Llega a Netflix el documental 'Flamenco y revolución', donde se detallan episodios de la relación entre los dos genios.
Una entrevista en televisión a Camarón de la Isla a finales de los 70.
El periodista pregunta al cantaor, intentando pincharlo: "Dice tu mánager, Ricardo Pachón, que te quiere convertir en un rock star. ¿Sabes lo que significa eso? Te van a perseguir las fans, como a Miguel Bosé".
Responde Camarón, muy tranquilo, sonriente, atractivo, con su pelazo y su barba, vestido con un mono rojo, que le queda moderno: "Pues me parece divino esa forma de pensar. Porque es lo que estamos intentando: salirnos un poco de lo que es el flamenco puro".
En los ambientes flamencos la gente se escandaliza, grita de rabia, se entrega al alcohol.
Sacrilegio: Camarón quiere ser moderno. Uno de los que no apoyan la decisión del de La Isla es su hermano y compañero de discos y conciertos, Paco de Lucía.
Camarón (Cádiz, 1950 - Barcelona, 1992) y Paco de Lucía (Cádiz, 1947 - México, 2014) habían firmado la mejor unión flamenca probablemente de la historia: una decena de discos que ya son parte fundamental de la música.
Pero llegó 1976, el último disco (Castillo de arena, que se publicó en 1977) que graba Camarón bajo la batuta de Antonio Sánchez (productor y músico), el estricto padre de Paco de Lucía, descubridor de Camarón y, en muchas ocasiones, en el papel de padre para el de La Isla.
Camarón, inquieto, intuitivo, visionario, quería "hacer otras cosas", salirse de la pureza, experimentar.
Paco de Lucía no. Y se separan.
Camarón deja Madrid, a su hermano Paco y se marcha a Sevilla, con el productor musical Ricardo Pachón y una pandilla de jóvenes tan apasionados por La Niña de los Peines como por Bob Dylan o Jimi Hendrix.
Los hermanos Amador (Rafael y Raimundo), Kiko Veneno, Lole y Manuel, el grupo Smash... Y empiezan a hacer la revolución, a la que acaban llamando La leyenda del tiempo.
El disco se edita en 1979 y apenas vende.
Un fracaso. ¿Y todo para esto? Debió pensar Camarón. Paco de Lucía y él no se habían dirigido la palabra en años.
No habían discutido. No les hacía falta porque los dos eran de pocas palabras.
Pero se habían alejado.
Mucho.
Y entonces se encuentran.
Todo sucede en los pasillos del madrileño hotel Alcalá.
Así lo narra el actor Juan Diego en el revelador documental Flamenco y revolución (después de pasar por salas comerciales ahora se puede ver en Netflix), dirigido por Alexis Morante.
Juan Diego arranca la historia con ironía:
"Paco lo resuelve con un gesto de diplomacia exquisita. Caminando por el hotel Paco pasa por la habitación de Camarón y le dice: 'Qué pasa, maricón'. 'Maricón tú', le contesta Camarón.
Y, sin más, la amistad volvió a su sitio".
Cinco palabras que sellan la reconciliación.
Se metieron en un estudio juntos otra vez, para retomar la senda del flamenco clásico con Como el agua (1981), y, luego, puntualmente en álbumes como Calle real (1983) y el último de Camarón, Potro de rabia y miel (1992).
Por aquella época también estaba la situación entre los dos enrarecida, por esas cuestiones del dinero.
Los derechos de autor. Alguien con muy mala intención deslizó a Camarón y a su entorno que Paco de Lucía no había reportado al cantaor lo que realmente le pertenecía.
Camarón llegó a decir: "Ahora resulta que la obra no es mía".
Cuando ya estaba muy enfermo, el guitarrista intentó visitar a
Camarón para explicarle que todo eso era mentira.
Pero el abogado de Camarón le recomendó que no lo hiciera, ya que no iba a ser bien recibido.
Hay una imagen tremenda en el documental de Alexis Morante.
En el entierro de Camarón, la cara de pavor de Paco de Lucía, que se encontraba entre la desconsolada multitud.
Hay crónicas que dicen que algunos le llamaron "ratero".
Le costó mucho recuperarse de aquello a Paco de Lucía.
"Que Camarón se ha ido y no he podido verlo para evitar este malentendido. Es lo que más clavado tengo, que se haya ido pensando que todo lo que le decían era verdad.
No duermo pensando en que se haya muerto con la duda", dijo el guitarrista en una entrevista con EL PAÍS dos meses después de la muerte del cantaor.
La familia de Camarón ya había emitido un comunicado exculpando a Paco de Lucía: "La familia de Camarón quiere dejar muy claro que ni ha dudado ni duda de la honradez y el afecto que presidió siempre la relación entre Paco de Lucía y José Monge".
Ahora, los dos vuelven a tocar juntos allí donde estén...
El periodista pregunta al cantaor, intentando pincharlo: "Dice tu mánager, Ricardo Pachón, que te quiere convertir en un rock star. ¿Sabes lo que significa eso? Te van a perseguir las fans, como a Miguel Bosé".
Responde Camarón, muy tranquilo, sonriente, atractivo, con su pelazo y su barba, vestido con un mono rojo, que le queda moderno: "Pues me parece divino esa forma de pensar. Porque es lo que estamos intentando: salirnos un poco de lo que es el flamenco puro".
En los ambientes flamencos la gente se escandaliza, grita de rabia, se entrega al alcohol.
Sacrilegio: Camarón quiere ser moderno. Uno de los que no apoyan la decisión del de La Isla es su hermano y compañero de discos y conciertos, Paco de Lucía.
Camarón (Cádiz, 1950 - Barcelona, 1992) y Paco de Lucía (Cádiz, 1947 - México, 2014) habían firmado la mejor unión flamenca probablemente de la historia: una decena de discos que ya son parte fundamental de la música.
Pero llegó 1976, el último disco (Castillo de arena, que se publicó en 1977) que graba Camarón bajo la batuta de Antonio Sánchez (productor y músico), el estricto padre de Paco de Lucía, descubridor de Camarón y, en muchas ocasiones, en el papel de padre para el de La Isla.
Camarón, inquieto, intuitivo, visionario, quería "hacer otras cosas", salirse de la pureza, experimentar.
Paco de Lucía no. Y se separan.
Camarón deja Madrid, a su hermano Paco y se marcha a Sevilla, con el productor musical Ricardo Pachón y una pandilla de jóvenes tan apasionados por La Niña de los Peines como por Bob Dylan o Jimi Hendrix.
Los hermanos Amador (Rafael y Raimundo), Kiko Veneno, Lole y Manuel, el grupo Smash... Y empiezan a hacer la revolución, a la que acaban llamando La leyenda del tiempo.
El disco se edita en 1979 y apenas vende.
Un fracaso. ¿Y todo para esto? Debió pensar Camarón. Paco de Lucía y él no se habían dirigido la palabra en años.
No habían discutido. No les hacía falta porque los dos eran de pocas palabras.
Pero se habían alejado.
Mucho.
Y entonces se encuentran.
Todo sucede en los pasillos del madrileño hotel Alcalá.
Así lo narra el actor Juan Diego en el revelador documental Flamenco y revolución (después de pasar por salas comerciales ahora se puede ver en Netflix), dirigido por Alexis Morante.
Juan Diego arranca la historia con ironía:
"Paco lo resuelve con un gesto de diplomacia exquisita. Caminando por el hotel Paco pasa por la habitación de Camarón y le dice: 'Qué pasa, maricón'. 'Maricón tú', le contesta Camarón.
Y, sin más, la amistad volvió a su sitio".
Cinco palabras que sellan la reconciliación.
Se metieron en un estudio juntos otra vez, para retomar la senda del flamenco clásico con Como el agua (1981), y, luego, puntualmente en álbumes como Calle real (1983) y el último de Camarón, Potro de rabia y miel (1992).
Por aquella época también estaba la situación entre los dos enrarecida, por esas cuestiones del dinero.
Los derechos de autor. Alguien con muy mala intención deslizó a Camarón y a su entorno que Paco de Lucía no había reportado al cantaor lo que realmente le pertenecía.
Camarón llegó a decir: "Ahora resulta que la obra no es mía".
Pero el abogado de Camarón le recomendó que no lo hiciera, ya que no iba a ser bien recibido.
Hay una imagen tremenda en el documental de Alexis Morante.
En el entierro de Camarón, la cara de pavor de Paco de Lucía, que se encontraba entre la desconsolada multitud.
Hay crónicas que dicen que algunos le llamaron "ratero".
Le costó mucho recuperarse de aquello a Paco de Lucía.
"Que Camarón se ha ido y no he podido verlo para evitar este malentendido. Es lo que más clavado tengo, que se haya ido pensando que todo lo que le decían era verdad.
No duermo pensando en que se haya muerto con la duda", dijo el guitarrista en una entrevista con EL PAÍS dos meses después de la muerte del cantaor.
La familia de Camarón ya había emitido un comunicado exculpando a Paco de Lucía: "La familia de Camarón quiere dejar muy claro que ni ha dudado ni duda de la honradez y el afecto que presidió siempre la relación entre Paco de Lucía y José Monge".
Ahora, los dos vuelven a tocar juntos allí donde estén...