Ana García
Obregón ha vuelto a cancelar todos sus compromisos profesionales para
acompañar a su hijo en esta nueva fase de tratamiento del cáncer que
padece.
Álex Lequio y su perra 'Luna' en una imagen de Instagram
Álex Lequio, hijo de Ana Obregón y Alexandro Lecquio, ya dijo que
tendría que someterse a un nuevo tratamiento contra el cáncer que padece
después de haber sufrido una recaída
que se le detectó en una revisión rutinaria. Ayer madre e hijo
publicaron un vídeo en sus respectivas cuentas de Instagram en el que se
les podía ver en un coche mientras afirmaban que iban de camino del
tercer día de tratamiento consecutivo contra la enfermedad. Álex, que muestra un aspecto físico
muy mejorado respecto al año pasado, cuando vivió los peores momentos
del extraño tipo de cáncer que sufre, se empeña en mostrar la imagen
optimista que tanto admira su madre. Ambos se centran en publicitar el
próximo evento en el que se les podrá ver juntos, en Sevilla: "Buenos
días a todos, aquí estoy con mi señora madre y aunque parezca que vamos a
un desfile, no, vamos al tercer día de tratamiento de esta semana, pero
nos hace mucha ilusión anunciaros que vamos a estar con nuestros amigos
de Druni inaugurando su primera tienda en Sevilla este viernes. Va a
ser un fiestón y esperamos que estéis todos allí porque nosotros también
estaremos", dice Lequio en su publicación en la red social. Un vídeo que Ana Obregón comenta con una frase suficientemente reveladora de los sentimientos que le embargan como madre: "Lo puedo decir más alto pero no más claro, hijo. TE ADMIRO". Lequio
no parece dispuesto a que su enfermedad sea quien dirija su vida y
aunque sigue a rajatabla el protocolo que le marcan los médicos,
continúa trabajando Polar Marketing Solutions, la empresa que fundó
junto a unos amigos y que se dedica a apoyar a distintas marcas y
organizar eventos para ellas. Dentro de su actividad empresarial también está Celibriteat
Solutions, la firma que se centra en utillizar famosos que se ganan la
vida en las redes sociales para promocionar productos de distintas
firmas. La empresa comenzó su actividad el pasado mes de febrero y
cuelga de la empresa principal que fundó Lecquio antes de su enfermedad. Marcas de ropa, restaurantes, accesorios, hoteles, firmas de belleza...
entran dentro de los productos de los que se encargan por ahora.
Los primeros síntomas de la enfermedad
que padece el joven, de 27 años, comenzaron hace 18 meses con lo que
parecía un doloroso tirón en la espalda. Un dolor que dio paso a una
serie de pruebas que detectaron un cáncer que precisaba atajarse con la
máxima rapidez posible. Después de más de seis meses en Estados Unidos
donde recibió tratamiento en el Memorial Sloan Ketthering Cancer Center
de Nueva York,regresó a Madrid para continuar con su vida y sus proyectos
personales. Ahora Lequio continúa su tratamiento en la Clínica Quirón de
Barcelona empeñado en convertirse en un ejemplo de superación y
optimismo. El mismo que ha demostrado frente a esta recaída.
"Nunca hay que rendirse, sino salir adelante por encima de las
piedras que la vida te pone en el camino", ha afirmado cuando conoció a
principios de este mes que la quiomioterapia volvía a su vida. Un
proceso en el que cuenta con el apoyo incondicional de su madre, Ana Obregón,
que le acompañó durante su etapa en Estados Unidos y que ahora ha
vuelto a cancelar todos sus compromisos oficiales para acompañar a su
hijo cada vez que tiene que ir al hospital.
Emily
Blunt y John Krasinski. Es una de las parejas que más ha enamorado a
Hollywood recientemente, sobre todo después de haber trabajado juntos en
‘Un lugar tranquilo’, película que ambos protagonizaron y que Krasinski
también dirigió. Su relación comenzó como un flechazo a primera vista,
hace 11 años, gracias a un amigo común comiendo pizza en el apartamento
de John. “Yo estaba tan nervioso...”, reconoció el actor a Ellen
DeGeneres. “Supe que él era el que buscaba”, añadió Blunt en otra
ocasión. La boda en 2010 también fue de cuento de hadas, en la mansión
de George Clooney en el lago Como, en Italia. Tienen dos hijas, Hazel y
Violet, de cinco y tres años.
Bien está
que los publicistas nos vendan como empoderador de mujeres un cacharro a
pilas, hermanas.Otra cosa es que les compremos el relato.
Getty/ S ModaVale que con la edad debo de estar volviéndome resistente a los cambios, pero el último grito en juguetería sexual femenina me parece más de lo mismo. Se trata de un estimulador de clítoris que promete orgasmos en dos minutos
sin ni siquiera tener que entrar en contacto con la zona gracias a la
generación de ondas electromagnéticas. Dos minutos para el clímax,
presume el aparato, como si fuera una plusmarca olímpica, cuando
cualquier mujer con cierta práctica en la disciplina sabe que puede
correr más rápido y sin ayuda técnica. Y como si la celeridad en
alcanzar la meta fuera un plus en ese deporte. Debo de estar mayor, ya
digo, porque el invento está arrasando entre las millenials y
ya hay quien lo califica como el nuevo y revolucionario vibrador
feminista dado que, al manejarlo una misma y no precisar introducirse en
ningún sitio, nos libera por fin del yugo de la secular falocracia. Como si no hubiera clitoridianas de toda la vida. Aunque personalmente el onanismo a solas me aburre que me mata, no seré
yo quien le ponga pegas a todo adelanto que sirva para darle alegría a
nuestro cuerpo, Macarenas. No siempre se puede o se quiere tener
compañía y la autosuficiencia es un grado. Ahora, que no me vengan con
que el Satisfyer, poético nombre del utensilio, es el totem del
feminismo de la cuarta ola y la abolición de la falodependencia cuando
es poco más que un chirimbolo para autosatisfacernos rapidito y seguir
produciendo, porque me entra la risa. En ese sentido, encuentro mucho
más revolucionario el método de una amiga que, en épocas de sequía, se
deja el sueldo en masajes terapéuticos solo para que unas manos humanas
la toquen. Bien está que los publicistas nos vendan como empoderador de
mujeres un cacharro a pilas, hermanas. Otra cosa es que les compremos el
relato. El cacharro ya lo voy reservando, que nunca vendrá mal para
unas prisas.
El
político conservador encabezó la oposición a la guerra de Irak y llevaba
varios años retirado de la vida pública tras un problema
cerebrovascular en 2005.
Jacques Chirac, en un discurso en 2007. En vídeo, el perfil del expresidente de Francia.Philippe WojazerREUTERS | Vídeo: Europa PressEl expresidente francés Jacques Chirac
ha fallecido este jueves a los 86 años, tras una larga enfermedad que
lo tuvo los últimos tiempos alejado de los focos que durante tantas
décadas atrajo. Personaje clave e imprescindible de la política francesa
desde la segunda mitad del siglo XX, Chirac, que conoció casi todas las
esferas del poder —fue ministro y primer ministro antes de llegar al
Elíseo, tras usar la alcaldía de París como trampolín político, aunque
también le valió una condena jurídica— era un personaje sumamente
carismático, valorado tanto por sus seguidores como detractores, que le
reconocieron, entre otros, su firme oposición a la guerra de Irak.
La
noticia de su deceso fue transmitida por su familia. “El presidente
Jacques Chirac murió esta mañana rodeado de su familia. En paz”, declaró
su yerno Frederic Salat-Baroux, esposo de Claude, la única hija del
expresidente que lo sobrevive. El mundo político francés rindió inmediatamente homenaje a Jacques
Chirac, sobre quien el actual presidente, Emmanuel Macron, hablará en un
discurso solemne esta tarde a las 20.00 horas, según ha adelantado el
Elíseo. La Asamblea Nacional, que se encontraba reunida cuando se
conoció la noticia, saludó la vida de Chirac con un minuto de silencio. “Jacques Chirac forma parte de la historia de Francia. Una Francia a su
imagen, fogosa, compleja, a veces atravesada por contradicciones,
siempre animada por una incansable pasión republicana”, dijo el
presidente del hemiciclo, Richard Ferrand. Chirac “encarnó el alma de
Francia”, corroboró el presidente del Senado, Gérard Larcher. El político de centroderecha (París, 1932) ocupó el Elíseo entre 1995
y 2007. Una época convulsa en la que, entre otros, alcanzó fama
internacional con su firme no a la Guerra de Irak
lanzada por el presidente estadounidense George W. Bush en 2003. El
ultimátum norteamericano “compromete el futuro de un pueblo, el futuro
de una región, la estabilidad del mundo. Es una decisión grave”, advirtió,
en vano, el 18 de marzo de 2003, unos días antes de que comenzara el
conflicto bélico cuyas consecuencias lastran la actualidad
internacional.
También fue el primer jefe de Estado francés que, en 1995, reconoció la responsabilidad de Francia en la deportación de judíos durante la Segunda Guerra Mundial,
algo eludido por todos sus predecesores de la V República francesa. Chirac también supo ver, mucho antes que otros, el peligro que suponía
el cambio climático. "Nuestra casa arde", dijo en referencia al planeta dijo en su ya
famoso discurso durante la Cumbre de la Tierra en Johanesburgo, en 2002. Pasará asimsimo a la historia por haber sido el político que se
enfrentó por primera vez en una segunda vuelta electoral a la
ultraderecha, en las presidenciales de ese mismo 2002 en las que logró
derrotar al entonces líder del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, tras
conseguir aunar a todas las fuerzas, incluidas las de la izquierda, en
un “frente republicano”.
Pero Jacques Chirac será recordado, también, como el único expresidente francés en haber sido condenado por la justicia
por malversación de dinero público y abuso de confianza. Cuando se
conoció el veredicto, en 2011, Chirac ya estaba muy enfermo —sufrió un problema cardiovascular en 2005—
y retirado de la vida pública y no tuvo que cumplir los dos años de
prisión a los que fue condenado por las decenas de empleos ficticios que
autorizó durante su periodo al frente del ayuntamiento de París que,
paradójicamente, fue el trampolín a su salto al Elíseo.
Antes de su
etapa como alcalde y como presidente de la República, Chirac fue
ministro del Gobierno de Georges Pompidou a principios de los setenta
(de Relaciones Parlamentarias, de Agricultura y de Interior). Durante su
primer mandato como presidente, tuvo que gobernar en cohabitación con
un Gobierno socialista liderado por Lionel Jospin. Pese a que fueron
duros rivales políticos, este destacó hoy su labor. “Tuve el privilegio
de gobernar Francia bajo su presidencia. Fue un periodo políticamente
complejo (…) pero en política extranjera, nos cuidamos siempre de hablar
con una sola voz”, recordó en la emisora France Inter.
El también socialista y expresidente François Hollande
resaltó asimismo su visión internacional. “Mucho antes que otros,
comprendió el desafío del calentamiento global, el desarrollo de África y
de la paz en Oriente Próximo. Por ese motivo, rechazó en 2003 que
nuestro país entrara en la guerra de Irak cuyas consecuencias trágicas
vemos hoy”, dijo en un comunicado, en el que también valoró su capacidad
de “establecer un vínculo con los franceses”. “Chirac quedará como el hombre del discurso de Vel d’Hiv, el
presidente que se opuso a la guerra en Irak, el apasionado de las
civilizaciones y el hombre por el que voté en 2002. Sé que ocupa ya un
bello lugar en el corazón de los franceses”, afirmó en Twitter el ex
primer ministro socialista francés y excandidato a la alcaldía de
Barcelona, Manuel Valls. “Hoy desaparece una parte de mi vida”, declaró por su parte el también expresidente Nicolas Sarkozy, que lo sucedió en el Elíseo y que fue ministro de Interior bajo Chirac. La actual líder de la ultraderecha Marine Le Pen,
a cuyo padre derrotó Chirac en 2002, también reconoció el valor de un
político con el que mantuvo “muchas divergencias” pero que, subrayó,
“fue capaz de oponerse a la locura de la guerra de Irak”.
Los reconocimientos también llegaban desde el extranjero.
“Europa pierde hoy una de sus figuras destacadas, Francia pierde a un
gran hombre de Estado y yo a un amigo fiel”, lamentó el presidente de
la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para quien Chirac era “un
hombre de fuertes convicciones, de valores humanistas de fraternidad,
respeto y tolerancia”. “Perdemos un gran hombre de Estado y europeo”,
lamentó por su parte el ministro de Exteriores alemán, el
socialdemócrata Heiko Maas. Jacques Chirac
nació en París el 29 de noviembre de 1932. Era hijo de un administrador
de sociedades y su familia era de clase media acomodada. En 1954 se
graduó en el Instituto de Estudios Políticos de París, hizo el servicio
militar como oficial de caballería del ejército francés en Argelia entre
1956 y 1957, y en 1959 finalizó sus estudios en la Escuela Nacional de
Administración (ENA), siendo el 16º en elrankingde
su promoción. Entró en la política nacional a mediados de los años 60,
de la mano del primer ministro Georges Pompidou, de quien empezó siendo
encargado de misión en su gabinete privado. En la década de los años 70
ocupó varios cargos ministeriales antes de convertirse, en 1977, en el
primer alcalde de París elegido por sufragio universal. En 1995 colmó su
ambición, conquistar el Elíseo, tras dos intentos frustrados, en 1981 y
1988, en los que fue derrotado por François Mitterrand. Para la
posteridad ha quedado la demoledora respuesta que el socialista le dio a
su entonces primer ministro conservador durante un debate presidencial
televisado. "Permítame decirle que, esta noche, yo no soy el primer
ministro y usted no es el presidente. Somos dos candidatos en igualdad
que se someten al juicio de los franceses, el único que cuenta. Permítame por tanto llamarle señor Mitterrand", le dijo Chirac en un
intento de igualar los campos. "Tiene usted toda la razón, señor primer
ministro", le respondió Mitterrand. A sus 86 años, Jacques Chirac estaba totalmente retirado de la política. Estaba casado con Bernadette Chodron de Courcel
y tuvieron dos hijas. La mayor, Laurence, murió en 2011 a los 58 años,
tras una vida marcada por depresiones, anorexia e intentos de suicidio
que marcó a toda la familia. Además, los Chirac acogieron en 1979 en su casa a la vietnamita Anh Dào Traxel,
que entonces tenía 21 años. Nunca la adoptaron oficialmente, pero para
ellos fue una hija más. Aunque se distanció los últimos contacto de su
familia adoptiva, Dào Traxel lamentó este jueves la muerte del hombre
que la "protegió" y le "permitió tener una segunda oportunidad". "Como
ciudadana digo que hemos perdido a un gran hombre en Francia (...) eso
quedará en la memoria de los franceses, que siempre quisieron mucho a
Chirac. Era un gran corazón", declaró la "hija del corazón" del
exmandatario, como la llamaba Chirac.