Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 sept 2019

Que no se libre nadie.....................................Javier Marías

El de hoy es mi artículo 800. El primero hablaba de cómo se iba ampliando la lista de actividades ilegales para que todos pudiéramos ir a prisión.

Que no se libre nadie


DESDE QUE EMPECÉ A escribir en esta página, en febrero de 2003, tuve la costumbre de numerar los artículos, y, si no me he despistado, el de hoy es el 800. 
No es un número redondísimo (lo sería 1000), pero como ahora se conmemora todo cada año, para así no salir nunca de un bucle que simplemente se agranda hasta el infinito, estaré a tono con esta época si me detengo y miro atrás.
 Lo que más me asusta, tras dieciséis años y medio soltando parrafadas, es que habrá jóvenes de veinte, veinticinco o treinta que no habrán conocido otra firma en esta última página de EPS, por lo que podrán creer que llevo aquí siempre.
 Y no: tuve mucha vida antes de aterrizar aquí merced a la amable invitación del director Jesús Ceberio, y hasta había pasado ocho años con columnas dominicales en otro sitio. 
Cuando me incorporé a este suplemento lo hice con timidez, según mi recuerdo, pese a que mis colaboraciones en el periódico se habían iniciado en el remoto 1978. 
 Aquella pieza inaugural se tituló
“Delitos para todos”, y si la memoria no me falla (del primero a los de enero de 2019 están recopilados en volúmenes, pero me da pereza ponerme a buscarlo), hablaba de cómo se iba ampliando la lista de actividades ilegales para que todos pudiéramos ir a prisión por algún motivo.
 Me doy cuenta de que esa tendencia no ha hecho sino ir a más: cada vez hay más cosas prohibidas y no entiendo cómo no estamos la mayoría en las cárceles. 
A falta de espacio en ellas, se ha inventado la “pena de redes sociales”, gracias a la cual mucha gente no está entre rejas pero ha perdido su empleo, su carrera, su reputación, se ha convertido en apestada y ha sido objeto de insultos multitudinarios.
 Así que, en efecto, hoy no se libra de culpa casi nadie, sea famoso o desconocido.
 Cuando ocupé este rincón todavía gobernaba Aznar, y hube de dedicar muchas columnas a la infame Guerra de Irak en la que nos involucró ese Presidente megalómano.
 Nadie sabía aún de la existencia de Zapatero, y los atentados del 11-M eran poco imaginables.
 Y ETA mataba gratuitamente, como lo había hecho durante los siete lustros anteriores. 
Vivía yo entonces donde sigo, en el centro de Madrid, que ha cambiado y se ha degradado espantosamente. 
Había tiendas útiles para los habitantes.
 Los comerciantes fueron expulsados por el brutal encarecimiento de los alquileres y los vecinos lo están siendo por la proliferación de los pisos turísticos. 
Se podía caminar con desahogo, sin verse arrollado o atascado por demenciales grupos de extranjeros con maleta y móvil pegado al ojo. 

La gente ya vestía canallescamente en verano, pero no era lo de ahora: cada vez que me cruzo con un varón con pantalones largos y sin espantosas deportivas (afean todos los andares), me dan ganas de abrazarlo; 
si veo a una mujer con gratas y finas sandalias, mi impulso es besarle no los pies (tendría que tirarme al suelo), pero sí la mano. Descuiden, jamás lo haría, no tanto porque se me considerara un cursi y porque nunca haya besado manos (que también), sino porque es muy probable que se me denunciara por asalto.
 Me he hecho mayor en esta esquina.
 Alguna ventaja ofrece: cuanto más lo soy, menos me importa agradar, caer bien, contentar a los lectores de este diario, que, si bien muy variados, comparten ciertos rasgos predominantes.
 No pretendo lo contrario, claro está: ni desagradar ni caer mal ni provocar el descontento.
 Pero sí decir lo que pienso, y si lo que pienso y digo no gusta a muchos, qué se le va a hacer, son gajes del oficio de los que no cabe quejarse: nadie me obliga a permanecer aquí ni yo me empeño.
El día que la directora me comunique que ya está bien, desapareceré.
 De hecho me pregunto si 800 columnas no son ya un abuso por mi parte y por la de la revista que me acoge.
 Me resulta inevitable pensar cuántas sandeces habré escrito, en cuántas destemplanzas habré incurrido.
 Lo cual no obstará para que continúe soltando unas e incurriendo en otras, mientras no me apee o me apeen.
 A veces se le calientan a uno los dedos sobre el teclado, es irremediable.
 En 2003 todavía se emitía Los Soprano, esa cumbre
 Fue la principal causante de la adicción a las series y de su hiperinflación actual, con cientos de bodrios (salvo excepciones) que los “seriólogos” elogian sesudamente con papanatismo. Las películas aún no duraban dos horas y cuarto como mínimo, ni se copiaban entre sí con desfachatez absoluta.
 La literatura no estaba invadida por detectives e inspectoras “raros” (el que no padece Alzhéimer padece Asperger, o es enano, o se le han muerto los hijos, y casi todos son bordes) ni por relatos más o menos autobiográficos de sufrimiento y abuso: hoy no parece haber nadie con una vida y una infancia más o menos aceptables. 
El que mejor lo ha pasado se queja de su extremada pobreza, pero, según lee uno,   descubre que se considera pobreza extrema haber tenido empleo, piso, coche y haber sacado adelante a una familia. Quienes más presumen de pobres desconocen lo que es la verdadera pobreza.
 Y es que el mundo se ha llenado de víctimas.
 Casi todos se afanan por serlo para alimentar su resentimiento, y por que de paso se condene a quienes consideran sus verdugos indirectos.
 Me temo que ya lo dije hace 800 artículos: vengan más delitos y agravios, y que no se libre nadie.

28 sept 2019

Cosas que confunden a los españoles cuando van a vivir a Argentina

Circular es deporte de riesgo y, a veces, parece que no compartimos idioma.


Probablemente, los 465.666 españoles que residen en Argentina se preguntan en qué piensan los argentinos.
Probablemente, los 465.666 españoles que residen en Argentina se preguntan en qué piensan los argentinos.

 

Podría parecer sencillo mudarse a Argentina desde España, por aquello de que compartimos idioma.
 Sin embargo, los más de 10.000 kilómetros en línea recta que separan a las capitales de ambos países se notan en cuanto a costumbres, forma de conducir e incluso de hablar.

Argentina es el país del mundo con más españoles: 465.666 según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 1 de enero de 2019.
 El dato ha aumentado un 6% desde el 1 de enero de 2016, cuando había 439.236 españoles en el país americano.
COSTUMBRES
- Se dejan los ahorros en la fiesta de 15 cumpleaños de las hijas. El vestido, los zapatos, los regalos… Eso es como una boda.
- Cuando se pierde un niño en la playa o en un parque, los que están se ponen a aplaudir para que el niño sepa volver. Es muy práctico y solidario.
- ¿Y poner un bidón sobre el techo de un coche aparcado para indicar que esta en venta? ¡Esa es tremenda!

- Tener que bajar a abrir la puerta del portal cuando vienen a visitarte.
 Vienen a traerte unos muebles o lo que sea y, cuando terminan, dices: Gracias, adiós
Y se te quedan mirando hasta que te das cuenta de que hay que bajar a abrir. Deben pensar que los españoles somos unos pasmaos
- ¡Se besan todo el rato! Vas al médico y te saluda con un beso. 
Vas a una entrevista de trabajo y te saludan con un beso. Entre hombres, también. Y encima solo es uno y no dos como nosotros. Todo muy confuso.
- En Argentina no hay fregonas. No puedo entender cómo limpian el suelo con un “trapo de piso” que exprimen con la mano.
- El amor y el respeto que tienen a su bandera.
 Los niños en los colegios la izan todos los días. Hasta los cartoneros, los más desfavorecidos, la llevan con orgullo en sus carros llenos de cartón.
Mate a todas horas: por la mañana, la tarde, la noche… Eso sí, son muy hospitalarios.
 Están todo el día diciendo: Venite a casa a tomar un mate.

- Las expensas [los gastos de la comunidad de vecinos] son altísimas. Te cobran por todo.
Eso de domiciliar es rarísimo. 
Puedes ir a pagarle autónomos, la luz o cualquier factura a otra persona al rapipago sin que tengas que estar autorizado. [Un canal de cobro extrabancario en el que se pueden pagar facturas de servicios públicos y privados e impuestos, a través supermercados, comercios o estaciones de servicio].
- Echo de menos los quioscos de España.
 En Argentina son como centros comerciales: venden alfajores, chocolate, pebetes [sándwiches], panchos [perritos calientes], refrescos... pero chucherías de las españolas, ni una.
GASTRONOMÍA
- Me sorprende la soda con su sifón. Cada vez que lo veo, me acuerdo de Mafalda.
 Se come todo muy seco nada de cuchara: empanadas, milanesas, carne asada... Cuando volví de vacaciones a España, le pedí a mi mamá un puchero.
- Me sigue chocando que haga calor en diciembre. 
Montar el árbol de Navidad y comer a saco para celebrar la Nochebuena mientras te chorrea hasta el alma.
- A un tipo de filetes los llaman "bife de chorizo" [es un tipo de corte equivalente en España a la chuleta o lomo alto] y al cuarto trasero de pollo lo llaman "pata y muslo".
- El pan se compra al peso.
- A los croissant los llaman medialunas.
 Y el resto de los bollos son facturas. Entre las facturas puedes pedir vigilantes, bolas de fraile y suspiros de monja. [Se llaman así porque el primer sindicato de panaderos fue anarquista].
TRÁFICO
- Hay que parar a los colectivos [autobuses] con la mano. Perdí más de uno hasta que me enteré. Pero espérate, que no basta con que uno levante la mano. 
La levantan todos los que están esperando en la parada. No se fían.
- ¡Una locura la circulación! La prioridad en las rotondas nunca se respeta y que se la queda el que entra y no el que está circulando.
- En las señales de STOP pone PARE.


- Los coches no respetan a los peatones. Si vas a cruzar la "calle", es mejor que dejes pasar para no morir atropellado.
- Las motos no respetan las reglas de tránsito.
 Pasan los semáforos en rojo y es común que circulen por la vereda [calzada]. 
Suele haber peleas entre peatones y "motoqueros", como le dicen a los que andan en moto.

IDIOMA
- En Argentina, los que curran no trabajan, sino que roban.
- Las camisetas de asas se llaman musculosas.
- Si quieres comprar un recogedor de toda la vida, tienes que pedir una pala.
- A la chuleta para copiar en los exámenes le dicen machete.
- Tienen todo el día el pedo en la boca. Hay muchas expresiones con esa palabra...
- En las carreteras nadie utiliza la “luz de giro” [el intermitente] para anticipar un cambio de carril.

- La lejía se llama lavandina.
- El pan de molde es pan lactal.
-  Me sorprende que te digan: ¿Cómo va? Yo pensaba que me preguntaban que dónde iba y se lo decía.
- A las bragas las llaman bombachas.
- Yo pido una bombilla y no me dan una bombilla, me dan un objeto para beber mate. Siempre el mate.



GH VIP 7: Alba Carrillo abandona por sorpresa la casa de Guadalix

Después de que Nuria Martínez fuera evacuada de manera inesperada de la casa de Guadalix, 'Gran Hermano VIP 7' se ha enfrentado a un nuevo 'abandono'.

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La modelo ha tenido que enfrentarse a una responsabilidad ineludible con la justicia.
 Carrillo, muy temprano esta mañana, ha acudido acompañada por una persona de la producción del reality, que ha velado porque su aislamiento no se viera comprometido durante estas horas de 'libertad' forzada.
A pesar de que ha sido una noticia que ha cogido a todos por sorpresa, Alba había informado previamente al programa de su cita ineludible por el proceso judicial que tiene pendiente y que no podía retrasar, tal como han informado sus compañeros de 'Ya es mediodía'.
 Desde el magacín de Telecinco, también han contado que, "en cuanto declare", volverá directamente a la casa para continuar el concurso.
Alba Carrillo lo confirma

Unas pocas horas

Pese a que el público no conocía esta salida, Carrillo había informado diligentemente a los directores del reality, tal y como han explicado desde su programa 'Ya es mediodía'.

El caso de Alba Carrillo no es aislado en la historia de los realities. Desde María Jesús Ruiz, Aurah Ruiz y otros concursantes han tenido que abandonar su encierro por causa mayor.
 Incluso la jienense tuvo que hacerlo en 'Supervivientes', teniendo que interrumpir la aventura y viajar desde Honduras, moviendo un gran dispositivo para que su aislamiento no se viera comprometido, dada la expectación que generó su vuelta momentánea a nuestro país y la lucha legal que mantenía con Gil Silgado.

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