Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

29 mar 2011

Felix Francisco Casanova

De Félix Francisco Casanova (Santa Cruz de la Palma, 28-9-1956; Santa Cruz de Tenerife, 14-1-1976) han dicho que fue un Arthur Rimbaud o Lautréamont español.
Tal y como señala Francisco Javier Irazoki uno de los poetas más empeñados en rescatar la obra de este canario (un mito en las islas, donde hasta hay un premio juvenil que lleva su nombre, y un desconocido fuera de ellas), aunque Casanova murió a los 19 años (oficialmente, su muerte se debió a un escape de gas mientras se bañaba en su casa), nos dejó una obra de sorprendente madurez.
Hijo del poeta Félix Casanova de Ayala, con quien escribió el libro Cuello de botella, a los diecisiete años obtuvo, por su libro El invernadero, el premio “Julio Tovar”, considerado entonces el principal de los galardones de poesía en Canarias.
Un año después, ganó el premio “Pérez Armas” con la novela El don de Vorace. Un mes antes de morir, su poemario Una maleta llena de hojas sería premiado por el periódico “La Tarde”.
Es autor de un diario que se titula Yo hubiera o hubiese amado. La editorial Hiperión publicó, en 1990, la poesía completa de Félix Francisco Casanova: La memoria olvidada (Poesía 1973-1976).

«Eres un buen momento para morirme», un poema de Félix Francisco Casanova

«Eres un buen momento para morirme», un poema de Félix Francisco Casanova



  • A María José

Amaneciendo y anocheciendo

a un mismo tiempo,

cariño, ¿no es ésta la forma

en que te gustaría vivir?

En mi cabeza hay un álbum

de fotos amarillentas

y lo voy completando con mis ojos,

"¿Por qué no se puede ser maruja?"

 

ENTREVISTA: SOLEDAD CAZORLA Fiscal de Sala contra la Violencia de Género

Pregunta. Usted coordina a las y los fiscales que trabajan contra el maltrato a las mujeres. ¿Qué método recomienda para educar a los hombres?





Respuesta. Saber lo que son los derechos y la igualdad y avisar a la sociedad de que no solamente es una teoría para dar en las escuelas, sino una realidad que se debe de enseñar en las familias a los niños y a las niñas.



P. ¿A todos los hombres se les ve un poco el plumero en estos temas?



R. Yo siempre digo que la mujer, aunque no se diga feminista, tiene un punto en el alma, en el corazón, que le hace defender los derechos de la mujer. Y los hombres, por muy liberales e igualitarios que sean, siempre tienen un ápice de machismo.






P. ¿Encuentra patriarcal al fiscal general del Estado?



R. No, qué va. Le veo un hombre jurídicamente respetable, al que admiro en Derecho, y que me da toda la libertad para que actúe en la función que tengo.



P. O sea, que casi todos son machistas, menos su jefe.



R. Hasta ahí podíamos llegar. Incluso el menos machista tiene un ápice de machismo.





P. ¿Y a Zapatero le ve feminista?






R. Me viene lejos. Cuando hablamos del Gobierno actual, mi punto de referencia es la exvicepresidenta Fernández de la Vega.
 Ella no es que asumiera la igualdad, es que luchaba por ella.
 Y si podía hacerlo, pienso que tendría la delegación del presidente.






P. ¿Presidiría usted el club de fans de Zapatero?






R. Yo no presido ningún club de fans. Ni el mío.



P. Ya. Que le propusieran el de George Clooney.






R. Ese ni me lo pensaba, sí.





P. ¿Con qué político pasaría unos días de auténtica acción positiva?






R. ¿Reivindicativa de derechos de la mujer? Con el que no tuviera que ejercer la acción positiva y ya me la diera hecha.



P. Siempre está usted pensando en lo mismo. Hay otras acciones muy positivas.



R. ¿Cuáles?



P. Cíteme un machista de manual en el PSOE y otro en el PP.




R. Me resultó muy chocante cuando alguien del PP calificó a la Constitución de señorita en su puesta de largo. Me dije: parece que no avanzamos.






P. ¿Y en el PSOE, todos ideales?






R. Hombre, ni en broma. Pero así una cantada, una sonada, una asilvestrada no la recuerdo.






P. Faltan medios para aplicar la Ley Integral de Violencia de Género. ¿Culpa del ministro Caa-maño?



R. Ay, pobre. Yo creo que es una ley a la que se le están dando todos los medios posibles, a pesar de la crisis.
 Estamos avanzando en el número de juzgados y en los derechos que se dan a las maltratadas.
 La falta de medios es endémica en la Administración de justicia.
Pero en este aspecto, si se ha podido rascar, se ha rascado.



P. En ocasiones, primero asesinan y luego se suicidan. ¿Cómo lograr que inviertan el orden de actuación?



R. Es un fenómeno tan peculiar que al maltratador le da exactamente igual suicidarse, entregarse o 25 años de cárcel.
Sociólogos, psicólogos, psiquiatras tienen que explicarnos a los juristas y a la sociedad muchas cosas que no conocemos.



P. Sus compañeros la consideran una fiscal sólida. ¿Cree que esto tiene que ver con la báscula?



R. También, también [ríe], para qué vamos a negarlo.
 Con los años la solidez en la báscula va en aumento. Pero quiero pensar que también creen que, en lo que estoy trabajando, tengo un poquito de autoridad. No poder.
Un poquito de autoridad.




P. ¿Se considera una mujer desesperada?






R. ¿Yo? Nooo. Me considero una mujer esperanzada, con los pies en la tierra, y apasionada.






P. ¿Y cómo no encontró nada mejor que un periodista para casarse?




R. ¿Le parece poco? Son los cimientos de mi vida. Mi padre decía que en la vida había un solo hombre para mí, y que había tenido la suerte de encontrármelo.



P. ¿Hay algo que perdone al Gobierno menos que la ley antitabaco?






R. [Carcajada]. A qué esfuerzos me someten, Dios mío, con esta ley. Pero, como soy jurista y tan disciplinada, la cumplo a rajatabla. Al final les agradezco que estoy gastando menos en tabaco.



P. Su marido es un gran cocinilla. ¿Qué es lo más afrodisiaco que prepara usted?



R. Albóndigas. Con mi marido no hay competición posible, sino distribución natural de papeles. En lo único que coincidimos es en hacer la cama, porque no nos gusta a ninguno.



P. Le encanta arreglar muebles, coger cachivaches de los contenedores, cuidar las plantas. ¿No es una fiscal un poco maruja?



R. ¿Por qué no se puede ser también maruja? Yo no reniego de nada de lo que signifique aprender. Yo solo reniego de la plancha.

Locuras ROSA MONTERO

. .El sábado estuve en la inauguración del Centro Cultural Niemeyer en Avilés.
Es un hermoso espacio retrofuturista, es decir, es el futuro tal y como se concebía en los años sesenta, el futuro convertido en pasado y elevado a clásico.
 Un proyecto que, donado por el mítico arquitecto brasileño, ha sido construido en el tiempo récord de tres años y en plena crisis.





Algo debe de estar cambiando en España para bien cuando nos atrevemos a estas locuras. Nuestro país siempre ha estado lastrado por una visión muy pequeña de la realidad: medrosa, localista, algo cazurra.
Lord Byron decía que tener como figura nacional a Don Quijote había hecho que los españoles repudiáramos las ideas rompedoras y grandiosas por un miedo patológico a hacer el ridículo y a que nos consideraran unos chiflados. Puede que tuviera razón, y también puede que sea más difícil soñar cuando estás hambriento (hemos sido muy pobres).
Lo cierto es que aquello que admiramos en otros lugares, como el esplendor de las obras civiles en París, por ejemplo, aquí siempre se ha discutido hasta la saciedad: "Cómo se les ocurre meterse en esos gastos superfluos y faraónicos, con las necesidades que hay...". No digo que no haya obras públicas aberrantes e incluso corruptas.
Pero me parece que muchas veces las protestas obedecen a un prejuicio lamentable: el de creer que solo es útil aquello que es práctico, y considerar que el arte y la belleza son productos de lujo prescindibles.



Yo pienso, por el contrario, que la belleza es una inutilidad absolutamente necesaria para el ser humano; que forma parte de nuestra estructura básica; que nos hace mejores personas, mejores ciudadanos y más felices.
 Todos tenemos una parte creativa, como dijo Antonio Garrigues en la inauguración, y maltratar esa creatividad, añado yo, solo puede traer frustración y miseria.