El rey de Marruecos, Mohamed VI, es el nuevo propietario de un gran yate, el Badis 1, de 70 metros de largo por 13 de ancho, según publicó la semana pasada el semanario marroquí Telquel
en su página web. La embarcación permanece atracada en Casablanca desde
principios de junio. Desde tierra pueden apreciarse sus dos mástiles,
el mayor de los cuales se eleva hasta 72 metros sobre el nivel de mar. La publicación no ha podido aclarar cuánto ha costado el yate, aunque
precisa que su anterior propietario, el estadounidense Bill Duker, un
abogado reconvertido en hombre de negocios en la década de los noventa,
dijo haberse gastado en él entre 60 y 90 millones de euros. Duker superó el cáncer y debió divertirse mucho en esa nave con
capacidad para acoger a 12 invitados y a 12 tripulantes que se ocupan de
las labores que exige. Sin conocerse los motivos por los que tomó la
decisión, dos años más tarde puso en venta el fabuloso yate a través de una sociedad, Edmiston, que pidió por él 88 millones de dólares (más de 78 millones de euros).
El rey de Marruecos, Mohamed VI, es el nuevo propietario de un gran yate, el Badis 1, de 70 metros de largo por 13 de ancho, según publicó la semana pasada el semanario marroquí Telquel
en su página web. La embarcación permanece atracada en Casablanca desde
principios de junio. Desde tierra pueden apreciarse sus dos mástiles,
el mayor de los cuales se eleva hasta 72 metros sobre el nivel de mar.
La publicación no ha podido aclarar cuánto ha costado el yate, aunque
precisa que su anterior propietario, el estadounidense Bill Duker, un
abogado reconvertido en hombre de negocios en la década de los noventa,
dijo haberse gastado en él entre 60 y 90 millones de euros. El barco fue construido por la empresa italiana Perini Navi en 2015. Cuando se botó recibió el nombre de Sybaris,
en honor a la ciudad italiana que dio lugar al gentilicio “sibarita”,
una palabra que también se utiliza para definir a quienes aman un estilo
de vida refinado, voluptuoso y sensual. La vida de Bill Duker, su millonario propietario,
transcurrió siempre trazando un plan tras otro. Así siguió siendo
cuando en 2009 le diagnosticaron un cáncer. A la semana siguiente de
recibir el diagnóstico, adoptó una resolución, según declaró en 2016 a Boat,
un portal web especializado en yates: “Desde entonces, cada día que me
levanto de la cama me pregunto qué voy a hacer para divertirme ese día
en concreto”.
Bill Duker, con arreglo a su plan de vida, debió seguir divirtiéndose
después de que Edmiston vendiera su barco en marzo de 2018. Pero no se
conoce a quién lo hizo ni por cuánto. El semanario marroquí llamó a esta compañía y no recibió ninguna
respuesta al respecto. El barco fue rebautizado como Badis en octubre de
2018. Badis es el nombre que recibe en Marruecos el peñón de Vélez de la Gomera,
enclave perteneciente a España desde 1564 y fronterizo con la ciudad
marroquí de Alhucemas. El peñón mide 1,9 kilómetros cuadrados y solo
está habitado por militares. En 2012, siete activistas marroquíes,
miembros del Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla, lo asaltaron
para colocar banderas de Marruecos.
El barco fue construido por la empresa italiana Perini Navi en 2015. Cuando se botó recibió el nombre de Sybaris,
en honor a la ciudad italiana que dio lugar al gentilicio “sibarita”,
una palabra que también se utiliza para definir a quienes aman un estilo
de vida refinado, voluptuoso y sensual. La vida de Bill Duker, su millonario propietario,
transcurrió siempre trazando un plan tras otro. Así siguió siendo
cuando en 2009 le diagnosticaron un cáncer. A la semana siguiente de
recibir el diagnóstico, adoptó una resolución, según declaró en 2016 a Boat,
un portal web especializado en yates: “Desde entonces, cada día que me
levanto de la cama me pregunto qué voy a hacer para divertirme ese día
en concreto”.
Con ella y con sus diseños rompedores saltó a la fama este gallego de
Ourense. Hizo el bachillerato en un seminario, estudió cine en París y a
la vuelta le propuso a su padre fundar una empresa que fue todo un
éxito. Recién salido de una crisis económica, decidió reinventarse con
otra frase: “Sé más viejo”.
Es la consigna de su lucha contra el consumismo
LA SENDA del éxito no siempre ha resultado fácil de transitar para Adolfo Domínguez,
diseñador, empresario, escritor y… polemista ocasional aun sin
pretenderlo. La firma que creó en 1970 y que vistió a la progresía de
los años ochenta aspira ahora a vestir a los mileniales,
tras superar una grave crisis que obligó a pactar un ERE y a
reorganizar sus más de 400 tiendas repartidas en 29 países. La
transformación se ha llevado a cabo bajo la batuta de la hija mayor del
costurero, Adriana, actual consejera delegada de la firma. Domínguez (A
Pobra de Trives, 1950) sigue al tanto de la empresa, aunque con más
tiempo para dedicarse a una vieja pasión: la escritura. La entrevista se
desarrolla en una salita de la principal tienda madrileña de la
empresa, junto al Retiro. Menudo y delgadísimo, Domínguez parece
sumergido en la ropa que viste: suéter beis tostado de cuello cisne,
pantalones azul marino y chaqueta ligera del mismo color. Bajo el
follaje espeso de las cejas asoman unos ojos atentos. Fue usted el diseñador de moda durante la Transición. ¿Cómo ve la transformación de los españoles en términos de vestimenta? Nosotros empezamos en los años setenta a partir de una sastrería que tenían mis padres. El fenómeno de la moda, me refiero al prêt-à-porter,
no había surgido y, por tanto, las posibilidades eran pequeñas. En
cambio ahora es un estallido de formas, de colores, a precios
increíbles. El mundo no se parece para nada al que era. Hoy es mucho más
casual, pero yo ya representé una ruptura casual en
mi época. Hoy los cambios son instantáneos, entonces no lo eran. Y menos
con un sistema político que impedía una evolución normal. ¿Y qué opinión le merece la moda de hoy? Bueno.
Cuando eres joven, descalificas y jerarquizas. Cuando es uno viejo se
hace mucho más tolerante, mucho más comprensivo. Como comprobó Newton
por primera vez, la luz pasa por el prisma y se descompone en colores,
¿qué color es mejor? Todo es luz. Entonces, yo no comparo. Yo soy un
costurero casual, muy adaptado ya a los tiempos. Para mí un modelo es James Dean, con la camiseta, la chupa de cuero, los jeans. Eso condicionó totalmente la historia posterior. Ahora ya es el chándal. Es la ropa de gimnasio. Y las prendas rotas. Sí. Es un poco influencia
anglosajona. Todo viene de allí. Renegamos en España de los americanos o
de los anglosajones, pero todo viene de allí. La ropa desgastada es una
moda que viene del siglo XIX. La aristocracia tenía la costumbre de que
la ropa nueva la usara el chófer o el servicio.
¿Comparte usted ese gusto por lo usado? Sí. A mí me gustan las cosas vividas. Mi mundo es un mundo refinado, pero me gusta le vécu, que dicen los franceses. Lo vivido tiene mucho encanto. Aunque tampoco creo que debamos pagar más por las cosas desgastadas.
Su ropa tenía un sello de austeridad, quizás producto de su formación peculiar. Porque estudió en el seminario.
Sí, sí. Hay austeridad. Es que yo soy esencialista, minimalista, muy
cartesiano. Me encanta lo japonés y, como tuvimos tiendas desde el
principio en Japón, quizás eso me influyó. En realidad soy muy poco
barroco. Y no descalifico el Barroco porque no hay estilos, hay
resultados, eso está claro. Pero siempre me inspiró más la tendencia
minimalista. Balenciaga, Givenchy, Courrèges, esos son los costureros que prefiero. Incluso Chanel, pero de otra manera. ¿Quería ser sacerdote? A esas edades uno no sabe. Hice el bachillerato interno en el seminario, entre los 10 y los 16
años. Era muy común. Me quedó muy buen recuerdo. Nadie habla de los
seminarios; bueno, sí, la gente habla, pero mal. Yo hablo bien. Yo tuve
la gran suerte de que me dieran la llave de la biblioteca. Y tener un
sitio así en un internado inmenso, lleno de libros, eso es un sueño.
El caso es que lo dejó y se fue a París. Sí, es que yo leía mucho. Leí a Darwin, y eso remató la faena. El profesor de cosmología —¡qué bonita es esta palabra!— me dio a leer a Teilhard de Chardin,
un jesuita darwinista, y la verdad es que me hipnotizó. Como me
hipnotiza la gran literatura. Y de ahí pasé a estudiar cine en París. Allí estaba Truffaut, que venía mucho a nuestra universidad de Vincennes. Conocí a Althusser, a Sartre, a Godard…
Bueno, los vi, para ser exactos. Quería hacer cine, pero la cola de
meritorios era de cinco años… Así que volví a casa, hice la mili y le
propuse a mi padre que abriéramos una fábrica.
Y ahora que la empresa está en manos de su hija Adriana, ¿qué ha cambiado del estilo Domínguez? Bueno, ella es la consejera delegada. Yo sigo trabajando el producto, pero estoy muy contento del relevo. Mis tres hijas están trabajando en la empresa. Una, Tiziana, es diseñadora; otra, Adriana, consejera delegada, y
Valeria, que es ingeniera y experta en comercio electrónico, está en el
consejo y es responsable de todos los asuntos tecnológicos, sobre todo
de la tienda online, que es muy importante. Mi hija Tiziana, que es la responsable del producto, está recuperando el ADN de los años ochenta.
La publicidad de su firma siempre ha sido original. Después
de “La arruga es bella” llega ahora “Sé más viejo”, que promueve un
consumo más sensato. ¿Cree que la sociedad lo aprecia? Bueno,
es que el consumismo es una excrecencia que hay que eliminar del
capitalismo. Lo tengo clarísimo. La sociedad de consumo que hemos creado
es insostenible y no nos hace más felices. Felices entre comillas. La
felicidad no es el objeto de la política y mucho menos de una política
económica, pero sí lo es satisfacer necesidades. El consumismo es una
cosa de nuevos ricos. Es la primera vez en la historia que los seres
humanos podemos acceder a un consumo al que no tenían acceso ni los
reyes en el siglo XVI. Hoy vive con más comodidades un obrero marginal
que un rey hace cuatro o cinco siglos. Vivimos en la cultura del bajo coste en ropa, en viajes, en comida. Es de bajo coste porque no se paga el coste ecológico que tiene. Pero,
si no lo pagamos ahora, lo pagarán las generaciones siguientes. No creo
que el consumismo en torno al que están organizadas las sociedades sea
sostenible. El conocimiento, el estudio, es una alternativa. Educar a la
gente puede ser caro, pero lograríamos una sociedad ganadora. El
consumismo de baratijas y de cambiar constantemente de cosas es fatal. Por eso yo creo que este mensaje hace 30 años no calaba, pero hoy cala. Y
ya hay segmentos de la sociedad que prefieren eso: consumir menos y
mejor. Y volver a una vida más volcada a lo cultural, al conocimiento.
El ocio no puede asimilarse a la borrachera, a ir a comer a un sitio a
100 kilómetros de donde uno está. Eso es insostenible. La gente que
menos gasta es la que lee y escucha música. Esa filosofía influye, supongo, en el estilo de su ropa. Su hija Adriana lo definía hace poco como galaico-japonés. La verdad es que me cuesta hasta definir lo español. Vivimos en la
cultura occidental, y cuesta mucho distinguir entre lo francés y lo
español, e incluso lo inglés. Hace años quizás se distinguía más, pero
hoy, con la comunicación que hay…
Admira usted la cultura japonesa. En una entrevista citaba
precisamente a Japón y a México como países con personalidad. ¿Cómo se
define eso? Bueno, en primer lugar, por su arquitectura. Japón
es un país muy refinado. Su arquitectura tradicional es impresionante. Y
en cuanto a México, la arquitectura contemporánea, que es parecida en
todos lados, allí tiene un sello propio . No sé si fue [Luis] Barragán
el responsable de que esa arquitectura mexicana tenga una personalidad
peculiar. Quizás esas moles aztecas y mayas les han inspirado una manera
distinta de hacer las cosas y de solucionar los espacios. Entonces la personalidad está en la arquitectura. No, no. También en la literatura. Juan Rulfo, por ejemplo. No hay nada igual a su Pedro Páramo. Me encanta. Desde El Quijote no hay nada igual. Y está también la cultura popular. La fiesta de los muertos de México es excepcional. Porque lo oculto es parte de la historia. Yo pasé en México una fiesta de los muertos y es una belleza. ¿Y qué me dice de España? A España le sobra personalidad. Yo preferiría que hubiéramos tenido una historia común con Inglaterra
los últimos tres siglos, pero hubo un momento en el que nos separamos. Quizás fue en 1572, cuando Felipe II prohíbe a los estudiantes salir
fuera, a otras universidades.
Hubo algunas guerras además. Tuvimos muy mala
suerte. Carlos V era de Gante, de los Países Bajos, y nos metió en un
conflicto que no tenía que haber sido el nuestro. Un conflicto que nos
desangró y nos arruinó. Además de que hubo algunos errores de política
económica claros, como la inflación que se produjo con el oro y la plata
de América, que no supimos controlar. Y se destinó a financiar guerras
en vez de a financiar telares o fábricas. Se nota que ha sido usted empresario. Lo sigo siendo. Yo soy empresario. ¿Cómo ve al empresariado español actual? Avanzó
mucho. Es un país que está exportando en estos momentos más de un tercio
de lo que produce. Entre los grandes países, solo lo hace Alemania. No
está mal. Un respeto. Otro dato: los estudiantes . Un tercio de ellos van
a ingenierías o carreras técnicas. ¿Y a los trabajadores? No sé a qué se refiere. Quiero decir cómo ve la competitividad y la cualificación de los trabajadores desde su perspectiva empresarial.
Bueno, el país tiene un reto todavía . No olvidemos que Newton estaba
enseñando física en Inglaterra a finales del siglo XVII, y aquí en
Salamanca lo que privaba eran los estudios de escolástica, el derecho y
estas cosas. La física era mínima y, por supuesto, no había científicos
de la talla de Newton. El peso de la Iglesia católica ha sido determinante. Creo que no solo. Fue más importante la prohibición de que los
estudiantes fueran a universidades extranjeras. Hubo un momento clave
que se perdió. Galileo logra describir un acontecimiento con números y
unas décadas después Newton lanza la teoría de la gravitación universal.
Eso España no lo vivió, eso es importante. España se separó. No creo que hubiera muchos estudiantes con posibilidades de viajar entonces. Ah, claro, pero es que yo creo en las élites. Galileos y Einsteins hay pocos.
Entonces, ¿la historia de Inglaterra le gusta por sus élites?
Es que tuvieron la suerte de acertar. Porque eso es azar. Todo el mundo
intenta hacerlo bien, pero unos hacen unas cosas, y otros, otras. Es
como funciona la evolución en la naturaleza. Variables sin fin, y unas
sobreviven mejor que otras y se reproducen más. ¿Ese acierto anglosajón se extiende también a las leyes que rigen las relaciones laborales? No voy a decir nada respecto a relaciones laborales. Veo que no ha olvidado la polémica que levantaron sus declaraciones pidiendo el despido libre en 2010. Puede hacer preguntas al respecto, pero no habrá respuestas. Pero considera un éxito el modelo anglosajón. Es un
hecho empírico. México era más rico que el país del norte. Se empobreció
México y el norte subió de forma espectacular. ¿Por qué? Pues porque Adam Smith
y Newton influyeron más en la población del norte que en la nuestra. Newton por el lado científico y Smith por lo económico. México tenía
universidades, estaba muy desarrollado. Si hubiéramos estado más en
contacto con Europa, Newton habría llegado a las universidades pronto y
habríamos contagiado a México también. Y Adam Smith lo mismo. Llegó
demasiado tarde. Lo cierto es que hoy hablamos inglés y no francés,
alemán o español, que pudo ser la lingua franca. Pero el inglés se consolidó de manera absoluta. Su empresa nació con la Transición y ha pasado una crisis muy
profunda de la que se está recuperando ahora. También la Transición
está siendo cuestionada. ¿Cree que puede llegar a imponerse este juicio
negativo que hacen algunos de ella? No lo creo. Solo la
cuestiona una minoría. Ganaremos los que hicimos la Transición. El
problema es que también hubo equivocaciones. Fruto de estas
equivocaciones fue la crisis brutal de 2008, mucho más fuerte que la que
tuvo el resto del mundo, y menos mal que estábamos atados a Europa. Pero la Transición fue un acierto. Es el periodo democrático más
importante que hemos vivido. Y para mí la democracia es esencial. Yo
creo que la voluntad política tiene que forjarse de abajo arriba y no de
arriba abajo, y eso lo ha hecho posible la Transición. Yo no tengo
ninguna nostalgia de la primera mitad del siglo XX en España. Ni del
periodo republicano. No resolvieron los problemas, la prueba de ello es
la Guerra Civil. No fue gratuita. Se equivocaron todos. Está claro que,
cuando hay una crisis económica brutal, el sistema político se resiente. Pero tengo una visión esperanzada del futuro de España. Europa no la
compro entera, pero nos protege de nuestros demonios, que están ahí.
Ha publicado usted un libro, Juan Griego (Defausta), con el mismo título del que ya publicó en 1992. ¿Da por sentado que el primero no lo conoce nadie?
No es eso. Lo que vi es que había una trama en el primer libro que se
podía desarrollar hasta el infinito. Lo leí después de publicado y
pensé: esto puede ser mucho mejor. Pasaron 25 años, es cierto, pero se
necesita sabiduría y trabajo para escribir, y con los años los ganas. Además, hay que romper mucho, tachar mucho y tirar mucho a la papelera.
Al lector hay que respetarle y darle solo las cosas muy trabajadas. Obviamente, el libro es otro. Y yo creo que es un buen libro. Se está
vendiendo y los lectores me paran por la calle en casi todas las
ciudades. Juan Griego se centra en la etapa de la dictadura
militar argentina (1976-1982). ¿Conoce tan a fondo el tema como para
atreverse a entrar en él? Yo creo que sí. No soy un
historiador. Tampoco me documenté particularmente. Soy un lector de
prensa y un buen lector. Muy selectivo. Hice ficción pura, y en forma de
verso sin rima. Suscribo lo que el poeta William Carlos Williams dice
de su verso: que es un verso de sentido. Yo hago lo mismo. Mi código es
la claridad y la sencillez. Como si fuera el Código Napoleónico.
¿Y no se le ha ocurrido escribir algo así sobre España?
No tengo la distancia necesaria. No acometería esa tarea porque España
me duele demasiado. Curiosamente, los hechos que se cuentan en Juan
Griego, que son todos reales, sucedieron mientras aquí se desarrollaba
la Transición, entre 1976 y 1982. Además, para los gallegos, Buenos
Aires es una ciudad muy cercana. Yo tenía seis u ocho tíos en Buenos
Aires y dos en México, y recibíamos cartas de allí cuando era pequeño. Y
luego, la lengua es la misma. Y no es que no me duela lo que sucede
allí, pero sobre España no lo haría.
La agencia
de eventos de moda consigue desde un dragón volador para Sergio Ramos y
Pilar Rubio, hasta cerrar el yacimiento grecorromano de Empúries para
celebrar el matrimonio del hermano de Elon Musk.
La Puta Suegra no parece el nombre más adecuado para una empresa de
organización de eventos que se encarga entre otros muchos actos de
montar bodas. Pero detrás de este sonoro nombre existe un equipo, con
base en Barcelona, que se ha posicionado como una de las firmas más
cotizadas del sector. Su objetivo consiste en elevar la diversión y la
originalidad de la fiesta a la máxima potencia y asegurar la privacidad
de quienes se la encargan. Aunque este sea uno de sus puntos fuertes, algunos de los eventos de los
que se han encargado han sido lo suficientemente notorios como para que
se sepa que su nombre está detrás de los enlaces del influencer Pelayo Díaz o del de Kimbal Musk, el hermano de Elon Musk, fundador de Tesla, que celebró su boda a finales de junio de 2018 en el yacimiento grecorromano de Empúries.
Pero su popularidad ha ido en aumento desde que se supo que ellos
también habían organizado la exótica celebración de la boda de Sergio
Ramos y Pilar Rubio, donde además del tradicional banquete, hubo un
pequeño parque de atracciones, un dragón volador, música en directo y
distintos ambientes para todo tipo de sorpresas.
Marta Gilabert y Josep Plana, son los directores generales de la empresa
y aunque se reservan la fórmula maestra de su manera de trabajar para
mantener la esencia de los saraos que organizan, sí cuentan que
arriesgaron mucho con el nombre cuando entraron en el mercado hace
cuatro años. Querían dar una vuelta de tuerca a las bodas, demasiado
predecibles, y lo consiguieron. Para 2020 ya tienen 280 solicitudes,
aunque solo atenderán 20.
Sus eventos son el resultado de la mezcla del trabajo de productores y
creativos, y su objetivo se puede resumir en tres palabras: “locura,
diversión y fiestón”. Aunque pueda parecerlo nada queda al azar, todo es
producto de una “organización y producción impecable unidas a una
discreción máxima. Está todo milimetrado para que las sorpresas siempre
vaya in crescendo. Quienes nos contratan quiere arriesgar”, dicen orgullosos. El perfil de sus clientes: personas que no tienen tiempo pero sí disponen de presupuesto y que buscan una fiesta memorable. Aseguran que lo que les diferencia es la creatividad aunque,
evidentemente, el presupuesto también da alas a las ideas. La empresa
cuenta con 12 empleados y un almacén de 2.000 metros cuadrados. Para los
eventos más espectaculares pueden llegar a contar con un equipo de 40
personas en la organización y hasta 600 de personal. Conocer muy bien al cliente es una de sus premisas. “Nosotros
desarrollamos cada producción como si fuera la única y la más
importante”, defienden los dos socios. Plana matiza que pasan muchísimas
horas con los clientes para conocerles. Solo así dicen que pueden dar
un servicio diferente que cuente con dosis de sorpresas para los
homenajeados. No es raro que con la boda de Ramos y Rubio, según cuentan, hayan ganado dos amigos. La discreción es su otro punto fuerte, y por eso en muchos de sus
eventos se requisan los móviles como ocurrió en el enlace entre el
futbolista y la presentadora. “No todo tiene que ser instagrameable, la
nueva tendencia es lo contrario”. De hecho, creen que “lo más moderno es
dejar olvidado el teléfono para vivir una experiencia vital y para el
recuerdo emocional e individual”.
La Puta Suegra se ha dado a conocer gracias a eventos privados, pero
también trabajan para empresas, actos corporativos y lanzamientos de
marcas. Este año han empezado a abordar proyectos internacionales,
aunque aseguran que quieren crecer en retos, no en números. Su lista de
espera es larga, pero en la de sus deseos no dudan en señalar que les
encantaría organizar una fiesta para Will Smith o los Obama.
Durante su
último concierto en el Hyde Park de Londres, la artista bromea sobre el
romance que se le atribuye con el hijo de Isabel II desde hace años.
Barbra Streisand
actuó el pasado domingo en el festival British Summer Time en Londres y
ante las 70.000 personas congregadas en el británico Hyde Park habló
sobre la supuesta relación con Carlos de Inglaterra
que se le atribuye desde hace décadas. "Si hubiera jugado bien mis
cartas, podría haber sido la primera princesa judía", bromeó la artista
mientras mostraba varios recortes de periódicos antiguos proyectados en
las pantallas gigantes, en los que se veían imágenes de ella y el
príncipe Carlos juntos.
Streisand, de 77 años, y el primogénito de Isabel II, de 70, se conocieron en 1974 durante el rodaje de Funny Lady en Los Ángeles, según se afirma en el libro Juego de coronas, del estadounidense Christopher Andersen publicado en 2016. El heredero al trono británico y la ganadora de dos Oscar volvieron a
encontrarse 20 años después, tras un concierto en el Wembley Arena,
momento en que surgió el rumor, nunca confirmado oficialmente, de que
ambos habían tenido un breve y secreto romance. Según publicaron los tabloides de todo el mundo en aquella época, ambos se vieron en secreto en unasuitedel hotel Bel-Air, aunque la versión oficial es que simplemente tomaron el té en privado. En la vida sentimental de la artista, que lleva casada con el actor James Brolin 21 años,
cuesta discernir entre realidad y leyenda, ya que se le atribuyen
romances que no se han podido acreditar. La propia Streisand podría
despejar las dudas sobre estas cuestiones próximamente con la
publicación de su autobiografía, que lleva cuatro años perfilando. Después de más de 50 biografías no autorizadas, en la lista de los
supuestos amantes de la cantante y actriz además de Carlos de Inglaterra
también destacan personalidades como Bill Clinton, Elvis Presley, Liam
Neeson, Omar Shariff o Andre Agassi. Durante el multitudinario concierto en Londres, al que acudieron rostros conocidos como Antonio Banderas, David y Victoria Beckham
o Kate Moss, Streisand realizó varias referencias a la familia real
británica. La artista habló de "la gran amabilidad" de Lady Di el día
que la conoció y, también, mencionó a la duquesa de Sussex al inicio de
una de las canciones: "Cuando el sol empieza a brillar, como el anillo
de Meghan Markle".
Los asistentes al concierto, entre los que no se encontraba el
príncipe Carlos, pudieron disfrutar del dueto entre Barbra y Kris
Kristofferson, que interpretaron el tema A Star Is Born por primera vez en directo. El tema da nombre a la película Ha nacido una estrella, cuyo remake protagonizaron ambos en 1976, y el pasado año volvió a ser un éxito con la actuación de Lady Gaga y Bradley Cooper. En el concierto del fin de semana tampoco faltó el legendario Lionel Richie como estrella invitada en el escenario.