El director dejará inmediatamente todas sus responsabilidades artísticas y de gestión en el teatro.
Lluís Pasqual tira la toalla y deja la dirección del Teatre Lliure. Después de la campaña en su contra del pasado julio en la que una joven actriz lo acusó en Facebook de vejarla
en los ensayos y salió a la luz que parte de los trabajadores del
teatro cuestionan su gestión y su trato, Pasqual inaugura el nuevo curso
anunciando que se va y que lo hace de manera inmediata.
El director había recibido, en forma de manifiesto público con grandes nombres de la escena, el apoyo de buena parte de la profesión teatral, pero el Lliure, a instancias del comité de trabajadores, decidió estudiar las acusaciones, "para velar por la salud y la integridad" de los empleados, un proceso que debía iniciarse durante la nueva temporada.
En una carta enviada el viernes al presidente la Fundación Teatre Lliure/ Teatre Públic de Barcelona, Ramon Gomis, Pasqual, uno de los hombres de escena más prestigiosos de Europa, que fue uno de los fundadores del Lliure y lo ha dirigido los últimos siete años, señala:
"Lo que ya empezó como una calumnia en las redes sobre mi comportamiento como director de escena y más tarde como director del Teatre Lliure se ha convertido en un debate público en el que se han mezclado muchas cosas, pero la consecuencia grave es que ha contaminado al equipo humano del Lliure, y se ha convertido en un debate interno".
Y continúa: "Hasta ahora, siempre en los teatros que he dirigido, en el Lliure también, he tenido el pleno apoyo del equipo, absolutamente imprescindible para sacar adelante un proyecto que en las condiciones actuales me siento incapaz de liderar.
No sería bueno para ningún teatro, no lo sería para el Lliure, tampoco para mí".
La campaña abierta contra Pasqual empezó con las quejas personales de la actriz Andrea Ros, que fueron recogidas por un anónimo colectivo feminista, Dones i Cultura, que vertió en un manifiesto sin nombres graves acusaciones sobre el comportamiento del director, describiéndolo como un déspota y mencionando abusos y malos tratos.
La campaña se imbricó con las quejas de un sector de los trabajadores del Lliure descontentos y con las críticas privadas de miembros del Patronato históricamente opuestos a Pasqual por razones profesionales y personales.
La aspiración de artistas jóvenes a cambiar el rumbo del Lliure y hacerse con sus riendas en un relevo generacional frente a una dirección y un modelo que consideran agotados juega un papel también la crisis, así como la situación política de Cataluña.
Hay sectores, incluso en el Patronato del Lliure, del que forman parte las administraciones catalanas, que no ven con buenos ojos la equidistancia de Pasqual y lo que consideran escaso compromiso con el procés.
Esos sectores consideran que el Lliure, ejemplo histórico de catalanismo y una de las puntas de lanza del arte escénico catalán, ha de ser una herramienta más que se posicione inequívocamente en la lucha por la independencia.
Desde esa perspectiva, se ha visto mal que Pasqual no se sume con más énfasis a campañas como la del lazo amarillo o la petición de libertad para los políticos presos por el procés.
Pasqual apunta: "Un teatro y un equipo son un espacio de encuentro dialéctico, no un lugar de confrontación.
Y si yo soy el motivo de esta confrontación lo mínimo que puedo hacer por respeto al teatro y a mí mismo es dejarlo.
No me interesa el poder.
Lo tuve en las manos desde muy joven y siempre me ha parecido solo un peaje ingrato que permitía, si no otra cosa, arrancar proyectos artísticos".
El director de teatro explica en su carta:
"Comunico que renuncio a los dos años de prórroga de mi contrato que me fueron propuestos por el pleno del Patronato en su última sesión del 28 de junio".
Y también comunica su dimisión a partir de este momento de todas sus responsabilidades, tanto de gestión como artísticas que contrajo con el Teatre Lliure para esta temporada 2018-2019.
Pasqual además debía dirigir un espectáculo sobre Lorca en marzo.
En su carta, Lluis Pasqual agradece al presidente de la Fundación del Lliure su "apoyo y confianza, y también el de la Junta de Gobierno y el del patronato" en el período que han coincidido al frente del Lliure.
También da las gracias "a todos los artistas, técnicos y teatros" que le han apoyado públicamente "en estos momentos graves y difíciles".
Y finalmente agradece "profundamente a todas las personas de buena voluntad, técnicos, artistas y espectadores la magnífica aventura que hemos podido vivir juntos durante los pasados siete años".
El Lliure ha hecho público un comunicado ante la dimisión de Pasqual en el que informa que se mantiene la reunión del Patronato prevista para el 14 de septiembre, "cambiando la orden del día para tratar este asunto".
Mientras, "el equipo de dirección actual del Lliure continuará la tarea del día a día, con la voluntad de cumplir la programación de la temporada 18/19 y dar continuidad a la línea de éxitos mantenida durante estos últimos años bajo la dirección de Lluís Pasqual".
La nota sigue:
"El presidente del patronato y el equipo de dirección del Teatre Lliure lamentan las circunstancias que han hecho tomar esta decisión a Lluís Pasqual, reconociendo su excelente trabajo al frente del Teatre Lliure y deseándole lo mejor en su trayectoria profesional".
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, escribió ayer en su cuenta de Twitter:
"El Teatre Lliure seguirá siendo un referente imprescindible de la escena teatral mundial, como lo ha sido bajo la dirección de Lluís Pasqual, un imprescindible a quien Barcelona querrá y reconocerá siempre. Gracias Lluís".
El director había recibido, en forma de manifiesto público con grandes nombres de la escena, el apoyo de buena parte de la profesión teatral, pero el Lliure, a instancias del comité de trabajadores, decidió estudiar las acusaciones, "para velar por la salud y la integridad" de los empleados, un proceso que debía iniciarse durante la nueva temporada.
En una carta enviada el viernes al presidente la Fundación Teatre Lliure/ Teatre Públic de Barcelona, Ramon Gomis, Pasqual, uno de los hombres de escena más prestigiosos de Europa, que fue uno de los fundadores del Lliure y lo ha dirigido los últimos siete años, señala:
"Lo que ya empezó como una calumnia en las redes sobre mi comportamiento como director de escena y más tarde como director del Teatre Lliure se ha convertido en un debate público en el que se han mezclado muchas cosas, pero la consecuencia grave es que ha contaminado al equipo humano del Lliure, y se ha convertido en un debate interno".
Y continúa: "Hasta ahora, siempre en los teatros que he dirigido, en el Lliure también, he tenido el pleno apoyo del equipo, absolutamente imprescindible para sacar adelante un proyecto que en las condiciones actuales me siento incapaz de liderar.
No sería bueno para ningún teatro, no lo sería para el Lliure, tampoco para mí".
La campaña abierta contra Pasqual empezó con las quejas personales de la actriz Andrea Ros, que fueron recogidas por un anónimo colectivo feminista, Dones i Cultura, que vertió en un manifiesto sin nombres graves acusaciones sobre el comportamiento del director, describiéndolo como un déspota y mencionando abusos y malos tratos.
La campaña se imbricó con las quejas de un sector de los trabajadores del Lliure descontentos y con las críticas privadas de miembros del Patronato históricamente opuestos a Pasqual por razones profesionales y personales.
La aspiración de artistas jóvenes a cambiar el rumbo del Lliure y hacerse con sus riendas en un relevo generacional frente a una dirección y un modelo que consideran agotados juega un papel también la crisis, así como la situación política de Cataluña.
Hay sectores, incluso en el Patronato del Lliure, del que forman parte las administraciones catalanas, que no ven con buenos ojos la equidistancia de Pasqual y lo que consideran escaso compromiso con el procés.
Esos sectores consideran que el Lliure, ejemplo histórico de catalanismo y una de las puntas de lanza del arte escénico catalán, ha de ser una herramienta más que se posicione inequívocamente en la lucha por la independencia.
Desde esa perspectiva, se ha visto mal que Pasqual no se sume con más énfasis a campañas como la del lazo amarillo o la petición de libertad para los políticos presos por el procés.
Pasqual apunta: "Un teatro y un equipo son un espacio de encuentro dialéctico, no un lugar de confrontación.
Y si yo soy el motivo de esta confrontación lo mínimo que puedo hacer por respeto al teatro y a mí mismo es dejarlo.
No me interesa el poder.
Lo tuve en las manos desde muy joven y siempre me ha parecido solo un peaje ingrato que permitía, si no otra cosa, arrancar proyectos artísticos".
La decisión abre una grave crisis en el
Lliure pues se había previsto una transición ordenada y pausada para la
salida de Pasqual
"Comunico que renuncio a los dos años de prórroga de mi contrato que me fueron propuestos por el pleno del Patronato en su última sesión del 28 de junio".
Y también comunica su dimisión a partir de este momento de todas sus responsabilidades, tanto de gestión como artísticas que contrajo con el Teatre Lliure para esta temporada 2018-2019.
Crisis en la institución
La decisión abre una grave crisis en el Lliure pues se había previsto una transición ordenada y pausada para la salida de Pasqual, que ya había dicho que era su última etapa, a lo largo de los dos años acordados (inicialmente eran cuatro).Pasqual además debía dirigir un espectáculo sobre Lorca en marzo.
En su carta, Lluis Pasqual agradece al presidente de la Fundación del Lliure su "apoyo y confianza, y también el de la Junta de Gobierno y el del patronato" en el período que han coincidido al frente del Lliure.
También da las gracias "a todos los artistas, técnicos y teatros" que le han apoyado públicamente "en estos momentos graves y difíciles".
Y finalmente agradece "profundamente a todas las personas de buena voluntad, técnicos, artistas y espectadores la magnífica aventura que hemos podido vivir juntos durante los pasados siete años".
El Lliure ha hecho público un comunicado ante la dimisión de Pasqual en el que informa que se mantiene la reunión del Patronato prevista para el 14 de septiembre, "cambiando la orden del día para tratar este asunto".
Mientras, "el equipo de dirección actual del Lliure continuará la tarea del día a día, con la voluntad de cumplir la programación de la temporada 18/19 y dar continuidad a la línea de éxitos mantenida durante estos últimos años bajo la dirección de Lluís Pasqual".
La nota sigue:
"El presidente del patronato y el equipo de dirección del Teatre Lliure lamentan las circunstancias que han hecho tomar esta decisión a Lluís Pasqual, reconociendo su excelente trabajo al frente del Teatre Lliure y deseándole lo mejor en su trayectoria profesional".
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, escribió ayer en su cuenta de Twitter:
"El Teatre Lliure seguirá siendo un referente imprescindible de la escena teatral mundial, como lo ha sido bajo la dirección de Lluís Pasqual, un imprescindible a quien Barcelona querrá y reconocerá siempre. Gracias Lluís".