enviado invitaciones a jefes de Estado. Por eso no estarán ni Barack Obama, presidente de EE UU, ni Nicolas Sarkozy, de Francia.



También se ha hecho oficial quienes serán los niños que acompañarán a la novia al altar: Louise Windsor, de 7 años, hija del conde y la condesa de Wessex, primo hermano del príncipe Guillermo; Margarita Armstrong-Jones, de 8, hija del vizconde y la vizcondesa Linley, primo segundo de Guillermo; Gracia van Cutsem, de 3, hija de Hugh Van Cutsem, ahijada del príncipe Guillermo; Elisa Lopes, de 3, hija de Harry Lopes y Laura Parker-Bowles, nieta de Camila, duquesa de Cornualles; Guillermo Lowther-Pinkerton, de 10 años, hijo de Jamie Lowther-Pinkerton, secretario privado del príncipe Enrique; y Pettifer Tom, de 8, hijo de la que fue institutriz de los príncipes Guillermo y Enrique, Alexandra Tiggy Legge-Bourke, y ahijado del novio

La boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton en directo

El beso de los duques de Cambridge


Poco después de contraer matrimonio, muy sonrientes, el príncipe Guillermo y su esposa Catalina han saludado al pueblo londinense desde el balcón de la residencia oficial de la reina de Inglaterra. Después han hecho su entrada Isabel II y su esposo, seguidos del príncipe Carlos de Inglaterra y la condesa de Cornualles, así como el príncipe Harry.





Kate le devuelve las alas a Ícaro

El secreto del vestido se revela: la novia viste de Sarah Burton para Alexander McQueen .
¿Cómo se guarda un secreto? Mintiendo, claro. A pesar de las reiteradas negativas de los portavoces de la firma Alexander McQueen, Sarah Burton sí era la encargada de diseñar el vestido de boda de Catalina Middleton. Una decisión cargada de significado, dramatismo e historia que dará lugar a abundante literatura en los próximos días.




McQueen, el adiós de un diseñador anarquista




Tres vestidos de novia para el gran día de Kate

Objetivo: proteger el traje de Kate

Cardos, tréboles, rosas y narcisos para la tarta de Guillermo y Kate

Kate sobrevivirá
El caballero anarquista.
 Hay algo irónico en que el nombre de Alexander McQueen vaya a pasar a la historia asociado a esta boda.
Un evento llamado a salvar la monarquía británica. En 2003, el diseñador fue condecorado por la reina Isabel II, quien le otorgó el título de Comandante del Imperio Británico. El diseñador se declaraba "anarquista, ateo y antimonárquico". Afirmaba que si la aceptó fue solamente porque les hacía ilusión a sus padres.





"Miss Middleton eligió la firma británica Alexander McQueen por la belleza de su artesanía, su respeto a la tradición y por la construcción técnica de su ropa.
Deseaba que su vestido combinara tradición y modernidad con la visión artística que caracteriza el trabajo de Alexander McQueen", explica el comunicado emitido por Clarence House en cuanto Middleton puso un pie fuera del coche.



Sarah Burton, de 36 años, fue mano derecha de Alexander McQueen durante 12 años y la encargada de sucederle tras su muerte, en febrero de 2010. Se suicidió a los 40 años, incapaz de lidiar con sus demonios.
Siempre obsesionado por las aves, como Ícaro, emprendió un último vuelo escapando de un mundo en el que no encajaba. Catalina le ha devuelto hoy sus alas.




La elección de uno de los diseñadores más geniales, inventivos y torturados de la moda contemporánea es atrevida.
Pero tiene sentido y mucha épica. En 2008, McQueen concibió una colección que mezclaba las referencias a la reina Victoria, la India y el duque de Wellington.
Fue una de las más hermosas de su carrera.
"Tengo un olmo de 600 años en mi jardín", explicó entonces. "Imaginé la historia de una chica que vive en él y sale de la oscuridad, conoce a un príncipe y se convierte en reina". No es que Middleton salga precisamente de las tinieblas, pero la imagen encaja en este cuento como el zapato en el de Cenicenta.




Se especula que fue la directora de la edición británica de Vogue quien le aconsejó a Middleton que se decantara por McQueen. Entre otras cosas, porque su taller tiene una calidad de factura propia de un atelier de alta costura.
La última colección de Burton para la firma (la del próximo otoño/invierno) estaba inspirada por "la reina de hielo" e incluía apabullantes vestidos, como un traje con una cola realizada con 500 metros de chiffon. A lo largo de su carrera, el malogrado McQueen exhibió una particular (si bien controvertida) sensibilidad hacia la historia y la realeza.
 Desde que se licenciara en Saint Martins en 1994 mostró gestos rebeldes y anarquistas. Se declaraba "anarquista, ateo y antimonárquico", pero aceptó una condecoración de la reina Isabel II en 2003, que le nombró Comandante del Imperio Británico (CBE): "Solo la recogí porque a mis padres les hacía ilusión".



luegoDesde , han debido ser unas semanas intensas para Sarah Burton. Este domingo se inaugura en el Museo Metropolitan de Nueva York una retrospectiva sobre la carrera del diseñador titulada Savage Beauty.



Es la principal exposición de moda del año, organizada por la poderosa Anna Wintour. Un año después de su muerte, Alexander McQueen alcanza una notoriedad, reconocimiento y popularidad que el fallecido diseñador seguramente no imaginó ni en sus más febriles sueños.
 La coincidencia es una auténtica orgía para los intereses económicos de la compañía, propiedad del Grupo Gucci (el tercero del sector del lujo mundial).






El interés económico no solo es para la compañía que fabrica el vestido: se confía en que sea un empujón para la industria de confección inglesa.
Por eso, las cuatro páginas del texto de Clarence House enfatizan el carácter británico de todo el asunto y proporcionan toda clase de detalles. Por ejemplo, que el aplique de encaje del cuerpo y la falda fue realizado por la Royal School of Needlework (Real Escuela de Costura).
 La técnica utilizada se denomina Carrickmacross y se originó en Irlanda en 1820. La intrincada ingenieria del encaje fue supervisada por Burton y su equipo.
 Los trabajadores se lavaban las manos cada 30 minutos para mantener el tejido impoluto.
 El vestido rinde homenaje a la tradición de Arts and Crafts y al Romanticismo.
Por supuesto, todos los materiales son de proveedores británicos.



Otros detalles: la cola mide 2,70 metros y el cuerpo de afilada cintura y caderas acolchadas es un guiño a la tradición victoriana, así como una de las señas de identidad de McQueen.
 En la espalda, hay 58 botones cubiertos de gazar y organza. El velo también ha sido bordado a mano por los mismos artesanos. Está sujeto por la tiara Halo, de Cartier, que Jorge VI regaló en 1936 a la reina Madre.
Esta, a su vez, se la regaló a su hija (la reina Isabel II) por su 18 cumpleaños.
 Los pendientes de diamantes, de Robinson Pelham, han sido un obsequio de boda de los padres de la novia.



Alexander McQueen firma también el vestido de su hermana, Phillippa. El séquito de la novia exhibe gran coordinación.
 La dama de honor lleva en su traje los mismos botones y remates de encaje que en el de la novia.
Las niñas van vestidas por Nicki y Charlotte Macfarlane y sus atuendos se han realizado con los mismos materiales que el vestido de Middleton.