Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 ago 2018

El otoño de Jose Coronado............................ Jesús Ruiz Mantilla

A sus 61 años y tras sufrir un infarto que le llevó a una depresión, el actor prepara dos series y una película y asegura que "no hay nada" como ser padre.

El actor José Coronado, fotografiado en su casa de Madrid.
El actor José Coronado, fotografiado en su casa de Madrid.
Le ha costado varios años asumir que ya no es el chico de la película.
 Pero una vez pasado ese Rubicón —duro para quien ha sido galán durante tres décadas— Jose Coronado está feliz metiéndose en la piel de hombres que peinan canas, más cercanos a la enjundia del sabio con poso que a los jóvenes con arrojo.
Viene con las pilas cargadas para este otoño.
 Le veremos en dos series como Vivir sin permiso (Telecinco) y Gigantes (Movistar +) y una película: Mi hijo.
 Se ha repuesto del infarto que le mandó de visita al abismo cuando terminaba Ushuaia, de Alberto Conejero, en el Teatro Español, en abril de 2017. 
Ha escarbado en lo esencial y se limita a sus 61 años a dos prioridades: su familia y su trabajo. 
Lo demás, le sobra.

 

Anda descalzo por su casa. 
No necesita intermediarios para pisar el suelo.
 Cuando habla, exhala energía reconcentrada y entusiasmo, aunque confiesa haber dejado atrás una notable y reciente depresión: “Qué más da, te lo cuento porque puede ayudar a más gente.
 Yo era de esos gilipollas que cuando le decían que alguien estaba deprimido contestaba: 'Pues que ocupe su tiempo”.
Pero cuando se le cruzó la nube negra, quedó consciente de que nadie anda a salvo.
 “En mi caso, fue de libro.
 Cuando superas un infarto, a los tres o cuatro meses, es normal que te veas ahí.
 Pero ya he salido. Me he tirado una larga temporada conmigo mismo. 
No tenía el coño pa ruidos, vaya, y ahora sólo quiero alegría a mi alrededor.
 Y también, que venga lo que sea, pero que me pille sin culpas, con honestidad ante la gente que quieres, sin postureo”.

José Coronado en una imagen de 'Vivir sin permiso'.
José Coronado en una imagen de 'Vivir sin permiso'.
Parte de su nuevo karma se la ha proporcionado su hijo mayor, Nicolás, de 30 años y actor como él, junto a su hermana Candela, de 15.
 Han erigido una especie de templo budista en la terraza que les ayuda a conectar mundos:
 “Él ha sido fundamental en mi recuperación, me ha introducido en ese viaje.
 Incluso fuimos al Himalaya con Calleja. Meditar me viene muy bien, a mi manera”.
Le saca jugo para afrontar sus nuevos trabajos. 
Hace tiempo que dejó de anhelar el personaje ideal. 
Pero puede que este otoño nos encontremos a alguien que se le parece mucho.
 En Vivir sin permiso, de Aitor Gabilondo, se nos presenta con barba poblada y aires de lobo de mar para interpretar a un capo gallego a quien en el minuto uno le diagnostican Alzheimer.
A partir de ahí, la tensión no te separa de la pantalla gobernada por Coronado y Alex González. 
Los dos repiten el tándem de El príncipe con Gabilondo, su mismo creador, en un cruce de El padrino con El rey Lear contemporáneo y trasladado a las rías bajas gallegas.
 Para Gigantes, Enrique Urbizu lo viste de patriarca gitano con malas pulgas, violento y obsesionado con transmitir dureza a sus hijos.
En primer plano, José Coronado en un fotograma de 'Gigantes', de Enrique Urbizu.
En primer plano, José Coronado en un fotograma de 'Gigantes', de Enrique Urbizu.
En ambas creaciones no le ha temido a las canas ni a la caracterización que le coloca años encima.
 Una vez asumida su nueva etapa, hasta se pasa de frenada y no teme adentrarse en tipos incluso mayores que él.
 “No hace tanto tiempo, pasados los 50, interpretaba a tíos de 40. Tenía la sensación de que aquello se iba a acabar pronto.
 Me costó asumirlo. 
Pero una vez aquí, he dicho: ¿qué queréis? ¿Convertirme en abuelo? ¡Pues toma!”.

No ha encontrado más que ventajas, instalado en el faro de la experiencia: 
“Disfruto muchísimo a estos tipos. Son más ricos, tiene más enjundia, no se agarran al momento, sino a una trascendencia. Les traslado un poso mío. 
He pasado de 'hacer de' a algo más orgánico y verdadero, sin falsear. La mochila aporta mucho”.

A Coronado no le falta.
 Se ha metido en casi 100 personajes entre cine, televisión y teatro, pero llegado aquí, su faceta de padre es uno de los secretos que mejor exprime y aporta. Nicolás y Candela, hijos, con el actor, de Paola Dominguín y Mónica Molina, le acompañan a cada paso. 
Son su gloria y su desvelo: “No hay nada como sufrirlo y gozarlo en tus propias tripas.
 El padre, que está ahora presente en el ochenta por cien de mis personajes, tienes que vivirlo desde la piel, no a través del intelecto. Puedo entender o aproximarme a lo que piensa o siente un sicario a la hora de matar.
 Pero sí sé con certeza lo que te atraviesa y lo que es llorar cuando un hijo te coge la mano”.
En Vivir sin permiso y en Mi hijo encontramos las vetas más auténticas del actor por cruzarse con personajes en el mismo estado vital. 
“En la travesía de la paternidad no dejas de prepararte sin saber lo que te viene por delante: amar, sufrir, ilusionarte, cabrearte.
 Es lo único capaz de estabilizar o desestabilizar mi vida. 
 Puedes superar la ruina o una enfermedad, pero lo que le pase a un hijo, o un desaire suyo, es mucho más duro que una paliza en la calle. 
 Que te sientas fracasado en tu labor como padre es fracasar en la vida”, confiesa.

Desde que nacen, aturde ahí la culpa. 
“Se presenta incluso cuando les das, porque si accedes a caprichos no les estás haciendo bien.
 Pero quién les dice que no. En ese caso, claudicar también es sentirte culpable.
 Por lo que haces y por lo que no. Desde que nació mi primer hijo, me cambió la vida. 
Vino al empezar yo la profesión. Cuando no lo tenía, necesitaba menos de lo que me autoexigí al verlo en mis brazos”.
Luego llegó Candela y se propuso imponer una igualdad sin fronteras para ambos:
 “Hijo o hija, debes aportar la misma libertad a uno que al otro. 
Lo que me parecía bien para mi hijo, me tiene que parecer igual de bien para ella.
 Es lo justo. Aunque te escueza por dentro y te lleven los demonios cuando queda con algún chico, te jodes. 
La dices, 'Sé prudente, mi vida', y ya”.
 A todo eso, une alergia a lo autoritario:
 “No sé ser jefe, no sé castigar. Ya no tengo edad, ni voy a aprender. Lo mío es llegar a pactos”.


17 ago 2018

Los Reyes asisten al acto en recuerdo de las víctimas por los atentados de Barcelona

Los Reyes asisten al acto en recuerdo de las víctimas por los atentados de Barcelona.

Pasadas las diez y media de la mañana, el Monarca y su esposa ha hecho su aparición en la plaza de Catalunya, donde se ha llevado a cabo un acto conmemorativo bajo el lema 'Barcelona, ciudad de paz'.

 Ha pasado un año desde los atentados que dejaron 16 muertos en Barcelona y Cambrils

 365 días en los que los ciudadanos no han olvidado.

 Por eso, los homenajes se han sucedido este viernes en las cuatro ciudades afectadas de un modo u otro por los ataques (Barcelona, Cambrils, Ripoll y Alcanar).

 Don Felipe y doña Letizia han interrumpido sus vacaciones para unirse al recuerdo por las víctimas, a fin de mostrar su solidaridad y apoyo tras lo ocurrido el verano pasado en un acto en el que la música ha sido una de las protagonistas.

Pasadas las diez y media de la mañana, los Reyes han llegado en medio de vítores y gritos de 'Viva el Rey' y algunos pitos a la plaza de Catalunya, donde ha tenido lugar uno de los actos de conmemoración del primer aniversario de aquella masacre.
 Allí se han desplegado dos pancartas en contra del rey, mientras que, de forma paralela, se ha celebrado una concentración de apoyo a la Monarquía a la que ha asistido un centenar de personas ataviadas con prendas blancas para mostrar su intención pacífica y su solidaridad con las víctimas.
 Los paraguas personalizados con la bandera de España se han dejado ver a lo largo del breve recorrido que han efectuado don Felipe y doña Letizia a pie a su llegada al lugar del acto.
Bajo el lema Barcelona, ciudad de paz, los Reyes han estado acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el de la Generalitat, Quim Torra, y la alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau.
 Conducido por la periodista Gemma Nierga, el acto de recuerdo y solidaridad ha servido para reafirmar la intención de la ciudad de ser "acogedora e integradora".
 Un buen ejemplo de ello ha sido el Himno de la paz de Pau Casals y fragmento de John Donne que se ha leído en todos los idiomas de las víctimas mortales (catalán, castellano, inglés, francés, neerlandés, portugués, italiano y alemán). 
 Durante el homenaje, las Escoles Municipals de Música y el Conservatori Municipal han realizado varias interpretaciones musicales, entre las que se han podido escuchar temas como Imagine, de John Lennon, o Hallelujah.

 

 

Tina Turner & Eros Ramazzotti - Cose Della Vita Live - Munich 1998 (HD 7...

John Lennon - Mother (Traducida al español)