Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 abr 2019

Sánchez: “El único proyecto cabal es el del PSOE, visto lo que dice la derecha”

“Hemos puesto rumbo a la justicia social, con solo 84 diputados y en 10 meses", ha asegurado el presidente del Gobierno en Sevilla.

Susana Díaz y Pedro Sánchez, durante el mitin del PSOE en Sevilla este sábado.

 

Kate y Pantoja.............................................. Boris Izaguirre

Ojalá pudiera un doctor operar las envejecidas ideas del sultán de Brunéi.

El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah, la pasada semana.  

 

El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah, la pasada semana.

Me despierto en Bogotá asombrado de su clima que reúne las cuatro estaciones en un mismo día.
 Aquí se celebra un congreso de escritores colombianos y venezolanos y, al llegar a la inauguración en el Gimnasio Moderno, me preguntan sobre la causa abierta por George Clooney para boicotear los hoteles de lujo del sultán de Brunéi, en respuesta a las leyes atávicas y religiosas de lapidación a homosexuales y a mujeres adúlteras que ha aprobado en su lujoso reino.

Nunca he tenido suficiente presupuesto para dormir en las habitaciones propiedad del sultán de Brunéi y creo que la mayoría de la gente que conozco, tampoco.
 Pero por más hollywoodense que nos resulte el boicot promovido por Clooney, hay un objetivo: si bajan los ingresos en esos exclusivísimos hospedajes, el sultán lo va a notar un poco en su cartera. 
Dinero es dios, seas del islam o de cualquier otra religión. 
En uno de esos hoteles, el Dorchester de Londres, se alojaron Richard Burton y Elizabeth Taylor al principio de su amor, que nació adúltero.
 Esa suite fue decorada por Oliver Messel, un decorador devoto y practicante del gay chic del siglo XX, que combina modernidad con barroco y fantasía en una ceremonia sorprendente y refinada. 
Antes el hotel promocionaba esta suite ampliamente, ahora, quizás por las leyes aprobadas por su propietario, deje de hacerlo. 
También por eso apoyé el boicot.
 El sultán fue uno de los últimos amigos de Michael Jackson, quien encontró refugio en sus palacios después de que fuera la estrella invitada, por un caché de 16 millones de dólares, en las descocadas celebraciones del 50 cumpleaños del sultán en 1996.
 
Isabel Pantoja, en Valencia, el pasado septiembre.
Isabel Pantoja, en Valencia, el pasado septiembre. Getty Images
Semana se ha desmelenado un poco con la exclusiva de que Isabel Pantoja podría tirarse desde un helicóptero a las turbulentas aguas de Supervivientes.
 Pero habría un salvavidas, la revista publica que negocian un sueldo de 80.000 euros semanales.
 Pantoja, en mi opinión, lo vale. 
Telecinco y la familia Pantoja mantienen una de esas relaciones comerciales que se retroalimentan con entusiasmo popular.
 Para la cadena, Pantoja es una proveedora de un enorme caudal de contenidos, aunque ya surgen críticas a ese sueldo exorbitante. Pantoja es, además de multitasking, en realidad la auténtica superviviente nacional.
 Todo le pasa y todo lo supera.
 Cuando una noche de mar bajo las estrellas, Isabel hable de Paquirri, o de sus días de cárcel, de si tiene un nieto preferido, Supervivientes pasará de ser un reality exitoso a uno de esos grandes documentos de televisión, y no solo para los pantojistas.

 

Somos lo que comemos y también lo que vemos.
 Hemos visto que Elena de Borbón, si no tiene que acompañar a su padre, ocupa algunas tardes con clases de costura. 
Sería viable que la duquesa se convierta en una maestra de costura y nos sorprenda con aristocráticos looks hechos en casa.
 Otra duquesa, Kate Middleton, quizás camine en esa misma línea sin saberlo, porque parece que es su estilo el responsable de que su esposo se fijara en una marquesa vecina. 
Afortunadamente el nuevo escándalo real ha aparecido justo en el momento que el Brexit se convertía en una mala y larga comedia. No está oficialmente determinado cómo fue esa traición de la vecina de Kate, pero ha contribuido a que la duquesa contrate a una exeditora de Vogue para refrescar su vestuario.
 Kate mantenía un estilo acartonado y ñoño, señalado ahora como “trajes que provocan infidelidad”, que funcionaba más o menos hasta que llegó Meghan con su acento hollywoodense.
  Si le cambian el look a Kate quedaría demostrado que el equipo de Kate perdía terreno ante el de Meghan.
 No sería raro que esta nueva estilista de Kate termine participando en el Supervivientes británico, mientras Kate y Guillermo hacen las paces con la vecina por el bien de la agitada vida country.

En Mónaco no hay country, ni ningún hotel propiedad del sultán de Brunéi, pero Carolina de Mónaco reapareció superviviente en el Baile de la Rosa
. La princesa vistió un Chanel de Karl Lagerfeld, negro y rosa, definiendo un nuevo tipo de luto, que honra la desaparición pero continua apostando por la vida.
 Por primera vez en muchos años su cara apareció casi sin arrugas. Carolina ha mantenido una convivencia valiente contra las arrugas, pero parece que ya encontró alguien que las alisa sin cambiar la cara.
 No esperábamos menos de ella.
 Ojalá pudiera ese mismo doctor operar las envejecidas ideas del sultán de Brunéi.

 

El controvertido heredero de la baronesa Thyssen

Borja, el primogénito de Carmen Cervera, afronta otro problema con Hacienda que se une a su polémica residencia en Andorra.

Blanca Cuesta y Borja Thyssen, en una exposición de cuadros de ella.
Blanca Cuesta y Borja Thyssen, en una exposición de cuadros de ella. Getty Images
Hace unas semanas, durante la Feria Arco en Madrid, Carmen Cervera saludaba a algunos periodistas y contaba cómo le iba la vida, esa que discurre desde hace tiempo en Andorra: “Allí estamos Borja y yo”. 
El primogénito de la baronesa Thyssen, siempre huidizo con la prensa, acompañaba a su madre pero evitó dar algún dato de cómo transcurren sus días.
En los últimos años, Borja Thyssen, de 39 años, ha afirmado vivir primero en Andorra; luego en Londres, en 2016; y otra vez en Andorra, desde principios de 2017, fecha en la que su esposa, Blanca Cuesta, y sus cuatro hijos fijaron su residencia en una lujosa casa de la exclusiva urbanización La Finca de Madrid.
 Ella, más proclive a hablar con los medios de comunicación, sobre todo cuando se trata de promocionar su reciente carrera como pintora, ha contado lo “duro y difícil” que le resulta a la familia estar separados.

Los kilómetros que les separan están motivados porque Borja Thyssen ha decidido instalarse en el Principado por motivos fiscales.
 Para mantener residencia en el extranjero, cualquier contribuyente debe demostrar que permanece en ese país más de la mitad del año: 183 días. 
En 2016, Hacienda pidió tres años de cárcel para él al creer que fingía vivir allí para eludir el pago de impuestos de la renta y de patrimonio del ejercicio 2007.
 El domicilio fiscal de Thyssen es motivo de controversia con el fisco desde junio de 2013, cuando Hacienda le denunció por evasión fiscal. 
Esta semana de nuevo Hacienda se ha fijado en él y esta vez también en su esposa, con la que lleva más de 20 años.
 

Hace unas semanas, durante la Feria Arco en Madrid, Carmen Cervera saludaba a algunos periodistas y contaba cómo le iba la vida, esa que discurre desde hace tiempo en Andorra: 
“Allí estamos Borja y yo”. 
El primogénito de la baronesa Thyssen, siempre huidizo con la prensa, acompañaba a su madre pero evitó dar algún dato de cómo transcurren sus días.
En los últimos años, Borja Thyssen, de 39 años, ha afirmado vivir primero en Andorra; luego en Londres, en 2016; y otra vez en Andorra, desde principios de 2017, fecha en la que su esposa, Blanca Cuesta, y sus cuatro hijos fijaron su residencia en una lujosa casa de la exclusiva urbanización La Finca de Madrid. 
Ella, más proclive a hablar con los medios de comunicación, sobre todo cuando se trata de promocionar su reciente carrera como pintora, ha contado lo “duro y difícil” que le resulta a la familia estar separados.
Los kilómetros que les separan están motivados porque Borja Thyssen ha decidido instalarse en el Principado por motivos fiscales.
 Para mantener residencia en el extranjero, cualquier contribuyente debe demostrar que permanece en ese país más de la mitad del año: 183 días.
 En 2016, Hacienda pidió tres años de cárcel para él al creer que fingía vivir allí para eludir el pago de impuestos de la renta y de patrimonio del ejercicio 2007.
 El domicilio fiscal de Thyssen es motivo de controversia con el fisco desde junio de 2013, cuando Hacienda le denunció por evasión fiscal.
 Esta semana de nuevo Hacienda se ha fijado en él y esta vez también en su esposa, con la que lleva más de 20 años.
La Fiscalía de Madrid ha solicitado tres años de prisión y el pago de una multa de un millón de euros por un delito de fraude fiscal. La pareja está acusada de defraudar 336.417,89 euros en 2010. Thyssen y su mujer presentaron la declaración de la renta correspondiente a ese año de manera conjunta, y declararon una ganancia patrimonial de 2.206.527,50 euros por la venta de las participaciones de Cas Capetó SL. cuando en realidad, los beneficios ascendieron a 3.792.564,92 euros, según la nota de la Fiscalía.
 Poca cosa si se compara con otras batallas que libra el hijo de Carmen Cervera desde hace años pero evidencia la situación límite en la que vive y el futuro sin aclarar que le espera.
Carmen Cervera, con su hijo Borja, en la última edicción de Arco.
Carmen Cervera, con su hijo Borja, en la última edicción de Arco. GTRESONLINE

Hace unas semanas, durante la Feria Arco en Madrid, Carmen Cervera saludaba a algunos periodistas y contaba cómo le iba la vida, esa que discurre desde hace tiempo en Andorra: “Allí estamos Borja y yo”. El primogénito de la baronesa Thyssen, siempre huidizo con la prensa, acompañaba a su madre pero evitó dar algún dato de cómo transcurren sus días.
En los últimos años, Borja Thyssen, de 39 años, ha afirmado vivir primero en Andorra; luego en Londres, en 2016; y otra vez en Andorra, desde principios de 2017, fecha en la que su esposa, Blanca Cuesta, y sus cuatro hijos fijaron su residencia en una lujosa casa de la exclusiva urbanización La Finca de Madrid. Ella, más proclive a hablar con los medios de comunicación, sobre todo cuando se trata de promocionar su reciente carrera como pintora, ha contado lo “duro y difícil” que le resulta a la familia estar separados.
Los kilómetros que les separan están motivados porque Borja Thyssen ha decidido instalarse en el Principado por motivos fiscales. Para mantener residencia en el extranjero, cualquier contribuyente debe demostrar que permanece en ese país más de la mitad del año: 183 días. En 2016, Hacienda pidió tres años de cárcel para él al creer que fingía vivir allí para eludir el pago de impuestos de la renta y de patrimonio del ejercicio 2007. El domicilio fiscal de Thyssen es motivo de controversia con el fisco desde junio de 2013, cuando Hacienda le denunció por evasión fiscal. Esta semana de nuevo Hacienda se ha fijado en él y esta vez también en su esposa, con la que lleva más de 20 años.
La Fiscalía de Madrid ha solicitado tres años de prisión y el pago de una multa de un millón de euros por un delito de fraude fiscal. La pareja está acusada de defraudar 336.417,89 euros en 2010. Thyssen y su mujer presentaron la declaración de la renta correspondiente a ese año de manera conjunta, y declararon una ganancia patrimonial de 2.206.527,50 euros por la venta de las participaciones de Cas Capetó SL. cuando en realidad, los beneficios ascendieron a 3.792.564,92 euros, según la nota de la Fiscalía. Poca cosa si se compara con otras batallas que libra el hijo de Carmen Cervera desde hace años pero evidencia la situación límite en la que vive y el futuro sin aclarar que le espera.
Carmen Cervera, con su hijo Borja, en la última edicción de Arco.
Carmen Cervera, con su hijo Borja, en la última edicción de Arco. GTRESONLINE
En una de las escasas declaraciones realizadas por Borja Thyssen aseguró que era “ley de vida” que poco a poco fuera familiarizándose con la valiosa colección de pintura de su madre. Pero de momento no tiene ningún papel oficial dentro de la estructura de la pinacoteca aunque, por lógica, se da por hecho que una vez que Pilar de Borbón se jubile del patronato su madre le colocará en el puesto.
 La relación de Borja Thyssen con el arte actual es un horizonte de niebla. Se saben pocas cosas con seguridad.
 Sí que compró en Arco una obra del artista británico Julian Opie, uno de los nombres habituales del mercado del arte, que es famoso por sus pinturas digitales en movimiento con una estética de cómic. Un trabajo cuyas obras rondan los 80.000 euros. Un presupuesto bajo para el talonario de la familia Thyssen.

Tampoco están muy documentadas las obras que posee el primogénito de la baronesa. Eso sí, aún se acuerdan en el Museo Thyssen de su entrada en 2009 acompañado por un notario para exigir dos cuadros pequeños pero muy interesantes. 
El primero Una mujer y dos niños junto a una fuente de Francisco de Goya y El bautismo de Cristo, del italiano Corrado Giaquinto. El primero fue un regalo del barón a Borja Thyssen por su bautizo y adopción en Nueva York en 1984.
 No hubo letras, solo palabras. Lo compró en la propia ciudad por la simbología que el agua y el niño tiene con el rito cristiano. Pasados los años, y tras recuperar su propiedad, lo sacó en 2016 a subasta en Christie's Londres pero en el último momento retiró la obra y renunció a los casi seis millones de euros que podría haber alcanzado.

Cuando el 15 de febrero de 2002 Borja Thyssen-Bornemisza aceptó el acuerdo de reparto de la fortuna de su padre tenía 21 años y cualquiera podría pensar que sus problemas se habían acabado para siempre.
 El conocido como pacto de Basilea distribuía entre sus herederos —incluidos sus cinco hijos, Georg, Francesca, Lorne, Alexander y Borja— un patrimonio estimado en más de 3.000 millones de euros, aunque su valor real fuera incalculable, a tenor de las obras de arte que incluía y los récords de venta que este tipo de bienes siguen batiendo cada año en las subastas más selectas. Pero no ha sido así.
 Borja es objetivo de Hacienda.
Lo único que ha conseguido es mantener la relación con su madre tras la reconciliación que llegó a través de abogados en el verano de 2014, tras siete años de desavenencias.

 

Miguel Bosé contra todos................................... Elena Reina ...

Un cordón de seguridad rodea al cantante e impide que la prensa mexicana se le acerque.

Miguel Bosé, en junio de 2017 en Madrid. En vídeo, el cantante arremete contra Michelle Bachelet en el concierto Venezuela Aid Live.

 

Un día de 2006 Miguel Bosé le cantaba a la entonces candidata a presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que la amaría "como no está permitido". 
La acompañaba a sus actos de campaña, se declaraba "fan" de ella e incluso reconocía que cada vez que se la encontraba le decía "lo guapa que estaba". 
Pero ese Bosé, es otro.
El pasado 22 de febrero, el cantante, vestido con guayabera blanca —como muchos de los demás colegas que se subieron ese día a cantar en un concierto benéfico por Venezuela, en apoyo a Juan Guaidó y contra Nicolás Maduro—, sacó a relucir el nuevo Bosé, que llevaba meses gestándose entre polémicas en España, y estalló: "Mueve tus nalgas aquí y haz valer la autoridad que tienes, o si no, para esto no sirves, fuera Michelle".
 Unos días más tarde y sin entrar a la discusión con el cantante, la ahora alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, denunciaba torturas y ejecuciones en el Gobierno de Maduro.
 No le importó, se dirigió nuevamente a ella como "cobarde" y "cómplice". 
Unas declaraciones por las que tuvo que emitir dos comunicados pidiendo perdón a la expresidenta y al pueblo chileno.

Contra Nicolás Maduro llegó a decir: "Maduro, pedazo de malnacido, sabíamos que eres incompetente, ignorante, farsante, dictador, marioneta, corrupto, narco, cobarde, criminal, pero ahora ya sabemos que eres el asesino criminal del pueblo venezolano. Que Dios te maldiga y te fulmine. Y pronto!!!".
No era la primera vez que el público veía a ese Bosé enfurecido. Desde que abandonara España y se mudara a México, tras su escandalosa ruptura con el escultor Nacho Palau, y un enfrentamiento legal con él por la custodia de sus cuatro hijos (dos de ellos se han mudado con el artista a México), Bosé, referente internacional para América Latina, ha mostrado una imagen dura, hermética y muy distinta a la calidez a la que había acostumbrado al público latinoamericano.
 Las críticas entre la prensa mexicana solo tardaron unas semanas en llegar.

A finales de marzo la periodista mexicana del corazón Shanik Berman denunció que el español la había agredido en una cena con comunicadores. 
Se encontraban en un evento organizado por Televisa para presentar el nuevo programa Pequeños Gigantes, un concurso infantil de baile donde Bosé forma parte del jurado junto a la estrella de las telenovelas mexicanas, Verónica Castro. 
Los organizadores habían avisado a la prensa de que estaba prohibido grabar con el móvil dentro de la cena: 
"Miguel Bosé odia que lo estén grabando, no lo hagan", cuenta a este diario otro de los asistentes a aquella cita, que prefiere no dar su nombre, sobre la advertencia que recibieron. 
"Ella no hizo caso y grabó, lo que enfadó mucho a Miguel", añade el testigo, que aunque estaba cerca de aquella escena, asegura que no vio ninguna agresión explícita por parte del cantante.
Miguel Bose, en una imagen de 'Pequeños Gigantes', junto a Verónica Castro. 
Miguel Bose, en una imagen de 'Pequeños Gigantes', junto a Verónica Castro. CORDON PRESS
Esa noche el artista se levantó y se fue. 
Para la mayoría de los asistentes, aquel gesto supuso un desplante a la prensa de México.
 Una afrenta que no sorprendió a tantos, pues se había mostrado reacio a tratar con los medios también en este país.
 Apenas daba ruedas de prensa, ni siquiera en los eventos con fundaciones, poco o nada se sabe de su vida privada en México y la cadena de televisión para la que trabaja (Televisa) lo tiene blindado. Ningún asistente de un medio de comunicación tiene permitido hacer fotos o vídeo durante las grabaciones del programa Pequeños Gigantes, y mucho menos acercarse a él.
Desde este lado del océano no entienden de dónde viene esta nueva hostilidad. 
"Aquí es lo que llamamos un personaje clásico, que forma parte de la cultura popular. Sería como nuestro Emmanuel o Manuel Mijares. 
No es la gran estrella, pero sí sigue siendo un referente internacional", señala Gilberto Barrera, responsable de Espectáculos en Televisa. 
Un "personaje clásico", en la jerga de la prensa rosa quiere decir que tampoco tiene una horda de paparazis persiguiéndolo por la calle.
 La única foto que le robaron fue para la revista TvNotas, y en el sector se habla de que no costó más de 20.000 pesos comprarla (unos 935 euros), un precio razonable para lo que suele desembolsar por una estrella el papel couché.
 Y la imagen ni siquiera ocupó las portadas de ese número.
Su presentación en los Grammy Latinos en noviembre hizo que se encendieran algunas alarmas. 
"Miguel Bosé no está bien", "¿Qué le pasa en la voz", "No se le entiende nada", comentaban algunos asistentes a aquella ceremonia de premios.
 También, resurgieron muchos comentarios en redes que llegaron a hacer viral la preocupación por la salud del cantante. 
En enero, después de dos meses de silencio absoluto, el propio artista respondía a las críticas en su cuenta de Instagram: "Estoy de vacaciones, estoy tranquilo, estoy feliz y no voy a contestar a ninguna tontería, ¿vale? Feliz año".
A excepción de que a principios de octubre apareció en el photocall de una exposición en Madrid, donde apenas hizo declaraciones, hace más de seis meses que Miguel Bosé no visita España.
 Su presencia en el juicio de su madre en marzo —por la por la supuesta apropiación indebida de una obra de Picasso— la solventó con una videoconferencia desde México.
 Su asistencia más esperada, no obstante, era la gala contra el sida, celebrada el pasado 20 de noviembre por la fundación Lucha contra el Sida para recaudar fondos destinados a la investigación de esta enfermedad.
 Tradicional maestro de ceremonias de las ediciones anteriores, el cantante fue la gran ausencia de la noche.
 En su puesto de presentador estuvo Jesús Vázquez.
Esta semana ha cumplido 63 años de nuevo envuelto en polémica. La última publicación en sus redes sociales este jueves ha apuntado otra vez contra Bachelet.
 En un vídeo corto, aparece Bosé en una habitación a oscuras; prende una vela y susurra: "Michelle, Michelle...".
 Está haciendo referencia al apagón que vive Venezuela desde hace casi un mes, pero por si quedaba alguna duda, añade:
 "No está. Se fue...- Pa Caracas? -Noooo!!!! Pa México!!! -A qué, si pa dónde tié que ir es pa Caracas!!! - Pues no lo sé. #BacheletDóndeEstás".