Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

15 jun 2019

El año más largo de Urdangarin.....................Mábel Galaz.

El marido de Cristina de Borbón pasa su tiempo en la cárcel leyendo, escribiendo

y cultivando un pequeño huerto.

Iñaki Urdangarin sale de la Audiencia de Palma, en junio de 2018.
Iñaki Urdangarin sale de la Audiencia de Palma, en junio de 2018.

Cristina de Borbón acude casi todas las semanas a ver a su marido.

 Lo hace fuera del horario de visitas y, a diferencia de otros familiares, llega con su coche hasta el interior de las instalaciones. 

Esas excepciones se han aprobado, según la información oficial, para no alterar el funcionamiento de la prisión. 

 Los hermanos de Urdangarin, en cambio, sí que entran y salen por la puerta destinada a las visitas.

 Son las mujeres de su familia quienes más acompañan al que un día fue duque de Palma de Mallorca. 

Hay visitas en solitario, otras en las que puede haber hasta seis personas y encuentros vis a vis.

 Urdangarin ha hecho uso de todas las modalidades. En los locutorios puede recibir dos veces a la semana durante 20 minutos o acumular el tiempo hasta sumar 40 minutos. 

Al mes tiene derecho a “comunicaciones familiares” con una duración de “entre una y tres horas” y a un encuentro íntimo. 

El Rey y la infanta Cristina, en Abu Dabi.
El Rey y la infanta Cristina, en Abu Dabi. RV RACING PRESS
Cada día su jornada empieza a las 8.30 de la mañana y termina a las 21.00 horas. 
Dedica una hora a hacer deporte. Tiene una bicicleta estática adaptada a su altura que fue aprobada por el juez y dispone de unas sencillas espalderas en un pequeño gimnasio.
 Pasa mucho tiempo leyendo y también escribiendo largas cartas. Cuenta con un ordenador, sin conexión a Internet, en el que a veces ve películas que le llevan en una memoria USB.
 También tiene una televisión. En la celda hay varias imágenes religiosas, suele rezar y recibir la visita de un sacerdote.

La última novedad en la vida de Urdangarin ha sido montar un pequeño huerto, que en realidad son media docena de macetas en las que ha plantado tomates y pimientos, con escasa suerte en la cosecha por su inexperiencia.
 Para ello ha contado con la ayuda de un funcionario de la prisión.
A finales del mes de noviembre Urdangarin podrá solicitar su primer permiso.
 Todo indica que el juez se lo concederá.
 Como otros presos, tendrá derecho a una serie de días que no podrán ser más de seis seguidos.
 Cuando llegue ese periodo de tiempo la vida del marido de Cristina de Borbón cambiará, ya que poco a poco se acercará al tercer grado, que puede llegar cuando haya cumplido la mitad de su condena.
 Para cuando disponga de esas horas de libertad es muy probable que la hermana pequeña del rey Felipe esté ya instalada en Madrid con sus dos hijos menores, Miguel e Irene.
 Tener arraigo y un trabajo hará más fácil que Urdangarin, como ocurre con cualquier otro preso, logre el tercer grado.
Además, Cristina de Borbón quiere dejar Ginebra una vez que sus dos hijos mayores ya viven fuera –Juan estudia en Inglaterra y Pablo en Alemania– y las relaciones con su familia han mejorado. El último año de Urdangarin ha sido también el año del reencuentro de los Borbón.
 Con el exduque en la cárcel y con la Infanta absuelta, se han restablecido las relaciones aunque en el caso de los Reyes de España siga existiendo un cordón de protección de cara al exterior.

Bodas, bautizos y funerales,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,Boris Izaguirre,,,

Resulta encantadora la habilidad que tienen nuestros políticos de generar parejas bellas con más facilidad que gobiernos. Malú y Albert, Begoña y Pedro son gente guapa y famosa.

 

Pilar Rubio y Sergio Ramos, el pasado septiembre en Londres
Pilar Rubio y Sergio Ramos, el pasado septiembre en Londres Getty Images

14 jun 2019

Eugenia Martínez de Irujo, Tamara Falcó, Amaia Salamanca... coinciden en el cumpleaños de Macarena Rey

© Gtresonline
Una de las mujeres más influyentes de la televisión, Macarena Rey, celebró el pasado viernes, 7 de junio, su 50 cumpleaños con una gran fiesta a la que asistieron numerosos amigos, como Eugenia Martínez de Irujo, que llegó así de feliz con su marido, Narcís Rebollo.
Mario Vaquerizo
© Gtresonline
Mario Vaquerizo, cada día más recuperado de la artrosis degenerativa que padece, no faltó a la fiesta de cumpleaños, ya que también ha sido uno de los muchos personajes conocidos que han pasado por las cocinas de 'MasterChef Celebrity'.
 Cayetana Guillén Cuervo
© Gtresonline
Cayetana Guillén Cuervo, con un precioso vestido de Santos Costura al que añadió una cazadora de cuero. 
Iba con su marido, Omar Ayyashi. La relación entre la actriz y Macarena Rey es muy estrecha, ya que la intérprete ha presentado uno de los últimos programas de la productora Shine Iberia, 'Cena con mamá'. 

Aquel infierno de Alcàsser.................................... Manuel Jabois

Netflix estrena una serie documental sobre el asesinato de Miriam, Toñi y Desiré que sacudió España en los noventa.

En vídeo, el tráiler de 'El caso Alcàsser', de Netflix.
Hay un momento en el documental El caso Alcàsser, una crónica implacable y quirúrgica sobre el gran crimen de los 90 (los asesinatos de las adolescentes Miriam García, Toñi Gómez y Desiré Hernández), que termina hundiendo al espectador en una sensación de irrealidad de la que no sale hasta el final, quizá por ello Ramón Campos y Elías León Siminiani, productor de Bambú y director del documental respectivamente, lo dejaron para el quinto y último capítulo de la serie, que se estrena el viernes en Netflix. 

Sucede cuando a Esta noche cruzamos el Missisipi, el late night de Pepe Navarro, son invitados el padre de Miriam, Fernando García, y el criminólogo Juan Ignacio Blanco.
 Blanco defiende una teoría conspirativa según la cual hombres de las altas esferas del Estado, algunos pertenecientes a mafias satánicas, están detrás del crimen. 
 Afirma que la noche de crimen tres hombres, y no dos, abusaron sexualmente de Miriam, Toñi y Desiré, y una de las pruebas que esgrime Blanco es que Antonio Anglés estaba con una de las niñas, Miguel Ricart con otra, y “no es porque esté aquí su padre delante, pero es una obviedad: Miriam es la más agraciada de las tres y con ella se quedó un tercero, que por esa razón tenía que ser el jefe”. 

Afortunadamente, para entonces la estupefacción está ya a niveles mareantes, y del mismo modo que sería injusto reducir a una escena tan perturbadora como la del criminólogo Blanco un trabajo exhaustivo, el mejor y más completo sobre Alcàsser hasta la fecha (otro más, tras el documental El caso Asunta) de Siminiani y Campos -los dos presentes en la cinta, indagando, preguntando, poniendo el espejo a un juicio que llenó horas de televisión y dejó preguntas sin responder, preguntas que ellos reformulan una y otra vez acudiendo a las puertas tras las que pueden estar las respuestas-, no es menos cierto que el crimen de Alcàsser, el crimen de un año, 1992, en el que España se exhibe al mundo como un pavo real con la Expo y los Juegos, fue atravesado de principio a fin por un tratamiento mediático inédito entonces, pura pornografía sentimental que terminó cayendo en el amarillismo de enseñar fotos de cadáveres y demás material clasificado de la investigación.
 Un sindiós.

 “No fuimos conscientes de que nos estábamos metiendo tanto en el barro. 

 Sabía que estaba pasando algo que no podía pasar, pero no sabíamos qué era”, dice a cámara la periodista Mariola Cubells, entonces reportera del diario Levante.

 “Todo era tan espectacular que ni te imaginabas que el espectáculo de verdad iba a empezar ahora”, dice la periodista británica Patricia Murray en referencia al famoso programa de Nieves Herrero en directo el día de las aparición de los cadáveres, cuando se convirtió Alcàsser en un plató con un escenario al que todos los miembros de las familias de las asesinadas querían salir (“tuvimos que pedir a gente del público que se sentase en el suelo para subir sillas para abuelos, primos, sobrinos”). 

“No me ha contestado. ¿Maltrataron a las niñas?”, insiste la periodista al teniente de la Guardia Civil delante de las familias (“estaba desbordada, superada”, dice Cubells; en ese plató, de tanto apelar a las emociones más primarias (“ojo por ojo, que le hagan lo mismo a ellos”, dice una niña tranquilamente al micrófono) se desbordaron las propias al punto de descontrolarse todo; 

 el culmen llegó cuando en medio de la emisión se anunciaron detenciones y todo el pabellón estalló en una ovación.

 

La crónica del crimen y el análisis del juicio conforman un cuadro agónico que ningún español vivo entonces puede olvidar.
 El documental reconstruye con precisión el tiempo de búsqueda de las niñas, desde la noche que desaparecen hasta los 75 días siguientes (“cuando eran las ocho de la mañana pensé, pero sin chaqueta y este frío, dónde han dormido”, dice la madre de una den ellas) y muestra exactamente cómo esa gigantesca expectación, con los primeros desmanes de los medios, iba contagiando una emoción enloquecida entre familiares de víctimas, periodistas y espectadores; un suceso convertido en causa nacional que llevaba río abajo todas las pasiones hasta que estas explotaron el día de la aparición de los cuerpos. 
El caso Alcàsser se vuelca sobre la investigación hasta desmenuzar el más mínimo detalle, deja que varios de los protagonistas viajen del dolor y la nostalgia a las propias miserias morales a menudo consustanciales a una pérdida tan tremenda y recuerda la enorme reacción social al asesinato múltiple, ocurrido porque las tres chicas hicieron autoestop para ir a una discoteca que estaba a dos kilómetros.
 Todos los padres de las chicas que iban a esa discoteca acudieron las siguientes semanas a recogerlas en persona, se aconsejó por activa y por pasiva que nadie saliese de noche a esas horas y por supuesto que nadie volviese a hacer autoestop.
 Se puso el foco, en definitiva, sobre las víctimas aun para no seguir su ejemplo, de tal forma que la pregunta era por qué tres chicas se suben al coche de unos desconocidos en lugar de hacerse la pregunta más incómoda: por qué no pueden hacerlo y qué es lo que se lo impide.