Ander, el nuevo concursante de este
jueves, y Fran, el último gran favorito del programa, han protagonizado
un Rosco de infarto en Pasapalabra (Telecinco)
El nuevo y el veterano han medido sus fuerzas y la determinación y la
habilidad de Ander han llamado la atención de la audiencia. Los
aciertos del joven, que han hecho sudar a Fran, han sido muy aplaudidos
porque alguien, por fin, ha puesto "a sudar" al favorito:
De las
danesas islas Feroe a las montañas de Kirguistán, lugares espectaculares
por descubrir que reciben cada vez más aventuros y viajeros
independientes.
Desde las islas más remotas de Filipinas, convertidas en paraísos
para buceadores sin fronteras, hasta regiones inhóspitas como Kamchatka o
Yibuti, objeto de deseo para los más aventureros, pasando por nuevas
ciudades como Tiflis que comienzan a tener en cuenta los viajeros que
huyen de los destinos más trillados. Estos son algunos rincones del
planeta que suenan cada vez con más fuerza. Propuestas para viajeros
inpedendientes, aventureros y exploradores, y que conviene preparar con
conciencia antes de lanzarse.
1. Palawan (Filipinas) y las islas Bacuit
Nuevas mecas del buceo
Cada vez hay que ir más lejos para encontrar paraísos de los de postal. Afortunadamente, siempre nos quedarán las Filipinas: más de 7.000 islas para escoger y rincones casi inéditos, como Palawan,
una isla hacia el suroeste, hacia Borneo, con impresionantes paisajes y
fondos submarinos comparables a los mejores del sureste asiático, pero
mucho menos concurridos. En el norte de la isla la costa serpentea entre
calas y playas aisladas. Aquí encontraremos los sitios más conocidos
(algunos de ellos ya suenan en las conversaciones entre los aventureros
submarinos y amantes de la playa), como El Nido, la puerta de entrada al fabuloso archipiélago de Bacuit. A las aguas de la bahía de Bacuit muchos las comparan con las del sur de Tailandia o con la bahía de Halong en Vietnam. Todo aquí es un descubrimiento: la isla de Cadlao es una especie de
Tahití transportado a Filipinas con una atractiva laguna en la que se
puede bucear con tubo entre jardines de coral a poca profundidad. O
Tapiutan, que ofrece las mejores paredes para el buceo además de buenas
playas. A las Bacuit se viene sobre todo a bucear con tubo: hay más de
20 puntos de inmersión.
2. Serbia
Poner los Balcanes de nuevo en el mapa
Puestos a descubrir nuevos lugares sobre el mapa ¿por qué no animarnos a conocer Serbia?
Arrastra una historia muy dura pero ya hay muchos descubriendo que
quedan pocas huellas de la guerra. Hoy es un país cordial y acogedor y
está retomando el papel que siempre tuvo en los Balcanes. Belgrado
se ha convertido en uno de los destinos más animados del mundo, una
ciudad abierta y audaz.
Quizás no sea bonita en el sentido más
convencional, pero caminando se encuentran obras maestras de art nouveau y los restos del legado de los Habsburgo entre vestigios otomanos.
Y desde la capital se puede organizar un viaje por el país: para los que
buscan ciudades llenas de referencias culturales es imprescindible
pasarse por Novi Pazar, con una numerosa población musulmana, y en la
que no faltan el café, las costumbres y la cocina turca, aunque también
veremos muchos monumentos ortodoxos.
Hay montones de cafés y
restaurantes.
Y para descubrir la naturaleza, nos acercaremos a los
pueblos de Zlatibor, una romántica región de montañas.
Aquí están las
principales estaciones de esquí, en el Tornik, el pico más alto de la
zona, con 1.496 metros, y el Obodica.
Un destino original y diferente
para los que siempre están a la búsqueda de nuevos horizontes.
3. Kamtchatka (Rusia)
Un viaje al lejano Este
Moscú queda muy lejos de esta península en el remoto Este que, aunque
a menudo se confunde con Siberia, es todavía más inaccesible y en
invierno más frío. Kamchatka es hoy uno de los pocos lugares de la
Tierra donde el viajero puede sentirse como si fuera el primer hombre en
descubrirlo. Aunque han pasado más de 300 años desde que los rusos
llegaron aquí, sigue siendo un lugar de difícil acceso. Durante la época soviética era innacesible para los extranjeros y
todavía hay muy pocos turistas que se animan a viajar a este confín del
mundo para escalar sus humeantes volcanes, practicar heliski en los
glaciares o contemplar desde un kayak los osos devorando salmones.
Viajar a Kamchatka requiere tiempo, paciencia y dinero. La falta de
carreteras adecuadas y la necesidad de permisos hace que muchos lugares
solo sean accesibles con helicóptero o con grandes vehículos especiales. Incluso llegar a los rincones más famosos como el lago Kurilskoe o el
valle de los Geíseres no es fácil. Los volcanes Koriakski, Aváchinski y Kozelski se pueden ver desde la
capital de Kamchatka en un día despejado, algunas veces humenado
ligeramente. Y se calcular que en este estado viven entre 15.000 y
30.000 osos. La mejor opción para verlos de manera segura es el lago
Kurile, a unos 200 kilómetros de la capital, aunque hay que ir con
agentes armados.
4. Santa Teresa (Costa Rica)
El último paraíso surfero
Ya ha corrido la voz sobre los sofisticados rincones hippies de Montezuma y Santa Teresa. En la temporada seca, la zona se llena de surfistas de todo el mundo y
de nómadas hambrientos de belleza natural y emociones en las aguas a
ambos lados de la península de Nicoya. En medio, y en la punta más
mericional de Nicoya, está la primera reserva natural del país. Hoy esta
zona es más accesible que hace unos años, con mejores carreteras y
barcos más regulares.
En esta esquina suroccidental de la península de Nicoya hay un buen
oleaje, buen ambiente y una imaginativa cocina local. En las colinas se
esconden elegantes alojamientos boutique y restaurantes. Y
también hay cada vez más residentes extranjeros que lo eligen como ese
rincón del mundo en el que uno decide retirarse del mundanal ruido. La playa de Santa Teresa
es alargada, espectacular y famosa por su rompiente veloz y potente y
ofrece buen surf casi a todas horas. En el extremo norte de la playa,
Roca Mar, es un imporesionante rompiente de rocas, el favorito de los
locales. La playa termina al norte del pueblo y da paso a Hermosa, un
precioso arenal que hace honor a su nombre. No faltan los hotelitos, las
pensiones más o menos sencillas, cafés y tiendas de surf.
5. Kuélap (Chachapoyas, Perú)
La alternativa a Machu Picchu
Es difícil eclipsar al Machu Picchu, pero Perú es muy grande y está
lleno de rincones excepcionales. Al norte del Altiplano, la sierra norte
sigue siendo un lugar poco visitado, a pesar de la espectacularidad de
los picos de los Andes y de los bosques que extienden desde la costa
hasta la profunda selva amazónica, entre reliquias de reyes incas y
ruinas de los guerreros que vivieron en otros tiempos en estos bosques
envueltos en la niebla. Los bosques nubosos de Chachapoyas
han desvelado recientemente su gran tesoro arqueológico: la imponente
fortaleza de Kuélap, una fabulosa ciudadela de piedra que es el
yacimiento mejor conservado y más espectacular de la zona. Las vistas
panorámicas son excepcionales y el valor de estas ruínas precolombinas
enorme. Fue construida entre los años 500 y 1493, y son millones de
metros cúbicos de piedra en buen estado de conservación. El acceso es a
través de tres profundas y estrechas puertas que constituían un
ingenioso sistema de seguridad que obligaba a los atacantes a formar en
fila india, por lo que podían ser derrotados con facilidad. Dentro hay
varios niveles con vestigios dispersos de más de 400 viviendas
circulares, algunas de ellas decoradas. La estructura más enigmática,
llamada El Tintero, tiene la forma de un gran cono invertido y en su
interior, una cámara subterránea contiene los restos de sacrificios de
animales, por lo que los arqueólogos creen que se trataba de un edificio
religioso. No muy lejos está Chachapoyas, una tranquila localidad rodeada de
bosques y nubes que fue una de las primeras fundadas por los españoles y
la base desde la que comenzó la explotación de la región del Amazonas.
6. Isla de Folégandros (Cícladas, Grecia)
Un escondite griego
Era uno de los secretos del Mar Egeo, pero últimamente ya hay muchos descubriendo islas como ésta, en las Cícladas,
bañadas por el mar de Creta. Folégandros es conocida (cada vez más) por
el encantador pueblo de Hora: edificios de piedra natural, entre
construcciones blancas y azules, con una calle principal que serpentea
entre plazas arboladas y mesas aire libre. Su imagen idílica hace
difícil imaginar que desde la época romana y hasta la dictadura militar
fue un escabroso y aislado lugar de destierro.
Pese a todo, Folégandros sigue siendo uno de los lugares más
tradicionales de las Islas griegas, con solo 650 habitantes y con playas
vírgenes en las que en lugar de sombrillas hay olivos para hacer
sombra. El complemento perfecto son sus hoteles familiares con vistas
estupendas. Algunas recomendaciones para disfrutar a tope: subir a la capilla de
Panagia del siglo XVII, el punto más alto, desde donde nos aseguramos
una puesta de sol increíble. O hacer un tour de playas, desde la
principal, la de Agali, hasta la de Agios Nikolaos a la que se llega
después de una caminata por la costa o en una lancha que sale cada hora
desde el puerto de Agali. Y hay más: la playa escondida de Livadaki, a
la que solo podremos llegar en lancha. O las tabernas de pescadores para
probar platos típicamente griegos. Y como punto y final, una visita al
pueblo de Chora, lleno de rincones para enamorarse, con flores fucsias
en los balcones azules, pasadizos.