Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 abr 2020

Ana Milán: “Los pecados, sobre todo si son originales, se cometen pasados los 40”

La actriz pasa el confinamiento preparando su siguiente papel, ultimando su próximo libro y convocando a sus seguidores a un directo de Instagram en el que se desnuda por dentro mucho más que en escena por fuera.

Ana Milán, fotografiada en julio de 2019 en Madrid.
Ana Milán, fotografiada en julio de 2019 en Madrid.Javier Mantrana del Valle /

 

 
 
Lo primero que le pregunto es qué día es hoy, de la semana y del mes, a ver si la pillo desprevenida en estos días iguales.
 “Solo sé que es jueves, porque lo he preguntado en la comida”, responde, “y porque ayer, que colgué el vídeo, era miércoles”. Ayer, en efecto, colgó un vídeo en el que el mítico reparto de la mítica teleserie Camera Café —del gran jefe al último mindundi— animaba a sus fans a quedarse en casa.
 Al cierre de estas líneas, el vídeo llevaba más de dos millones de reproducciones lo que, según Ana Milán, debería “impulsar a alguien a llamar a alguien” y recuperar este ácido retrato de la clase trabajadora despellejándose viva ante esa máquina de café de la oficina que tanto de menos echamos tantos en días de teletrabajo a la fuerza.
 De momento, Milán prepara encerrada en casa su papel en la película homónima. Y su próximo libro. 
Y redecora su espacio cada 15 días para creer que lo estrena, o eso dice. 
Como hablamos por videollamada, la que firma se ha vestido y pintado como si fuera a trabajar, por aquello del hábito y la monja. Ella lleva un moño al retortero y cero maquillaje. 
"Así no vale: pareces tú la artista y yo la periodista”, ataca. La primera, en la frente. 
 
Yo no soy artista, pero usted también es periodista, colega.
Hay oficios que no los da la carrera, sino la práctica. 
Lo estudié porque no hay cosa que interese más que el alma humana.
 Eso me llevó a ser actriz, a escribir libros, canciones… Todo lo que hago tiene que ver con esa curiosidad.
¿Curiosa, que no cotilla?
Nada. De hecho, cuando me cuentan un cotilleo, contesto: ¿esto por qué me lo cuentas?
 Nunca nadie me supo contestar. Es una pregunta letal para los cotillas.
La he buscado en Google y lo primero que sale es ‘Ana Milán, pareja’. ¿Por qué cree que sucede eso?
Supongo que hay gente a la que le interesa porque tiene una vida tan triste que tiene que leer la de los demás.
 Te puedo asegurar que he tenido parejas muy interesantes, pero no más que los libros que he escrito, las series que he hecho, las películas, las funciones…
 Si te quieres perder esa parte de mí puedes quedarte con esos primeros resultados de Google, no importa.

La cita de su bio de Twitter dice: “Ella es la secuela de mil guerras”. ¿Qué guerras?
Uf, muchas. Vivo sola desde los 16 años, con un carácter muy libre. Ser libre y mujer ahora se entiende más. 
Tengo 46 años. Todo lo que soy me lo debo a mí misma y todo lo que no soy, a mis padres.
 Salí demasiado pronto como para que me terminaran de hacer. Entonces, me fui haciendo yo.
 Mis guerras han sido también las de otros.
 Mis guerras han sido algunos amores, mi hijo... Ser madre es la cosa más difícil del puto planeta. 
¿Cómo coño se es madre acertando? Que me lo expliquen. 
No hay nada que haya hecho peor que ser madre.
¿Ha hecho una encuesta científica o se lo dice usted solita?
Yo solita, porque la autocrítica la practico mucho. 
He sido una soberbia porque me he pasado la vida pensando que cuando fuera madre lo haría muchísimo mejor que la mía.
 Ahora que mi hijo es mayor de edad, sabe Dios que ojalá pudiera llegarle al tobillo.
Ha dicho Dios. ¿Qué Dios? ¿El que está en el cielo?
Creo en Dios, Dios. 
Pero mi Dios está en las pequeñas cosas, parafraseando al libro. 
No imagino un Dios vigilando desde arriba, castigando o imponiendo ningún pecado original.
 Los pecados, sobre todo si son originales, los cometes a partir de los 40.
¿Qué pasa a los 40?
A los 40 le das la vuelta al jamón.
 Igual no es la mejor parte del cuento, pero sí te encuentras trozos muy sabrosos.
¿Sin noticias de la crisis de la mediana edad?
Hay un momento… Yo tengo un lunar debajo de la teta izquierda y una mañana no estaba.
 Pensé que se había ido. Pues no, estaba debajo. Tenías que levantar la teta para ver el lunar.
 Ese día no salí de casa y creo que me bebí una botella de vino blanco a lo largo del día. 
Ahí terminó mi crisis de los 40: asumí que ese lunar solo lo iban a ver unos cuantos privilegiados.

Y usted, cada día, al ducharse.
Todo se cae, pero hay un montón de cosas que suben. 
Yo la vida me la quiero gastar. Consideramos que hay demasiada belleza en la juventud
. Y de esto tienen la culpa muchas revistas femeninas porque yo, personalmente, me acostaría con muchas más señoras de 40 que de 20. Físicamente, hablo. 
 Porque así como somos la generación que peor hemos educado a nuestros hijos, también somos la que dejamos de ser nuestras madres para lo bueno y para lo malo.
 Mi madre era una señora mayor con mi edad. Y yo me miro y digo: pues no estoy mal.

¿Hay una segunda edad del pavo al enamorarse a los 45?
Quita, quita. La edad del pavo para ellos, que se la coman, pobrecitos: no tienen que pagar hipoteca, pero tienen que ser adolescentes.
 No, ese subidón es otra cosa, y cuanto más mayor eres, mayor es el subidón.
¿Esa curva no se aplana?
En absoluto. Eres más consciente del milagro que supone enamorarse. A los 20 con que sea guapo… A los 25 con que tenga moto… A los 30 lo quieres listo. 
A los 40 quieres que tenga todo. Con lo cual, cuando sucede, sale la filarmónica en Berlín en pleno.
Y lo que dure, dure. ¿No?
Sabina es el que mejor lo ha dicho: el amor es eterno mientras dura. Otra cosa es que queramos hablar de matrimonios, de uniones y sociedades.
 Ojalá me hubiera durado, no sé, mi primer amor hasta hoy. No fue así. 
Lejos de estar espantada, me parece que he tenido la oportunidad de conocer a grandes hombres que me han enseñado grandes cosas.
¿En esas tesituras, pasamos de escondernos de los padres a escondernos de los hijos?
Yo no lo he hecho porque he procurado tener una relación honesta con Marco.
 Cuando me ha preguntado cosas comprometidas le he dicho la verdad. 
Me escondí mucho de mis padres y por eso no he querido esconderme de nadie más, mucho menos de alguien a quien le pago el colegio.
Hace 10 años que dejó de emitirse Cámera Café. ¿Cómo sería Victoria de la Vega hoy?
Victoria era una tía competente rodeada de incompetentes y se defendía atacando. 
 Supongo que sería más comprensiva, pero básicamente igual. Victoria morirá matando.
¿Puede ser su peor enemiga? Usted, digo, no Victoria.
Solo una puede ser su peor enemiga.
 Llevo tres meses que solo escucho a Leiva, no me preguntes por qué, pero hace tres meses que yo soy Leiva.
 Él empieza una canción diciendo: “¿Quién va a salvarme de mi cabeza?”. ¿Quién coño te salva de tu cabeza cuando tienes un pensamiento golpeándote las paredes del cráneo como un átomo y diciéndote: no has sido bastante, no estás suficientemente guapa, no has estado brillante, deberías haber estado así?
 Solo una puede ser su mayor enemiga, porque no te puedes mandar a la mierda, como puedes mandar a alguien que te hiera.
Ahí tan apabullante, me da que ha llorado lo suyo.
Yo he llorado para embotellar. Ahora, también he reído para exportar.
 Me he pasado la vida riéndome, pero, hostias que si he llorado... Mucho.
¿Qué es lo primero que va a hacer cuando todo esto pase?
Pasear. Yo solo quiero salir a pasear.


¿Viven sus padres para ver esto?
Mi padre murió hace 10 años. 
Mi madre, la pasada Nochevieja. Llevo todo el confinamiento pensando: qué bien mamá, que no estés viviendo esto. 
Mi madre padeció un largo proceso de alzhéimer que nos hirió mucho a la familia porque ella era muy indispensable. 
Siempre generó una dulzura increíble en casa y eso es exactamente lo que ahora echo de menos. Esa dulzura.

 

Meghan Markle estudia ofertas para retomar su trabajo como actriz

La prensa británica asegura que desea participar en una gran película con un director de serie A por el miedo a las críticas.

 

Los horrores del harén de Jeffrey Epstein y su “apetito insaciable”

El magnate captaba a niñas de pocos recursos para abusar de ellas, y les exigía que a su vez reclutaran a amigas y conocidas, según un nuevo libro.

Jeffrey Epstein, en 2008.
Jeffrey Epstein, en 2008.Uma Sanghvi / ZUMAPRESS.com / Cordon Press
Después de más de una década de persecución contra Jeffrey Epstein, el abogado Bradley Edwards logró ver a su odiado enemigo entre rejas.
 Pero, más allá de la victoria legal, el letrado necesitaba una victoria moral. 
De ahí que ahora haya decidido publicar un libro en el que detalla algunos de los asuntos más complejos que vivió a lo largo de esos años de persecución. 
En Relentless Pursuit: My Fight For The Victims Of Jeffrey Epstein (Persecución incansable: mi lucha por las víctimas de Jeffrey Epstein), Edwards relata detalles sobre el millonario, su madame, Ghislaine Maxwell, o su buen amigo, el príncipe Andrés, de quien asegura era conocedor de su trama de abusos.
Ahora, en un nuevo capítulo del libro que ha publicado en exclusiva el diario británico The Daily Mail, se da una pincelada de cómo Epstein creó y gestionó ese harén de mujeres. 
“Cuánto más iba sabiendo sobre ello, más determinado estaba a acabar con sus abusos y manipulaciones", cuenta Edwards en primera persona. 
La primera vez que le pusieron sobre la pista fue en 2008, cuando un colega le puso en contacto con una chica de unos 20 años, Courtney Wild, que buscaba ayuda legal.
Wild fue una de las primeras víctimas de Epstein, con una de esas historias que ponen los pelos de punta. 
De un entorno humilde, su padre las había abandonado a ella y a su madre, que tenía problemas de drogas. 
Ella , le contó a Edwards que en 2002, cuando solo tenía 14 años, una amiga del colegio le contó que había un tipo al que, si le daba un masaje, le pagaría 200 dólares.
 Ella era buena estudiante, pero no tenía nada de dinero para subsistir y, aunque no sabía dar masajes, acudió a su casa de Palm Beach, en Miami
 Fue acompañada de su amiga, que resultó ser una intermediaria.
 Era la primera vez que acudía a una mansión de tal calibre, que se codeaba con gente así. 

El abogado Brad Edwards, en la corte de Palm Beach (Florida) en noviembre de 2017.
El abogado Brad Edwards, en la corte de Palm Beach (Florida) en noviembre de 2017.Lannis Waters / ZUMAPRESS.com / Cordon Press
La pequeña Courtney iba asustada, pero Epstein, vestido solo con una toalla, resultó encantador y le quitó los miedos: la saludó, le preguntó por su familia, amigos, por el colegio...
 Él le habló de su fortuna y su poder y,
ya con más confianza, acabó pidiéndole a su amiga que se fuera de la habitación.
 Ahí la cosa se complicó. 
Tras el masaje, Epstein le exigió a Wild pellizcarse los pezones, a lo que ella, asustada, aceptó.
 Él se masturbó delante de ella, le dio los 200 dólares y le dijo que se fuera. “Es lo que hacen los ricos”, le dijo su amiga, como recoge Edwards.
Solo fue la primera vez.
 Courtney siguió yendo a casa de Epstein con su amiga y empezó a llevar a sus propias amigas, incluso a chicas que conocía donde fuera. 
“Le dieron a entender que, si no llevaba a amigas, decepcionaría a Epstein. Ella lo entendió como una clara amenaza.
 Su relación era compleja: cuanto más tiempo pasaba con él, más en deuda se sentía. 
No quería decepcionar al hombre que se había convertido en amigo, figura paterna, empleador y jefe, que siempre le hablaba educadamente. 
El apetito sexual de Epstein era extraordinario. 
Se daba tres o cuatro de esos masajes cada día, con adolescentes.
 A los 17 años, Courtney se empezó a ver muy mayor”, explica el letrado autor del libro. 

Los abusos se mantuvieron en el tiempo, y la cosa se complicó cuando un día en casa de Epstein apareció Nadia, una joven yugoslava a la que presumió de haber comprado.
 El magnate las obligó a besarse, a mantener relaciones sexuales entre ellas y después a participar él mismo.
 “Entonces Courtney supo que había algo que estaba mal, algo que no había visto al principio”, cuenta Edwards, que gracias a testimonios como ese logró meter a Epstein en la cárcel, donde este se suicidió el pasado agosto.
La de Wild, relata Edwards, es solo una historia más.
 Los abusos implicaron a decenas, si no cientos de chicas, durante años y a lo largo y ancho del mundo.
 Había chicas “en su casa de Nueva York, de las mayores de Manhattan; en su rancho de Nuevo México, que le compró al Gobernador del estado; en su apartamento de París; y en su isla privada en Little Saint James, en las Islas Vírgenes". 
Él la llamaba Little Saint Jeff’s, jugando con su propio nombre. Otros la llamaban, no sin razón, Isla Pedófila.

 

La respuesta de este vecino a la cacerolada contra el Gobierno que han visto más de 1,5 millones de personas

"¡Vergüenza me daría dividir a nuestro pueblo así en un momento tan difícil!".

Este sábado por la noche, a las 21:00 horas, muchos vecinos se asomaron a sus ventanas y balcones con una cacerola en la mano y un cubierto en la otra para protestar contra la gestión de la crisis del coronavirus que está llevando a cabo el Gobierno de Pedro Sánchez

No fue tan mayoritaria como la que se produjo hace unas semanas, pero sí que se ha hecho viral una imagen de la cacerolada que muy pocos de los que salieron a protestar se esperaban. 
Se trata de la respuesta que dio Iago Moreno, un joven sociólogo que se asomó a su balcón para contestar a los que protestaban: 
 

″¡Os callasteis con los recortes, os callasteis con la corrupción del monarca, os callasteis con la Gürtel, con la Lezo, con la Púnica, con los ERE y con todos los casos de corrupción de la clase política del bipartidismo!

 ¡Y ahora salís a darle bien fuerte a la cacerola! ¡Vergüenza! ¡Vergüenza me daría dividir a nuestro pueblo así en un momento tan difícil! 

¡Porque eso es lo que sois, gente de la más baja ralea moral!

 ¡Se os tenía que caer la cara de vergüenza, hombre ya, que lo recuerde toda España! 

¡Que jamás lo olviden, que en este momento de nuestra historia estabais haciendo esto! ¡Mientras Holanda nos insulta, mientras la UE sigue haciendo lo mismo de siempre, robar nuestra soberanía, acabar con los derechos de la clase trabajadora que vosotros dejasteis privatizar; vosotros venís aquí a hacer el tonto con una cacerola! 

¡Pues muy bien, señores, es lo que os queda!”.  

l vídeo, publicado este sábado por la noche por el propio Moreno, ha logrado en menos de 24 horas más de 1,5 millones de reproducciones, con más de 20.000 retuits y superando los 60.000 ‘me gusta’.