La hija de la fallecida duquesa de Alba reitera que el que fue segundo marido de su madre "era una mala persona" y que su progenitor, Luis Martínez de Irujo, fue el verdadero impulsor de la Casa de Alba.
Eugenia Martínez de Irujo está feliz desde que conoció a su marido Narcís Rebollo, presidente de Universal Music en España y Portugal.
Y esa sensación se refleja en su forma de estar en los actos públicos a los que asiste, más abierta y directa que nunca.
La menor de los hijos de la fallecida duquesa de Alba, Cayetana Fitz James Stuart sorprendió a todos, incluso a sus propios hermanos, cuando se abrió en canal durante su participación en el programa Planeta Calleja y desveló que Jesús Aguirre, el segundo marido de su madre, "era muy culto pero cero humano".
Eugenia no dejó lugar a la duda y dijo que su llegada a la vida de su madre fue "pésima para nosotros", en referencia a cómo se comportó con ella y sus hermanos.Días después, algunos de ellos apoyaron sin reservas esta versión. Otros prefirieron decir que no sabían por qué Eugenia lo había contado.
La que desde luego no se ha arrepentido ni tiene ninguna intención de retractarse de sus palabras es ella.
La duquesa de Montoro acudió esta semana a un acto en Madrid para presentar una camiseta para la Fundación Querer, con la que lleva un tiempo colaborando y allí y en algunas de las entrevistas que concedió con posterioridad se reafirmó en sus palabras.
Y continuó: "Mi padre fue el verdadero impulsor de la Casa de Alba y no él. Lo que me costó entender es por qué mi madre apoyó tanto a Jesús en algo que no era cierto".
La hija menor de los Alba también desveló en este acto que próximamente aparecerá un libro en el que realmente se podrá valorar el verdadero papel que su padre tuvo en la historia de la Casa de Alba.
"Él era un hombre discreto con ausencia total de ego a diferencia del otro.
Nunca presumió de nada y ahí quedo", remató la duquesa de Montoro sobre este asunto durante la misma entrevista.
Luis Martínez de Irujo, ingeniero industrial y abogado fue el duque consorte de Alba, pero él mismo era hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de Casa Irujo.
Murió con 52 años, en 1972, cuando llevaba casado 25 años con Cayetana Fitz James Stuart y su hija pequeña no había cumplido cuatro años.
Fue presidente de la Asociación Española de Amigos de los Castillos y de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge, además de asumir durante años el cargo de tesorero general de Cáritas España.
Y el mismo año en el que murió, se le nombró presidente del Instituto de España –institución que agrupa varias reales academias– aunque su fallecimiento impidió que pudiera asumir el cargo.