19 oct 2018
La reina Letizia se viste de Armani y Zara en los premios Princesa de Asturias
La Reina con unos pendientes de diamantes de las joyas de pasar de la familia real.
Los Reyes de España a su llegada al concierto. Doña Letizia, vestida con un traje oscuro de Emporio Armani..
Las pulseras de Cartier se han convertido en las piezas favorias de la Reina. Se trata de dos creaciones con diez centímetros de diamantes purísimos de Cartier que se conocen como pulseras gemelas.
La Reina acompañó a Martin Scorsese a un acto previo a la entrega de premios. Para la ocasión se decantó por un top de 25 euros de Zara..
Doña Letizia complementó el top de Zara con unos pantalones negro estrecho con vuelta.
La Reina durante la recepción a los galardonados con las Medallas de Asturias se decantó por unos zapos color 'nude'.
Los Reyes con los galardonados.
Letizia apostó de nuevo por le rojo como suele hacer en las grandes ocasiones.
Día Mundial del Cáncer de Mama
Ana Rosa desvela que sufrió cáncer de mama.
La popular presentadora, que padeció esta enfermedad hace ocho años, hace esta confesión en el Día Mundial de Cáncer de Mama.
"Fue en julio de 2010, justo cuando empezaba mis vacaciones". La presentadora desvelaba así con la voz rota que tuvo un pequeño tumor en la mama izquierda que le descubrieron cuando sus hijos pequeños tenían seis años.
"No necesité quimioterapia, pero sí radioterapia". Siguió más o menos con su vida normal.
"No me cogí ni un día de baja", ha contado.
La periodista ha querido hacer esta confesión aprovechado que es el Día Mundial del Cáncer de Mama.
El tumor se lo detectaron en una mamografía rutinaria, que probablemente no se le habría descubierto de no haber sido por esta revisión ya que se hallaba en un lugar complicado.
"No lo conté porque mis hijos tenían seis años y mi madre aún vivía y no quería preocuparles.
Me prometí que no lo contaría hasta que ella me faltara", ha explicado.
"Ahora lo quiero decir, pero sé que hay otros tipos de cáncer más duros y de otro tipo.
El pronóstico fue el mejor posible y decidí que no existía en mi vida.
Pero animo a todas las mujeres a que se hagan revisiones, que no tengan miedo, que cada día hay mejor pronóstico para el cáncer y que sigamos con nuestra vida".
Para añadir: "Han pasado ocho años, me hago mis revisiones cada seis meses o un año.
Ya estoy dada de alta, pero sigo haciéndolas porque quiero".
Quintana está considerada como la reina de las mañanas por El Programa de AR.
Este año Ana Rosa ha dejado de ser socia de Cuarzo después de cumplir contrato con dicha productora, que desde el pasado 31 de diciembre ya no produce el programa de Telecinco.
Ahora lo hace Unicorn, creada por Xelo Montesinos (antigua directora general de Cuarzo) que también ejerce de directora del programa.
Y luego ha reflexionado: "Sigamos con nuestra vida, que es divertirse, vivir... pero hay que recordar que cualquiera puede padecer un cáncer".
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18 oct 2018
“Ya no hay tiempo para lo superfluo”
La cineasta catalana Isabel Coixet habla en Oviedo de cine y de fe con Martin Scorsese, con motivo del Premio Princesa de Asturias de las Artes que el neoyorquino recibe este viernes.
O como un arquitecto de bungalows, a punto de entrar en un edifico Le Corbusier.
Las películas de Martin Scorsese me han acompañado en todos los momentos de mi vida desde que en un oscuro cine de barrio vi dos veces seguidas Malas calles (1973) y la cámara vibrante que acompañaba a Robert de Niro entrando en el bar donde le espera Harvey Keitel de muy mal humor, mientras suena Jumpin’ Jack Flash, de The Rolling Stones, cambió mi manera de ver el cine. Y la vida.
Martin Scorsese. Me alegro de que por fin podamos hablar, estas últimas semanas han sido muy accidentadas para mí...
Isabel Coixet. Sí.
Pero por fin estamos hablando, así que... Bueno, felicidades por el premio...
M. S. Ha sido una gran alegría... Adoro España y cualquier cosa que me traiga aquí... ¡es un sitio genial!
I. C. ¿No estás cansado? Me refiero a tantos premios, homenajes, entrevistas...
M. S. Bueno... ¡de las entrevistas, sí! [risas].
I. C. Me lo imagino. No te tomes esto como una entrevista entonces, sino como un consultorio.
Como si un director en crisis va a ver a su oráculo para consultarle...
M. S. ¡Me gusta! ¡Un oráculo! Un consultorio amoroso.
Dispara.
I. C.¿Alguna vez en tu vida te has planteado “de acuerdo, ya está, no voy a hacer más películas, se acabó”?
M. S. Sí. Después de rodar La invención de Hugo [un homenaje al pionero del cine Georges Méliès rodada en 3D y estrenada en 2010].
Hugo satisfizo una parte de mí, una parte enamorada de la imagen, del cine, también del cariño a la imagen y al pasado.
Cuando la terminé, me dije: “Es mi última película”.
Me planteo la manera en que se hacen las películas ahora, las dificultades financieras, técnicas, las presiones desde el punto de vista de la producción, de presupuestos...
Me pregunto sobre el sentido de poner en marcha un mecanismo tan complejo para poner en escena algo que para mí es fundamental y relevante, pero que en el fondo te preguntas si lo es también para los demás.
¿Qué significa ser un profesional del cine en esos términos?
Una expresión que siempre he detestado.
Cuando terminé Hugo pensé que la única película que quería hacer verdaderamente era Silencio, pero no veía que eso fuera ser posible. Y no pensé que la industria que estaba y está cambiando a una velocidad increíble estuviera interesada en Silencio.
I. C. ¿Y cómo conseguiste convencerlos de producir Silencio?
M. S. Me dije que si hacía otra película, otra película interesante, comercial, con Leo DiCaprio, igual entonces estaría otra vez en posición de hacer Silencio.
Y así fue. Hicimos El lobo de Wall Street y esa película me dio la energía y el crédito en la industria para poder hacer Silencio.
I. C. Silencio es una película impresionante.
Y hay algo que pensé viéndola:
“Es como una versión católica de Goodfellas [Uno de los nuestros, 1990]”.
M. S. [Risas] ¡De una cierta manera, sí!
I. C. Si hasta terminan igual: [en Goodfellas] Ray Liotta en protección de testigos hablando de lo banal que es su vida ahora y Andrew Garfield [Silencio] con su mujer y los niños...
M. S. Pero el personaje de Garfield no ha perdido la fe, guarda la cruz en su puño...
I. C. ¿Y cómo conseguiste convencerlos de producir Silencio?
M. S. Él en realidad descubre su fe cuando esta ha sido cuestionada por los otros a su alrededor, los que quieren destruirla.
Aquí entramos en una complicada discusión en bucle sobre la fe, que no viene al caso.
I. C. Sé que eres el máximo impulsor del fondo para recuperar el patrimonio cinematográfico africano, que has contribuido con tu dinero y tu ayuda a restaurar y dar a conocer películas que de otro modo se hubieran perdido.
M. S. Estas películas cuentan historias desde un punto de vista absolutamente puro, incontaminado.
Y las cuentan desde la mirada de cineastas africanos, no desde un punto de vista europeo o americano.
Son fascinantes.
Hace 20 años, vi una película maravillosa Yeelen, de Souleymane Cissé, en televisión, de madrugada.
Me impresionó.
Le contacté.
Fui a Malí, conocí a otros directores, descubrí más películas y así empezó el World Cinema Project.
Restauramos y preservamos películas que a veces se daban ya por perdidas, en países sin laboratorios ni maneras ni dinero para conservarlas.
Películas de las que apenas se conserva el negativo.
Cuando presentamos el proyecto en Cannes, Sissé dijo.
“Si no conservamos las películas de los sesenta y los setenta de países como Malí, Uganda, Senegal, Chad... la gente, los ciudadanos no sabrán quienes son ni de donde vienen, la historia se perderá”.
I. C. ¿Hay alguna película que tengas en la recámara, qué hayas intentado hacer repetidas veces sin conseguirlo?
M. S. Sí.
Pero después de haber conseguido hacer Silencio, pensé que ya no habría tantas oportunidades para mí, que quizás no tendría la energía.
Tengo 75 años y todo se vuelve más lento, uno se vuelve más lento y...
I. C. Hablas tan rápido como la primera vez que te vi hace 30 años.
M. S. Puede ser.
Pero ya sabes a lo que me refiero... La energía física que se necesita...
Tú debes saberlo, tú cargas la cámara todo el rato... lo cual me llena de envidia...
I. C. Todo lo que he conseguido es ser un poco jorobada del lado derecho... [risas] Volvamos a tus proyectos.
Yo te veo dirigiendo hasta en silla de ruedas y bombona de oxígeno como John Huston.
M. S. Ahora también estoy ilusionado con muchas otras ideas, como producir a nuevos directores, restaurar películas.
El tiempo se acaba.
Y hay que escoger realmente las cosas que merecen la pena.
Estoy montando una película con nuestra amiga Thelma [Schoonmaker], The Irishman.
Es una oportunidad de volver a trabajar con Bobby de Niro.
Y claro, es sobre un asesino a sueldo, pero desde otro punto de vista, mas desnudo, más sobrio.
Estoy intentando encontrar un acercamiento más natural... no, natural no es la palabra.
Estoy intentando encontrar la esencia de lo que quiero decir. Incluso en los primeros planos de una persona hablando.
Eso me ha llevado a recordar el documental que hice sobre mis padres Italianamerican.
Mover la cámara es maravilloso, claro, pero... no sé si hay algo más que se pueda decir con el movimiento, con una grúa o con un dron o con cien drones...
Ahora cualquiera puede hacerlo. Cualquiera puede hacer cualquier cosa. Por eso, hacer películas es un desafío mucho mayor que nunca en la historia.
I. C. Sí. Tienes que ser muy valiente, muy libre y muy cuidadoso... todo eso al mismo tiempo.
M. S. Exacto. Porque ya no hay tiempo para lo... superfluo. Lo innecesario. Y preguntarte constantemente: ¿qué es lo necesario? ¿Qué historia está ahí agazapada, escondida, qué historia merece la pena, y el esfuerzo y el coraje que hace falta, para hacer una película?
Eso es lo que los directores tenemos que plantearnos todos los días.
I. C. Estoy contigo. Y tengo fe en ti.
M. S. [ríe] Otro día hablaremos más sobre la fe.
I. C. Otro día.
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