Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 feb 2018

La concesión de créditos al consumo vuelve al nivel previo a la crisis

La banca dio en 2017 más financiación para comprar bienes duraderos que para adquirir viviendas.

El consumo de las familias alienta desde hace cuatro años la recuperación. 
En paralelo a la creación de empleo, el gasto de los hogares no deja de crecer, pese a que los salarios son los últimos en salir de la crisis.
 Con el ahorro doméstico bajo mínimos, el recurso a la deuda es cada vez mayor.
 Y la banca, hambrienta de rentabilidad, redobla su apuesta por el préstamo al consumo, con tipos cercanos al 8%. 
 En 2017, la concesión a las familias de créditos para este tipo de gasto alcanzó los 43.148 millones, el mayor aporte de financiación en una década.
 Más incluso que lo destinado a nuevas hipotecas, algo insólito.

Los datos publicados por el Banco de España la semana pasada reflejaban que familias y empresas siguen reduciendo deuda, pero a un ritmo cada vez más lento
 Nuevos datos, también del supervisor financiero, permiten leer la estadística desde otro ángulo: la concesión de préstamos a las familias, singularmente al consumo, crece de forma sostenida.
El valor de los nuevos préstamos al consumo enlaza ya un lustro al alza, con tasas de crecimiento de dos dígitos; en 2017, el aumento anual fue del 18,5%. 
Un repunte que sitúa a esta línea de préstamo —para compra de automóviles, muebles, electrodomésticos o viajes, incluyendo el saldo al cierre del año de las tarjetas de crédito con pago aplazado— por encima del crédito concedido para la adquisición de vivienda (43.138 millones frente a 38.862 millones).
En este anómalo sorpasso, pesa tanto o más el bajo nivel del préstamo hipotecario como la pujanza de la nueva financiación al consumo. 
La concesión de créditos para comprar casa también ha crecido en los últimos cuatro años, pero de forma más moderada (un 3,65% en 2017). Y sigue lejísimos de los registros del boom inmobiliario, cuando se superaba con holgura los 150.000 millones de financiación nueva al año.
 El nuevo crédito para consumo suma ya más que lo que las familias devuelven por préstamos concedidos con anterioridad.
 Así, la deuda acumulada por este tipo de compras y por lo que el Banco de España define como “otros fines” —que incluye préstamos a autónomos o empresarios individuales— ha vuelto a crecer en los últimos tres años (de 162.000 a 174.000 millones).
 En la compra de vivienda ocurre lo contrario: la amortización de deuda suma más que los nuevos créditos y el saldo vivo de los préstamos acumulados por las familias sigue a la baja (520.000 millones, un 2,4% menos que en 2016).
En el llamativo aumento del crédito al consumo —solo hubo un respaldo financiero de mayor calibre entre 2005 y 2007— intervienen varios factores. 
Por el lado de la banca, la inyección masiva de liquidez por el Banco Central Europeo, la fijación del tipo de interés de referencia en el 0% y las penalizaciones impuestas por el supervisor a los que no presten han llevado a las entidades a disponer de mucho dinero. 
Y también, a afrontar serias dificultades para sacarle partido. 

Ahorro bajo mínimos

En la demanda de crédito para financiar compras, se aprecian las dos caras de la recuperación. 
La notable creación de empleo en los últimos años y la mejora de las expectativas impulsan el consumo.
 Pero, singularmente en el gasto en bienes duraderos, todavía no se ha alcanzado el nivel previo a la crisis.
 Y, sobre todo, la recuperación se asienta en salarios bajos (de los que han encontrado empleo ahora) o casi congelados (de los no lo perdieron en la crisis).
La consecuencia es que la tasa de ahorro ronda mínimos históricos (un 6% de la renta disponible de las familias).
 Y, para mantener el aumento del gasto, los hogares cada vez se endeudan más.
 “La tasa de morosidad de estos préstamos ha crecido ligeramente, hasta el 8,9%, pero está en consonancia con la morosidad total de la cartera crediticia”, matiza CaixaBank Research, ante las dudas que suscitan los datos sobre si esta tendencia es sostenible.

 

Superaburrido el programa "En mi casa o en la tuya""

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha explicado en el programa de Bertín Osborne qué le ha quitado el sueño y ha expresado su opinión sobre sus principales rivales políticos.

¿Que pintaba ahí Mariñas? 

Habló de todo no paró de hablar y al final todo fue para hacer unos bocatas de Calamares.....no me quedó muy claro que hizo ella.

Foto: Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)

Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)
 
Dispuesta a marcar la diferencia con el resto de políticos de nuestro país, Cristina Cifuentes ha visitado a Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’ este lunes, 5 de febrero, en Telecinco.
Bertín Osborne ha comenzado recordando que es la segunda vez que se sienta con una presidenta de la Comunidad de Madrid. "No sé cuál de las dos es más cañera", ha indicado el presentador, en referencia a Esperanza Aguirre.
Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)
Bertín Osborne y Cristina Cifuentes. (Telecinco)
Precisamente, la presidenta ha comenzado dando 'caña feminista': “El trabajo tradicional de nuestras madres amas de casa está infravalorado y hay que reivindicarlo”, ha dicho peleona Cifuentes, que ha insistido en la presión a la que están sometidas las mujeres, especialmente de su generación.
Cifuentes, la séptima de ocho hermanos, se ha reconocido como "el patito feo" de sus hermanos. 
"Hay muchas personas que necesitamos caricias y cariño, y yo lo necesitaba", ha explicado con relación a su infancia. "En mi casa nos han educado de una manera muy estricta. Yo era muy rebelde de pequeña. Me decían a las diez en casa y siempre me pasaba", ha relatado.
Además, Cifuentes ha explicado que vivió la movida madrileña en Malasaña, que se hizo varios agujeros en la oreja -motivo de luchas en casa- y que se cambiaba de ropa en el portal en los años ochenta.
 “Por eso es difícil encontrar fotos mías de esa época, por los pelos que llevábamos”.
He tenido novios muy de izquierdas. Nunca me ha importado”, ha declarado la presidenta de la Comunidad de Madrid, que además ha recordado que su padre enfermó de alzhéimer.
 "Fue muy difícil, porque ves cómo una persona se convierte en otra". "Yo sé que el amor existe para toda la vida porque lo he visto", ha dicho convencida recordando la relación de sus padres. 

Osborne y Cifuentes. (Telecinco)
Osborne y Cifuentes. (Telecinco)
La presidenta va a cumplir 30 años de casada con su marido, Javier, que siempre la ha conocido metida en política.
 El arquitecto ha sufrido las consecuencias de la crisis económica hasta el punto de conocer la ruina, según ha explicado Cristina Cifuentes, aunque ha reconocido que gracias a su papel de funcionaria nunca les ha faltado para comer. 
“Yo no necesito mucho para vivir”, ha narrado.

 "Cuando Javier pasó dificultades económicas en algunos medios de comunicación le machacaron.
 A mi hija la han llegado a investigar en redes sociales, a mi hermano igual. 
A la familia hay que protegerla de todo eso. Cuando era delegada del Gobierno no te llegas a imaginar las barbaridades que me decían en redes sociales", ha indicado la presidenta, aunque ha insistido en que deja de hacer daño en el momento en el que te deja de importar. 
“Ahora ya no tengo a nadie bloqueado en Twitter”.
Cifuentes ha tenido también la ocasión de explicar el famoso vídeo del escrache al que fue sometida cuando era delegada del Gobierno
“Había una persona que me decía: sal corriendo que te matan. 
Pero yo me negué a salir corriendo. Fue una situación difícil. 
Mi hijo lo estuvo viendo desde el balcón. Cuando llegué a casa estaba llorando y me decía que se sintió impotente. Este escrache me lo hicieron cuando no se sabía lo que era un escrache”.

El pederasta de Ciudad Lineal, su peor momento

El pederasta de Ciudad Lineal ha sido otro de los puntos de los que ha hablado Cristina Cifuentes:
 “Ese ser me quitó el sueño. La policía me decía que probablemente a la próxima niña la mataría. 
Lo peor como delegada del Gobierno fue cuando el pederasta secuestró a una niña y tuve que llamar a su padre. 
También la mayor satisfacción fue llamarle para decirle que lo habían detenido gracias a él, por un dibujo que hizo”, ha recordado.

Cifuentes, Mariñas y Osborne. (Telecinco)
Cifuentes, Mariñas y Osborne. (Telecinco)
Además, la presidenta ha dedicado unos minutos al tema del accidente de moto que sufrió en el paseo de la Castellana. “Me llevó un coche por delante, salí por los aires.
 Estuve a punto de morir varias veces. Me salvó la vida el Samur, tenía 13 fracturas de costillas y el corazón traumatizado. 
La experiencia en la UCI marca un antes y un después. Se aprende porque aprendes a relativizar.
(No para de hablar sobre ella , no para)
Lo peor no es el dolor. Lo peor es el miedo.
 Cuando le pierdes el miedo a la muerte se lo pierdes a todo”, ha reflexionado la política del Partido Popular. 
Su voz no es agradable.

La visita de Mariñas

Cifuentes ha reconocido que a ella el poder no le engancha, porque "cuando esto termine mi vida seguirá siendo la misma".
 Finalmente, ha llegado su gran amigo, Jesús Mariñas, con el que ha reconocido que se ha sentido sola en su propio partido político.
Cristina Cifuentes no ha tenido complejos a la hora de comentar con Bertín Osborne y Jesús Mariñas temas de la prensa del corazón, y la hemos podido escuchar hablar de 'Tómbola' y de Julio Iglesias
 "El mundo del corazón es un mercado que también tiene mucha demanda", ha comentado Cifuentes al tiempo que se comía un bocadillo de calamares, aunque ha reconocido que no va a la playa para que no le hagan fotos. 
 "Tendría que volver a nacer para ser una ovejita más dentro de un rebaño", ha sentenciado.

 

‘Saturday Night Live’ parodia a Catherine Deneuve y Brigitte Bardot: “Liberad a Harvey”

Kate McKinonn y Cecily Strong imitan a las actrices francesas para reírse de su carta contra el #Metoo.

 

Kate McKinnon y Cecily Strong como Brigitte Bardot y Catherine Deneuve.
Kate McKinnon y Cecily Strong como Brigitte Bardot y Catherine Deneuve.

Las actrices Brigitte Bardot, de 83 años, y Catherine Deneuve, 73, se han convertido sin quererlo en inesperada pareja cómica tras su alegato contra el #MeToo, el movimiento nacido de las denuncias de acoso sexual aparecidas tras el escándalo alrededor del productor Harvey Weinstein.
 Así las ha retratado al menos el veterano programa de sketches Saturday Night Live (SNL) en su episodio de esta semana, con Kate McKinnon y Cecily Strong transformadas en las veteranas intérpretes francesas
Pero dan a entender que esas actrices están ahí por ceder a los encantos de ese señor Weinstein, y ¿Por qué no lo denunciaron antes de hacer las películas? 
Un hombre es un hombre. Una mujer es una mujer. Y el resto son homosexuales.
 ¡Liberad a Harvey Weinstein! Eso sí que es un hombre de verdad", grita durante su intervención la Bardot de McKinnon, actriz conocida por interpretar a Hilary Clinton, Justin Bieber o la asesora de Trump Kellyanne Conway.
 SNL retrata a la protagonista de Y dios creó al hombre como un personaje senil que se queda mirando fijamente a la nada y a la que Catherine Deneuve tiene que controlar: 
"Me encantan los homos. Mis únicos amigos eres tú, Catherine, los pájaros y los homos" o "¿Por qué tenemos pechos la mujer?
 Para que los agarre un hombre y diga: 'ven, conmigo" son algunas de las corrosivas citas del personaje. 

La parodia llega después de que Bardot diera su opinión sobre el manifiesto que firmaron Catherine Deneuve y un centenar de personalidades francesas contra el #MeToo: “La violación es un crimen.
 Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista”, decía el escrito.
 Bardot, acusada en numerosas ocasiones de racista, homófoba y xenófoba (lo que le ha llevado a juicio), fue más allá:
 “Hay muchas actrices que provocan a los productores para conseguir un papel.
 Después, para que se hable de ellas, dicen que sufrieron acoso”, aseguró.
 Las declaraciones esa vez no eran una parodia.

"En Francia es importante que cuestionemos todo.
 No quiero que los hombres de verdad desaparezcan", explica la Deneuve ficticia, que, sin embargo, se muestra más cabal que su compañera.

 "No estés nervioso. No te vamos a desalentar por ser hombre", dice el personaje al presentador de las noticias de SNL, Colin Jost
Tras la oleada de críticas suscitadas por el manifiesto que defendía el “derecho a importunar” de los hombres y en contra del “puritanismo”, la actriz también pidió en la vida real disculpas ante las víctimas de agresiones sexuales.

"Creo que lo hemos aclarado. Las dos somos francesas. Brigitte es una francesa muy vieja y muy equivocada", trataba de zanjar la Deneuve falsa. 
"Tú también eres vieja, zorra", respondía Bardot.

El verdadero amor de Wallis Simpson no fue Eduardo VIII

Andrew Morton, quien consiguió suculentas confesiones de lady Di, cuenta la traición de la estadounidense al rey que abdicó por ella.

Los duques de Windsor, Eduardo VIII y Wallis Simpson, en una imagen de los años 40.
Los duques de Windsor, Eduardo VIII y Wallis Simpson, en una imagen de los años 40. Getty

 Siempre los vi como una relación cómplice, ella ni guapa ni elegante pero con muchos contactos con hombres a los que con ella les unía una buena amistad y ella recibía sustanciosos medios para vivir como una Reina y él hacer lo que realmente le gustaba y que siendo Rey no podía.

El gran amor de Wallis Simpson no fue Eduardo VIII, el rey que acabó abdicando para casarse con aquella ambiciosa americana dos veces divorciada, sino un plebeyo al que persiguió sin éxito incluso ya convertida en duquesa de Windsor. 
Así lo sostiene Andrew Morton en una nueva biografía sobre la mujer que, después de originar una grave crisis constitucional en Reino Unido, estuvo dispuesta a despreciar al hombre que había renunciado al trono por ella
Y si no lo hizo fue solo porque no pudo.
El libro de Morton, el periodista que en su día logró arrancar comprometidas confesiones a lady Di sobre su tumultuosa relación con el príncipe Carlos, se encara ahora a una figura que resulta especialmente y dolorosa para la monarquía británica. 
Bessie Wallis Warfield, luego apellidada Spencer y más tarde Simpson a resultas de sus dos primeros matrimonios, inició una polémica relación con el príncipe de Gales cuando todavía no se había divorciado de su segundo marido. 
Eduardo, tío de la actual soberana Isabel II, anunciaba su abdicación el 11 de diciembre de 1936, tan solo 11 meses después de suceder a su padre, Jorge V. 
Y lo hizo por el amor de una mujer que en el fondo no le correspondía, sostiene el autor de la obra.

Wallis Simpson y el duque de Windsor el día de su enlace en el castillo de Candé en junio de 1937. A la izquierda de la pareja, Herman Rogers y, a la derecha, el mayor E. D. Metcalf.
Wallis Simpson y el duque de Windsor el día de su enlace en el castillo de Candé en junio de 1937. A la izquierda de la pareja, Herman Rogers y, a la derecha, el mayor E. D. Metcalf. Bettmann Archive
La obsesión amorosa de Wallis se llamaba Herman Rogers, un apuesto y atlético estadounidense formado en la Universidad de Yale y poseedor de una gran fortuna.
 Él fue el gran amigo en el exilio de los duques de Windsor que, durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó a la pareja a encontrar un segundo domicilio en la capital francesa para sus escapadas parisinas desde el chateau de la Riviera en el que acabaron instalados.
 Durante aquellos años se erigió en el principal confidente de la duquesa, quien solía contarle sus frustraciones por aquel retiro forzado o por la negativa de la corte británica de concederle el tratamiento de “su alteza real”, aunque siempre lo hizo en compañía de su esposa, Katherine.
A la muerte de esta, en 1949, Wallis vio su oportunidad de acercarse todavía más a su adorado Herman, siempre según la versión de libro de Morton tras entrevistar a algunas personas conocedoras de lo que acontecía en el círculo de los Windsor en Francia.
 En su camino se interpuso otra dama asidua a los actos sociales de la Riviera que también estaba especialmente interesada en el millonario americano.
 Y Lucy Wann aprovechó una visita de la duquesa a EE UU para seducirle. 
 “Las dos querían a Herman y se convirtieron en enconadas rivales”, ha relatado al periodista la nuera de Lucy, Kitty Blair, sobre la tensión latente entre ambas.
Wallis Simpson, con Isabel II y el príncipe Carlos de Inglaterra en París, en 1972.
Wallis Simpson, con Isabel II y el príncipe Carlos de Inglaterra en París, en 1972. Getty
“No hagas nada hasta mi regreso”, rezaba el telegrama que Wallis remitió a Rogers, con la firma “tu ángel de la guarda”, tras enterarse de que iba a casarse con Lucy.
 No pudo evitarlo, pero obsequió a la nueva pareja con el desaire de presentarse en su boda cuando todos los invitados ya habían abandonado el festejo. 
Wallis y Eduardo regalaron al novio, su querido amigo, una bandeja de plata con el anagrama de los Windsor.
 A Lucy, un bolso de paja que ella misma definió como el típico regalo que se destina a una sirvienta.
 “Te hago responsable de lo que pueda pasarle a Herman. Es el único hombre al que de verdad he querido”, le espetó la duquesa a la recién casada, según el relato de Kitty Blair.
 La aludida respondió triunfante a Wallis: “Tú has conseguido a tu rey, pero yo he conseguido a Herman”.
 La mujer que al entender de Eduardo bien merecía el precio de un trono se ha ganado con la biografía de Morton el nuevo adjetivo de ingrata.
Más bien barriobajeras las dos mujeres.
Y ¿se creen que el Rey estaba cazando musarañas? no se llevaría la mejor tajada de Herman a espaldas de esas dos cazafortunas? 

El perfil más sombrío

Incluso antes de su matrimonio con el duque de Windsor en junio de 1937, Wallis ya no era en privado la enamorada devota que protagonizó el supuesto romace del siglo. 
Eduardo fue siempre el objeto de sus burlas y críticas por su decisión de renunciar al trono, frente a la ambición de su pareja de erigirse algún día en reina. 
El libro describe el perfil más sombrío de una mujer de lengua afilada y temperamento salvaje que sin embargo permaneció al lado del rey destronado hasta su final, en 1972.
 Le sobrevivió otros 14 años.