5 jun 2019
Un comisario declara que robó documentos a Bárcenas para el ‘número dos’ de Interior
García Castaño, 'El Gordo', detalla al juez que entregó al entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, un pendrive con datos sustraídos al extesorero.
El comisario Enrique García Castaño, El Gordo,
aseguró este martes al juez que Francisco Martínez, secretario de
Estado de Seguridad cuando el popular Jorge Fernández Díaz era ministro
del Interior, estaba al tanto de la Operación Kitchen, montada en 2013
por la policía patriótica para espiar a Luis Bárcenas tras
estallar el escándalo de la contabilidad paralela del PP.
García Castaño declaró que entregó a Martínez un pendrive con información extraída de los móviles del extesorero popular gracias a su chófer, confidente policial.
El comisario detalló la identidad de agentes que participaron en la operación.
Fuentes jurídicas señalan que García Castaño —a quien la investigación sitúa dentro de una “organización criminal” por su colaboración con Villarejo— detalló ayer varias de las actuaciones de agentes de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, que él mismo dirigía.
El Gordo ya había admitido que encargó a sus subordinados controlar a personas del entorno del extesorero del PP por orden del entonces número dos de la Policía Nacional, el comisario Eugenio Pino, el supuesto muñidor de la llamada brigada patriótica.
Sin embargo, en esta última declaración fue más allá y explicó que una de esas actuaciones fue obtener el contenido de varios dispositivos móviles que utilizaba el extesorero.
Para ello, aseguró que se valió de la presunta colaboración Sergio Ríos, entonces chófer de Bárcenas y a quien Interior pagaba mensualmente 2.000 euros de los fondos reservados. García Castaño no solo detalló cuándo y dónde —en una cafetería— le entregó esa información, sino que explicó que a aquella cita acudió con dos de sus subordinados en la UCAO, cuyas identidades facilitó para que el juez pueda llamarlos a corroborar su versión.
No es la primera vez que Martínez se ve salpicado por la Operación Kitchen.
En una declaración anterior, el propio García Castaño ya aseguró que el número dos de Interior estaba informado de la puesta en marcha del operativo, del que nunca se informó ni al juez que en aquel momento instruía el caso Gürtel, Pablo Ruz, ni a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), encargada de investigarlo.
Imputado
en varias de las 10 piezas en las que se divide el sumario en el que se
están investigando las actividades presuntamente irregulares del
comisario jubilado José Manuel Villarejo, García Castaño había pedido el
30 de abril declarar de nuevo en la llamada pieza Kitchen, después de
que en su anterior comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional
Manuel García-Castellón, realizada el 26 de marzo, pidiese tiempo para
“recabar nombres y circunstancias, que por el paso de los años no
disponía en ese momento”, sobre el espionaje a Bárcenas.
Además, la firma de Martínez ha aparecido en documentos confidenciales recientemente desclasificados por el Gobierno en los que autorizaba los pagos con fondos reservados a los confidentes que colaboraban en el espionaje a Bárcenas, entre ellos el chófer. Aforado en su condición de diputado del PP hasta la disolución de las Cortes por el adelanto electoral, el ex secretario de Estado fue excluido de las listas populares al igual que los otros dos integrantes de la cúpula de Interior salpicados por el escándalo, Ignacio Cosidó y Fernández Díaz.
Martínez siempre ha negado cualquier implicación en irregularidades.
Kitchen es una de las 10 piezas abiertas que se conocen hasta ahora de la instrucción del caso Villarejo, que permanece secreta parcialmente. En ella, además de García Castaño y Villarejo están imputados el comisario Pino y otros cuatro policías a los que se vincula con la brigada patriótica: los comisarios Andrés Gómez Gordo y Marcelino Martín Blas, y los inspectores jefe José Ángel Fuentes Gago y Bonifacio Díez Sevillano.
En esta pieza también es investigado Sergio Ríos, el entonces chófer de Barcenas y hoy agente de la Policía Nacional.
García Castaño declaró que entregó a Martínez un pendrive con información extraída de los móviles del extesorero popular gracias a su chófer, confidente policial.
El comisario detalló la identidad de agentes que participaron en la operación.
Fuentes jurídicas señalan que García Castaño —a quien la investigación sitúa dentro de una “organización criminal” por su colaboración con Villarejo— detalló ayer varias de las actuaciones de agentes de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía, que él mismo dirigía.
El Gordo ya había admitido que encargó a sus subordinados controlar a personas del entorno del extesorero del PP por orden del entonces número dos de la Policía Nacional, el comisario Eugenio Pino, el supuesto muñidor de la llamada brigada patriótica.
Sin embargo, en esta última declaración fue más allá y explicó que una de esas actuaciones fue obtener el contenido de varios dispositivos móviles que utilizaba el extesorero.
Para ello, aseguró que se valió de la presunta colaboración Sergio Ríos, entonces chófer de Bárcenas y a quien Interior pagaba mensualmente 2.000 euros de los fondos reservados. García Castaño no solo detalló cuándo y dónde —en una cafetería— le entregó esa información, sino que explicó que a aquella cita acudió con dos de sus subordinados en la UCAO, cuyas identidades facilitó para que el juez pueda llamarlos a corroborar su versión.
No es la primera vez que Martínez se ve salpicado por la Operación Kitchen.
En una declaración anterior, el propio García Castaño ya aseguró que el número dos de Interior estaba informado de la puesta en marcha del operativo, del que nunca se informó ni al juez que en aquel momento instruía el caso Gürtel, Pablo Ruz, ni a la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), encargada de investigarlo.
Además, la firma de Martínez ha aparecido en documentos confidenciales recientemente desclasificados por el Gobierno en los que autorizaba los pagos con fondos reservados a los confidentes que colaboraban en el espionaje a Bárcenas, entre ellos el chófer. Aforado en su condición de diputado del PP hasta la disolución de las Cortes por el adelanto electoral, el ex secretario de Estado fue excluido de las listas populares al igual que los otros dos integrantes de la cúpula de Interior salpicados por el escándalo, Ignacio Cosidó y Fernández Díaz.
Martínez siempre ha negado cualquier implicación en irregularidades.
Kitchen es una de las 10 piezas abiertas que se conocen hasta ahora de la instrucción del caso Villarejo, que permanece secreta parcialmente. En ella, además de García Castaño y Villarejo están imputados el comisario Pino y otros cuatro policías a los que se vincula con la brigada patriótica: los comisarios Andrés Gómez Gordo y Marcelino Martín Blas, y los inspectores jefe José Ángel Fuentes Gago y Bonifacio Díez Sevillano.
En esta pieza también es investigado Sergio Ríos, el entonces chófer de Barcenas y hoy agente de la Policía Nacional.
Melania y su ‘guerra diplomática’ a la moda británica en su visita a Reino Unido
La primera dama de Estados Unidos no ha elegido diseñadores británicos para sus dos grandes momentos del viaje oficial a Inglaterra.
Acostumbrada a mandar mensajes a través de su ropa, ¿qué quiere decir Melania con sus últimas elecciones?.
Raquel Peláez
Melania y su ‘guerra diplomática’ a la moda británica en su visita a Reino Unido
La primera dama de Estados Unidos no ha elegido diseñadores británicos para sus dos grandes momentos del viaje oficial a Inglaterra. Acostumbrada a mandar mensajes a través de su ropa, ¿qué quiere decir Melania con sus últimas elecciones?
Como dice el analista royal Josh Duboff, lo que le pasó ayer a Melania Trump frente a la reina de Inglaterra le pasa a muchos en presencia de Su Majestad: pueden ser más americanos que el beef jerky “pero les pones en una audiencia real y se encasquetan un tocado kitsch más parecido a un pájaro que a un sombrero porque eso les hace sentir la quintaesencia de lo inglés”.
Es posible que ayer la Primera Dama se sintiese de esa manera, pero para hacerlo no eligió a un diseñador británico, ni mucho menos.
Y no se puede decir que ella sea una mujer que no tiene en cuenta estos detalles: en su anterior misión diplomática, una visita a Japón, todo fueron guiños.
Desde el batín con cinturón lleno de postales de atardeceres sobre el
monte Fujiyama firmado por Calvin Klein, hasta el vestido bordado con
primorosas flores de almendro de Carolina Herrera.
Todo estaba cuidado: los diseñadores, ambos norteamericanos; los motivos, nipones a más no poder.
Anteayer, Melania aterrizó en la Pérfida Albión con una camisa-pañuelo de Burberry, buque insignia del diseño británico, pero a partir de ahí fueron diseñadores de otros países europeos los que cobraron protagonismo.
Y, curiosamente, de los países europeos que mejores relaciones diplomáticas mantienen con su esposo: Italia, cuyo presidente, Matteo Salvini, ha sido objeto de las alabanzas del Presidente de los Estados Unidos en repetidas ocasiones; y Francia… ¿alguien puede olvidar el espectáculo “bro” que Emmanuel Macron y Trump ofrecieron el año pasado?
El comentadísimo ‘look’ homenaje a Lady Diana era un diseño de los italianos Dolce & Gabbana, especialistas en este tipo de siluetas lápiz.
En la tierra del millinery más refinado, ni siquiera el sombrero era inglés: se trataba de un diseño hecho a medida por el creador francés Hervé Pierre.
En la recepción de gala de la noche, Melanina se vistió con un corte sirena inmaculado, creación de…. Christian Dior.
Ya el año pasado la Primera Dama escogió un atelier francés para su primer encuentro con la reina: Gilles Mendel, cabeza visible de la firma J. Mendel, fue el costurero escogido para hacerle un vaporoso vestido con capa en color amarillo, que se presentó entonces como un homenaje a Isabel II, pues ese es su color favorito.
Este año, sin embargo, ni ese guiño ha habido: blanca, radiante y más francesa que un macaron iba Melania.
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