Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 may 2019

Iker Casillas, el último reto de un icono............... GORKA R. PÉREZ

Del Bosque e Iribar alaban la trayectoria deportiva y personal del portero, que con casi 38 años se recupera en Oporto de un infarto que puede cerrar una carrera única.

Iker Casillas.
Iker Casillas.
Conseguir la unanimidad respecto a la consideración sobre uno mismo —especialmente cuando es positiva—, es una de esas conquistas que llenan las vitrinas internas mucho más que cualquier trofeo. 
Y es que al palmarés deportivo de Iker Casillas, que mañana abandonará el hospital CUP de Oporto donde se recupera del infarto de miocardio que sufrió el pasado miércoles, se le puede añadir también en forma de copa el cariño y la admiración con la que hablan todos aquellos que lo han contemplado dentro de un universo futbolero tan poco dado al ensalzamiento ajeno.
 Para muestra, varios botones.
“Iker es, sin ninguna duda, uno de los iconos del deporte español, tanto por los títulos conseguidos a nivel de club, como de selección. Y todo con una buena conducta siempre”, asegura por teléfono Vicente del Bosque, que logró junto a Casillas dos Ligas, dos Champions, una Supercopa de España y otra de Europa en el Real Madrid;
 y un Mundial y una Eurocopa con España.
 “Es un ejemplo a seguir”, se suma desde la distancia José Ángel Iribar, un mito de la portería del Athletic entre la década de los sesenta y los ochenta.
“Es un ejemplo a seguir”, se suma desde la distancia José Ángel Iribar, un mito de la portería del Athletic entre la década de los sesenta y los ochenta. Ambos debutaron con el primer equipo siendo muy jóvenes, con 18 y 19 años respectivamente.
“De chaval siempre destacó, pero es cierto que llegar tan joven a un equipo como el Madrid no es fácil, y mucho menos con 18 años”, apunta Del Bosque. 
“Puedes llegar, pero luego hay que mantenerse y él ha hecho una carrera brillante, brillantísima”, añade.
 “Debutó, además, en San Mamés, con Toshack de entrenador”, rememora Iribar. 
Fue el 12 de septiembre de 1999, en un encuentro que acabó con empate a dos. 
“Ser portero en el Madrid significa que vas a tener que actuar en pocas ocasiones, y tienes que estar acertado.
 En otros clubes más pequeños los porteros tienen mayor incidencia, y eso les salva muchas veces.
 Aquí te llegan tres veces y tienes que responder”, pondera Del Bosque.


“Ha tenido la virtud de la anticipación, de los reflejos”, describe Iribar. 
“Su equilibrio y su pausa le han permitido tener la calma necesaria para dominar todas las situaciones dentro de cada partido”, abunda. “En los partidos importantes en los que influye mucho el ambiente, se necesita una gran capacidad de concentración, imprescindible para hacer las cosas bien.
 Su gran sentido de la anticipación hacía que transmitiera esa confianza”.
A lo largo de las 16 temporadas en las que Casillas defendió la portería del Madrid (725 partidos oficiales, solo superado por los 741 de Raúl), el madrileño, que dentro de 15 días cumplirá 38 años, se estableció en lo alto de las tablas más influyentes del fútbol español y europeo.
 Con 510 encuentros en su haber, es el séptimo jugador con más duelos en la Liga —Zubizarreta tiene el récord con 622—, y solo Messi cuenta con más victorias que él en el campeonato nacional: 338 por 334. 
 Sin embargo, el meta supera en esos mismos registros a todos sus competidores en la Liga de Campeones, donde es líder en número de partidos (177) y victorias (101). 
Además, es el portero que más partidos ha terminado imbatido hasta la fecha: 57.
“El puesto de portero es el más singular de todo el equipo.
 Tiene una responsabilidad grandísima, y sus intervenciones son claves.
 Es el único jugador que puede jugar con las manos, y, por tanto, que tiene una misión distinta de los demás.
 Desde siempre ha sido un puesto clave”, apunta Del Bosque. “Es muy completo, en blocajes, salidas... Ha brillado menos que otros en algún aspecto, pero en lo general ha sido muy completo en todos los sentidos. 
Si lleva tanto tiempo en lo alto será por algo”.

Rivales y amigos

Las múltiples muestras de afecto recibidas por Casillas en los últimos días han provenido desde distintas direcciones.
 “Le mandé un mensaje y está animado”, aseguró este sábado Zinedine Zidane en rueda de prensa. 
“Le enviamos mucha fuerza desde aquí. Ahora tiene que estar tranquilo, recuperarse bien y pensar en descansar”, amplió el técnico del Real Madrid, que disputó 197 partidos junto a Casillas de blanco. 
Germán Burgos, segundo entrenador del Atlético, sorprendió con esta propuesta en la entrevista previa al partido de su equipo ante el Espanyol: declarar el 20 de mayo, fecha de nacimiento de Iker, como ‘El día del portero’.

“No hace falta que ocurran estos episodios desgraciados para que observemos la magnitud de la figura de jugadores como él”, desdramatiza Del Bosque.
 “Todas estas reacciones casi inmediatas son normales en el mundo en el que vivimos, en el que las noticias vuelan a una velocidad increíble. 
Desde el Athletic ya le hemos mandado nuestros deseos de que se recupere lo antes posible, que sepa que se le quiere y se le aprecia, no solo por lo que ha hecho en el terreno de juego, sino porque ha demostrado en su vida normal, cotidiana y diaria que es un hombre muy inteligente. 
 Esa es la palabra”, completa Iribar. “Jugadores como Iker o Xavi, por ejemplo, son reconocidos por el mundo entero por sí solos, y no hay nadie, por mucho que sea del Madrid o del Barcelona, que cuestione su valía. 
Son jugadores que han proporcionado años muy gloriosos para los clubes en los que han jugado”, añade el exseleccionador.
El anuncio de la retirada del exjugador del Barcelona y del Al-Sadd esta semana, unida al más que probable abandono obligado de Casillas —así lo pronostican los médicos consultados—, advierte del fin de una generación de futbolistas que alcanzó la cima del éxito en sus carreras deportivas. 
“Es ley de vida, los dos pueden estar orgullosos de lo que han hecho, y lo que han significado en sus respectivos clubes.
 Los dos los han liderado con una trayectoria envidiable y ejemplar”, reflexiona Del Bosque.
 “Iker es un icono, un ejemplo para todos los que quieran ser porteros”, refrenda Iribar.
“Tu corazón, ese que todavía sigue latiendo por el bien de aquellos que hoy sueñan con alcanzar lo que un día fuiste, te reclama, y yo como amigo y rival de épocas pasadas, te animo a que seas de nuevo ese león blanco pero esta vez, detrás de la línea de banda”. Este es extracto de una carta que hizo pública en la tarde del sábado Víctor Valdés, exportero del Barcelona y de la selección, en la que compartió convocatoria en 51 ocasiones.
 “Vamos Iker”, tuiteó Gianluigi Buffon nada más conocerse el ingreso de Casillas.
 El italiano fue seguramente uno de los pocos porteros que cuestionaron su reinado reciente en Europa.
 Según la prescripción médica recomendada, seis meses restan para que Iker tome una decisión definitiva sobre su futuro.
 Aquellos que lo tuvieron en su bando o lo padecieron en el contrario le observan. A ambos los tiene ahora de su lado.

 

Ojos de gato polarizados

Ojos de gato polarizados
EL FÍSICO Edwin Land tenía 26 años cuando revolucionó el sector de las gafas de sol.
 Descubrió que si la luz se refleja en una superficie brillante, como el agua o la nieve, viaja en muchas direcciones.
 Y que la que lo hace horizontalmente deslumbra al ojo humano impidiéndole ver.
 En 1935 diseñó unos filtros capaces de reducir ese efecto, vendió sus primeras gafas de sol con ellos y fundó Polaroid.
 Con más de 80 años de experiencia, la compañía estadounidense presenta Polaroid by Sara.
 Su primera colección cápsula, en colaboración con Sara Carbonero y un homenaje a los modelos icónicos de cada década. 
Diseños que interpretan desde las tendencias actuales, como la forma de ojo de gato de estas gafas, hasta otras más clásicas, como las panthos o las de aviador. Disponibles en tres colores (negras, verdes y rosas), todas cuentan con las lentes polarizadas originales de la firma. 
El precio parte de los 55 euros y llega a los 70 en los artículos con lentes graduables, como los de la imagen. 

La inutilidad más necesaria................................Rosa Montero

Cuánto dolor produjo en casi todo el mundo la devastación de la catedral de Notre Dame. Nos dañó algo esencial que nos permite vivir: la belleza.
POR UNA DE ESAS CURIOSAS coincidencias, mientras ardía Notre Dame yo estaba leyendo un libro sobre otro incendio devorador de bienes culturales: La biblioteca en llamas de Susan Orlean, un interesante texto que cuenta cómo un pirómano prendió fuego a la Biblioteca Central de Los Ángeles (EE UU) en abril de 1986.
 Cuatrocientos mil libros se carbonizaron, y setecientos mil más quedaron gravemente dañados por el humo y el agua.
 También desaparecieron todos los manuscritos sin encuadernar del departamento de Ciencias y cinco millones y medio de patentes registradas desde 1799, con dibujos y descripciones.
 La hoguera arrancó un bocado del patrimonio común y se llevó para siempre un pedacito de lo que somos.
 Porque el arte y el conocimiento nos pertenecen a todos.

Hubiera podido ser mucho peor.
 Podría haberse colapsado el edificio entero. 
Se temió lo mismo en Notre Dame y, si no sucedió, fue, en ambos casos, gracias a la heroicidad de los bomberos
 En la biblioteca se metieron en los almacenes, verdaderas chimeneas de hormigón, y consiguieron así detener la catástrofe, aunque cincuenta bomberos resultaron heridos por el fuego o el humo.
 En Notre Dame, por fortuna, sólo hubo tres heridos leves. 
Pero diez hombres subieron a las torres, asumiendo un riesgo consentido, mientras el monstruo del fuego aullaba y siseaba.
 Ellos salvaron la fachada.
Pienso ahora en esas personas que, en Los Ángeles y en París, aceptaron la aterradora posibilidad de achicharrarse vivos, y me fascina que hicieran tal proeza no para rescatar a sus hijos, a sus conciudadanos, a personas chillando de dolor y miedo, sino para proteger un puñado de libros viejos y unas cuantas piedras medievales. 
Durante la ocupación de París por los nazis, las mejores piezas del Louvre fueron escondidas para evitar el expolio.
 Un conservador del museo se llevó La Gioconda a su casa, y allí la mantuvo oculta con evidente riesgo de su vida. 
Mientras a su alrededor el mundo se colapsaba y morían millones de personas, ese hombre dedicó su existencia a proteger una tabla vetusta manchada con pigmentos arcaicos. 
Y, sin embargo, le entendemos bien, y su compromiso nos emociona.
Emoción, esa es la palabra.
 Cuánto dolor produjo en casi todo el mundo la devastación de Notre Dame.
 Como si nos hubieran dañado algo nuestro. 
Algo esencial que nos permite vivir. Siempre me ha conmovido la necesidad que el ser humano tiene de la belleza.
 Hace ocho mil años, los trogloditas ya decoraban minuciosamente sus humildes cerámicas; en el Polo Norte gélido, los inuit han vivido en las condiciones más duras del planeta, sin árboles, sin tierra utilizable, sin apenas comida, pero desarrollaron un arte fabuloso tallando los huesos de las focas.
 Y no hay nadie más estúpido que un explorador inglés del XIX riéndose de los pueblos mal llamados primitivos porque adoraban las baratas cuentas de colores que les daba, sin advertir que ese amor por los preciosos vidrios era la prueba de su valía como humanos.
 Esa emoción estética es lo mejor que somos.
 La belleza es la inutilidad más necesaria que existe.
Y es una estética que implica una ética. 
“A la libertad se llega por la belleza”, decía el poeta romántico Friedrich Schiller, y me parece que le entiendo. 
Creo firmemente que la fealdad obscena de las zonas marginales favorece la violencia, mientras que lo hermoso nos rescata de nuestras propias miserias, permitiéndonos soñar con ser mejores. Eso le ocurrió a Droctulft, el bárbaro longobardo que, en el siglo VI, descendió sobre Italia junto a sus feroces compañeros arrasándolo todo como un viento de fuego (he aquí otro tipo de incendio). 
Pero al llegar a Rávena el joven guerrero quedó tan deslumbrado que, volviéndose contra sus amigos, defendió la ciudad hasta morir. Droctulft logró ver que había una realidad mucho más grande que su pequeño mundo de hierro, sangre y barro; murió para salvar Rávena, porque sabía que ese tesoro también le pertenecía a él y a sus camaradas. 
Cuanto mayor soy, mejor voy entendiendo (como Droctulft) que la belleza es la genuina esencia del ser humano.
 Ya lo dijo otro romántico, John Keats: “La belleza es verdad y la verdad belleza / Nada más / se sabe en esta tierra / y no más hace falta”.