De esta
manera, la firma italiana se une a Gucci, Michael Kors, Calvin Klein,
Armani o Jimmy Choo que ya han renunciado a este material.
Donatella Versace anunció que su casa de alta costura deja de utilizar pieles en sus productos, según una entrevista con la revista británica 1843, del grupo The Economist, publicada el miércoles.
"No quiero matar animales para hacer moda".
"Eso no me parece bien", añadió la hermana del fundador de la casa de
modas milanesa.
La revista subrayó que se trata de un "cambio de
opinión" de la casa de alta costura: el miércoles, su página web todavía
invitaba a sus clientes a comprar "abrigos decorados con pieles" muy
llamativos.
Hace tiempo, Versace había rechazado imitar a otras marcas
como Armani, Calvin Klein, Hugo Boss, Ralph Lauren o Gucci, que
prohibieron el uso de pieles. La casa italiana fue vivamente criticada
por las asociaciones de defensa de los animales por utilizar pieles
animales, como el visón o el mapache, según la Humane Society
International (HSI), que milita para terminar con el comercio de pieles.
"Versace es una marca de gran influencia que simboliza los excesos del
glamur y su decisión de interrumpir el uso de las pieles muestra que la
moda compasiva nunca había estado tan de moda", consideró Claire Bass,
directora de HSI en Gran Bretaña.
Por su parte, la Federación Internacional de las Pieles se declaró
"decepcionada" y afirmó que "la mayoría de los grandes modistos seguirán
utilizando las pieles pues saben que es un producto natural que se
produce de manera responsable".
El informador Manuel Vilaseró ha relatado
en 'El Periódico' su "hora de intimidad" con la asesina confesa del
pequeño poco después de 'encontrar' la camiseta.
TELECINCO
El periodista Manuel Vilaseró ha relatado, en El Periódico, su experiencia con Ana Julia el pasado 7 de marzo —cuatro días antes de la aparición del cadáver del pequeño Gabriel en su maletero y de la detención de la mujer—.
El informador, amigo de la familia del niño, cuenta en el citado diario
la "hora de intimidad" que pasó "con el monstruo en la habitación de
Gabriel". "El miércoles 7 de marzo recibí una llamada a las 14.30 del mediodía en
la que un compañero me alertaba de que algunos medios audiovisuales
publicaban que la 'madrastra' del niño Gabriel se había derrumbado y
había confesado haberlo asesinado a una patrulla de la Guardia Civil que
se la iba a llevar detenida". Así comienza su relato, a ratos
escalofriante, Vilaseró, quien recuerda que se desplazó a la casa de la
abuela del pequeño en Las Negras, donde se encontró a Ana Julia
adormilada y supuestamente dolorida en el sofá, tras haber recogido la camiseta del pequeño. "Dicen que estás detenida", recuerda el periodista que le dijo, a lo
que la mujer le respondió: "Pues ya ves, he ido al médico, que me ha
recetado ibuprofeno y tranquilizantes. Aquí estoy, sin esposas".
El periodista de El Periódico, quien en todo momento asegura
que intentó no alarmar a Ana Julia, por si realmente era la autora de
la muerte del pequeño, recuerda el momento en el que se sentó en el
suelo junto a su cama y cómo se dispuso a escuchar su narración del
hallazgo de la camiseta. "He pasado todo el día con Ángel —el padre del niño y novio de Ana
Julia—, Manel", le dijo la mujer, quien matizó que era imposible que
ella hubiera colocado la prenda: "Por la tarde Ángel me preguntó, como
solía hacer cada día, 'adonde me vas a llevar hoy a buscar a Gabriel'",
asegura Vilaseró que le dijo Ana Julia. "Cuando vi la camiseta, me volví loca. Me tiré por el terraplén, la
cogí, la estrujé y la olí, y comprobé que llevaba la misma colonia que
yo le había puesto por la mañana", continuó narrando Ana Julia, quien no
escatimó en detalles a la hora de describirle al periodista de El Periódico la desesperación y la angustia del padre en ese momento. Entonces, Ana Julia sentenció: "Manel, tu sabes que es imposible que
yo le hiciera daño a ese niño. Soy su 'madrastra'", exclamó. El periodista reconoce en su relato que salió de la habitación del
pequeño relativamente convencido de la inocencia de Ana Julia, algo que
cambió apenas un par de días después, cuando todo empezaba a apuntar
hacia ella y la Guardia Civil debía confirmar si Ana Julia había
secuestrado al niño. Vilaseró rememora que, entonces, transmitió a Ana
Julia que sus fuentes la descartaban como sospechosa: "Esta vez la
engañada iba a ser ella". SEGUNDO DÍA DE DECLARACIÓN Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz,
ha llegado sobre las 07:00 horas a la Ciudad de la Justicia de Almería
para declarar por segundo día ante juez Rafael Soriano. El juez prorrogó ayer durante 24 horas la detención de la mujer para
realizar nuevas pruebas judiciales, por lo que la arrestada volverá a
responder a las preguntas de Soriano al mediodía, en un nuevo
interrogatorio en el que también participarán el Ministerio Fiscal y sus
abogados. Ana Julia ha llegado a los juzgados en un furgón del Instituto Armado
desde la Comandancia de Almería, en cuyos calabozos ha permanecido
desde que fue detenida el pasado domingo en Vícar tras ser sorprendida
con el cadáver de Gabriel en el maletero de su coche. Esta mañana se practicarán las nuevas pruebas requeridas por el juez,
según ha trasladado a Efe uno de los letrados de Ana Julia, Esteban
Hernández Thiel, quien asegura que su cliente se encuentra "muy
afectada" por lo ocurrido y que mantiene una "actitud colaboradora" con
la justicia, así como que este miércoles ratificó las declaraciones
realizadas a la Guardia Civil. Rafael Soriano, titular del Juzgado de Instrucción 5 de Almería, ha
prohibido la incineración del cadáver del menor por si fuera necesario
practicarle más pruebas.
La
integración se demuestra no presumiendo del inmigrante que salva a un
niño, sino condenándolo cuando lo mata sin señalar su origen o el color
de su piel.
En The NightOf, una serie sobre las
apariencias, un chico estadounidense de ascendencia paquistaní es
acusado del asesinato a cuchilladas de una joven en Nueva York. La joven
es estadounidense sin matizaciones, de esas identidades que no exigen,
por el color de la piel, un informe más detallado. En la serie se enseña
un subtexto interesante: el impacto que tiene para una comunidad
minoritaria el hecho de que uno de los suyos sea sospechoso de
un crimen semejante. La trampa semántica, para empezar, de que
cualquiera pueda ser de los suyos. Es decir: formar parte de un equipo
cuya alineación ni siquiera conoces. La ficción, que puede verse en HBO, deja un par de
conclusiones escandalosas. La primera de todas es que hay gente que
comete un crimen y tiene derecho a responsabilizarse de forma
individual, y otra gente, sin embargo, que no puede cometerlo sin
comprometer a quienes comparten raza, religión, sexo o nacionalidad con
ella. Al igual que le ocurre a un padre con su hijo, es como si dos
millones de personas no pudiesen pegar ojo pensando en que todos se
estén portando bien. Que nadie de su país pueda estar asesinando a una
chica haciéndoles la vida más difícil a todos, quién sabe si provocando
el acoso, la agresión o la expulsión del país. Una de las lecciones prácticas más maravillosas que se dio
en España sobre nacionalidades ocurrió cuando el esquiador español
Johann Mühlegg fue bautizado Juanito en sus días de gloria y
empezó a recordarse que era alemán y se llamaba Johann cuando dio
positivo y le quitaron la medalla. Aquello fue tan turbador que apenas
duró unos días: por una vez la vergüenza se abrió paso. Más prolongados
en el tiempo son los casos de personajes públicos con los que las
diferencias ideológicas, por ejemplo, se exhiben recordándoles siempre
su país de origen. Eso es el racismo. Del mismo modo que la libertad de expresión de un país se demuestra
tolerando lo que ofende, su voluntad integradora lo hace no presumiendo
del inmigrante que se lanza al mar para salvar a un niño, sino
condenándolo cuando lo mata sin necesidad de señalar su origen o el
color de su piel como agravantes. Por la razón tan delicada y conocida
de que un agravante convierte en atenuante lo que deja atrás; quien hace
hincapié en que una asesina es negra y le recuerda su país de origen,
lo que está diciendo es que si eres blanco y español tienes unos
privilegios que no desaparecen ni cuando matas a un niño. Entre ellos,
el de que solo te achaquen el crimen. Como si fuera poco.
En su Valladolid natal, la actriz Concha Velasco ha anunciado este miércoles su retirada de los escenarios. Ha sido durante la presentación de la obra El funeral, que dirige su hijo Manuel Marsó Velasco y que se estrenará mañana, jueves, en la ciudad pucelana. "Pienso
que me voy a despedir con esta obra, tengo 78 años y me voy a cortar la
coleta", ha afirmado en la rueda de prensa de la obra la intérprete,
nacida en 1939. Este sábado, la artista recibirá la Medalla de Oro de la Ciudad, concedida por el Ayuntamiento de Valladolid.