Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 may 2019

La Dolce Vita que nunca existió.........................Paolo di Paolo

Paolo di Paolo, leyenda de la fotografía que solo ejerció durante 16 años, expone a sus 93 años un relato desmitificado e íntimo de la Italia del 'boom' económico.

Pier Paolo Passolini, en el monte del Testaccio.
Pier Paolo Passolini, en el monte del Testaccio.

 

Señoritismo subido..................................Javier Marías

Los medios privados suelen tener accionistas y dueños, como es natural: por eso son privados. Cada uno es dueño de contratar a los colaboradores que desee.
HE CONOCIDO A GENTE ASÍ. Siempre ha habido gente así. Lo que es más nuevo es que haya tanta gente así. 
Que el mundo esté plagado de individuos insatisfechos a los que nunca nada les parece bien, y, sobre todo, nunca les parece bastante.
 Como nada les parece bastante, tampoco tienen nunca nada que agradecer.
 Lo que se les da, regala o concede, los favores que se les hacen y el buen trato que reciben, todo lo consideran minucias porque, según ellos, todo les es debido.
 Hace poco hemos visto una acabada encarnación de estos sujetos que hoy proliferan en uno de nuestros dirigentes, Pablo Iglesias. Durante la reciente campaña le dio por denunciar y atacar a los medios de comunicación, a los que acusó de estar sometidos a accionistas, empresarios, políticos y banqueros. 
Los medios privados suelen tener accionistas y dueños, como es natural: por eso son privados y no estatales.
 Cada uno es libre de contratar a los colaboradores que desee, por su calidad, por su afinidad ideológica o intelectual, también por su rentabilidad: si alguien es muy visto o leído y crea controversia, seguramente compensa contar con su presencia o su firma, independientemente de la afinidad. 
Durante todos los años de existencia de Podemos, esta formación ha tenido a su servicio, como caja de resonancia, como altavoz, a una cadena televisiva, la Sexta
 Todavía es así.
 Da la impresión de que los responsables de sus informativos dispongan de teléfono rojo o línea permanente con Iglesias, su pareja y demás acólitos. 
Uno cae en esa cadena y es raro el momento en que no estén en pantalla uno o varios de ellos, con preferencia por el caudillo.
 Cada acto o declaración suyos son cubiertos generosamente.
 Se suceden larguísimas entrevistas con él o ella o los subalternos. Nunca TVE ha favorecido de manera tan descarada a ningún Presidente del Gobierno, ni del PSOE ni del PP.
 Que yo sepa, sólo se le aproxima TV3 con sus loas y monográficos sobre la Generalitat y su procés, sobre los presos y los “exiliados”, más bien emigrantes privilegiados, mantenidos por las asociaciones independentistas y quizá la propia Generalitat.
¿De qué, si no, viven en Suiza —país caro donde los haya— Marta Rovira y Anna Gabriel
¿Quién paga mensualmente el palacete de Waterloo, más comidas, viajes, personal, luz, calefacción, teléfono, agua, wifi y demás? Iglesias no se limitó a arremeter contra los medios, sino que señaló, entre otros, a Atresmedia, a la que pertenece precisamente la Sexta. Algunos profesionales de esta cadena se le revolvieron, con razón, y, con palabras más suaves, lo tildaron de ingrato. 
A lo que Iglesias respondió muy desaho­gado y crecido que él no tenía nada que agradecerles, que algún provecho habrían sacado ellos de su presencia —escandalosamente continua— en sus pantallas.
 Sí, he conocido a gente así.
 Si alguien se porta bien conmigo o me ayuda, es porque eso le beneficia, porque yo hago subir las audiencias.
 Hay estudios que demuestran que, al menos hoy, es al contrario: cuando aparece Iglesias en la Sexta, muchos espectadores se van a otro canal.
 Pero a la gente así no se la convence con la realidad.
 Una vez traté a un editor —quizá el personaje más egocéntrico y envanecido del mundo literario, y miren que los autores no solemos distinguirnos por nuestra humildad— 
que creía que, si un escritor triunfaba y gozaba de éxito crítico y comercial —y de paso le reportaba prestigio y dinero—, no era por su talento sino gracias a él: por haber recibido el honor de ser publicado en su sello mágico.
 Que esos mismos escritores siguieran cosechando éxitos en otras editoriales —o los aumentaran— nunca lo disuadió de su engreimiento y su folie des grandeurs.
 Pocos días más tarde, Iglesias reiteró su falta de agradecimiento, esta vez al Gobierno, el cual había satisfecho con presteza su petición de que le pusieran vigilancia a las puertas de su famoso chalet, porque grupos de detractores merodeaban y armaban bulla. “Si el Gobierno cree que debo agradecerle que cumpla con su obligación y con la ley, no tiene ni idea de su función”, vino a decir. Ignoro lo que estipula la ley al respecto, pero en todo caso la solicitud de protección partió de él.
 Qué más da: él es tan importante que ni las gracias ha de dar, aún menos a los sufridos guardias que velan por la seguridad de su familia.
 Hoy es frecuente esta actitud, la comparte un porcentaje alto de la sociedad, aquejado de un señoritismo subido. 
Recientemente un colega y amigo se disculpó en público por haber declinado educadamente la petición de hacerse una foto en un momento en que le venía mal.
 Los peticionarios se lo habían reprochado por carta como si él debiera estar a su permanente disposición.
 Hace nada rechacé una invitación a dar charlas en dos ciudades francesas, explicando por qué no me era posible.
 Me respondieron con quejas y riñas veladas (“tenía la corazonada de que era usted un tipo de persona que…”), sin pararse a pensar que no tengo por qué aceptar nada, aún menos si embarcarme en compromisos y viajes me impide escribir lo que trato de escribir. Demasiada gente se cree única o que lo suyo merece prioridad.
 Y que jamás hay que dar las gracias por nada, claro está. 

El coco te llevará.....................................Juan José Millás

El coco te llevará
Juan José Millás
HE AQUÍ UN gran invento: la cuna-ataúd para niños desnutridos. A medida que la meces, el crío, en vez de dormirse, se muere. 
La desnutrición, como casi todo en la existencia, se puede contemplar a la luz de las teorías o de las emociones. 
Teóricamente hablando, el síndrome que presentan estas criaturas se debe a la escasez de calorías que corren por sus cuerpos. Podemos afirmar que ingieren pocas proteínas y pocos hidratos de carbono, por lo que padecen también un déficit de hierro, vitaminas, yodo, etcétera.
 De ahí su postración (no es que estén echándose la siesta). Allá donde reina la pobreza, la desnutrición empieza en el espermatozoide, que llega a destino agotado, como si hubiera subido siete pisos sin detenerse a respirar. 
Pero tampoco el óvulo, si tenemos en cuenta el hambre de la portadora, lo recibe en buenas condiciones. 
Significa que el encuentro, más que sumar, resta.
Y no será porque en el mundo no haya calorías. 
Está lleno de ellas, pero se encuentran mal repartidas. 
Hay acaparadores de calorías como hay acumuladores de chatarra. Cuando el presidente de un banco se jubila, le dan calorías para seis o siete generaciones.
 Y quien dice el presidente de un banco dice el de una hidroeléctrica o el de una gasística, no sé. 
Tendrían que vivir mil vidas para consumirlas.
 Otros, en cambio, han de conformarse con las que les proporciona la ingestión de un escarabajo o una mosca flaca atrapada al vuelo. Esto último es teoría económica.
 Y nos hemos quedado sin espacio para hablar de las emociones. Muérete, niño, muérete ya, que si no el coco te llevará.  

Confesiones de dependientes de tiendas de ropa: cosas que odian de ti

"Cuando te dicen: '¿Ya estás cerrando? Solo voy a mirar'. Y te tocan toda la ropa".

 

Una dependienta coloca el cartel de rebajas en un comercio del centro de Sevilla.
Una dependienta coloca el cartel de rebajas en un comercio del centro de Sevilla.. EL PAÍS



La venta online supone en torno a un 4% de la facturación total de ropa y calzado.
 El otro 96% se sigue vendiendo en tiendas físicas, en las que trabajan los dependientes.
 Su labor es más complicada de lo que muchas personas piensan: es un trabajo muy exigente a nivel físico, ya que tienen que cargar bastante peso y pasar varias horas seguidas de pie. 
En otros trabajos de características parecidas, al menos puedes poner mala cara si te apetece. En las tiendas de ropa no.
Para conocer qué es lo que más les molesta de los clientes, hemos creado un grupo de WhatsApp con 15 dependientas y dependientes de tiendas de ropa de diferentes edades y comunidades autónomas. La mayoría son de grandes cadenas, pero también hay de tiendas pequeñas.
 Después de leer sus quejas, te lo pensarás un poco más antes de entrar justo cuando van a cerrar.
Molesta mucho la prepotencia con la que te hablan cuando se gastan 200 euros. Se deben pensar que te están pagando el sueldo.
O cuando no es tu hora de entrar o abrir la tienda, estás en la puerta en tu momento relax (café y cigarrillo) y te vienen: “Niña, abre ya que tengo prisa, ¿tienes este modelo?”.
La tienda recién abierta, aún tienes legañas y el humor por el suelo. Estás fregando, pasa alguien por la puerta, evidentemente te ve con el mocho, hace el amago de irse pero… ¡¡¡¡NO HAY PIEDAD!!!! Entra pisando todo lo fregado y luego se va a la zona seca. Se da una vuelta de compromiso porque, ya que ha entrado, ha de hacerlo. Y luego se va sin decir adiós  (evidentemente al entrar no ha dicho ni “hola”).
Cuando pides una talla a la tienda de otra ciudad y, cuando llega, parece que le tienes que dar tú las gracias al cliente porque se queja de que ha tardado un día más de lo esperado.

Probadores, zona cero
Cuando te dejan el probador hasta arriban y te dicen: “Ahí os dejo esto para que coloquéis lo que no quiero”. Y su acompañante dice por lo bajini: “No nos cuesta nada colocarlo”. “Déjaselo así, para eso les pagan”, contesta.
Las que intentan meterse siempre juntas en el probador. Les dices que no se puede y cuando te das la vuelta, ya están dentro. Como si hubieses hablado con la pared.
Muchas parejas se meten dentro en el probador, pero es imposible saber si dentro se están dando el lote o no. Yo lo hice cuando era adolescente. 😂😂😂 La leyenda estaba tan extendida que quise probarlo.

Doblando voy, doblando vengo
Que vean que estás doblando un montón de ropa y, cuando lo tienes casi perfecto, tiren algo encima. ¡¡¡Estando tú delante!!
O cuando les sacas mil millones de modelos, tallas, se los prueban (que piensas: “Bueno, destroza la tienda, pero por lo menos comprará algo”)... Después de dos horas sin soltarte te dicen: “Ya vendré con más tiempo” 😰😰😰
¿Y cuando vienen en grupo? Dios, no hay cosa que más miedo me dé cuando estoy sola en la tienda. En un visto y no visto te han destrozado las mesas y te han hecho enseñarles mil tallas para que solo se lleven una camiseta.

Cuando se quejan de que lo que se llevan cuesta un 10% menos en si es en otro color. ¡No es mi culpa!
Lo que peor se lleva en esa época son las devoluciones. La gente compra por comprar, pensando que lo necesitan. Y al poco tiempo te comes esa devolución tan rica.
Hay mucha agresividad en esas fechas. La manera de pedirte las cosas, de hablar, la desesperación en las colas...
También te dicen: “Seguro que lo mejor os lo quedáis vosotras”. Hay gente que no entiende que el sueldo es bastante bajo como para comprarnos toda la tienda.

Por favor, no rompan la ropa
El maquillaje y los pintalabios en las prendas son un incordio… Las manchan al probárselas y como si nada.
¡¡¡Y cuando sacan la percha por el cuello de la camiseta!!! ¿Eres tonto? ¿Realmente estás intentando sacar una percha de 30 centímetros por un agujero de 10?
Esa gente es la misma que luego no se lleva la camiseta porque "se ve usada o está dada de sí".