Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

21 sept 2019

Verónica Castro, el ocaso y el adiós de la reina de las telenovelas mexicanas

La actriz de 'La casa de las Flores' anuncia su retirada tras la polémica por su relación con otra mujer.

Verónica Castro en Ciudad de México, el año pasado.
Verónica Castro en Ciudad de México, el año pasado. Getty
Verónica Castro ya no quiere que se hable de su vida amorosa.
 La reina de las telenovelas mexicanas, de 66 años, anunció su retirada de la pequeña pantalla después de que su relación con otra mujer copara los titulares de los programas de espectáculos durante dos semanas
"La vida ha cambiado mucho pero yo no puedo con la agresión y el escarnio y digo adiós", anunció en Instagram.
 En ese momento, todos pensaron que era una broma. Pero lo que había comenzado como el rumor de una boda simbólica en Ámsterdam con otra actriz mexicana terminó por ser una pelea encarnizada en los medios de comunicación sobre su sexualidad. 
El drama, en un país en que la homosexualidad aún genera incomodidad, dio paso al ocaso de una carrera de más de 53 años. Según ha confirmado su representante a este periódico, el adiós de Castro es definitivo.

"¿Relaciones con mujeres? ¿Qué? ¿De amor?".
 La respuesta de la intérprete en julio de 2016 a las preguntas sobre sus amoríos con otras mujeres denotaba cierta sorpresa.
 Las habladurías no eran nuevas, pero pocas veces se la había interrogado tan directamente. 
"No, pues nunca ha venido ninguna a pedirme matrimonio, pero qué lindo sería, ¿no? Yo no tengo problemas con ese tipo de cosas". El desenfado de la reina de la televisión mexicana al hablar de la homosexualidad en la entrevista con la revista Quién sorprendió en ese momento.
 Durante décadas La Vero, como se la conoce en México, interpretó papeles en decenas de telenovelas de la cadena mexicana Televisa que ayudaban a perpetuar valores conservadores y religiosos.
Tres años después de esa entrevista, la que es una de las actrices más famosas de México ha vuelto a ser señalada por lo mismo. 
Y la que parecía una mujer abierta en 2016 —"si me llega una mujer y me prende el foco, no puedo decir de este agua no he de beber porque somos humanos y siempre tratamos de hacer cosas diferentes o de probar"— cambió de tornas este 2019. 
"No soy lesbiana en esta vida", sentenció. 
La declaración era una respuesta a los comentarios de Yolanda Andrade, una actriz y presentadora mexicana que dejó caer hace dos semanas en un programa de radio que se había casado con Castro en Ámsterdam hacía una década. 
La boda, según dijo, había sido un "acto de amor simbólico", no un casamiento legal.
 Una forma de poner un sello sobre una relación de muchos años. "Qué cantidad de tonterías. Todo es mentira", replicó la reina del culebrón, que acusó a Andrade de querer "comer" de su fama.
La relación entre Andrade y la familia Castro se remonta varios años atrás. 
La presentadora, de 47 años, saltó a las pantallas mexicanas a principios de los noventa al protagonizar Las secretas intenciones junto a Cristian Castro, hijo de La Vero.
 El trabajo en esa telenovela abrió la puerta a los rumores de un romance entre ellos. 
"Yo estaba locamente enamorada", dijo años después tras confirmar que había tenido una relación con el cantante. 
El amorío quedó enterrado rápidamente y Andrade estableció una amistad con la protagonista de La casa de las flores, la serie de Netflix estrenada el año pasado y que ya prepara otras dos temporadas.
Esa relación no había generado demasiado revuelo hasta hace 15 días.
 "Es como si te sacaran los trapitos de hace 20, 30 o 40 años, te acostaste con tal, te fuiste con mengano", comentó La Vero después de varios días de polémica. 
Al principio, la actriz se tomó los dichos con humor. 
Pero las amenazas de Andrade de publicar las fotografías de la boda la empujaron a admitir que se había casado "en broma" con la conductora. 
"De broma me he casado muchas veces, pero de veras nunca", aseguró en una entrevista en la prensa mexicana.
 "Mis dos grandes amores fueron los padres de mis hijos y hasta ahí. Yo ya voy de salida, ya déjenme en paz", reclamó.

 

Un fotograma de la serie 'La casa de las flores', de Netflix, con la actriz Verónica Castro sentada en medio.
Un fotograma de la serie 'La casa de las flores', de Netflix, con la actriz Verónica Castro sentada en medio.
La actitud de Castro, que primero negó la boda y después admitió que había sido de broma, se acomoda a una generación de famosos a los que la industria cultural se empeñó en mostrar como gente de valores católicos y clasistas. 
La actriz se catapultó a la fama, no solo en América Latina, sino también en Europa y Asia, a finales de los setenta a partir de su interpretación en Los ricos también lloran.
 Una producción que incluso la volvió famosa en países como Rusia, Japón y Polonia. 
Esa telenovela fue el primer gran golpe de una carrera que tuvo un pronunciado ascenso hasta finales del siglo pasado. 
En 1997, la actriz se alejó de la pequeña pantalla durante 10 años, y tras algunos pequeños papeles, volvió con fuerza en 2018 cuando se convirtió en la nueva estrella de la famosa serie mexicana La casa de las flores.
 En vísperas del estreno de la segunda parte de la producción de Netflix en la que interpreta a Virgina, el anuncio del fin de la carrera de Castro ha dejado un gusto amargo. 
"Por 53 años entregué mi vida con todo mi amor, gracias por todo", escribió en Instagram, "pero estoy agotada de tanto mal y como lo vengo diciendo hace ya muchos años quiero mi paz".

Pedro Almodóvar, el círculo íntimo que rodea al lobo estepario del cine

El cineasta, que cumple 70 años, vive acompañado discretamente de algunos incondicionales.

 

Aunque suele estar rodeado de gente, busca la soledad. Pedro Almodóvar cumple el próximo miércoles 25 de septiembre 70 años con los sueños colmados y un gran cúmulo de pesadillas acechantes.
 No es algo que deba escandalizar. 
Ni la revelación de ningún secreto íntimo: salta a la vista en Dolor y gloria, su última película, el autorretrato de un auténtico lobo estepario.
Como en la novela de Hermann Hesse, de forma parecida a Harry Haller, su protagonista, Almodóvar ha sabido elevar a categoría de arte su propio tormento: físico y anímico. 
Vive en una contradicción perpetua. Busca soledad, pero necesita reconocimiento.
 Sueña con autorecluirse , pero hay épocas en las que no le queda otra que sobreexponerse.
 Más ahora, en plena campaña internacional del filme y con la perspectiva de una dura etapa de promoción de cara a los próximos Oscar.
Lejos quedan los excesos de sus años locos: la fiesta perpetua de la movida.
 Almodóvar pasó de ser anfitrión madrileño para todo tipo de recibimientos, desde Andy Warhol a Madonna, a sumergirse en su vertiente de monje cartujo.
 Si el cine comenzó como un juego, hoy, para él, es una obsesión. Su conciencia de artista y la popularidad siempre buscada tenían un precio que le cuesta aún pagar: el aislamiento.
El círculo que lo rodeó durante años ha ido reduciéndose con el tiempo. 
Por elección y también a su pesar.
 Peleas y reconciliaciones han sido su dinámica emocional. Hoy, más zen y bastante machacado por lesiones, dolores crónicos o migrañas, convive, sobre todo, con sus fantasmas y acompañado discretamente de algunos incondicionales.
Pedro Almodóvar junto a Fernando Iglesias y Penélope Cruz en Nueva York, en 2006.
Pedro Almodóvar junto a Fernando Iglesias y Penélope Cruz en Nueva York, en 2006. Getty
Su círculo íntimo lo componen, de manera perpetua, tres personas. Esa es la verdadera realidad del rey del glamur en España: poco ruido y mucho orden.
 Para empezar, su pareja, Fernando Iglesias Mas.
 Empezaron su relación en 2002. Cuando Almodóvar acude con su troupe a cualquier evento, él destaca por sus casi dos metros de altura.
 Una medida que le llevó a practicar el baloncesto y, de paso, a aficionar al cineasta a este deporte.
 Se trata de una pasión que comparten juntos, como el tenis.

Iglesias Mas es polifacético: fotógrafo, actor y modelo. 
Su último éxito de taquilla fue Tres bodas de más, en 2013 y debe cierta popularidad a sus apariciones en la serie Águila roja. 
 Ha sido un habitual en los cameos de películas del director manchego desde Hable con ella y ha publicado como fotógrafo en revistas como el Vogue francés. 
Ayuda en labores de asistente al cineasta pero viven separados en Madrid: mientras Almodóvar tiene su domicilio en la calle Pintor Rosales, Iglesias Mas continúa en su casa del barrio de Malasaña.
Otro de sus refugios buscados es El Deseo, su productora.
 Su hermano Agustín y Esther García, responsable del diseño de producción de todas sus películas, son dos pilares de confianza.
 A medida que, tras Volver, su propio cine sufría altibajos y división de opiniones, por el contrario, su sello como productor ha ido afianzándose con apuestas de riesgo y algunas joyas, generalmente llegadas de Argentina, como Relatos salvajes, de Damián Szifron o El clan, de Pablo Trapero.
 Aparte ha apostado por documentales como El silencio de los otros o dos de las más aclamadas películas de Isabel Coixet, caso de Mi vida sin mí o La vida secreta de las palabras y la reciente Todos lo saben, del iraní Asghar Farhadi.
Esther García trabaja con Almodóvar desde 1986, pero ha logrado un total de seis Goyas con él y otros directores en filmes como Acción mutante, el primer largometraje de Álex de la Iglesia, Relatos salvajes o La vida secreta de las palabras. 
 En 2018 consiguió el Premio Nacional de Cinematografía, prueba del prestigio con que goza dentro de la profesión.
Agustín Almodóvar iba para profesor de química, pero lo cambió por las emulsiones del celuloide que despedían las películas de su hermano. 
En 1985 fundaron juntos El Deseo y desde entonces es su absoluto escudero y hombre de plena confianza. 
Gracias a él, el cineasta ha podido desarrollar su carrera ya que se ha ocupado de las tareas de producción y organización.

Relaciones ciclotímicas

Las relaciones ciclotímicas que mantiene con sus intérpretes le caracterizan.
 Su desencuentro más explosivo fue el de Carmen Maura después de Mujeres al borde de un ataque de nervios: tal como un divorcio que tuvo su reconciliación en Volver y su distancia posterior definitiva.
Con Antonio Banderas vive también sus épocas, aunque se entienden mejor.
 La fortaleza mental del malagueño queda a las claras cuando ha tenido el arrojo de hacer de Almodóvar delante de él en Dolor y gloria y salir, hasta ahora, aparentemente, indemne, además de con un premio en Cannes a la mejor interpretación.
 Su debilidad es Penélope Cruz: con ella ejerció una complicidad de mentor y alumna aventajada que favorece siempre el trabajo de ambos.
Luego está la troupe: un fantasmagórico club que reúne restos supervivientes de la movida —Alaska o el diseñador gráfico Juan Gatti, autor de la mayoría de sus carteles y títulos de crédito, es decir, de una nada desdeñable parte de su iconografía—, incondicionales como Rossy de Palma y Bibi Andersen y encuentros con actores de generaciones posteriores a la de los ochenta: Javier Cámara, Raúl Arévalo, Carlos Areces, Blanca Suárez o ahora Asier Etxeandia.
 

 

20 sept 2019

Sofía Loren, 85 años de una vida de luces y sombras

Tras una década de ausencia, la actriz italiana vuelve al cine dirigida por su hijo Edoardo Ponti.

Sofia Loren
Sofía Loren durante un programa de televisión italiano, en 2014. Cordon Press

 La actriz italiana más famosa de la historia cumple 85 años el 20 de septiembre y continúa deslumbrando y tan incombustible como siempre.

 Después de una década de ausencia en la gran pantalla, Sofía Loren ha vuelto a ponerse delante de las cámaras, las de su hijo, el director Edoardo Ponti, y desde el pasado mes de julio está entregada al rodaje de La Vita davanti a sé, al que dedica maratonianas sesiones de 10 horas diarias. 

Conserva intacto su estilo de diva, el glamur, la intensidad dramática, la voluptuosidad, la belleza explosiva y el poder de atracción que la han convertido en mito erótico de generaciones y generaciones y en musa eterna y fuente constante de inspiración para artistas de todas las disciplinas.

Como leyenda del séptimo arte, ha servido de modelo para Penélope Cruz, a la que a menudo se compara con la diva italiana. 

Como en su reciente interpretación en la última película de Pedro Almodóvar, Dolor y Gloria. “Tanto Pedro como yo nos hemos inspirado siempre en la figura de Sofía Loren. Es un modelo, además de una amiga”, ha señalado en una entrevista en la televisión pública italiana Penélope Cruz, que en numerosas ocasiones ha declarado su admiración total por la Loren.

 Con la actriz española compartió reparto la italiana en 2009 en el que hasta ahora ha sido su último largometraje: Nine, el musical de Rob Marshall que también reunió a Nicole Kidman, Marion Cotillard, Daniel Day Lewis, y Judi Dench.

Sofía Loren junto a su hijo, el director Edoardo Ponti, en el rodaje de 'La Vita davanti'
Sofía Loren junto a su hijo, el director Edoardo Ponti, en el rodaje de 'La Vita davanti' Splash News / Cordon Press
Edoardo Ponti, su hijo pequeño y que ya la ha dirigido en otras dos ocasiones, la ha convencido ahora para salir de su retiro y ponerse en la piel de Madame Rosa, una superviviente del holocausto que entabla una emotiva relación con un niño inmigrante. 
La actriz ya ha asegurado que al público le sorprenderá su personaje. 
“La energía y la pasión con la que afronta cada escena es una maravilla digna de ver”, ha dicho Ponti.
Aunque el cine ha sido su verdadera pasión, también en la moda ha surtido efecto su poder de sugestión y ha inspirado a diseñadores como Valentino, amigo y confidente, que tiene expuesto el vestido que lució en los Oscar en el Valentino Garavani Virtual Museum; Dolce & Gabbana, Thierry Mugler o la firma Guess.
Sus trabajos con Vittorio De Sica la consagraron como una de las actrices más requeridas en el Hollywood de los años 50, donde protagonizó títulos como Deseo bajo los olmos (1958) y Orgullo y pasión (1957). 
Poco después, en 1961, por su magistral interpretación de una madre que escapa con su hija de la Roma ocupada por los alemanes durante la guerra en Dos mujeres, se convirtió en la primera intérprete en conseguir un Oscar con un papel de habla no inglesa. En 1991 recibió un Oscar honorífico, que se suma a un reguero interminable de premios internacionales.

En los orígenes de su historia de amor un titular la persiguió durante años: “Escándalo”. 
Ponti, que le sacaba 22 años cuando se conocieron, estaba casado y tenía dos hijos.
 La ultraconservadora Italia de la posguerra no reconocía el divorcio y a ojos de la Iglesia y de la sociedad, el productor seguía casado con su primera esposa y la actriz era solo su “concubina”, a pesar de que habían contraído matrimonio civil en México en 1957 para tratar de formalizar su relación.
 La pareja llegó a enfrentarse a acusaciones de bigamia, hasta el punto de que tuvieron que huir juntos de Italia. 
Cuando ella recogió la Copa Volpi de la Mostra de Venecia a la mejor actriz por su interpretación en La Orquídea negra apenas se quedó unas horas en el Lido, por temor a ser detenida. 
Finalmente se convirtieron en marido y mujer en 1966, en una ceremonia civil que se celebró en París, después de obtener la ciudadanía francesa.

Después de una infancia en Pozzuoli, cerca de Nápoles, marcada por el hambre y las bombas de la II Guerra Mundial, a los 15 años ganó un concurso de belleza y con el dinero del premio se trasladó a Roma con su madre, en busca de un trampolín hacia la fama.
 La determinación de las dos mujeres levantó la ira de su padre, que apenas ejerció como tal y que acabó acusando a ambas de ejercer la prostitución.
 Lo cuenta ella misma en su autobiografía publicada con ocasión de su 80 cumpleaños, titulada Ayer, hoy y mañana, como uno de sus grandes éxitos en el cine.
 “Una mañana, al amanecer, escuchamos cómo alguien llamaba a la puerta de casa. Asustadas por la hora, fuimos a abrir y nos encontramos a la policía. 
Nos llevaron y nos pidieron que justificáramos los ingresos con los que vivíamos.
 Alguien nos había denunciado sembrando la duda de que hubiéramos transformado nuestro apartamento en una casa de citas”, explica la actriz en sus memorias. 
“Después del desconcierto inicial, recuperamos la sangre fría y pudimos demostrar con facilidad el origen de mis ganancias. 
La herida que nos había causado mi padre era profunda y, al menos por lo que a mí respecta, nunca se llegó a curar”, añade.
Con Marcello Mastroianni, junto al que rodó 12 películas, entre ellas, Matrimonio a la italiana, Los girasoles o Una jornada particular, formó un tándem épico que los catapultó como una de las marcas de identidad del cine italiano.

Aunque pretendientes nunca le han faltado, el único hombre de su vida ha sido Carlo Ponti, un productor italiano que se acabó convirtiendo en su mentor y su gran amor y con el que tuvo dos hijos después de sufrir dos abortos.
 “Señora, usted tiene unas caderas estupendas, es una mujer muy hermosa, pero nunca tendrá un hijo”, llegó a decirle un médico.

 

La historia detrás de ‘¡Hola!’, la ‘biblia’ de la prensa del corazón

La revista que comenzó en la mesa camilla del salón de la familia Sánchez Junco cumple 75 años retratando los cambios de la vida social internacional.

La historia detrás de ‘¡Hola!’, la ‘biblia’ de la prensa del corazón

La fila de público que espera a la puerta del Palacio de las Alhajas en Madrid despierta la curiosidad de los transeúntes que especulan sobre el acontecimiento que se celebrará en su interior.

 Dos enormes banderolas que cuelgan del edificio despejan las dudas: la expectación tiene que ver con un cumpleaños, el 75 aniversario de la revista ¡Hola!, la biblia de la prensa del corazón.

 Aunque el apelativo no termine de gustar a la familia que fundó y se sigue manteniendo al frente de la revista.

 Ellos prefieren la definición de su creador: "la espuma de la vida, las burbujas que suben de la copa de champán".  

Dentro de este céntrico edificio de tres plantas el público, mayoritariamente femenino, puede acceder durante esta semana a una representación del universo de glamour y burbujas que ha desfilado por las páginas de esta publicación durante sus 75 años de vida: algunas de sus portadas icónicas, el vestido de terciopelo negro de Diana de Gales que diseñó Victor Edelstein, el traje que lució Rocío Jurado en su última actuación en directo, el vestido que llevó Isabel Pantoja cuando regresó a los escenarios tras la muerte de Paquirri o los dos modelos que diseñó Zuhair Murad para Pilar Rubio en su reciente boda con Sergio Ramos.

 También dos obras propiedad de dos protagonistas de muchas portadas de la revista: el primer cuadro que pintó Carmen Cervera, la baronesa Thyssen, en homenaje a su casa de Jamaica y que bautizó Alligator, y un retrato de Isabel Presley con sus tres hijos mayores, Chábeli, Julio y Enrique, pintado en la época en que se separó del cantante Julio Iglesias y comenzó su carrera como icono de estilo.

 Una pequeña representación de los personajes que pueblan las páginas de esta revista que nació sobre la mesa camilla de una habitación del piso familiar de la calle Muntaner de Barcelona y que hoy tiene 20 ediciones en papel en 10 idiomas, 10 páginas web, un canal de televisión panamericano, Hola TV, y dos canales, Hola Hello Media y Hola Play, dedicados a la producción de noticias, documentales y audiovisuales para sus diferentes ediciones web.

 

De izquierda a derecha, vestidos de Rocío Jurado, Diana de Gales e Isabel Pantoja, que se pueden ver en la exposición con motivo del 75 aniversario de '¡Hola!'.
De izquierda a derecha, vestidos de Rocío Jurado, Diana de Gales e Isabel Pantoja, que se pueden ver en la exposición con motivo del 75 aniversario de '¡Hola!'.
 
50 millones de lectores en todo el mundo avalan el éxito de una fórmula que partió del amor de una pareja, el periodista Antonio Sánchez y su esposa Mercedes Junco, que pensaron en hacer algo que les permitiera pasar más tiempo juntos.
 "Mi abuelo", relata Eduardo Sánchez, actual director y presidente de ¡Hola!, "quiso hacer un producto para mi abuela, para la mujer. 
Ella escribía sobre todo de consejos de moda, decoración y belleza y él tenía el olfato".
 Un sentido agudizado de la oportunidad que supo intuir en 1944, en una España sumida en la grisura de la posguerra, que se necesitaba soñar, tener acceso, aunque fuera solo un rato y a través de fotografías, a un mundo inalcanzable tan lejano entonces como podía ser pensar en poner un pie en la luna.
Tres portadas con personajes habituales de la revista '¡Hola!'.
Tres portadas con personajes habituales de la revista '¡Hola!'.
El abuelo visionario intuyó la ventaja de ser el primero en estar en los quioscos antes de que las prisas de Internet ni siquiera pudieran imaginarse y por eso cuando Grace Kelly se casó con Rainiero de Mónaco en 1956, no dudó en fletar una avioneta para que las fotos de la boda llegaran lo más rápido a Madrid, donde ya entonces estaba la sede de la revista. 
Aunque Mercedes Junco siguió acudiendo a las oficinas de ¡Hola! hasta que murió el pasado mes de marzo con 98 años y el título no oficial de editora de revista más longeva del mundo, fue su único hijo Eduardo Sánchez Junco quien cambió definitivamente el rumbo de la publicación. Ocurrió cuando decidió lanzar ¡Hello!, la edición británica inspirado por la pasión que despertaba la princesa Diana de Gales en España y por un viaje a Londres donde vio a varias mujeres inglesas comprar la edición española de ¡Hola! que la llevaba en su portada.

Sus primeras cinco portadas fueron ilustraciones que ya marcaron la línea que desde entonces la ha aupado al podio de las revistas de sociedad más exitosas del mundo.
 "Mis abuelos, y después mi padre [Eduardo Sánchez Junco] crearon un género de periodismo de buen gusto, elegante y respetuoso en el que no entramos a valorar lo que dicen las imágenes y los protagonistas. 
Damos buenas noticias que queremos dejen en el lector el regusto de haberlo pasado bien", puntualiza su actual director.
 Casi inmediatamente llegó otro descubrimiento que además resultó más sostenible desde el punto de vista económico: el tirón de los actores de Hollywood. 
El fundador conseguía las imágenes de los cines y teatros de Barcelona que recibían, junto a los rollos de las películas, fotos de sus intérpretes que entonces se utilizaban para pintar los murales de promoción.
Desde entonces la publicación se convirtió en una marca que ha podido tener acceso a entrevistas mundiales que de otra manera hubiesen pertenecido al mundo de los objetivos imposibles: la boda de Brad Pitt y Angelina Jolie, la de Tom Cruise con Katie Holmes o el primer posado de miembros de la familia real británica, el príncipe Eduardo y su entonces esposa Sarah Ferguson con sus hijas, por el cumpleaños de Eugenia de York, son solo tres ejemplos de esos momentos que un sector del público espera ávidamente en el quiosco cada miércoles. 
Fachada del Palacio de las Alhajas en Madrid, que acoge durante esta semana Casa ¡Hola!.
Fachada del Palacio de las Alhajas en Madrid, que acoge durante esta semana Casa ¡Hola!.
Las risas y los llantos de Julio Iglesias, Carmen Cervera, Isabel Pantoja, la familia real británica, Grace Kelly y sus hijos, la reina Rania de Jordania, la duquesa de Alba y sus vástagos, Bertín Osborne, Ana Obregón, George Clooney, Rocío Jurado y familia, Raphael, Antonio Banderas, Nieves Álvarez, Penélope Cruz, Carmen Martínez Bordiú, el mismísimo Donald Trump, Sharon Stone, Jane Fonda o Elle McPherson han ido llenando sus páginas.
 Pero en los años ochenta en la batalla por el éxito en su portada había dos claras ganadoras Carolina de Mónaco y Lady Di, hasta el punto de crearse una coletilla clarividente en su redacción: "Ante la duda, Carolina".
Los tiempos web han diversificado a los protagonistas hasta el punto de que el director de la publicación no se atreve a ser contundente con un personaje infalible para convertirse en el salvoconducto de su portada. 
Pero se le escapa una sonrisa cuando se le insinúa a la reina Letizia.
 Ni ella, ni la princesa Leonor y la infanta Sofía, fallan nunca.
 Ser príncipes por un día, aunque sea pasando las páginas de una revista, sigue teniendo su público.