El historiador
estadounidense, autor de ‘Sobre la tiranía’, cree que el ser humano no
puede olvidar que es un animal “y por tanto expuesto a contraer
enfermedades”.
Timothy
Snyder, historiador estadounidense, advirtió hace tres años sobre las
consecuencias de la mentira alentada por Donald Trump como forma de
gobierno en Estados Unidos. Lo hizo en Sobre la tiranía (Galaxia
Gutenberg).
Fue un breviario que advertía de los peligros que suponía
para el periodismo y para la sociedad la imperiosa entrada del
presidente de Estados Unidos en el reino de las fake news
. Ese
libro tiene ahora un epílogo dramático en las consecuencias mediáticas y
políticas del drama sanitario por el coronavirus. Snyder (Ohio, 50
años), vestido con una camiseta de la universidad donde enseña, Yale,
atiende a EL PAÍS por Facetime desde su casa en New Haven (Connecticut,
EE UU).
Son los integrantes de la
familia Grimaldi que gestionan desde hace más de 700 años los destinos
del Principado, un pequeño Estado en el que se han instalado millonarios
en busca de beneficios fiscales y de una vida de lujo.
Alberto, de 62
años, se hizo cargo de este rentable negocio hace ahora 15 años tras la
muerte de su padre Rainiero.
Coincidiendo con este aniversario y con la
aparición de la pandemia, el príncipe que tiene tratamiento de monseñor
ha decidido rebajarse el sueldo en cinco millones, que no deja de ser
una pequeña porción del dinero que maneja.
Alberto se ha propuesto ser el rostro visible de un principado en
expansión, que se apoya en la tecnología y la sostenibilidad.
Intenta
que el Mónaco
del glamur convertido en los años sesenta en un icono del lujo y en
epicentro de desfiles de estrellas de Hollywood y de fiestas opulentas
de la mano de la princesa Grace Kelly,
transite hacia un nuevo modelo económico y otra identidad. “Debemos
continuar diversificando la economía de Mónaco, no podemos quedarnos en
el turismo de lujo”, dijo el príncipe en una entrevista que el diario
italiano Il Corriere della Sera publicó el pasado mes de mayo.
El príncipe Alberto
ha confesado que tiene muy presente el legado de su padre.
“Trabajar en
las infraestructuras y desarrollar negocios históricos del principado
como el farmacéutico o el cosmético, desde Lancaster a Biotherm, y
buscar mientras nuevas actividades con un alto valor añadido y alta
tecnología” son sus planes, inspirados en las enseñanzas de Raniero,
para el futuro del país.
“ Pero debemos atrevernos a llevar a cabo
nuevas operaciones”, subraya.
Alberto impulsa el urbanismo Hace un año se inauguró el barrio de lujo One-Monte Carlo,
cerca de la emblemática plaza del Casino. El flamante proyecto conjuga
un complejo residencial de gama alta con zonas de compras, con una
veintena de boutiques de lujo; y espacios de gastronomía, cultura
y negocios a dos pasos del corazón del Principado.
Por otro lado, el Principado está tratando de ganarle espacio al mar con un nuevo barrio ideado por el arquitecto italiano Renzo Piano,
con paneles solares y amplias zonas verdes.
La protección del medio
ambiente es un tema sensible para los Grimaldi, comprometidos
tradicionalmente con la ecología. El sobrino de Alberto, Pierre Casiraghi,
hijo de Carolina y esposo de la periodista italiana Beatrice Borromeo,
es una de las voces más activas de la familia contra el cambio
climático.
Pero por encima de todos estos potenciales que ofrece el pequeño Estado está la familia Grimaldi cuyo glamur sigue
siendo un gran reclamo para el turismo y para los ricos que quieren
dejarse ver en las lujosas fiestas que allí se organizan. Este glamur lo
sigue representando Carolina de Mónaco y sus hijos.
La llegada de
Charlene de Mónaco al Príncipado ha asegurado el futuro de la dinastía
con el nacimiento de sus mellizos pero no ha ocupado el puesto de su
suegra Grace Kelly.
A Charlene no le gusta la vida oficial y tampoco las
fiestas pero para eso siempre están dispuestos los otros Grimaldi que
ocupan con sus idas y venidas las portadas de medio mundo.
El Consejo del Poder Judicial expresó su “absoluto y rotundo rechazo” a las palabras del vicepresidente del Gobierno.
Un
grupo de juristas ha hecho público un manifiesto en el que defiende el
derecho del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, a criticar las
resoluciones judiciales después de que el Consejo General del Poder
Judicial expresara su “profundo malestar” por un tuit del líder de
Unidas Podemos en el que rechazaba la condena por atentado y lesiones
leves contra su compañera de partido en Madrid Isabel Serra.
El
manifiesto, firmado por una treintena de profesionales y académicos,
entre los que se encuentran el exjuez Baltasar Garzón y el magistrado
emérito del Supremo, José Antonio Martín Pallín, califica de “muy grave”
la “amonestación” del órgano de gobierno de los jueces a Iglesias, y
defiende que el vicepresidente se limitó a ejercer su libertad de
expresión.
Tras conocer la condena a 19 meses de prisión que impuso el
miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a Isabel Serra por
agredir a policías durante el intento de paralización de un desahucio en
2014, Pablo Iglesias escribió el siguiente mensaje en Twitter: “Las
sentencias se acatan (y en este caso se recurren) pero me invade una
enorme sensación de injusticia.
En España mucha gente siente que
corruptos muy poderosos quedan impunes gracias a sus privilegios y
contactos, mientras se condena a quien protestó por un desahucio
vergonzoso”.
Otros compañeros de partido criticaron el fallo en términos
todavía más duros.
El
vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, durante una rueda
de prensa en la Moncloa este jueves. En vídeo, sus declaraciones en esa
comparecencia sobre la condena de Isabel Serra. EFE / VÍDEO: EFE
Interferencia inadmisible
Para
el grupo de juristas firmantes del manifiesto, la reacción del Poder
Judicial, que tuvo un voto en contra del vocal progresista Rafael Mozo,
supone “una interferencia inadmisible en un Estado de Derecho” y
“confunde la independencia judicial con la presión corporativa contra
una opinión libre”.
La
Comisión Permanente del Consejo del Poder Judicial, presidida por
Carlos Lesmes, en una nota emitida el jueves, expresó su “absoluto y
rotundo rechazo” a las palabras de Iglesias y criticó el “tono
absolutamente inapropiado” del tuit del vicepresidente.