Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 ago 2018

Verdades, mentiras y malas intenciones................... Juan Cruz

Es mejor imaginar a un millón de negros llegando a España por el sur que decir que quizá hoy llegarán a Cádiz 86 personas en una patera.

El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, saluda a unos inmigrantes a su llegada al puerto de Algeciras el pasado miércoles.
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, saluda a unos inmigrantes a su llegada al puerto de Algeciras el pasado miércoles. REUTERS
Antes del movimiento de tierras de ayer, el líder del Partido Popular, Pablo Casado, cometió un pecado de lesa contabilidad al adjudicar un número francamente exagerado a la cantidad de africanos que están esperando a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abra la mano donde tiene guardados “los papeles para todos”.
No feliz con lanzar al ruedo esa cifra imposible de verificar (por él), se fue a Ceuta a saludar a los que él no dejaría entrar. 
Su secretario general, Teodoro García, contagiado de ese juego de contabilidad recreativa, afirmó en sede televisiva, con respecto al Gobierno “débil” del PSOE, que es “el Gobierno que no quería ningún español”.
Ningún español.
 Los componentes del Consejo de Ministros, al menos, querrán ese Gobierno, pues se reúne cada viernes y luego se retrata sonriendo junto al presidente, al que también se le ve feliz de ser el primer gobernante del Reino. 
Qué manera de contar tiene García.
En todas partes cuecen habas, y se cuentan. El independentismo catalán celebra a todos los catalanes como el ejército que acompaña a Puigdemont y Torra, pero a la hora de la verdad contable resulta que sólo dispone de la mitad, si acaso. 
Con esa vara de medir señala a los desafectos para mal cuando aquellos líderes no han de decir cifra, pero los agrupa en la totalidad cuando quieren multitudes.
Esto de fabricar cifras redondas, absolutas, concretas, goza de cierta fortuna, antes del franquismo, en el franquismo y ahora.
 Nunca hubo (como bien decía aquí Álex Grijelmo) un millón de personas en la plaza de Oriente, pero fue materia del primer minuto de los telediarios en blanco y negro y de los telediarios de colores. Enrique Jardiel Poncela fue mucho más sensato a la hora de contar, vírgenes, por ejemplo.
 Si no es seguro que haya habido alguna vez once mil vírgenes, ¿cómo demonios se atrevían los franquistas de entonces a dar el número de los asistentes a aquellas gestas de fidelidad al Caudillo?
Caudillos de ahora buscan semejante asentimiento exagerando las cifras, a veces para mal y a veces para muy mal.
 Hay otro aspecto de esta creatividad contable que le sirve a la generalmente perezosa audiencia española, que prefiere una mentira muchas veces, para acolcharse, que el rigor de las cifras o de los hechos.
 Por ejemplo, ¿quién puede decir ahora si Pedro Sánchez se retrató o no con los emigrantes del Aquarius?
  Se ha dicho tantas veces (y quienes lo han dicho están en el primer párrafo de estas 530 palabras) que el notorio gobernante fue a retratarse en Valencia con aquellas personas, que ahora es imposible levantar el dedo en una tertulia para decir: 
 “Oye, perdona, pero es que eso nunca fue cierto.
 Pedro Sánchez no se hizo nunca ese retrato”.
No importa, las exageraciones, las mentiras (como las de Trump, que son aún más gordas) se sirven adobadas con la intención de señalar al enemigo con los peores epítetos, con las peores compañías… y con las peores cifras.
 Es mejor imaginar a un millón de negros llegando a España por el sur que decir que quizá hoy llegarán a Cádiz 86 personas en una patera.
 Si dices 86, los fieles de la contabilidad creativa miran para otro lado.
 Los españoles hace rato que nos acostumbramos a que el millón sea verdad si nos viene bien para el convento.

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Sandra Barneda declara su amor a Nagore Robles con una foto al natural

"La furia cercana del amor loco, inquieto, irracional..."

La presentadora Sandra Barneda no suele compartir con sus seguidores fotografías junto a su pareja, la colaboradora y tertuliana Nagore Robles, pero este lunes le ha hecho un hueco en su Instagram para proclamar su amor por ella.
"Me cuentas compañera fiel que no solo El gato es mi compañero de fatigas, enfados, pasiones, alegrías, tropezones, caídas y subidas", comienza Barneda el texto que acompaña la fotografía, un selfie de ambas con la cara lavada. 
"Otro verano más atendiéndonos, señalando la misma dirección; reconociéndonos incluso con los ojos cerrados y la furia cercana del amor loco, inquieto, irracional... imposible de definir y atrapar", continúa la escritora.
Barneda remata su declaración de amor con esta bonita frase: "A veces hay que cantarle al mundo una sonata distinta para que aprenda que en la diferencia reside el amor".


 

6 ago 2018

La familia Franco se revuelve y vende patrimonio

Los herederos de Carmen Franco, la única hija del dictador, lanzan una ofensiva para preservar su fortuna mientras sus problemas no paran de crecer.

De izquierda a derecha, Félix Revuelta, Carmen Martínez Bordiú, una acompañante y Timothy McKeague, en el 71 cumpleaños de Carmen en Estepona, el 14 de julio.
De izquierda a derecha, Félix Revuelta, Carmen Martínez Bordiú, una acompañante y Timothy McKeague, en el 71 cumpleaños de Carmen en Estepona, el 14 de julio. GTRES

 

entrevistas de “tierra trágame” en la televisión española

La visita de Ana Guerra al plató de 'Amigas y conocidas' es el último momento de tensión vivido en nuestras cadenas. Hay más...

Ana Guerra ('OT' 2017), Mercedes Milá, Pablo Motos y Mariló Montero –de izquierda a derecha– han protagonizado algunas de las entrevistas más polémicas de la historia de la televisión española. Ana Guerra ('OT' 2017), Mercedes Milá, Pablo Motos y Mariló Montero –de izquierda a derecha– han protagonizado algunas de las entrevistas más polémicas de la historia de la televisión española. Gett

 
Es lo bueno del directo. Te sientas en el sofá sin ningún tipo de esperanza para ver una entrevista aparentemente inocente y, de repente, tu televisor arde.
 Los dos protagonistas se están intercambiado golpes verbales y ¡tú lo estás viendo en tiempo real con los ojos como platos! 
Luego lo comentarás con regularidad en reuniones familiares y con amigos durante los próximos años.
 Y, ahora, incluso, lo recrearás gracias a internet.

Estos son nueve episodios de la televisión española con un choque de trenes provocado por egos, tintes machistas, insolencias, amarillismos y más egos.


Pablo Motos y las protagonistas de la serie 'Las chicas del cable'

“¿Vosotras sabéis bailar reguetón?”; "la gente dice que las mujeres no pueden ser amigas"; "ahora mismo las chicas se dividen entre las que saben perrear y las que no saben perrear"; “cuántos pendientes te caben en la oreja”... 
Con esta batería de preguntas recibía Pablo Motos, en abril de 2017, a Maggie Civantos, Blanca Suárez, Nadia de Santiago y Ana Fernández, protagonistas de la serie Las chicas del cable. 
No era la primera vez que el conductor de El Hormiguero despertaba suspicacias por su trato a las mujeres (Mónica Carrillo, Alessandra Ambrosio y Elsa Pataky ya habían protagonizado momentos desafortunados), pero sí la que más rechazo causó en los espectadores debido a la acumulación de tópicos con la que el presentador trufó una entrevista en la que apenas se habló de la serie.
 Las redes sociales censuraron la actitud de Motos y hasta Netflix, la plataforma a la que pertenece la serie, lanzó un mensaje que parecía tener un claro destinatario.
"Ahora mismo las chicas se dividen entre las que saben perrear y las que no saben perrear", dijo Pablo Motos durante su entrevista a las actrices de 'Las chicas del cable'. Con afirmaciones como esta, el presentador provocó el rechazo de los espectadores.
 
 

Ana Guerra en 'Amigas y conocidas'

La visita de Ana Guerra al plató de Amigas y conocidas, matinal de TVE conducido por Inés Ballester, ha originado la última polémica televisiva.
 Ha sido en julio de 2018. La quinta finalista de OT 2017 acudió al espacio para hablar de su nuevo tema Ni la hora y se encontró con una serie de preguntas que poco o nada tenían que ver con su propuesta musical.
 Ballester y sus colaboradoras prefirieron interesarse por unas fotografías que la cantante había subido recientemente a su cuenta de Instagram y convertir la entrevista en un debate sobre la incompatibilidad del bikini y el feminismo.
"Yo entiendo que hemos entrado en una moda, que hace unos años era impensable y también es verdad que todas las que salís sois muy monas... pero de ahí a decir que eso es una reivindicación feminista, ¿no, verdad?", preguntó Ballester a una Ana Guerra. 
La cantante respondió con seguridad y sin amilanarse:
 "Lo hago, primero, porque me flipa la foto y veo que en esa imagen hay arte y el trabajo de una persona.
 Y, segundo, porque me da la gana, y al final me siento muy cómoda subiendo estas cosas a redes.
 Estoy cómoda con mi cuerpo y me quiero a mí misma".

La actitud de las contertulias, entre las que se encontraban Sonia Ferrer, Cristina Almeida e Isabel San Sebastián, despertó un fuerte rechazo en la redes sociales, especialmente en Twitter, donde las críticas se concentraron bajo el hashtag #AnaGuerraSíMeRepresenta. Inés Ballester, consciente del revuelo que se había generado pidió disculpas a la cantante.
Inés Ballester y sus colaboradoras únicamente se interesaron por unas fotografías que Ana Guerra había subido a Instagram, convirtiendo así la charla en un debate sobre la incompatibilidad del bikini y el feminismo.
Inés Ballester y sus colaboradoras únicamente se interesaron por unas fotografías que Ana Guerra había subido a Instagram, convirtiendo así la charla en un debate sobre la incompatibilidad del bikini y el feminismo.
 
 

Mercedes Milá y Camilo José Cela

Que Camilo José Cela era uno de los escritores más ilustres del panorama internacional es algo que casi todos los españoles tenían claro a principios de los 80. 
Pero descubrir que su ano era capaz de absorber un litro y medio de agua fue toda una sorpresa.
 Y no hubo que esperar a que ninguna biografía no autorizada lo desvelase: él mismo se lo contó el 20 de octubre de 1983 a Mercedes Milá en el programa Buenas noches.

Mercedes Milá y Francisco Umbral

Si hubiese existido Twitter en 1993 el hashtag #yohevenidoaquíahablardemilibro no habría tenido rival. Durante el programa Queremos saber, de Mercedes Milá, perejil de todas las salsas televisivas, un airado Francisco Umbral pronunció una de esas frases que junto al “si me queréis irse”, de Lola Flores, o el “quién me ha puesto la pierna encima para que no levante cabeza”, de Jorge Berrocal, forman parte de la memoria colectiva televisiva de la sociedad española.
 El escritor, que como dejó claro, “había ido a hablar de su libro” (La década roja, un análisis sobre los diez años de socialismo en España), alzó la mano en un momento del debate para dejar claro que no le interesaban en absoluto los temas que se estaban tratando en el programa y que había sido engañado por Milá.
La tensión en el plató se hizo tan evidente que incluso uno de los espectadores se encaró con Umbral (la participación del público era habitual en el formato), mientras el resto de los invitados, el escritor, Emilio Romero y al rector de la Universidad Autónoma de Madrid Cayetano López, se mantenían en un discreto segundo plano.
Pero Umbral no aflojaba: “Yo cuando voy a una televisión es porque me pagan. Yo no vengo a las televisiones gratuitamente como un paria, si vengo es porque se va a hablar de un libro mío”, puntualizó el escritor, que posteriormente pidió disculpas a Milá fuera del plató.
 Una vez pasado el mal trago lo que ha quedado de aquella trifulca es uno de los grandes momentos televisivos de los noventa, un éxito de ventas para La década roja y una frase que todos hemos utilizado alguna vez.

“¿Qué cosas han contado de usted que usted no haya hecho?", fue la inocente pregunta de Milá, y lo que vino después, historia del ente público. 
Tras negar que se hubiese tirado un pedo delante de un mosén por ser “pedorro domiciliario, pero no pedorro transeúnte”, relató ante una estupefacta presentadora su "habilidad de absorción de un litro y medio de agua de un solo golpe por vía anal. Si quieren traigan una palangana y lo demuestro”. 
Finalmente no hubo palangana en directo, algo que, imaginamos, agradecieron los espectadores para los cuales la imagen mental habrá sido suficiente. 
Lo que sí hubo fue la especificación por parte del autor de La Colmena de que daba igual que el agua estuviese clorada o no porque “mis papilas del gusto no las tengo en ese conducto sino en otro”.