El Gobierno propone a la fiscal jefe de Sevilla, miembro de la Unión Progresista de Fiscales, para dirigir ministerio público.
El Gobierno ha confirmado este viernes que la nueva fiscal general del Estado será María José Segarra, fiscal jefe de Sevilla desde 2004.
Segarra sustituirá a Julián Sánchez Melgar, quien ha estado solo seis meses en el cargo, al que llegó tras la muerte de José Manuel Maza y que estaba en funciones desde que cayó el Gobierno de Mariano Rajoy.
La futura fiscal jefe pertenece a la Unión Progresista de Fiscales (UPF), de la que también es miembro la ministra de Justicia Dolores Delgado, y se había convertido en la principal candidata a ocupar el cargo, aunque ni ella ni el Gobierno han querido confirmarlo hasta la aprobación del Consejo de Ministros de este viernes.
Segarra, de 55 años, fue nombrada fiscal jefe de Sevilla en 2004 con Cándido Conde-Pumpido al frente de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Desde entonces se ha mantenido al frente de la esta fiscalía provincial andaluza en los dos Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y los de Mariano Rajoy.
Fue renovada por última vez en 2015 bajo el mandato de Consuelo Madrigal en la FGE.
Madrigal fue la primera mujer que ocupó el cargo y Segarra se convierte ahora en la segunda.
En la Fiscalía de Sevilla ha afrontado juicios mediáticos como el de Marta del Castillo además de la coordinación con la Fiscalía Anticorrupción para los ERE e Invercaria.
Nacida en Madrid en 1963, ingresó en la carrera fiscal el 14 de septiembre de 1987 y tuvo su primer destino en Barcelona.
Mujer sobria y de ideas progresistas, a Segarra le gusta mantener un perfil bajo, poco dada a salir en los medios de comunicación, aunque defensora de informar con transparencia cuando la ocasión lo requiere.
La nueva fiscal tendrá que tomar decisiones importantes sobre las causas abiertas en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo contra el procés.
Bajo su mandato tendrán que redactarse los escritos de acusaciones definitivos sobre los procesados y, si no hay elecciones y nuevo Ejecutivo antes de otoño, el nuevo fiscal estará también al mando durante el juicio que, previsiblemente, se celebrará en el alto tribunal antes de que acabe el año.
Además, los presos preventivos podrían volver a solicitar la libertad provisional y la Fiscalía tendría que pronunciarse.
Los fiscales del Supremo que dirigen la acusación en la causa contra los líderes independentistas han compartido durante estos meses la línea dura del anterior fiscal general, por lo que si su sucesor quiere imponer un cambio de criterio podrá encontrarse con la oposición de aquellos
El nombramiento de Segarra como fiscal general del Estado será sometido a informe del Consejo General del Poder Judicial y al examen del Congreso de los Diputados antes de ser ratificado.
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha subrayado que se trata de una profesional de "reconocido prestigio".
Segarra sustituirá a Julián Sánchez Melgar, quien ha estado solo seis meses en el cargo, al que llegó tras la muerte de José Manuel Maza y que estaba en funciones desde que cayó el Gobierno de Mariano Rajoy.
La futura fiscal jefe pertenece a la Unión Progresista de Fiscales (UPF), de la que también es miembro la ministra de Justicia Dolores Delgado, y se había convertido en la principal candidata a ocupar el cargo, aunque ni ella ni el Gobierno han querido confirmarlo hasta la aprobación del Consejo de Ministros de este viernes.
Segarra, de 55 años, fue nombrada fiscal jefe de Sevilla en 2004 con Cándido Conde-Pumpido al frente de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Desde entonces se ha mantenido al frente de la esta fiscalía provincial andaluza en los dos Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y los de Mariano Rajoy.
Fue renovada por última vez en 2015 bajo el mandato de Consuelo Madrigal en la FGE.
Madrigal fue la primera mujer que ocupó el cargo y Segarra se convierte ahora en la segunda.
En la Fiscalía de Sevilla ha afrontado juicios mediáticos como el de Marta del Castillo además de la coordinación con la Fiscalía Anticorrupción para los ERE e Invercaria.
Nacida en Madrid en 1963, ingresó en la carrera fiscal el 14 de septiembre de 1987 y tuvo su primer destino en Barcelona.
Mujer sobria y de ideas progresistas, a Segarra le gusta mantener un perfil bajo, poco dada a salir en los medios de comunicación, aunque defensora de informar con transparencia cuando la ocasión lo requiere.
La nueva fiscal tendrá que tomar decisiones importantes sobre las causas abiertas en la Audiencia Nacional y en el Tribunal Supremo contra el procés.
Bajo su mandato tendrán que redactarse los escritos de acusaciones definitivos sobre los procesados y, si no hay elecciones y nuevo Ejecutivo antes de otoño, el nuevo fiscal estará también al mando durante el juicio que, previsiblemente, se celebrará en el alto tribunal antes de que acabe el año.
Además, los presos preventivos podrían volver a solicitar la libertad provisional y la Fiscalía tendría que pronunciarse.
Los fiscales del Supremo que dirigen la acusación en la causa contra los líderes independentistas han compartido durante estos meses la línea dura del anterior fiscal general, por lo que si su sucesor quiere imponer un cambio de criterio podrá encontrarse con la oposición de aquellos
El nombramiento de Segarra como fiscal general del Estado será sometido a informe del Consejo General del Poder Judicial y al examen del Congreso de los Diputados antes de ser ratificado.
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha subrayado que se trata de una profesional de "reconocido prestigio".