Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

12 feb 2018

A lo que se atreve Javier Marías....................... Por JUAN CRUZ

Si lo digo yo nadie me hace caso.....pero si lo dice Juan Cruz AHHHH!!!! es otra cosa.

Peligra la libertad de decir, de expresar. Peligra la libertad, triunfa el griterío que ampara el lugar común.

Javier Marías, escritor, colaborador del EPS y académico de la Real Academia de la Lengua, en su despacho, en 2016.
Javier Marías, escritor, colaborador del EPS y académico de la Real Academia de la Lengua, en su despacho, en 2016.
Javier Marías hacía volantines de chico, en el Paseo de la Castellana.
 Entretenía a los transeúntes y ponía en peligro su cabeza. 
Sus amigos veteranos, Juan Benet, Juan García Hortelano, tutelaban su exposición pública.
 Hasta que se hizo mayor, y eso fue muy pronto, empezó a escribir novelas y se dejó de volantines.

Ahora ejerce Javier Marías un oficio más peligroso: opina en público.
 Sus artículos en EL PAÍS, que ahora aparecen en forma de libro como suele hacer en recopilaciones sucesivas, son tan polémicos como la libertad, derecho público cuyo ejercicio gusta sobre todo cuando favorece a quienes lo aplauden.
Marías ya vivió en peligro cuando hizo volantines, está su cabeza acostumbrada a superar las contrariedades del aire cuya dirección marcan los tiempos
Como hacía aquellas noches de su primera juventud, el joven Marías (así lo llamaban Benet y Hortelano) camina a contracorriente.
 En sus años de peligro físico caminaba al revés que todo el mundo, con los pies al aire, arriesgando cabeza y extremidades.
Ahora va también a contracorriente, postura que se ha convertido en un modo de ser, y de estar.
 Si no le gusta un poeta lo dice, y si no le gusta un político lo dice también. 
Y si no le gustan las costumbres, el ruido, por ejemplo, de Madrid, lo dice tantas veces como le haga falta.
A todo ello se ha añadido últimamente (aunque no tan últimamente: es así desde niño, por eso hacía volantines) su díscolo desdén por el lugar común, por ponerse en pandilla. 
Todo aquello que le suene a tópico, a ya sabido, a poco digerible, Marías lo tacha y esa tachadura la lanza como opinión, a veces para diatriba pero muchas veces también para que lo dejen en paz de gaitas, y por ello recibe mandobles a todo pasto.


La última vez que lo pusieron a parir fue ahora mismo, este último fin de semana.
 Se le ocurrió algo que ahora se dice en voz baja y en las intimidades que parecen eco de las catacumbas: ¿no nos estaremos pasando con este nuevo lugar común, según el cual las mujeres no están nunca bajo sospecha, que son los hombres los que han de ser quemados en la hoguera sin consulta previa pues el mundo se divide entre buenos y malos y los malos ya se sabe que son los hombres?
 Y, como tituló Francisco Umbral el libro que escandalizó Barcelona en los años 60, Dios la que se armó.
Por oficio, me acerqué a algunos comentarios de Twitter y vi que Marías era el diablo. 
También observé que, cómo no, era el diablo el periódico EL PAÍS por publicar a Marías. 
Algunos presentes en esos debates que no son tales se atrevían a sugerir que quizá tenían que leer todo el artículo, o parte de él, para estar seguros de que estaban opinando acerca de lo que decía Marías o de lo que ellos creían que podía haber dicho el autor de Berta Isla.
  Pues en otras ocasiones por una línea y media, mal reproducida por los interesados en tergiversar, a Marías lo colgaron bocabajo, postura que ya ensayó él mismo cuando hacía volantines. Peligra la libertad de decir, de expresar. 
Peligra la libertad, triunfa el griterío que ampara el lugar común.
 Lo único bueno de toda esta historia es que a Javier Marías no lo van a callar.
 Ya vivió en peligro cuando hizo volantines, está su cabeza acostumbrada a superar las contrariedades del aire cuya dirección marcan los tiempos.

 

 

El tremendo corte de Lydia Bosch a Toñi Moreno

La actriz ha estado en el programa 'Viva la vida' promocionando su nueva serie 'La Verdad'.

Viva la vida
Lydia Bosch y Elena Rivera han estado este domingo en el programa de Telecinco Viva la vida, presentado por Toñi Moreno, para promocionar su nueva serie La verdad, que se estrenará el próximo miércoles, 14 de febrero.
Toñi Moreno le ha preguntado a Bosch por su papel en la serie. "Bueno, el una madre...", ha empezado a responder la actriz dubitativa. 
Pero la presentadora no se ha conformado con la escasa contestación y ha vuelto a preguntar. "Pero, ¿cómo es interiormente? ¿Es feliz?", ha insistido.
"Mira, ¿sabes qué me pasa? Que yo odio contar las cosas de la serie. Me enfada mucho", ha confesado Bosch.
Viva la vida
"Oye me acabas de dar un corte. ¡Zasca!", ha exclamado Moreno.
"Escuchadme una cosa", ha dicho la presentadora dirigiéndose al público del programa.
 "Hacía tiempo que nadie me daba un corte como el que me acaba de dar", ha señalado Moreno.
Es una pesada esa Toñi Moreno, un programa aburridisimo para unas tardes de fin de semana, ella va de guay pero es un plomazo.
Viva la vida
Lydia Bosch ha abrazado a la presentadora entre risas y después ha rectificado su respuesta. 
"Cuando hay que hacer promoción, yo soy muy mala porque o lo cuento o no lo cuento. 
Y hay tramas y personajes de los que no puedo contar mucho", ha explicado la actriz.





 

11 feb 2018

Michael Haneke: “El movimiento #MeToo se ha convertido en una caza de brujas”

El cineasta austriaco considera que esta 'revolución femenina' genera un nuevo "puritanismo" que daña la creación.

El director austriaco Michael Haneke.
El director austriaco Michael Haneke. AFP

 



El cineasta austríaco Michael Haneke, doble ganador de la Palma de Oro en Cannes, considera que el movimiento #MeToo (Yo también), que a lo largo de los últimos meses ha logrado unir a miles de mujeres que alguna vez han sido acosadas para denunciar los abusos sexuales que sufrieron, se ha convertido en una "caza de brujas" que genera un nuevo "puritanismo" que daña la creación.
  "Me preocupa este nuevo puritanismo, impregnado de odio hacia los hombres, que nos llega en la estela del movimiento #MeToo", ha dicho el director de cine, autor de películas como La pianista (2001) o Funny Games (1997), en una entrevista al diario austriaco Kurier esta semana.
Para el director de La cinta blanca (Palma de Oro, 2009) o de Amour (Palma de Oro y un Oscar en 2012), que no ha sido objeto de ninguna acusación, "cada aluvión de críticas que generan estas revelaciones, incluso en los foros Internet de diarios serios, envenena el clima en el seno de la sociedad". 
 Haneke considera que este ambiente de "caza de brujas hace cada vez más difícil un debate sobre este tema [el acoso sexual] tan importante".
El movimiento #MeToo, al que se refiere Haneke, comenzó a principios del pasado octubre, después de que apareciesen los primeros titulares sobre que el gigante de Hollywood Harvey Weinstein era destituido de su empresa tras la publicación, por parte de The New Yorker y The New York Times, de un cúmulo de acusaciones de acoso sexual supuestamente cometidos durante décadas y silenciados a golpe de talonario.
 El estruendo provocado por los testimonios de artistas famosas contra Weinstein —Ashley Judd, Mira Sorvino, Angelina Jolie o Gwyneth Paltrow— desencadenó un enorme terremoto en Estados Unidos que se ha sentido en todo occidente y que ha ido derribando, en cascada, a un rosario de hombres poderosos, semidioses en sus respectivos gremios.
 Un seísmo que ha animado a cientos de miles de mujeres anónimas han roto el silencio y se han lanzado a compartir sus propios casos de abuso.
El fenómeno ha alumbrado un potente movimiento contra el machismo y el acoso sexual, pero también han surgido voces discrepantes, como la de Haneke, que está preparando una serie de 10 capítulos titulada Kelvin's Book. 
Sin embargo, la que más revuelo causó fue la de un colectivo francés, formado por un centenar de artistas e intelectuales, que creó un manifiesto opuesto al clima de "puritanismo" sexual que habría desatado el caso Weinstein.
 La tribuna fue publicada en el diario Le Mondefirmada por conocidas personalidades de la cultura francesa, como la actriz Catherine Deneuve, la escritora Catherine Millet, la cantante Ingrid Caven, la editora Joëlle Losfeld, la cineasta Brigitte Sy, la artista Gloria Friedmann o la ilustradora Stéphanie Blake.
 


"Como artista, uno empieza a estar confrontado al miedo ante esta cruzada contra cualquier forma de erotismo", ha afirmado Haneke. Según él, ''El imperio de los sentidos, de Oshima, una de las películas más profundas sobre la sexualidad, no podría filmarse hoy".Y ha añadido: "Desde luego, cualquier forma de violación o abuso sexual debe ser sancionado. Pero esta histeria y las condenas sin proceso a las que asistimos hoy me parecen repugnantes", ha agregado el cineasta, de 75 años.


Condenan a Matthias Khün, novio de Normal Duval, por obras ilegales en su islote

El empresario ha sido condenado a seis meses de prisión e inhabilitado dos años como promotor. 

Tendrá que pagar 5.580 euros de multa

Matthias Khün y Norma Duval.
Matthias Khün y Norma Duval. CORDON PRESS