Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 sept 2019

Superentrañable y supertodo......................... Boris Izaguirre.

La presencia materna se está convirtiendo en un fenómeno propio de las actuales ‘celebrities’.

Cayetano Martínez de Irujo en Gijón, el pasado 29 de agosto.
Cayetano Martínez de Irujo en Gijón, el pasado 29 de agosto. Getty

En agosto fui a visitar a Lucía Bosé a su casa de Segovia.
 Siempre luminosa y ávida de comentar la actualidad me recibió con una buena pregunta: “¿Quién está detrás de Rosalía? Porque lo que hace es bueno. No se equivoca en nada”. 
Me dejó sin respuesta, asombrado ante su curiosidad. Recordé que en la última entrega de los premios ICON, de la que fui presentador, Pedro Almodóvar le entregó el premio revelación y ella abrazó al director de Todo sobre mi madre, con un candor maravilloso.
 “¿Entonces es Almodóvar?”, insistió Lucía. 
A estas alturas, tras conseguir el primer premio MTV para un cantante español y tras una actuación donde se consagró ante el público global, Rosalía ya es, más que una cantante, una escuela. Jóvenes artistas de su generación quieren aprender de ella y, de momento, solo pueden imitarla.
Confirmé este fenómeno cuando acompañé a María Isabel, la cantante que ganó Eurovisión Junior con aquel Antes muerta que sencilla, en la emisión de Lazos de Sangre dedicado a Marisol. María Isabel acudió un tanto forzada a hablar como exniña prodigio, algo de lo que las niñas prodigio jamás quieren comentar. Lo hizo enseñando unos labios pintados de naranja fluorescente, ropa superurbana y esas larguísimas uñas que son santo y seña de Rosalía. 
“He cambiado pero siempre he sido urbana”, reiteró María Isabel, dejando claro que ese género musical es mucho mayor que Rosalía.
No se lo discutí porque estaba pensando en Isa P (que se pronuncia Pi), antes más conocida como Chabelita, la hija de Isabel Pantoja, que nos tiene en ascuas ante la inminente salida de su primer vídeo musical. “Ahora estoy mejor”.
 Y es porque Isa P es ahora más deudora del estilo de Rosalía que del de su progenitora. 
Aunque haga un esfuerzo enorme por no parecer una estrella del Korean Pop, Isa P no puede evitar tampoco el influjo de la escuelita de Rosalía.
 Ella lucha por gustar y enseña glúteos con alarmante apariencia de estar retocados y más propios de Miss Venezuela que de Miss Corea. 
 Pero clama y reclama que su madre debería acompañarla para su estreno musical.
 Ahí donde Rosalía va sola con su talento, Isabel Pi necesita la aceptación materna y en público.
Rosalía actúa sobre el escenario de los premios MTV Video Music Awards, el pasado 26 de agosto en New Jersey.
Rosalía actúa sobre el escenario de los premios MTV Video Music Awards, el pasado 26 de agosto en New Jersey. Getty

Esa llamativa necesidad de la presencia materna se está convirtiendo en un fenómeno propio de las actuales celebrities. Cayetano Martínez de Irujo también pertenece a esa estirpe y no duda en titular su exitoso libro de memorias De Cayetana a Cayetano.
 Sin adentrarse en la estética transgénero, me lo comentó abiertamente antes de nuestra entrevista en la televisión pública.
 Lo encontré genial, una mezcla peculiar, aunque no del todo insensata, de autoayuda y egotrip.
 Cayetano como entrevistado es único, te involucra y te hace sentir la transferencia: que solo tú recibes algo muy noticioso.
 Más que lazos de sangre, este libro de memorias apunta a convertirse en charcos de sangre o en una serie de televisión para cualquier plataforma digital interesada en lo cotidiano de los Grandes de España. 
Pero para que la historia funcione, tiene que haber una madre a gran escala como fue Cayetana de Alba.
¡España es muy de madres! Y la prensa del corazón lo sabe, lo exprime y lo refuerza. 
Muchas de las heroínas de esa industria son madres. Obregón, Preysler, Pantoja, Cervera, Mar Flores, Lucía Bosé, Belén Esteban, adalides de lo que significa ser madre y española.
 Luchadoras y supervivientes pero siempre mamás. Al igual que el éxito de Rosalía, se trata de una fórmula irresistible.
 En España todos los caminos llevan a la madre.

Cayetano escribe en sus memorias que su madre no estaba preparada para serlo.
 Al final acepta, entiende, que es igual a ella. 
Hay transferencia de Cayetana a Cayetano. Los hijos, mientras podemos, le echamos la culpa de lo malo a nuestros padres, asumiendo que es una buena terapia para encarrilar nuestra propia vida.
 Otra frase provocadora es cuando Cayetano describe a la Infanta Elena (que, oh sorpresa, ¡fueron novios por tres meses!) como “superentrañable y supertodo”. Pienso que debe ser superdifícil ser ambas cosas.
 Pero es que en un mundo donde lo súper es ser madre, todo lo que se puede calificar de súper tiene menos contenido. 
Pienso que deberíamos aplicarlo despreocupadamente.
 Por ejemplo, el panorama político: supercomplicado y supertodo. Incluso para seguir celebrando los superéxitos de Rosalía, que es ahora la madre del cordero

 

El escándalo que persigue a Mar Flores y su nueva vida

La modelo aún recuerda el sufrimiento que le causó a ella y a su familia la publicación de unas imágenes en las que aparecía junto a Alessandro Lecquio en la cama, hace ya veinte años.

Mar Flores
Mar Flores, en Madrid, el pasado octubre.

 

El revuelo mediático que han organizado las confesiones de Cayetano Martínez de Irujo en el libro que acaba de publicar, De Cayetana a Cayetano, han devuelto a la actualidad la complicada relación amorosa que vivió con la modelo, y ahora diseñadora, Mar Flores.
 Una relación por la que el conde de Salvatierra peleó con la estricta casa de Alba, con su madre y sus hermanos, para poder oficializar y presentar al mundo a Flores como su pareja. Lo consiguió y fue de su brazo a la boda de su hermana Eugenia Martínez de Irujo con el torero Francisco Rivera Ordoñez en la catedral de Sevilla, celebrada en octubre de 1998.
 Allí estaba lo más granado de la sociedad como testigos de esa entrada triunfal, en la que ella iba impecablemente vestida con un elegante traje de chaqueta azul claro y mantilla y él con el vistoso uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
El cuento de la Cenicienta entre la modelo y el aristócrata —por muy díscolo que este fuera— acabó poco después cuando entró en liza otro conde de opereta, Alessandro Lecquio.
 Este latin lover de los años noventa, también ex de Ana García Obregón, apareció en unas fotografías en las que se le veía en la cama con Mar Flores. 
Ocurrió en enero de 1999 y la imágenes fueron portada de la revista Interviú, que rompió cifras de ventas. 
Uno de los damnificados de aquel escándalo, que ha perseguido a sus protagonistas durante años, fue el propio Martínez de Irujo, que poco después rompió con la modelo porque no supo o no quiso gestionar un triángulo amoroso que sucedió antes de su aparición en la vida de Mar Flores.
 Otro de los afectados fue Fernando Fernández Tapias, un acaudalado empresario que entonces era el presidente de la Confederación Empresarial de Madrid, y que fue el tercero en discordia en ese triángulo que él desconocía y en el que también jugaban Lecquio y Flores. 
La tercera perjudicada fue la propia modelo, que tuvo que desaparecer de escena durante meses e incluso llegó a tener que ser ingresada con un ataque de ansiedad. 

Elías Sacal y Mar Flores, ante el Palacio Real de Madrid. rn
Elías Sacal y Mar Flores, ante el Palacio Real de Madrid.
Veinte años después Cayetano Martínez de Irujo no ha olvidado el episodio y lo menciona en su reciente libro: “La modelo”, como la denomina sin llamarla por su nombre, “fue la horma de mi zapato en el peor de los sentidos.
 Yo, que pensaba que todas las mujeres estaban a mi disposición, saboreé mi propia medicina: era una mujer maquiavélica y fría, de doble personalidad”.
Ella volvió a escena en 2016 cuando se separó de Javier Merino tras 15 años ejerciendo de madre, anfitriona perfecta y esposa. Ahora Flores ha desvelado cómo se sintió en aquellos momentos convulsos de finales de los noventa en la revista ¡Hola!, acompañada de un posado que la muestra perfecta a sus recién cumplidos 50 años.
 Además de confesar que en el colegio se sentía “el patito feo porque con 14 años medía 1,82 y era la más delgada de la clase, Mar Flores recuerda, sin dar detalles escabrosos, aquel tiempo que la ha marcado para siempre:
 “Gestioné mi vida de una forma muy lógica, decente y razonable, pero se distorsionó. 
Lo sufrí, me hicieron daño, estuve muy expuesta. Fue una época dura, difícil”, afirma la modelo que ahora es también diseñadora de su propia firma, Mar Flores Madrid (MFM).

Confiesa que en ese momento no estaba preparada para afrontar el huracán que se la llevó por delante.
 “Ha sido sin duda uno de los momentos en los que me he sentido más perdida porque no podía llevar las riendas de mi propia vida. Daba igual lo que hiciera”.
 Ni ahora que afirma sentirse segura, madura y respetada puede recordar aquella época relajadamente: 
“En ese momento yo no era capaz ya de diferenciar lo que leía y se escribía de mí y lo que era la realidad. (…) Hubo un momento en el que ni yo me daba cuenta lo que era sí y lo que no, y gracias a Javier [su exmarido] que me quería y me veía desde fuera, pude salir de esa espiral”.

Ella volvió a escena en 2016 cuando se separó de Javier Merino tras 15 años ejerciendo de madre, anfitriona perfecta y esposa. Ahora Flores ha desvelado cómo se sintió en aquellos momentos convulsos de finales de los noventa en la revista ¡Hola!, acompañada de un posado que la muestra perfecta a sus recién cumplidos 50 años.
Según Flores en aquella época sufrió ella, sus padres y también sus hermanos.
 “Como yo misma no sabía cómo parar, mi cuerpo enfermó y me obligó físicamente a parar”. 
Tras su divorcio y su consciente retorno a la vida pública, madre ya de cinco hijos, la modelo y empresaria no ha podido escapar del interés que despierta su vida personal. 
Ahora se deja ver por las capitales más glamurosas del mundo de la mano de Elías Sacal, un rico empresario mexicano con quien mantiene una relación intermitente desde finales de 2016. Sobre él afirma:
 “Es la primera vez en mi vida que pienso que tengo una relación madura. 
Se da por hecho que si tienes una relación hay que planificar el futuro, pero en este caso solo pensamos en la calidad del día a día. (…) Ninguno de los dos pide más de lo que sabe que el otro puede dar. Es un buen equilibrio". 
Quizás el que lleva buscando años deslumbrada por los flashes de las cámaras de las que también precisa para continuar en la cresta de la ola.  

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Muere Camilo Sesto a los 72 años

El popular artista español, con 40 discos publicados, medio centenar de números uno en distintos países y más de 100 millones de copias vendidas, ha fallecido en la madrugada de este domingo.

El cantante Camilo Sesto durante una presentación en Madrid, en 2010.

 

El cantante Camilo Sesto ha fallecido este domingo a los 72 años, según ha comunicado su cuenta oficial en la red social Twitter y ha confirmado a EL PAÍS su representante Eduardo Guervos. "Lamentamos mucho comunicaros que nuestro gran y querido artista Camilo Sesto nos acaba de dejar. 
Descanse en paz". Camilo Sesto, nacido como Camilo Blanes en Alcoy, Alicante, en 1946, había publicado su último disco en noviembre de 2018 en el que recogía algunos de los éxitos cosechados en sus más de 40 años de carrera musical.

El cantante Camilo Sesto ha fallecido este domingo a los 72 años, según ha comunicado su cuenta oficial en la red social Twitter y ha confirmado a EL PAÍS su representante Eduardo Guervos. "Lamentamos mucho comunicaros que nuestro gran y querido artista Camilo Sesto nos acaba de dejar. Descanse en paz". 
Camilo Sesto, nacido como Camilo Blanes en Alcoy, Alicante, en 1946, había publicado su último disco en noviembre de 2018 en el que recogía algunos de los éxitos cosechados en sus más de 40 años de carrera musical.
Camilo Sesto había sido ingresado en la clínica Quirón de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón en la tarde de este sábado, por los problemas renales que padecía, según ha explicado el entorno del cantante a EL PAÍS.
 Sobre la 1.30 de la mañana ha sufrido una parada cardiorrespiratoria y los médicos han certificado su fallecimiento a las 4.30 de este domingo.

Fue una muerte inesperada. 
La delicada salud de Camilo Sesto (Alcoy, 1946) no hacía prever un desenlace inmediato.
 El anuncio del fallecimiento del autor de Vivir así es morir de amor ha provocado una oleada de pésames en las redes sociales, empezando por políticos como Pedro Sánchez o Albert Rivera. 
Un reconocimiento que al cantante le hubiera gustado tener en vida. Vivía solo (solía decir que por decisión propia) y prácticamente olvidado en su chalé de Torrelodones (Madrid).
 Únicamente en Latinoamérica seguía sonando su música a diario. Tras 50 años de carrera musical, más de 40 producciones discográficas, varios discos de platino, cientos de composiciones y más de cien millones de discos vendidos en todo el mundo, el músico decidió reinventarse por enésima vez en noviembre del año pasado. 
Publicó un nuevo álbum, Camilo Sinfónico, donde repasaba sus grandes y numerosos éxitos (las voces se tomaron de las copias originales) arropado por una orquesta sinfónica pero no hizo más promoción que una presentación simbólica en el madrileño Florida Park.
 Había perdido prácticamente su voz y se movía con dificultad.
Cantante, compositor y productor musical, sus obras han cubierto géneros como la balada, el pop y el rock. 
Su primer éxito llegó en 1971 cuando publicó el álbum Algo de mí, que se convirtió inmediatamente en número 1 y desde entonces, no paró.
 Su gran capacidad creativa se reflejó durante las décadas de los setenta y los ochenta, en las que llegó a publicar un disco al año. Esa intensidad creativa estuvo acompañada por sus innumerables giras de conciertos centradas en la totalidad de los países iberoamericanos, pero también en Estados Unidos (Nueva York, California y Florida) y Japón.
Camilo fue un adelantado a su tiempo.
 Fue precursor en España de los musicales cuando en 1975 montó y produjo, a su costa, la ópera rock Jesucristo Superstar, donde interpretaba al propio Jesucristo y contaba en el elenco con Ángela Carrasco como María Magdalena y con Teddy Bautista como Judas. 
 También ha compuesto canciones para otros artistas como Miguel Bosé —en 1976 dos canciones y produjo y compuso su primer disco—, o David Bustamante.
Su relación con las mujeres fue cuando menos extraña. Apenas se le conocieron idilios. Siempre fue un tipo solitario.
 Decía que no hubiera soportado la vida de casado.
 En 1983 nació su hijo Camilo Míchel, fruto de una relación con la mexicana Lourdes Ornellas y, tres años más tarde, escribió su autobiografía al mismo tiempo que decidió retirarse voluntariamente de los escenarios:
 "Me voy porque quiero hacerme mayor viendo hacerse mayor a mi hijo", declaró. Volvió a la música a principios de los noventa.

Dotado de voz aguda, perfecta dicción y amplia tesitura, sus canciones tratan temas de amor y de desamor, pero también de felicidad y alegría. 
Maestro de la interpretación, vivía sus composiciones intensamente con tonos desolados, pero también esperanzados, alegres y festivos. Durante su carrera se fue adaptando a los nuevos tiempos y fue pasando de las grandes orquestaciones y la utilización de coros femeninos, a unos ritmos más vivos con nuevas instrumentaciones más tecnológicas.
Poseedor de un repertorio propio abrumador, muy pocas veces ha versionado canciones ajenas.
 Se ha prodigado en duetos acompañado de artistas femeninas como Ángela Carrasco, Lani Hall, Alaska, Isabel Patton, Rocío Dúrcal o Marta Sánchez.
 En su repertorio figuran temas inolvidables pero su canción Vivir así es morir de amor ha trascendido a tres generaciones y es una de las más solicitadas en los karaokes.
Su público es mayoritariamente femenino y se ha mantenido fiel a lo largo de tres generaciones, a pesar de la variedad de géneros musicales con los que ha tenido que competir a lo largo de su extensa carrera: rock intenso, pop anglosajón, música disco, glam, punk, movida, soul, new age, grunge, o las músicas del mundo.