El arquitecto de la restauración de la catedral se confiesa en ‘Le Figaro’
Philippe
Villeneuve asegura que las polémicas no son lo suyo y que trabaja 12
horas diarias en ‘su’ catedral. Ahora, habla “con las entrañas”: “A
veces, estoy a punto de llorar”
El
arquitecto Philippe Villeneuve, responsable de la restauración de Notre
Dame, sostiene la escultura de un gallo que coronaba la aguja de la
catedral, el pasado 17 de abril.Twitter Jacques Chanut
García
Castaño, 'El Gordo', detalla al juez que entregó al entonces secretario
de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, un pendrive con datos
sustraídos al extesorero.
El comisario Enrique García Castaño, alias 'El Gordo', en la Audiencia Nacional.Inma Flores
El comisario Enrique García Castaño, El Gordo,
aseguró este martes al juez que Francisco Martínez, secretario de
Estado de Seguridad cuando el popular Jorge Fernández Díaz era ministro
del Interior, estaba al tanto de la Operación Kitchen, montada en 2013
por la policía patriótica para espiar a Luis Bárcenas tras
estallar el escándalo de la contabilidad paralela del PP. García Castaño
declaró que entregó a Martínez un pendrive con información
extraída de los móviles del extesorero popular gracias a su chófer,
confidente policial. El comisario detalló la identidad de agentes que
participaron en la operación.
Fuentes jurídicas señalan que García Castaño —a quien la investigación sitúa dentro de una “organización criminal” por su colaboración con Villarejo—
detalló ayer varias de las actuaciones de agentes de la Unidad Central
de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, que él mismo dirigía. El Gordo
ya había admitido que encargó a sus subordinados controlar a personas
del entorno del extesorero del PP por orden del entonces número dos de la Policía Nacional, el comisario Eugenio Pino, el supuesto muñidor de la llamada brigada patriótica. Sin embargo, en esta última declaración fue más allá y explicó que
una de esas actuaciones fue obtener el contenido de varios dispositivos
móviles que utilizaba el extesorero. Para ello, aseguró que se valió de
la presunta colaboración Sergio Ríos, entonces chófer de Bárcenas y a
quien Interior pagaba mensualmente 2.000 euros de los fondos reservados.
García Castaño no solo detalló cuándo y dónde —en una cafetería— le
entregó esa información, sino que explicó que a aquella cita acudió con
dos de sus subordinados en la UCAO, cuyas identidades facilitó para que
el juez pueda llamarlos a corroborar su versión. No es la primera vez que Martínez se ve salpicado por la Operación
Kitchen. En una declaración anterior, el propio García Castaño ya
aseguró que el número dos de Interior estaba informado de la puesta
en marcha del operativo, del que nunca se informó ni al juez que en
aquel momento instruía el caso Gürtel, Pablo Ruz, ni a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), encargada de investigarlo.
Imputado
en varias de las 10 piezas en las que se divide el sumario en el que se
están investigando las actividades presuntamente irregulares del
comisario jubilado José Manuel Villarejo, García Castaño había pedido el
30 de abril declarar de nuevo en la llamada pieza Kitchen, después de
que en su anterior comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional
Manuel García-Castellón, realizada el 26 de marzo, pidiese tiempo para
“recabar nombres y circunstancias, que por el paso de los años no
disponía en ese momento”, sobre el espionaje a Bárcenas. Además, la firma de Martínez ha aparecido en documentos
confidenciales recientemente desclasificados por el Gobierno en los que
autorizaba los pagos con fondos reservados
a los confidentes que colaboraban en el espionaje a Bárcenas, entre
ellos el chófer. Aforado en su condición de diputado del PP hasta la
disolución de las Cortes por el adelanto electoral, el ex secretario de
Estado fue excluido de las listas populares al igual que los otros dos
integrantes de la cúpula de Interior salpicados por el escándalo,
Ignacio Cosidó y Fernández Díaz. Martínez siempre ha negado cualquier
implicación en irregularidades. Kitchen es una de las 10 piezas abiertas que se conocen hasta ahora de la instrucción del caso Villarejo, que permanece secreta parcialmente. En ella, además de García Castaño y Villarejo están imputados el comisario Pino y otros cuatro policías a los que se vincula con la brigada patriótica:
los comisarios Andrés Gómez Gordo y Marcelino Martín Blas, y los
inspectores jefe José Ángel Fuentes Gago y Bonifacio Díez Sevillano. En
esta pieza también es investigado Sergio Ríos, el entonces chófer de
Barcenas y hoy agente de la Policía Nacional.
Melania y su ‘guerra diplomática’ a la moda británica en su visita a Reino Unido
La primera dama de
Estados Unidos no ha elegido diseñadores británicos para sus dos grandes
momentos del viaje oficial a Inglaterra. Acostumbrada a mandar mensajes
a través de su ropa, ¿qué quiere decir Melania con sus últimas
elecciones?
Melania Trump (vestida de Dolce & Gabbana), la Reina Isabel II y Camila Parker.
Foto: Getty
Como dice el analista royal Josh Duboff, lo que le pasó ayer a Melania
Trump frente a la reina de Inglaterra le pasa a muchos en presencia de
Su Majestad: pueden ser más americanos que el beef jerky “pero
les pones en una audiencia real y se encasquetan un tocado kitsch más
parecido a un pájaro que a un sombrero porque eso les hace sentir la
quintaesencia de lo inglés”.
Es posible que ayer la Primera Dama se
sintiese de esa manera, pero para hacerlo no eligió a un diseñador
británico, ni mucho menos.
Y no se puede decir que ella sea una mujer
que no tiene en cuenta estos detalles: en su anterior misión
diplomática, una visita a Japón, todo fueron guiños.
Desde el batín con cinturón lleno de postales de atardeceres sobre el
monte Fujiyama firmado por Calvin Klein, hasta el vestido bordado con
primorosas flores de almendro de Carolina Herrera.
Todo estaba cuidado: los diseñadores, ambos norteamericanos; los motivos, nipones a más no poder.
Trump, la Reina Isabel II y Melania, vestida de Dior. Foto: Getty
Anteayer, Melania aterrizó en la Pérfida Albión con una camisa-pañuelo
de Burberry, buque insignia del diseño británico, pero a partir de ahí
fueron diseñadores de otros países europeos los que cobraron
protagonismo.
Y, curiosamente, de los países europeos que mejores
relaciones diplomáticas mantienen con su esposo: Italia, cuyo
presidente, Matteo Salvini, ha sido objeto de las alabanzas del
Presidente de los Estados Unidos en repetidas ocasiones; y Francia…
¿alguien puede olvidar el espectáculo “bro” que Emmanuel Macron y Trump
ofrecieron el año pasado?
El comentadísimo ‘look’ homenaje a Lady Diana era un diseño de los
italianos Dolce & Gabbana, especialistas en este tipo de siluetas
lápiz.
En la tierra del millinery más refinado, ni siquiera el sombrero
era inglés: se trataba de un diseño hecho a medida por el creador
francés Hervé Pierre.
En la recepción de gala de la noche, Melanina se vistió con un corte
sirena inmaculado, creación de…. Christian Dior.
Ya el año pasado la
Primera Dama escogió un atelier francés para su primer encuentro con la
reina: Gilles Mendel, cabeza visible de la firma J. Mendel, fue el
costurero escogido para hacerle un vaporoso vestido con capa en color
amarillo, que se presentó entonces como un homenaje a Isabel II, pues
ese es su color favorito.
Este año, sin embargo, ni ese guiño ha habido:
blanca, radiante y más francesa que un macaron iba Melania.