La última foto de
Isabel Preysler está causando un gran impacto.
Y no, no es porque aparezca guapísima, con un vestido espectacular, unas joyas llamativas o en algún acto promocional. Está llamando mucho la atención precisamente porque aparece como una persona completamente normal, desprovista de todo el glamour que la caracteriza y en una posición en la que podrían 'pillarnos' a cualquiera: durmiendo, con la boca abierta, en el tren.
Y es que cuando está tan acostumbrado a verla siempre impecable, luciendo vestidazos, posando ante los fotógrafos con su mejor sonrisa... sorprende y mucho darse cuenta de que es tan moral como cualquiera de nosotros y que le pasan las mismas cosas que al resto.
Y no, no es porque aparezca guapísima, con un vestido espectacular, unas joyas llamativas o en algún acto promocional. Está llamando mucho la atención precisamente porque aparece como una persona completamente normal, desprovista de todo el glamour que la caracteriza y en una posición en la que podrían 'pillarnos' a cualquiera: durmiendo, con la boca abierta, en el tren.
Alucina
La última foto que se ha publicado de Isabel Preysler (y que no es está) nos ha dejado alucinando.Y es que cuando está tan acostumbrado a verla siempre impecable, luciendo vestidazos, posando ante los fotógrafos con su mejor sonrisa... sorprende y mucho darse cuenta de que es tan moral como cualquiera de nosotros y que le pasan las mismas cosas que al resto.
Como siempre
De esta manera es como estamos acostumbrados a verla, presumiendo de
piel perfecta, pelo perfectamente peinado y vestido precioso que le
sienta como un guante.
Nada que ver con cómo se la han encontrado viajando en el AVE.
Nada que ver con cómo se la han encontrado viajando en el AVE.
¡Con la boca abierta!
Así nos hemos quedado todos al ver esta imagen de una de las mujeres más glamourosas de nuestro país en el programa Arusitys, de La Sexta y casi casi como aparece ella. Pero es que Isabel en el fondo es humana aunque se empeñe en demostrar lo contrario.
Ella también duerme
Y es que hay que reconocerlo, los viajes en tren, aunque vaya a toda
velocidad como el AVE, son muy relajantes y cualquiera se quedaría
dormido, sobre todo si ha tenido que madrugar para cogerlo a tiempo.