Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

20 dic 2019

La Eurocámara autoriza ya la entrada de Puigdemont y Comín como eurodiputados electos

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, pide a las “autoridades españolas competentes que cumplan” la sentencia del TJUE sobre la inmunidad de Junqueras.

 

 
 
El Parlamento Europeo, según indican fuentes de la institución, ha levantado este jueves el veto que mantenía a Carles Puigdemont y Toni Comín, a quienes se había prohibido la entrada en el recinto de la institución desde la reactivación de la euroorden de detención y entrega cursada por el juez Pablo Llarena.
La institución comunitaria, presidida por David Sassoli, ha retirado la prohibición pocas horas después de que el Tribunal de Justicia Europeo sentenciase que los eurodiputados gozan de inmunidad desde el día de su proclamación como elegidos, es decir, desde el pasado 13 de junio en el caso de los dos independentistas catalanes reclamados por la justicia española.
Puigdemont y Comín (derecha), tras conocer la sentencia del tribunal de Luxemburgo.
Puigdemont y Comín (derecha), tras conocer la sentencia del tribunal de Luxemburgo.
El Parlamento Europeo, según indican fuentes de la institución, ha levantado este jueves el veto que mantenía a Carles Puigdemont y Toni Comín, a quienes se había prohibido la entrada en el recinto de la institución desde la reactivación de la euroorden de detención y entrega cursada por el juez Pablo Llarena.
La institución comunitaria, presidida por David Sassoli, ha retirado la prohibición pocas horas después de que el Tribunal de Justicia Europeo sentenciase que los eurodiputados gozan de inmunidad desde el día de su proclamación como elegidos, es decir, desde el pasado 13 de junio en el caso de los dos independentistas catalanes reclamados por la justicia española.
La posibilidad de acceder a las dependencias del Parlamento es el primer paso para que Puigdemont y Comín tomen posesión de unos escaños que permanecían vacíos desde la apertura de la legislatura el pasado 2 de julio.
 Fuentes parlamentarias indican que la acreditación como eurodiputados podría empezar a tramitarse este mismo viernes.
La sentencia del Tribunal de Justicia Europeo sobre la inmunidad de Oriol Junqueras como eurodiputado electo ha alentado las aspiraciones a ocupar el escaño de Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí, los tres candidatos de Junts per Catalunya que también salieron elegidos en las elecciones europeas de mayo pero que, de momento, no han podido tomar posesión del escaño por encontrarse huidos de la justicia española en Bélgica (los dos primeros) y en el Reino Unido.
 
 
Poco después de conocerse el fallo, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, ha realizado una declaración ante el pleno en la que ha anunciado que ha dado instrucciones a los servicios jurídicos de la Cámara "para que evalúen la posible aplicación de la sentencia en la composición [de la Cámara]" y ha pedido a las “autoridades españolas competentes que cumplan” con la sentencia dictada por el TJUE.
Sassoli ha advertido que no admitirá ningún cuestionamiento de las reglas. Fuentes parlamentarias indican que el pronunciamiento de los servicios jurídicos del Parlamento Europeo será inmediato, tal vez este mismo viernes. 
Y que desde ese momento, Puigdemont y Comín podrían solicitar que se les acreditase como europarlamentarios.
 Si no lo logran esta semana, deberán esperar hasta enero porque el Parlamento cierra sus instalaciones desde el próximo lunes hasta el 5 del próximo mes.
"La decisión tendrá consecuencias para Puigdemont y Comín", ha celebrado el presidente de la Generalitat, Quim Torra. "La próxima reunión, en Cataluña", ha prometido Puigdemont, en videoconferencia desde Bélgica, a los miembros del grupo Junts per Catalunya en el Parlament catalán. 
Fuentes de la defensa del expresidente aseguran a EL PAÍS que ya han remitido al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, una carta para tomar cuanto antes posesión de su escaño.
Puigdemont y Comín intentaron después de las elecciones que el Parlamento Europeo les reconociera como eurodiputados, pero la institución comunitaria se negó al no haber recibido la notificación de España confirmando su acta. Ambos impugnaron la decisión del Parlamento ante el Tribunal de Justicia Europeo, un recurso que aún está pendiente de resolución.
Pero mientras llega ese veredicto, la sentencia de este jueves sobre el caso Junqueras podría despejar anticipadamente el camino del expresidente de la Generalitat y de su exconsejero hacia el hemiciclo europeo.
 En el caso de Ponsatí, la puerta del Parlamento podría abrirse después del Brexit (31 de enero de 2020) porque su escaño depende de la salida de los eurodiputados británicos.
Fuentes del entorno de Puigdemont indican que nada más conocerse la sentencia remitieron por carta una petición a Sassoli para subrayar el giro judicial de la situación del eurodiputado electo.
 Y a lo largo del día mantuvieron numerosas "comunicaciones" con los servicios del Parlamento Europeo para poder culminar cuanto antes "los trámites administrativos" necesarios para tomar posesión del escaño.
Tras la carta remitida este mismo jueves a Sassoli, estas mismas fuentes indican que también solicitarán a la justicia belga que rechace la orden europea de detención y entrega cursada por el juez español Pablo Llarena, pendiente aún de ejecución.
Si Puigdemont y Comín logran liberarse de esa posibilidad de detención, ambos cuentan con iniciar los pasos para ocupar el escaño.
 El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, advertía en una reciente entrevista con EL PAÍS que Puigdemont no podría acceder al Parlamento "mientras la orden europea esté en vigor". Sassoli también ha indicado que acatará el veredicto de la justicia europea si llega el momento de reconocer a los independentistas catalanes como eurodiputados.
Fuentes del Parlamento Europeo reconocen el desconcierto que ha causado esta situación sin precedentes en la institución. 
El primer paso para resolver el embrollo apuntaba a la petición de un informe del servicio jurídico del Parlamento sobre los pasos a seguir. Fuentes de la Eurocámara habían indicado que la posible ambigüedad de la sentencia daría margen para reaccionar y ganar tiempo a la espera de tomar decisiones concretas.
Pero la contundencia del veredicto ha acelerado el proceso y podría abrir la puerta del Parlamento a Puigdemont y Comín de manera casi inmediata. Si la justicia belga desestima la orden europea de detención tras el reconocimiento de ambos como eurodiputados, el camino quedará expedito hacia sus escaños.

13.000 euros e inmunidad

El acta de eurodiputado supondría un balón de oxígeno económico para los líderes del procés, que desde su llegada a Bélgica hace dos años no han tenido apenas ingresos conocidos. 
El salario tras ocupar el escaño ascenderá a 8.757 euros brutos mensuales, más un complemento para gastos de 4.513 euros al mes, dietas de 320 euros por día de asistencia a la Eurocámara y otros complementos.
Mientras permanezca en Bélgica, Puigdemont goza de inmunidad plena. 
Para ser juzgado, España tendría que solicitar al Parlamento el levantamiento de esa inmunidad, un procedimiento teóricamente bastante expeditivo pero que en casos polémicos como este podría complicarse.
La petición se trasladaría a la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, presidida en estos momentos por una eurodiputada británica del grupo liberal creado a instancias del presidente francés, Emmanuel Macron. 
La Comisión suele nombrar uno o varios ponentes para cada caso, que habitualmente no deben ser del mismo país de origen que los eurodiputados afectados ni de su mismo grupo político.
El informe de la Comisión se aprueba a puerta cerrada y debe recomendar o no el levantamiento de la inmunidad. 
En ningún caso puede pronunciarse sobre el fondo de la causa. 
El informe se traslada al pleno del Parlamento, donde debe ser aprobado por mayoría simple.
La práctica habitual de la Comisión de Asuntos Jurídicos es levantar la inmunidad salvo que detecte un ánimo de persecución hacia el eurodiputado en cuestión. 
En todo caso, la retirada de la inmunidad no supone la pérdida del escaño, que solo se produciría en caso de condena y de inhabilitación por parte de las autoridades nacionales.

Pero la mayor ventaja del acceso al escaño para Puigdemont y Comín sería el privilegio de la inmunidad frente a cualquier proceso judicial.
 Fuentes próximas al expresidente de la Generalitat indican, no obstante, que de momento no tiene intención de pisar territorio español para no exponerse a ser detenido.
 Esas fuentes aseguran que Puigdemont pasará los próximos días en Waterloo, en compañía de su familia.
 

19 dic 2019

Ruina, vodka y sexo: las confesiones del último amante de Judy Garland

Con motivo de un 'biopic' sobre la cantante, el pianista John Meyer relata cómo fue su relación con la estrella meses antes de su muerte, cuando él tenía 28 años y ella 46.

Judy Garland, en 1963. En vídeo, tráiler de la película 'Judy'.
La vida de las estrellas del Hollywood dorado sigue despertando fascinación.
 En enero de 2020 llegará a los cines de todo el planeta la esperada Judy, la película que retrata la vida de la gran estrella del cine y la canción Judy Garland
Por ese motivo, son muchas las revelaciones que estos días se están conociendo sobre la diva de Minesota. 
Uno de los que se han pronunciado ahora al respecto ha sido el pianista John Meyer, que ahora tiene 79 años pero que apenas llegaba a los 28 cuando conoció a la cantante. 
Les presentó un amigo común en un estudio de grabación de Manhattan a finales de 1968.
 Entonces ella tenía 46 años y era una diva venida a menos en sus días más pobres y tristes. 
Meyer tocó un tema que había escrito él mismo.
 "Le gustó la canción y le gusté yo", rememora ahora la revista People, a la que ha concedido una entrevista en la que también repasa lo ya contado en su libro de memorias, Heartbreaker (Rompecorazones), que sacó a la venta en 2006 y en el que relataba su historia de amor.
Cuando se conocieron, Garland ya se había divorciado en cuatro ocasiones y tenía tres hijos de dos de esos maridos. 
Estaba completamente arruinada, puesto que tenía deudas con Hacienda después de que su agente hiciera una mala gestión de sus ganancias.
 No tenía dónde vivir y se alojaba en el hotel Saint Moritz de Nueva York con sus dos hijos pequeños.
 La echaron por no pagar la cuenta.
"Ella tenía una maleta, un vestidito negro, un par de medias de rejilla y unos zapatos de tacón.
 Eso era todo. Ah, y un abrigo de visón", recuerda ahora Meyer. Rápidamente se fueron a vivir a Park Avenue, una de las calles más lujosas de la ciudad... pero al apartamento de los padres de él.
 "Al fondo había una habitación libre, se la enseñé y me dijo: 'Perfecto, me mudaré aquí". 
Entonces Garland estaba tan arruinada que "solo tenía un billete de cinco dólares en el monedero", como cuenta él.  
Vivía, explica, a base de vodka y Ritalin, un fármaco usado para tratar la hiperactividad.
 
Judy Garland, a mediados de los años cuarenta 
Judy Garland, a mediados de los años cuarenta CORDON PRESS
Entonces, él trató de sacarla del atolladero. 
Llamó a un conocido, el dueño de un bar donde tocaba el piano a menudo y le dio el bombazo: "Le dije: 'Te puedo poner a Judy Garland a cantar por 100 dólares. En efectivo. Más la carrera del taxi". 
Entonces pasó a ser, aunque no por mucho tiempo, el pilar en su vida. "Me convertí en su mánager, su agente, su amante, su compañero, el hombro sobre el que apoyarse", relata.
 "Era increíble. Confiaba absolutamente en la amabilidad de cualquier extraño". 
"La máxima motivación alrededor de la que giraba su vida era 'quiéreme'. 
Y hacía que la gente lo demostrara en todas sus relaciones. Ella iba aumentando el nivel de compromiso, hasta que tenías que estar despierto con ella 36 horas al día", reflexiona Meyer, que asegura que la actriz siempre iba a más, hasta que rozaba su propia decepción.
 "Ella iba moviendo y moviendo los postes de la portería, hasta que la persona que fuera no daba más de sí y entonces te soltaba: '¿Ves? Me has abandonado".
Sin embargo, su amor con ella podía más que ello.
 Charlaban juntos de todo, cocinaban, se reían de anécdotas pasadas que ella le contaba sobre rodajes como el de El mago de Oz ("bromeaba sobre que a [el perro] Toto le olía el aliento"). 
Pasaban horas metidos dentro de su habitación; tantas, que al final los padres de Meyer les echaron de casa. 
No era una cuestión solo de cama, sino que jugaban, ensayaban juntos en su cuarto, montaban sus propias funciones. 
 "Era divertidísimo, para ella era más importante que el sexo", cuenta su pareja. Meyer reflexiona sobre la vida que tuvo la actriz y asegura que ella misma la veía "ligera, como un globo":
 "No creo que su vida fuera dolorosa. Ella era muy divertida. Vivió la alegría, le encantaba el sexo.
 No le gustaba mucho la comida. Adoraba cantar y ser el centro de atención".
Las hijas de Judy Garland, Liza Minnelli y Lorna Luft, con el último marido de la actriz, Mickey Deans, en su funeral, en 1969. 
Las hijas de Judy Garland, Liza Minnelli y Lorna Luft, con el último marido de la actriz, Mickey Deans, en su funeral, en 1969. CORDON PRESS
Poco después, la suerte de Garland comenzó a remontar gracias a una serie de conciertos que realizaría, durante cinco semanas, a principios de 1969, en el local de Londres Talk of the Town. Precisamente en esa etapa se centra la película Judy, que protagoniza Renée Zellweger y por la que está nominada al Globo de Oro.
 Sin embargo, Meyer no pudo acompañarla a aquellos recitales porque tenía unas fiebres muy altas. 
 Entonces ella llegó al Reino Unido y conoció a Mickey Deans, el gerente de un club. 
Y se enamoró de él. Se casaron en marzo de ese año.
"Mickey era un estafador", cuenta medio siglo después el pianista. "Y cuando yo no pude llevarla a los programas, ella llamaba a Mickey. 
Y él, igual que yo, dejó toda su vida para irse con ella.
 Ella me dejó tirado y llegó otro que ocupó mi lugar", relata Meyer, que llegó a volar a Londres para intentar recuperarla.
 "Me di cuenta de que esa misión que me había propuesto de recuperar su antigua grandeza y ser el tipo que la rescató no iba a funcionar". 
Mickey Deans fue, precisamente, quien la encontró muerta en el baño en junio de 1922 a causa de una sobredosis accidental de pastillas.
 Tomaba barbitúricos para dormir. Por supuesto, John Meyer acudió a despedirla en Manhattan, junto a otras 15.000 personas que la lloraron: 
"Ya no habrá más chistes, más alegría. Ella era pura alegría, y eso no lo cuenta nadie".

 

 

El estado de salud de la emperatriz emérita Michiko preocupa en Japón

La esposa de Akihito, que fue operada de un cáncer de mama en septiembre, sufrió depresiones en su juventud a las que hizo frente gracias a su pasión por la música y la literatura.

Los emperadores Akihito y Michiko, en la ciudad de Hayama, en la prefectura de Kanagawa, Japón, en enero de 2019.
Los emperadores Akihito y Michiko, en la ciudad de Hayama, en la prefectura de Kanagawa, Japón, en enero de 2019. AFP

 

El estado de salud de la emperatriz emérita preocupa en Japón. Michiko, de 85 años, atraviesa desde mediados de septiembre un momento complicado. 
Según ha anunciado la casa imperial nipona, la madre del actual emperador Naruhito ha perdido peso a causa de vómitos recurrentes, en ocasiones acompañados de sangre.
Esta nueva dolencia se suma a la operación de cáncer de pecho que Michiko superó a principios de ese mismo mes, en la que le fue extirpado un tumor de un centímetro.
 El parte posterior a la intervención había sido optimista, hasta el punto de que los facultativos consideraron innecesario recurrir a sesiones de radioterapia o quimioterapia. 
Michiko ha seguido desde entonces un tratamiento hormonal, aunque los médicos han descartado que esta sea la causa de sus últimos achaques.

La abdicación de su esposo, el emperador Akihito, en abril de este año y la consecuente reducción de responsabilidades no parecen haber contribuido a mejorar la salud de Michiko.
 En junio se advirtió que padecía de pulso irregular y funcionamiento anormal de sus válvulas cardiacas, factores de riesgo vinculados al sufrimiento de un infarto. 
Tampoco es la primera vez que su corazón es fuente de inquietud. En el verano de 2015 se le diagnosticó una isquemia miocárdica. çEl príncipe Akishino, su segundo hijo, afirmó entonces en rueda de prensa que los problemas de salud de su madre se veían agravados por el “estrés”.
Ese estrés y sus dolencias derivadas han sido una constante en la vida de la emperatriz emérita desde que contrajo matrimonio en 1959 con quien entonces era el heredero al Trono del Crisantemo. Desde el primer momento la presión fue enorme. 










Michiko fue la primera plebeya en incorporarse a la familia imperial, a lo que se unía el hecho de pertenecer a lo que en Japón es una minoría religiosa: el catolicismo. 
Aunque ella no recibió el bautismo, sus padres fueron practicantes, lo que le valió la oposición frontal de los sectores más tradicionales de la sociedad, con la difunta emperatriz Kojun, su suegra, a la cabeza.

La emperatriz emérita Michiko el 10 de septiembre en Tokio, en el momento de abandonar el hospital donde se sometió a una intervención de cáncer de mama. 
La emperatriz emérita Michiko el 10 de septiembre en Tokio, en el momento de abandonar el hospital donde se sometió a una intervención de cáncer de mama. REUTERS
Al año de su enlace, Michiko ya estaba sumida en una depresión.
 A consecuencia de ello sufrió un aborto poco después del nacimiento de su primer hijo. Desmayos, crisis de ansiedad, úlceras bucales, hemorragias internas, siete meses sin voz; fueron algunos de los episodios causados por el estrés que le obligaron a cancelar compromisos o, años después, a convertir en habitual la asistencia de la princesa Sayako, la tercera de sus hijos, a actos oficiales.
 Un sufrimiento que parece acompañar al cargo, ya que su nuera Masako, la actual emperatriz, también ha padecido dolencias similares.
Mickiko encontró remedio en el descanso y en la práctica de sus aficiones. 
La primera de ellas es la música.
 La emperatriz emérita toca el piano desde niña. 
Es de sobra conocido en Japón que la familia imperial ha formado durante décadas un exclusivo trío de cuerda: con Michiko acompañada de su hijo Naruhito, actual emperador, al violín, y su marido Akihito, el emperador emérito, al violonchelo.
La segunda de sus aficiones es la literatura, la cual también está vinculada a sus años de formación.
 Michiko, hija del presidente de una de las corporaciones más grandes del país, recibió una educación muy cuidada que culminó con una licenciatura cum laude en la facultad de Letras de la Universidad del Sagrado Corazón de Tokio.
 De hecho, antes de comprometerse con Akihito en 1959 —a quien conoció jugando al tenis dos años antes—, contó entre sus múltiples pretendientes al escritor Yukio Mishima, uno de los autores japoneses más importantes del siglo XX y candidato al premio Nobel de Literatura en 1968. 
Mishima acabaría quitándose la vida en 1970 tras su participación en un fallido golpe de Estado que pretendía, precisamente, restaurar la autoridad imperial.
Michiko es una gran amante de la poesía. 
La emperatriz emérita ha dedicado parte de su tiempo libre en los últimos años a seleccionar y traducir textos del conocido bardo Michio Mado, de los cuales ha publicado tres colecciones.
 También ella misma ha hecho sus pinitos literarios.
 Las piezas waka —disciplina poética tradicional japonesa— que compuso junto a su esposo Akihito vieron la luz en 1987 bajo el título Tomoshibi (Luz) y han sido traducidas al inglés y el francés.

Lecciones de periodismo inconforme, por Vázquez Montalbán

Un volumen recopila artículos del escritor como si fuesen parte de un único periódico para elucubrar pensaría del mundo actual.

 
 
Manuel Vázquez Montalbán en Barcelona en 1997.
Manuel Vázquez Montalbán en Barcelona en 1997.
No es cierto que Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939-Bangkok, 2003) tuviese tres máquinas de escribir preparadas siempre, con una hoja en blanco cargada en cada una de ellas, para lo que fuese que le apeteciese, o necesitase, escribir (poesía, novela, artículo). 
Solo tenía una. “Pero las letras acababan tan destrozadas que la cambiaba a menudo”, dice Daniel Vázquez Sallés, su hijo, que lo recuerda siempre escribiendo, y que admite que, lo que peor llevaba, era la marca. 
“La marca Montalbán era agotadora. Sentía, en todo momento, que no podía defraudar.
 Las expectativas eran altísimas. 
Sentía que no tenía descanso”. Se refiere a su periodismo, bautizado como “periodismo de permanencia” por Francesc Salgado, antólogo de La mirada inconformista (Literatura Random House), el último, pertinente y destilado recopilatorio de lo mejor y más “pegado a la actualidad” de la cosecha de Montalbán como articulista.
“Carvalho fue una necesidad”, prosigue Vázquez Sallés, que menciona episodios de alguno de los títulos protagonizados por el célebre detective canalla en los que “se venga” de incluso “críticos” de su obra. 
“El periodismo le exigía demasiado, se lo tomaba muy en serio, y la literatura era una válvula de escape”, insiste.
 También dice, sentado a una de las mesas del Casa Leopoldo, el restaurante del Raval barcelonés del que su padre fue asiduo, que siempre se consideró un poeta.
 El poeta con el mejor olfato para detectar aquello que la sociedad necesitaba que se le explicara con detenimiento.
 “Me preguntan a menudo qué habría pensado mi padre de la España de hoy, o de lo que está pasando en Cataluña, y yo les digo que no tengo forma de saberlo”, dice Vázquez Sallés.
 La mirada inconformista es, en parte, un intento de responder a esa pregunta.
Los artículos, organizados como si formasen parte de la edición de un periódico que solo incluyese textos firmados por él mismo, parecen haber sido seleccionados mirando de reojo la edición de cualquier periódico de hoy.
 “En la actualidad no hay nadie que escriba artículos que pudieran encajar en cualquier sección del periódico, desde Internacional a Deportes, Sociedad e incluso Obituarios”, apunta Salgado.
 Para el también periodista, profesor y experto en la obra de Montalbán, su figura de opinador universal, de pensador “respetado” por todos los sectores de la sociedad, es una figura “en extinción”, o casi por completo extinguida. 
“El uso de las redes sociales y la información hoy en día impide que una figura de tan marcado carácter como la de Manolo pueda imponerse en todos los ámbitos: hoy solo leemos aquello que reconfirma nuestra opinión, por poco formada que esté”, dice.
De ahí que considere clave la edición de este volumen, un deseo, como explicó el editor Miguel Aguilar, del fallecido Claudio López Lamadrid, que consideraba “necesaria” la publicación de un volumen “manejable” para acercar su periodismo “visionario” a los más jóvenes, y, en general, a los “no vazquezmontalbanianos”, a todo aquel que quiera entender el mundo de hoy a partir de su “lúcida mirada” a los “grandes vectores de la sociedad” en marcha en España desde el inicio de la Transición y más allá.
 Envejecen sus artículos, por supuesto, pero a una velocidad lentísima, dicen, consecuencia de su mirada historicista y transversal.
 “Él hizo realidad lo que la izquierda intelectual solo proclamaba: no solo reivindicar la cultura popular sino utilizarla para explicar el mundo”, coinciden en señalar el periodista y amigo Josep Cuní y el propio Salgado.
El texto La aznaridad, publicado en este periódico en 2002, por ejemplo, un texto “sin el que no podría entenderse la España no ya de ese momento sino también de hoy”, en palabras de Salgado, habla del fin de lo que él llamaba la Segunda Transición – “recordemos que siempre llamó a la Transición, el Transfranquismo”, apunta el antólogo – a partir de un evento tan “de revista del corazón” como la boda Aznar-Agag. 
El detonante “imperial-catolicista” le sirve a Vázquez Montalbán para lanzar envenenados dardos contra el entonces presidente del Gobierno y concluir, tras una brillante a la par que amena argumentación, que “la aznaridad es cejijunta y plana”, y así también, la España que trajo consigo su mandato. 
Por supuesto, ahí están también la Cataluña de Pujol “que tiene mucho que ver con la de hoy”, y su pasión por el Barça, además de un apartado “íntimo” en el que habla de sus allegados fallecidos. “Fue un pensador luminoso, lírico, fantástico”,“un motor” de la actualidad, que aún hoy, 16 años después de su muerte, “sigue vigente”, incide Salgado.