24 jun 2019
Ernesto Sabato, la voz de la conciencia de Argentina
Abandonó su brillante porvenir al entender que la condición trágica del hombre del siglo XX no pasaba por la ciencia y cimentó su gran carrera literaria en tres novelas.
Ernesto Sabato fue una mente prodigiosa que acabó convirtiéndose en uno de los intelectuales más desafiantes de Argentina.
Su prometedora carrera profesional iba orientada a la Física, en la que se doctoró y gracias a la que obtuvo una beca para trabajar en París, en el laboratorio que fudó la célebre Marie Curie.
Esa etapa parisina, sin embargo, cambió su concepción de la realidad y del mundo.
Allí conoció a los escritores y pintores del movimiento surrealista, en especial a André Breton, y surgió la vocación literaria de Sabato y, sobre todo, su fascinación por el inconsciente, motivo que sería recurrente en su escasa obra, formada por solo tres novelas.
Sin embargo, esas tres novelas de Sabato han sido traducidas a 30 idiomas, aunque él tenía la costumbre (o más bien la manía) de quemar todos sus manuscritos y por eso no se conserva más material suyo.
De hecho, casi quema su segunda novela, aunque finalmente su mujer le convenció para no hacerlo.
En la actualidad es considerada una obra maestra: “puede ser porque pensé que todo mi trabajo era imperfecto, impuro, y descubrí que el fuego era purificador”, dijo una vez para justificar su afán destructivo.
Lo que sí se conservan de Sábato son ensayos políticos y morales, muchos de ellos publicados en periódicos, y que al igual que le valieron tener que dejar la enseñanza por sus críticas a Juan Domingo Perón, lo convirtieron en “la voz de la conciencia de Argentina” una vez que fue adquiriendo reconocimiento internacional.
Poco a poco se fue alejando de la literatura pero investigó la represión del gobierno militar de Videla y presidió la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) en Argentina.
Ernesto Sabato fue el segundo argentino galardonado con el Premio Miguel de Cervantes (1984), después de Jorge Luis Borges (1979), y su longevidad, casi cien años de vida, lo convirtieron en un personaje clave del pasado siglo y de la primera década de éste.
El ensayista, físico, novelista y pintor Ernesto Sabato nació el 24 de junio de 1911 en una ciudad de la actual provincia de Buenos Aires llamada Rojas.
Fue el décimo de los 11 hijos que tuvo la familia, formada por padres inmigrantes italianos.
Su formación académica y universitaria tuvo lugar en La Plata, donde consiguió su título universitario en Física en 1937.
Gracias a su brillante carrera académica logró una beca en el laboratorio Joliot-Curie en París en 1938 y en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 1939.
Ese mismo año, con 28 años, publicó un documento profesional sobre su especialidad, la radiación cósmica, y regresó a Argentina, a la Universidad de La Plata, para comenzar su carrera como docente, aunque la dictadura de Perón lo obligó en 1945 a renunciar a ella por ser considerado políticamente indeseable debido a sus escritos y a las críticas a la dictadura.
Sabato había estado siempre profundamente involucrado en la protesta contra la manipulación militar en su país, y su estancia en París y su amistad con los escritores y pintores del movimiento surrealista alentó su interés por la filosofía y la literatura.
En París se dio cuenta de que la situación del hombre en el siglo XX no pasaba por la ciencia: “durante ese tiempo de antagonismos, por la mañana me sepultaba entre electrómetros y probetas y anochecía en los bares, con los delirantes surrealistas”, explicó el propio autor.
Dos años después, con graves dificultades económicas, lo nombraron director de la Unesco, pero renunció a los dos meses. En 1948 su vida dio un giro con la publicación de su primera novela, aunque no sin dificultades, ya que sus manuscritos fueron rechazados por todas las editoriales y acabó publicando El túnel en la revista Sur.
El túnel era una novela psicológica narrada en primera persona y enmarcada en el existencialismo.
Fue alabada por Albert Camus, quien la hizo traducir al francés.
En 1951 se publicó el ensayo Hombres y engranajes.
Al año siguiente se estrenó en Argentina la película de El túnel y en 1953, editó el ensayo Heterodoxia.
Sabato comenzaba a ser un autor prolífico al haber encontrado a lo que quería dedicarse.
En 1958 Sabato fue designado director de Relaciones Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores, puesto al que también renunció al año siguiente por discrepancias con el gobierno.
En 1961 publicó Sobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX.
La novela narra la historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del general Juan Lavalle, héroe de la guerra de la Independencia Argentina, y con los desgarramientos de la historia argentina, como las guerras civiles del siglo XIX hasta 1955.
Además de obtener un éxito impresionante, Sobre héroes y tumbas situó a Ernesto Sabato en la primera línea del denominado ‘Boom de la literatura hispanoamericana’, fenómeno editorial que, en la década de 1960, supuso el descubrimiento internacional de los narradores del continente: sus compatriotas Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, el colombiano Gabriel García Márquez y el peruano Mario Vargas Llosa que, junto a Ernesto Sabato, construyeron una narrativa de altísimo nivel y aplaudida por los lectores y la crítica a la vez.
En 1955 fue nombrado por el gobierno interventor de la revista Mundo Argentino, aunque renunció al cargo al año siguiente por haber denunciado la aplicación de torturas a militantes y los fusilamientos de junio de 1956.
Sus nombramientos y renuncias también se convirtieron en algo habitual por no traicionarse a sí mismo ni a sus principios.
El propio autor es uno de los personajes, que vive y habla con sus criaturas, procedentes algunas de ellas de Sobre héroes y tumbas.
El reconocimiento internacional acabó por convertir a Ernesto Sabato en una autoridad dentro de la sociedad argentina, un formador de opinión y una especie de conciencia moral que, precisamente por su nuevo papel, se fue alejando progresivamente de la actividad literaria.
La obra de Sábato, reconocida con numerosos premios internacionales y numerosas traducciones, incluye además de las tres novelas mencionadas, multitud de ensayos, como El escritor y sus fantasmas (1963), El otro rostro del peronismo (1956), Tango: discusión y clave (1963), La cultura en la encrucijada nacional (1973), Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo (1974), Apologías y rechazos (1979), Antes del fin (1998), La resistencia (2000) y España en los diarios de mi vejez (2004).
El narrador y ensayista argentino se dedicó además a la pintura, otra de sus pasiones; si bien sus últimos años se vio aquejado de un grave problema de visión.
Ernesto Sabato falleció en su hogar en Santos Lugares durante la madrugada del 30 de abril de 2011, 55 días antes de cumplir 100 años, a causa de una neumonía derivada de una bronquitis.
Su muerte coincidió con la celebración de la ciudad de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011, y también con el desarrollo de la 37ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, por lo que tanto su velatorio como su funeral fueron multitudinarios como reconocimiento a su brillante figura y sus contribuciones a la literatura hispanoamericana y al desarrollo de Argentina.
CANSANCIO:.............:::Jose Carlos Cataño
Cansancio, con todas las letras (menos
las que se llevan las uñas en el muro).
El cielo nada dice, ni la
tierra.
Entre una cosa y otra, quedan las aguas meciéndose detrás de la
escollera, ni mar de horizonte, ni mar de orilla.
Entre la calina sube ahora, muy despacio, un avión largo y afilado.
Que la vida está en otra parte es algo que también pasó a mejor vida.
Deja de verse el avión, como yo dejo de mirarme este cansancio, estas aguas tranquilas y escondidas.
Mañana será otra asfixia.
Sobre la espalda las perseidas pasarán de
largo, sin llanto, sin estremecimiento, como no lo hicieron otros años
en que teníamos a la vista los grandes, iluminados altos de los
farallones.
Estas grandes ganas de no ganas... Como si fuera mejor que me empujaran sobre la calina, sobre un no mundo, o en algo parecido al silencio constelado del mar en la noche, no oponiendo yo ninguna resistencia, tampoco mayor alegría.
Estas grandes ganas de no ganas... Como si fuera mejor que me empujaran sobre la calina, sobre un no mundo, o en algo parecido al silencio constelado del mar en la noche, no oponiendo yo ninguna resistencia, tampoco mayor alegría.
La BBC, acusada de nuevo de racismo por el tratamiento que da a Meghan Markle
Un nuevo programa de la cadena británica parodia a la duquesa de Sussex con un tono de piel más oscuro que el suyo y con una violenta personalidad.
Pues no sé que decir, la chica que ha hecho de su vida un folletin es negra y la muñeca no va a ser Azul Marino no?.
me recuerda a Pepe Monagas y su cuento con el dueño, creo, de los almacenes Chanray de la calle Triana.
Además esa chica ha hecho el Agosto de su vida casándose con un Príncipe.
Mira como han puesto a su suegra cuando vivía y era blanca y rubia.....hummmmmm claro que salió con aquel chico hijo del dueño de esos almacenes dónde vamos todos de "pardillos" y nos traemos las bolsitas con el nombre y se dice son de allí, no vayan a pensar que son de los "Chinos".
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