Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 jul 2019

El feminismo que nació con Simone de Beauvoir

¿Dónde está la raíz de la desigualdad entre hombres y mujeres? El radical punto de partida de 'El segundo sexo' mantiene plena vigencia 70 años después de su aparición.

 

Simone de Beauvoir, en París en 1945.  
Simone de Beauvoir, en París en 1945. ALBUM

Los reyes de la selva.........................................Juan José Millás..............

Los reyes de la selva
ESTOS LEONES NO saben que son funcionarios. 
No lo saben, quiero decir, con sujeto, verbo y predicado, que es como lo sabemos nosotros. Pero quizá lo sienten. Fíjense, si no, en esa mirada perfectamente burocrática con la que observan el paso de los coches en el Safari, unas instalaciones “naturales” que se levantan a 40 kilómetros de Madrid, en la localidad de Aldea del Fresno.
 Hay hastío en esa actitud.
 Hay muchas horas de oficina. Están ahí para distraer a la gente, para asustar a los niños, que provocan a los animales golpeando las ventanillas de los automóviles al objeto de que se muevan. 
Pero son ya muchos trienios, mucho cansancio acumulado. Si queréis espectáculo, parecen decir, idos al circo.

Juan José Millás
Tan hartos están de su trabajo que uno diría que han acudido a la oficina sin ducharse, sin peinarse, sin adecentarse lo más mínimo. Tienen el pelaje triste, sin vida, mortecino, pese a haber en el mercado veterinario tan buenos productos cosméticos para dar volumen a la melena e hidratar la piel.
 Estamos ante un macho y una hembra que, a base de hacérselo sin muchas ganas en el cuarto de las fotocopias, han tenido un hijo que aparece detrás del león, ya con maneras de que la gente le carga. Las actividades de cara al público exigen una exposición excesiva. Agotan, en fin, sobre todo cuando el público es maleducado.
—¿Los atiendes tú o los atiendo yo? —parece preguntar la hembra al macho.
—Que los atienda su madre —da la impresión de responderle el macho.

Y así, en medio de ese paisaje de imitación, transcurre la vida de los reyes de la selva. Pobres. 

Estamos en ello ....................................Rosa Montero


En medio de la sexta extinción masiva de animales, causada en gran medida por el ser humano, ¡qué penoso parece nuestro paso por la Tierra!
ME LLAMO LUCÍA y tengo 11 años”.
 Así empieza una carta formidable que acabo de recibir. Está escrita de maravilla, y no me cabe duda de que es de su puño y letra, porque conocí a Lucía Hernández unos días antes en la Feria del Libro de Madrid.
 Se acercó a mi caseta y me habló con tanta seriedad y enjundia de lo que estaba haciendo que le pedí que me escribiera y me lo contara más extensamente. 
Y eso ha hecho: “Formo parte de un proyecto de educación medioambiental que se llama Raíces y Brotes, creado por el Instituto Jane Goodall, con el fin de crear proyectos con los cuales ayudar a mejorar el medio ambiente y la vida de los animales y de las personas”. 
En diciembre, Lucía fue con sus padres a una charla de la primatóloga Jane Goodall y se quedó tan impresionada que “desde entonces movilicé a mi cole para colaborar con este proyecto, y gracias a la directora del cole y a Marisa, la coordinadora de Raíces y Brotes, estamos en ello”
.En concreto, su proyecto consiste en construir casas-nido con materiales reciclados para ayudar a los gorriones “porque nos hemos enterado de que están en peligro de extinción en las ciudades (por ejemplo, en Londres ya se han extinguido)”. 
Y, sabiamente, añade: “Puede parecer algo pequeño, pero, como dice la doctora Goodall, solo si entendemos nos puede importar, solo si nos importa podemos ayudar, solo si ayudamos ellos se salvarán”.
 A continuación, esta tremenda Lucía me manda los enlaces del Instituto Goodall y de Raíces y Brotes, por si escribo algo que “pueda inspirar a más gente joven a hacer algo bueno”.
 Toma ya niña de 11 años poniéndonos las pilas y sacándonos los colores a los adultos. Por cierto: el proyecto Raíces y Brotes ya cuenta con más de 700.000 participantes, la mayoría jóvenes, pertenecientes a un centenar de países. 
Imposible no acordarse de Greta Thunberg, la activista sueca medioambiental de 16 años que en diciembre pasado nos echó un demoledor rapapolvo en un acto plenario de Naciones Unidas sobre la situación climática.
 “Ustedes no son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son. Incluso esa carga nos la dejan a nosotros los niños”, empezó arreando.

La verdad y el respeto .................................. Javier Marías


Ahora el hallazgo de cualquier pieza debida a una mujer adquiere el rango de “gran descubrimiento”, y el mundo está lleno de “genias” deliberadamente sepultadas.

SÉ QUE HE HABLADO de esto, pero llevo más de dieciséis años aquí, un domingo tras otro: de casi todo hace mucho tiempo y los lectores memoriosos no abundan. 
En los años noventa o quizá ochenta, llegó a mis manos el detallado programa de unos cursos de Gay Studies en una Universidad americana. 
Según sus responsables, el 90% de los personajes destacados de la historia habían sido homosexuales o bisexuales.
 No caben dudas sobre muchos, desde Miguel Ángel hasta Oscar Wilde, pasando por Proust y Gide y García Lorca
Pero las razones para incluir a todo cristo en la nómina (por supuesto a Cervantes, Dante, Rilke) eran tan peregrinas que movían a la risa.
 Recuerdo que el poeta Salinas tenía que haberlo sido por haber traducido a Proust, cosas así.
 La carcajada abierta me vino cuando vi que también los canallas (destacados al fin y al cabo) engrosaban la lista.
 Y así, Franco habría sido claramente gay “porque viajaba a Marruecos siempre sin su mujer”, y su “amante de media vida había sido Carrero Blanco”. 
Sólo imaginarme a aquellos dos individuos siniestros y más bien asexuados besándose a escondidas me produjo tanta hilaridad como estupefacción.
 Obviamente, nadie hizo caso a estas propuestas, “teorías” y deducciones.
Desde hace años hay un grupo de conspiranoicos —bien subvencionados— dispuestos a desenmascarar la maquinación mundial para ocultar los méritos de los catalanes. 
Y así, habrían sido catalanes de pura cepa Leonardo da Vinci, Colón, Santa Teresa, Cervantes (los malvados se habrían encargado de hacer desaparecer el original del Quijote en su verdadera lengua), y no sé si Galileo, Hernán Cortés, Velázquez y demás ilustres. 
Sólo los independentistas más aventados les prestan atención y se lo creen a pie juntillas, y —eso es lo inaudito— entre ellos hay altos cargos políticos.
En cambio, no produce irrisión todavía otro grupo de conspiranoicos, y de hecho este diario les ha brindado una autopista, como varias televisiones. 
No contentos —o contentas— con el reconocimiento universal de que a lo largo de siglos se ha sometido y perjudicado a las mujeres impidiéndoles estudiar, ser científicas, compositoras, pintoras, arquitectas y en menor grado escritoras motivo más que suficiente para que haya menos mujeres sobresalientes en todos los campos—, han decidido que sí las hubo, sólo que fueron víctimas de una conspiración masculina para silenciar sus logros. 
Claro que ha habido algunos casos, pero son los menos.
 Ahora el hallazgo de cualquier pieza debida a una mujer adquiere el rango de “gran descubrimiento”, y el mundo está lleno de “genias” deliberadamente sepultadas. 
Uno se asoma de vez en cuando a la enésima maravilla desenterrada, y no, sólo de tarde en tarde existe tal maravilla.
 Pero bueno, bien está rebuscar y desempolvar. 
Lo que ya es más paranoico es que, según estas estudiosas sesgadas, rara es la obra de un varón notable que en realidad no se debiera a su esposa, a su amante o a su secretaria.
 Hasta los más consagrados científicos habrían sido unos robaperas. Cualquier matrimonio habla, se consulta, se enriquece, colabora, da su parecer si se lo solicita el otro.
 (Los primeros lectores de mis novelas son siempre seis mujeres inteligentes, de cuyo criterio me fío.) 
Pero eso no convierte al cónyuge o a la cónyuge en verdaderos autores o fautores de lo que uno de ellos escribe, compone, descubre, teoriza o piensa. 
De acuerdo con esta lógica, las obras de Virginia Woolf, George Eliot, Iris Murdoch y Emilia Pardo Bazán podrían atribuirse, respectivamente, a Leonard Woolf, al interesante George Henry Lewes (amante de Eliot durante veinticuatro años), a John Bayley y acaso a Galdós (con quien Pardo Bazán tuvo una no breve aventura). 
 A nadie —desde luego a ningún hombre— se le ocurre la mezquindad de “desposeer” a esas ensayistas o novelistas magníficas, gratuita y desconsideradamente.
 En cambio hay una legión de desaprensivas dispuestas a negarles el talento —o a relativizarlo— a la mayoría de los varones célebres, en provecho de sus compañeras nunca reconocidas. 
Hace unas semanas caí en un programa televisivo de “humor” feminista a ultranza.
 Si entrecomillo la palabra es porque todas parecían malhumoradas, bordes y aquejadas de rancia chulería masculina (más bien trumpiana).
 Una actriz entrevistó a otra; le mostró la imagen de un actor extranjero y le preguntó: “¿Está realmente bueno o es un codroño?” (Creo que ese fue el término, para mí desconocido; o quizá fue “cotruño”; en todo caso despectivo, feo y deducible.)
 Exactamente como si dos hombres se hubieran preguntado de una actriz: “¿Está realmente buena o es un callo?”,  lo cual habría resultado inadmisible y en esta época selectivamente severa motivo de despido, o de suspensión del programa.
 Si el objetivo de la “cuarta ola” feminista —la actual— consiste solamente en invertir los (peores) papeles y en decir:
 “Ahora es mi turno de ser injusta y de burlarme del otro sexo, de cosificarlo, denigrarlo y despreciarlo en bloque y rebajarle sus logros”, no le acabo de ver la gracia ni las buenas intenciones ni el afán de justicia.
 Y me extraña que se los vean tantas y tantos oportunistas que hasta hace un par de años se reclamaban partidarios de la verdad y del respeto entre todos, mujeres y hombres. 
 (Veo Javier Marías que tu "misogenía va en aumento.Cierto que muchas mujeres fueron anuladas por sus parejas, y muchas se quitaron el merecido momento de ser GRANDES en muchas áreas de nuestra cultura y de nuestra civilización)