¡Me duele tanto escribir esto!
¡Salvemos a las Campos! Y es que no corren buenos tiempos para las
queridas Teresa, Terelu y Carmen, y no estoy hablando de la salud.
Al parecer, esa respuesta sincera de
Teresa a las preguntas de Mila Ximénez: “Me dio el ictus por las
puñaladas que me han clavado”, no ha sentado bien en las altas cumbres
de Telecinco.
Rumer,
Scout LaRue y Tallulah Willis muestran en Instagram cómo han superado
sus adicciones y se pronuncian contra los cánones de belleza o la
desigualdad de las mujeres.
Sus padres son dos de los actores de Hollywood más reconocidos a nivel mundial, pero Rumer, Scout y Tallulah Willis, hijas de Demi Moore y Bruce Willis,
han conocido lo peor de vivir una vida de lujo, abundancia, excesos y
exposición mediática, y todo ello lo han compartido a través de sus
redes sociales.
Entre las tres suman casi un millón de seguidores solo
en Instagram, y en esta plataforma se han mostrado sin secretos todo
tipo de momentos, desde la felicidad que han sentido al superar sus
adicciones —las tres han tenido problemas de desintoxicación— hasta
éxitos laborales, celebraciones familiares y críticas contra los cánones
de belleza o la desigualdad de las mujeres.
Las
tres jóvenes son fruto de los 13 años de matrimonio (1987-2000) entre
los actores y literalmente, han nacido bajo los focos. De hecho, para el
nacimiento de la primogénita, Rumer Willis, su madre Demi Moore
contrató un cámara que filmó el momento. Desde entonces, han crecido
entre cámaras y ahora son ellas quienes acostumbran a airear su vida. Además del cariño que se tienen y la confianza que comparten —no dudan
en fotografiarse juntas y desnudas en un jacuzzi
para Instagram—, les une la experiencia de haber pasado por momentos
complicados, al igual que ocurrió con sus padres en el pasado.
La primogénita, Rumer Willis
(1988) ha sufrido desde muy joven la presión de los tabloides
estadounidenses, que publicaban cada movimiento que hacía.
Hoy es ella
quien comparte imágenes
sobre su trabajo como actriz, además de mensajes de calado mucho más
personales.
Uno de los más conmovedores lo publicó el verano pasado,
cuando anunció que llevaba seis meses sobria, aunque nunca especificó de
qué adicción se había liberado.
“Quería compartir esto porque estoy muy
orgullosa de mí misma. Ayer celebré seis meses estando sobria”, escribió en un post, en el que añadió que nunca había estado más orgullosa de sí misma.
Su hermana mediana, Scout LaRue Willis (1991),
comparte con ella el talento para el baile y la actuación, pero le gana
en rebeldía. Utiliza sus redes sociales para criticar la censura de Instagram,
y son habituales sus imágenes con las axilas sin depilar y en contra de
censurar los pezones femeninos, motivo por el cual le llegaron a
suspender la cuenta.
LaRue ha tenido problemas con el consumo de alcohol y
con la Justicia —utilizó un documento de identidad falso para comprar
alcohol, y fue arrestada por la policía y condenada a hacer servicios
comunitarios— y, al igual que sus hermanas, también ha hecho pública su
desintoxicación.
El año pasado dijo haber comenzado “a vivir
completamente el presente, sin filtro, sin ayudas químicas o soluciones
fáciles”.
Tallulah (1994), la más pequeña, ha sido la que, tal
vez, lo haya pasado peor.
Además del consumo de alcohol y drogas, la
joven ha sufrido una enfermedad psíquica llamada trastorno dismórfico
corporal, que consiste en tener una preocupación desmesurada por el
aspecto físico.
Como es habitual en la familia, todo ha quedado
documentado en las redes sociales donde, en el caso de estas tres
hermanas, los mensajes de ánimo suelen superar a las críticas.
Ella misma compartió una fotografía en Instagram
en la que aparecía con un cigarrillo, una lata de cerveza y una
delgadez extrema que evidenciaba un problema, acompañada de un texto en
el que celebraba el orgullo de “permanecer sobria”.
Hoy, un año después,
Tallulah se dedica al diseño —tiene su propia firma de moda, Buuski— y
dice haber dejado atrás los tiempos en los que se castigaba “por no ser
suficiente”.
Además de estas historias tan personales, las tres
jóvenes muestran con naturalidad fotografías de sus momentos familiares.
Sus favoritas son las que aparecen con su madre, a quien presentan como
si fuera una hermana más, pero su padre siempre está presente.
El divorcio Willis-Moore, en junio de 1998, no desintegró la familia, que mantiene una excelente relación y se reúne con asiduidad.
Muestra de ello son las imágenes que publican de la familia reunida —el
último encuentro del clan al completo fue el mes pasado por el 30º
cumpleaños de la mayor de las tres hijas— y otras instantáneas
nostálgicas del pasado, anteriores al divorcio.
En esta particular
familia también son bienvenidas Mabel Ray (2012) y Evelyn Penn (2014),
las dos hijas de Bruce Willis con su actual mujer, la modelo Emma
Heming, quienes con solo seis y cuatro años ya aparecen con total
naturalidad en selfies que llegan a millones de personas