Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 jun 2019

Un cerdo vietnamita, envuelto en una bandera de España, el polémico regalo de Victoria Marichalar

La hija de la infanta Elena tendrá que registrar y esterilizar al animal que le regalaron sus amigos por su puesta de largo debido a que es considerado una especie invasora.

Victoria Marichalar, con el cerdo vietnamita en brazos, y algunos de sus amigos.
Victoria Marichalar, con el cerdo vietnamita en brazos, y algunos de sus amigos.
La puesta de largo de Victoria Marichalar está dando que hablar. Después de conocer algunos de los detalles de la fiesta que la hija de la infanta Elena organizó el pasado jueves en la exclusiva finca El Chaparral, situada en El Plantío (Madrid).
 Desde los casi 300 invitados que acudieron entre amigos y familiares o que Juan Magán fue el encargado de amenizar el evento.
 Pero ahora ha sido uno de los regalos que la ahijada del rey Felipe VI ha recibido lo que más ha acaparado la atención. 
Se trata de un cerdo vietnamita, un animal exótico que está muy de moda con el que desde el pasado marzo sus dueños deben cumplir una normativa específica para conservarlo como mascota.
 El pasado 29 de marzo el Consejo de Ministros aprobó un real decreto para incluir a este ejemplar dentro del catálogo de especies exóticas invasoras debido a su potencial efecto invasor y los daños que provoca a la flora y fauna autóctona.
La inclusión del cerdo vietnamita en esta nueva categoría supone que "queda prohibida con carácter general la posesión, transporte, tráfico y comercio de ejemplares vivos".
 Además, "se establecen una serie de controles para su tenencia", según informó entonces el Ministerio para la Transición Ecológica. Esto significa que Victoria Marichalar, o Vic, como se la conoce en familia tendrá que comunicar a la Comunidad de Madrid la tenencia del animal antes de enero de 2020 y, además, tendrá que esterilizarlo para evitar su reproducción.
 Asimismo, deberá marcar al cerdo, declarar oficialmente que no lo liberará en el medio natural y, en caso de que se le escape de manera accidental, comunicarlo a las autoridades.
Sin embargo, no ha sido la específica normativa que hay que cumplir por tener a este tipo de mascotas lo único que ha generado polémica, sino también las imágenes que circulan por las redes sociales de la hija de la infanta Elena con su nueva adquisición. En estas, Victoria Marichalar posa sonriente junto a sus amigos y entre sus brazos lleva al cerdo vietnamita envuelto en una bandera de España. Algo que ha generado mucha polémica y que ha recordado a la generada hace unos meses cuando el cómico Dani Mateo, en una de las secciones del programa de humor El Intermedio (La Sexta) protagonizó un sketch en el que sonaba los mocos y utilizaba la bandera de España como pañuelo.
 Algo que molestó mucho a algunos y por lo que llegó a ir a juicio después de ser denunciado por la organización Alternativa Sindical de Policía. Finalmente, el pasado enero el juez archivó la causa.

 Victoria Marichalar no es el primer personaje público que tiene un cerdo vietnamita como mascota.

 Desde hace ya varios años, este animal se ha puesto muy de moda también entre las celebrities como Elsa Pataky, Miley Cyrus, Ariana Grande e, incluso, la propia Eugenia Martínez de Irujo, quien lamentó la muerte de su animal el año pasado. También George Clooney convivió durante años con un cerdo.

Brigitte Macron desvela intimidades de su matrimonio con el presidente francés

La primera dama concede una entrevista en la que afirma que "vive feliz" en El Elíseo pero que a su marido le han salido arrugas durante los años que lleva como presidente.


Emmanuel Macron y Brigitte durante un acto oficial a finales de marzo en París.
Emmanuel Macron y Brigitte durante un acto oficial a finales de marzo en París. GtresOnline


 

La comentada foto de Edurne......................... Redacción ElHuffPost

La comentada foto de Edurne por el calzado que De Gea llevó a una boda.

"Está claro que la clase no se paga con dinero", dicen algunos.

GTRES
La cantante Edurne y David de Gea, portero de la selección y del Manchester United, forman una de las parejas más mediáticas actualmente.
 Por eso, cada foto que ambos suben a sus redes sociales es examinada con lupa.
Mientras que muchos usuarios han criticado al guardameta por ir con deportivas a una boda, son numerosos los que le defienden asegurando que no hay nada malo en ello.
Estas son algunas de las reacciones que ha generado la imagen:
  • “Ella vestida de princesa y el en zapatillas deportivas.... El día que te des cuenta de que no te llega este chaval ni al suela de los Jimmy choo, verás”.
  • “Gente estancada en el pasado que sigue pensando en zapatos como única opción para traje de hombre. Hace mucho q las zapatillas son una opción. A ver si evolucionamos mas y criticamos menos.
  • “En zapatillas. Está claro que la clase no se paga con dinero. Hay que ser ridículo”.
  • “Muy guapa tu, pero tu novio en tenis?? No pega, error”.
  • “En zapatillas? 🤦‍♂️ Con lo guapa que vas y el se viste así...”
  • “Menudo hortera el De Gea”.

Como ejemplo, la última imagen que Edurne ha publicado en Instagram.
 En ella aparecen ambos perfectamente vestidos en la boda que unos amigos celebraron este fin de semana.

 

 

24 jun 2019

Manuel Carrasco........................No era feliz.............. Carlos Marcos..

Manuel Carrasco: “Fueron muchos años de tragármelo todo. No era feliz. Fue cuando decidí ir a terapia”.

El cantante andaluz ha protagonizado una larga travesía hacia la felicidad. Dentro de una semana llena el Wanda Metropolitano con 50.000 personas.

Manuel Carrasco posa en exclusiva para ICON la semana pasada en Madrid. Foto y vídeo: Saúl Ruiz
Se llama Dulce y a ella le debe mucho Manuel Carrasco. 
Dulce está ya jubilada, pero durante cuatro años se empleó a fondo profesionalmente para tratar de que el cantante andaluz localizara a sus demonios interiores y, una vez encontrados, los domara para poder convivir con ellos.
 Porque estos miedos nunca desaparecen. Dulce fue la terapeuta psicóloga de Carrasco. 
Sin ella probablemente el artista no hubiese llegado a lo que pasará dentro de una semana (el 29 de junio): llenará el Estadio Wanda Metropolitano con 50.000 personas.
Hace aproximadamente un año, Manuel Carrasco (Isla Cristina, Huelva, 1981), ya convertido en estrella de la música española, fue a visitar a Dulce.
 “Quería decirle lo bien que me iba, agradecerle.
 Ella está muy alejada de todo. Sabía que seguía en la música, pero poco más. Así que se lo conté”, señala el músico onubense.
El cantante se refiere a dos circunstancias con las que ha tenido que fajarse para poder mantener la estabilidad.
 La primera cuando vivió en primera persona el lado más perverso de la fama, cuando salió de Operación Triunfo y se vio rodeado de tiburones que sabían lo que él debía hacer.
 La segunda es una más personal: su pavor a la fama, tanto que le atenaza, muchas veces alentado por una timidez extrema.

El cantante afirma que no quiso involucrar a su familia, que prefirió pasarlo solo, viviendo en Barcelona (exigencia de la discográfica). Lo que está contando Carrasco no ha cambiado mucho en la actualidad. 
Se hace de forma más sutil, menos brava, pero la manipulación es la herramienta que se impone a estos artistas neófitos que en algunos casos no han realizado ni un concierto y se encuentran con una fama colosal. 
Con el segundo disco, el artista decidió coger las riendas. 
Se fue a su casa y compuso hasta el agotamiento. 
“Hice un montón de canciones: no eran las mejores, pero eran las mías”, dice. Y ahí despegó todo.

Para conocer la personalidad de Carrasco hay que mirar a Punta de Caimán, el barrio de Isla Cristina (Huelva) donde creció.
 Olor a mar, familias humildes numerosas (la suya, de cinco hermanos), alto nivel de abandono escolar (Manuel es el único de sus hermanos que llegó a 8º de EGB), vida callejera, profusión de buscavidas, padres pescadores, madres amas de casa… 
Un día lluvioso de invierno, un delgadito crío de ocho años corría por las calles del barrio. 
Un coche avanza sin precaución y, ¡zas!, le embiste.
 El chaval era Manuel Carrasco.
 Se le descolocan tres vértebras. Pasa un mes en el hospital.
 Cuando sale, lo hace con un aparatoso corsé que le cubre desde el cuello hasta la cintura.
 Lo tendrá que llevar tres años. Sufre el pitorreo de otros niños. Al recordarlo el cantante no dramatiza: 
“Había otro chico que llevaba una pierna con un aparato. 
Éramos los dos robocops. Ya sabes, los niños… Pero no tengo la sensación de haber sido excluido”. 
Hubo juicio y la familia Carrasco acabó con un millón de pesetas. “Para nosotros eso era una locura”, exclama el cantante.
Habla de 2002, cuando participó en la segunda edición de Operación Triunfo y quedó segundo.
 Nada más terminar la final empezaron a pasar cosas: “Llega un momento en el no controlas tu vida. 
Hay gente que la controla. Te dicen lo que tienes que hacer: por aquí no vayas, por aquí sí. 
 Cuando yo preguntaba algo ya estaba hecho. ‘¿Pero qué está hecho? ¿El disco? Es que no estoy de acuerdo con ese disco’. Muchas veces me dije: 
‘Mira, esto no me merece la pena, me marcho para casa’. Tuve ataques de ansiedad… Lo pasé mal, muy mal”.
Manuel Carrasco en un concierto de su gira actual celebrado el pasado 19 de mayo en Fuergirola (Málaga).
Manuel Carrasco en un concierto de su gira actual celebrado el pasado 19 de mayo en Fuergirola (Málaga). Foto: Cordon
Dejó de fumar y de beber y casi inmediatamente su voz subió dos tonos. 
“Me dije: ‘Tengo una oportunidad en esta vida, que por mí no quede’. Iba a los botellones y en lugar de irme a las ocho de la mañana, como siempre hacía, me aburría y me iba a las dos. 
Todos mis amigos estaban con el puntito y yo me aburría. Bebía agua o refrescos.
 Es que sentía que me iba a cambiar la vida con la participación en OT. Sentía miedo, sentía vértigo por todo lo que me iba a pasar. Pero era una oportunidad que no iba a dejar pasar.
 Y mi vida no volvió a ser la misma”.

Lo primero que hizo cuando empezó a ganar dinero de verdad con la música fue pagar la hipoteca de la casa a sus padres.
 A continuación, les compró una casa nueva. “Todo eso antes de tener yo casa.
 Sentía esa necesidad. Me sentía en deuda con ellos.
 Tengo una sensación de que estas cosas no suelen pasar en los sitios donde yo me he criado.
 Las grandes capitales se ven muy lejos desde donde yo soy”, explica, con los ojos acuosos de la emoción.
Y cuando todo parecía que iba de maravilla…
 Los demonios. “Estoy en una profesión que voy contra natura. No soy el tipo que quiera ponerse ahí en medio, no. Pero lo tengo que hacer.
 De alguna manera quería ser artista, pero no me hacía feliz. No disfrutaba haciendo discos ni en el escenario”.
 Es cuando entra en escena la psicóloga, Dulce, que estará con él cuatro años: de 2012 a 2016. “Y cambió mi vida. Me ayudó muchísimo.
 Además, leí bastante sobre el autoconocimiento, libros de autoayuda.
 Me empecé a conocer, a ubicar las cosas. Al miedo hay que enfrentarse y mirarlo a los ojos. 
En esta profesión no te puedes fiar. Es una profesión donde te regalan el oído, vives en un lugar falso de brillo, luces. 
No es un mundo real. Te rodeas de mucha gente que siempre quiere algo”, explica.
Cuando habla de exposición no exagera.
 Manuel Carrasco está protagonizando la gira más multitudinaria del momento: 10.000 personas en Bilbao, 50.000 en Sevilla, 50.000 en el Metropolitano de Madrid. 
En ellos presenta su último disco, La cruz del mapa, y da un repaso a una carrera de 15 años y ocho álbumes.
 “Después de lo que te he contado me parece que mi historia es muy a tener en cuenta.
 No lo he tenido nada fácil”,
Solo espera que la noche antes de los conciertos su hija Chloe no haga lo mismo que ha hecho el día antes de la entrevista: “A las tres de la mañana le ha dado por cantar la canción de Dumbo”, dice con una sonrisa.