Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 jul 2019

Los Beckham, 20 años de negocios y matrimonio

David y Victoria se han convertido en una de las parejas más poderosas y ricas del deporte, la moda y el espectáculo. Este 4 de julio cumplen dos décadas casados.

David y Victoria Beckham en la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio, el 15 de junio de 2019 en Sevilla.
David y Victoria Beckham en la boda de Sergio Ramos y Pilar Rubio, el 15 de junio de 2019 en Sevilla. Getty Images

“El de Victoria estaba bien.

 Yo parecía uno de los tipos de Dos tontos muy tontos”, recordaba él hace un par de años en la BBC sobre aquellos legendarios atuendos. 

“Incluso tenía un sombrero de copa. Increíble. ¿En qué estaba pensando?”, reía.

 Pero entonces su estilo, su pose y la unión de sus vidas y talentos lanzaron sus carreras más allá de lo deportivo y lo musical. 

Les convirtieron, básicamente, en lo que ellos mismos quisieron ser: la imagen del éxito.

 Lo que, dos décadas después, tratan de replicar Beyoncé y Jay Z, Kim Kardashian y Kanye West o Blake Lively y Ryan Reynolds: una auténtica power couple, una pareja de poder.

Los Beckham son hoy una empresa que factura millones de dólares. De hecho, tres empresas: una a nombre de cada uno y otra en común. 
Las cifras que se manejan de sus ganancias son inciertas. Para el diario The Times, están entre las 50 personas que más impuestos pagan de todo el Reino Unido, y acumulan 355 millones de libras, casi 400 millones de euros. 
Para el diario The Mirror, habrían logrado alcanzar ya los 750 millones de euros.
 Otros, como la publicación especializada Forbes, apuntan a que solo David habría acumulado 800 millones a lo largo de su carrera deportiva.
Si él es mucho más que un futbolista —a través de sus acuerdos con H&M, Adidas, Samsung, L’Oréal...—, lo que quedó claro pronto y rápido es que ella era mucho más que una cantante. 
De hecho, las Spice Girls están tan atrás en su vida que ni siquiera se ha unido a ellas en su nueva gira.
 Victoria está del todo centrada en su exitosa y por fin saneada empresa de moda, valorada en 100 millones de euros.
 Cuando arrancó su andadura hace 11 años y tras su imagen de fashion victim encaramada a tacones imposibles, con looks a juego con su marido y con cambios de imagen constantes, eran pocos quienes confiaban en su faceta de diseñadora.
 Lo que parecía un capricho más se ha convertido en una de las firmas británicas más sólidas del Reino Unido, con desfiles habituales en la pasarela de Londres, cerca de 200 empleados, tienda online en 50 países y dos boutiques, en Hong Kong y en la capital británica.
 Una línea que tiene una rama deportiva en colaboración con Reebok y que tendrá otra de belleza a finales de 2019.
 Los Beckham comparten vida, cuatro hijos y casas en el exclusivo barrio de Holland Park (Londres), valorada en 36 millones; en los Cotswolds, en la campiña británica, con un valor de unos 6,7 millones; y hasta hace un año en Los Ángeles (California), que vendieron por 30 millones de euros. 
Ambos tienen una orden del Imperio Británico, que él logró en 2003 y ella en 2018.
 Siguen uniéndoles intereses y aficiones: hace pocos días se les vio juntos en el festival de Glastonbury, bailando, sacándose estilosos selfis y haciéndose arrumacos hasta el amanecer. 
Han contado en más de una ocasión que son mucho más fuertes juntos que por separados, pero que no es por eso por lo que siguen unidos: es, simplemente, porque se siguen queriendo.
 Dos décadas después, por un simple flechazo y ya, afortunadamente, sin vestirse a juego.

 

 

Nos escuchan................................... Luz Sánchez-Mellado..

Lo sospechaba, pero esa fue la prueba definitiva. Mi móvil me escucha y luego va y se lo casca a quien pueda interesarle para venderme cosas.

Una mujer utiliza un teléfono movil.
Una mujer utiliza un teléfono movil.
Ayer estuve en el ginecólogo. 
Bueno, era ginecóloga, pero lo he escrito como lo pienso: así, en masculino, por esa inercia de siglos por la que seguimos diciendo que vamos al médico, o al notario, o al abogado aunque las mujeres sean mayoría en esos gremios.
 Al grano, que me disperso: fui a la ginecóloga, e iba, como siempre, en guardia.
 No solo porque allí ejerce un vecino obstetra que me atendió en un parto y del que huyo despavorida desde ese embarazosísimo episodio, sino porque, por mucho que una la adopte en la vida, no se acostumbra nunca a la postura del potro ginecológico.
 El caso es que hubo suerte y no me tocó el tocólogo, sino una colega más o menos de mi quinta con la que estuve departiendo de lo mío.
 Nada serio, gracias. 
Asuntos propios de personas de mi edad y mi sexo. 
Pues bien, al salir de la consulta, el móvil empezó a brasearme con anuncios de píldoras de soja, lubricantes vaginales, anticonceptivos de último minuto y, lo juro, páginas de citas para mayores de 50 años muy exigentes.
 Lo sospechaba, pero esa fue la prueba definitiva.
 Mi móvil me escucha y luego va y se lo casca a quien pueda interesarle para venderme cosas.
 Me sentí tan invadida que lo pregoné en Twitter y fueron los tuiteros quienes me pusieron en mi sitio
. Que no soy la única. Que a buenas horas, mi santa ira. Que eso lo saben hasta los párvulos.
 Que desactive el micro, la ubicación y el historial de búsquedas si quiero evitarlo.
 Lo intenté, palabra, pero no desactivé todo, porque si lo haces se te queda el móvil en nada.
 Sí, soy adicta, de acuerdo, pero por culpa de los camellos. Primero te dan la droga y luego te la cobran a precio de uranio.
 Intimidad por aplicaciones, el chantaje perfecto.
 Yo preocupada por si tenía que contarle mi vida de cintura para abajo a un vecino que me ha visto el útero y resulta que llevo al espía en la mano y todo Google sabe de qué ovario cojeo. ¿Merezco lo que me pase?

 

3 jul 2019

Isabel II, atrapada en el divorcio de la princesa Haya y el emir de Dubái

La esposa más joven de Mohamed Bin Rashid se ha entrevistado con la reina, según la prensa británica, pero el Reino Unido tiene al emirato como aliado en el golfo Pérsico. La pareja ha contratado abogadas estrella para el divorcio.

Isabel II
Isabel II saluda al emir de Dubái y a su mujer, la princesa Haya, en Ascot en 2016. GETTY

 

La misteriosa huida de una princesa amazona, sofisticada y multimillonaria se ha convertido en la historia de un romance fracasado, la cruda exposición de la situación de las mujeres —hasta las más poderosas— en el Golfo Pérsico, un potencial conflicto diplomático que implicaría a la reina de Inglaterra y una batalla legal entre las dos abogadas de familia británicas más prestigiosas: Helen Ward, “la gran dama de los divorcios”, y Fiona Shackleton, “magnolia de acero”.
Haya Bint Al Husein, de 45 años, hija del anglófilo Husein I de Jordania (fallecido en 1999), y la más joven de las esposas del emir de Dubái, Mohamed Bin Rashid Al-Maktoum, de 69 años, desapareció de su país el pasado 20 de mayo, la última ocasión en la que fue vista en público. 
Nadie es capaz de asegurar con certeza su paradero, pero los medios británicos aseguran que se halla en Londres, en la residencia de más de 90 millones de euros que posee cerca del palacio de Kensington.
 Su marido, según el diario The Daily Mail, ha interpuesto ya una demanda de divorcio contra la princesa en la sección de familia del Alto Tribunal de Londres, que ha ordenado una vista previa para el próximo 30 de julio.
La princesa y el emir comparten su pasión por los caballos. Asiduos de las competiciones del Reino Unido, no pasó desapercibida la ausencia de Haya en las carreras de Ascot, a principios de junio, donde sí pudo verse su sonriente marido.
 Ahora se ha sabido que, días antes, Isabel II recibió en el palacio de Windsor e invitó al té a la hija del que fuera su amigo y aliado Husein I.
 La princesa pasó gran parte de su infancia y juventud en el Reino Unido, donde asistió a colegios privados de élite y se graduó en Políticas, Filosofía y Económicas en la Universidad de Oxford. Algunos medios británicos aseguran que la reina podría haber dado cobijo en uno de sus palacios a Haya, aunque Buckingham se mantiene oficialmente apartado de este asunto y no ha confirmado los rumores.
 En cualquier caso, la amistad de la monarca con ambos cónyuges puede acabar involucrándola en un conflicto marital de enormes dimensiones económicas, políticas y humanitarias y colocar en una situación incómoda a la casa real británica.
El emir Mohamed ha contratado los servicios de Helen Ward, quien llevó los divorcios de Madonna y Guy Ritchie, o del magnate de la fórmula uno, Bernie Ecclestone, de su segunda mujer, Slavica.
 La princesa Haya se ha puesto en las manos de Fiona Shackleton, que gestionó la ruptura matrimonial del príncipe Carlos de Inglaterra y Diana Spencer y la del príncipe Andrés con la duquesa de York, Sarah Ferguson.
 Ward presume de jornadas laborales de 17 y 18 horas, y se ha ganado una reputación de agudeza jurídica e intelectual en los tribunales londinenses.
 Shackleton no hace ascos cuando se le recuerda el notorio episodio en el que Heather Mills le arrojó a la cara un vaso de agua durante su divorcio del exbeatle Paul McCartney.
 La abogada logró rebajar a 26 millones de euros los casi 140 que reclamaba Mills.
Algunos abogados de derechos humanos han cuestionado que la justicia británica permita al emir aprovecharse de unas garantías jurídicas que no existen en Dubái. Rodney Dixon representó al académico del Reino Unido Matthew Hedges que fue retenido seis meses en el emirato por unas confusas acusaciones de espionaje. “Resulta totalmente inapropiado que el emir pueda usar nuestro sistema judicial, conocido por su imparcialidad, porque resulta más beneficioso para sus intereses personales, cuando el sistema de su país es tan injusto y cruel con los ciudadanos británicos”, ha dicho Dixon al The Daily Mail.
La princesa Haya habría huido acompañada de sus hijos Jalila, de 11 años, y Zayed, de siete, y se ha llevado consigo una fortuna personal de más de 34 millones de euros.
 No se conocen públicamente los motivos detrás de su decisión, pero los medios enlazan lo ocurrido con el episodio de la princesa Latifa, hija del emir.
 A finales de 2018, Latifa fue capturada en aguas internacionales cercanas a la costa de India cuando huía de Dubái, con la ayuda de un exespía y hombre de negocios francés y una instructora finlandesa de capoeira, un arte marcial de origen brasileño.
 Las autoridades del emirato aseguraron entonces que todo lo relatado por Latifa era pura ficción y que había sido secuestrada con la intención de explotarla.
 La propia Haya se involucró entonces en la defensa de la reputación de Dubái e incluso utilizó para ese propósito a su amiga Mary Robinson, expresidenta de Irlanda. 
Al parecer, asegura la prensa británica, Haya habría escuchado recientemente una nueva versión de aquel episodio que la convenció para emprender ella misma la huida, cada vez más acosada por la presión y hostilidad de los miembros de la extensa familia de su marido.

La Guardia Civil investiga huesos humanos hallados junto a la fosa de las niñas de Alcàsser

Una pareja que había visto la serie sobre el caso en Netflix los halló escarbando junto al lugar del crimen.

Niñas Alcasser
Cartel con el que se buscó a Desirée, Miriam y Toñi en 1992.

 

Hace una semana, tras ver en Netflix la serie El caso Alcácer, una pareja condujo desde su casa, en la zona de Gandia, hasta el barranco de La Romana, en Tous, el lugar donde Míriam, Toñi y Desirée fueron violadas, asesinadas y enterradas en 1992.
 Al llegar allí, según ha indicado este miércoles una portavoz de la Guardia Civil, la pareja "se puso a escarbar" cerca de la fosa donde fueron sepultadas y encontró unos pequeños huesos.
 Los envolvieron en papel de plata, condujeron 80 kilómetros de vuelta a casa y los entregaron en el Cuartel de la Guardia Civil de Oliva.


La policía judicial investiga ahora su procedencia, tal y como ha adelantado Las Provincias. Una portavoz de la Guardia Civil ha explicado que aunque los investigadores pensaron inicialmente que se trataba de huesos de animal, ha quedado determinado que son humanos. 
Los restos óseos están siendo analizados por el Instituto de Medicina Legal de Valencia, aunque probablemente tendrán que ser enviados a Madrid para intentar extraer de ellos ADN y compararlo con el de las tres adolescentes asesinadas tras ser interceptadas cuando iban desde Alcàsser a la discoteca Coolor de Picassent por el coche en el que iban Miguel Ricart y Antoni Anglés.
En caso de que los huesos correspondan a una de las niñas de Alcàsser, serán remitidos como prueba al juzgado de Alzira que instruyó el caso, si bien no parece que puedan tener relevancia para la investigación.