Las entidades apuestan este año por quitar algunas comisiones, hacer descuentos, el 'contactless’ o el pago móvil.
En los primeros nueve meses del año pasado, la cantidad de tarjetas de crédito circulantes
en España ha crecido en más de tres millones de unidades hasta alcanzar
los 51,7 millones.
“2017 será un ejercicio récord porque es probable
que, cuando se conozcan los datos del último trimestre, se constate que
en un solo año el parque ha aumentado en cuatro millones de tarjetas”,
afirma el experto en finanzas del comparador bancario iAhorro, Antonio
Gallardo.
La suma acumulada de tarjetas de crédito y de débito a cierre de septiembre era de 78,4 millones de plásticos, lo que equivale a un incremento del 6,5% en un año.
Otra señal de la creciente popularidad de este medio de pago es que ya
en 2016 el volumen de compras con tarjeta en los comercios (124.406
millones de euros) superó el efectivo que se sacó de los cajeros automáticos (118.275 millones), según el Banco de España. Y en el segundo semestre del año pasado, lo gastado en tiendas con tarjeta creció el doble
(un 9,34%) que el dinero retirado de los cajeros (un 4,7%).
Por si
fuera poco, Bankinter Consumer Finance —la filial de crédito al consumo
del banco que dirige María Dolores Dancausa— calcula que en 2017 el
importe medio en las compras por internet de los usuarios de
tarjetas ascendió a 877 euros, lo que supone un aumento del 12% con respecto al año anterior.
Pese a estos datos, en opinión de Gallardo ya
afloran “los primeros síntomas de agotamiento”, lo que tendrá algunas
consecuencias que pueden afectar a los que utilizan esta herramienta.
Un éxito menguante
El potente desarrollo que ha caracterizado el
mercado de las tarjetas bancarias en los últimos años se explica, sobre
todo, por la entrada con fuerza de nuevos operadores y por el
fortalecimiento de los ya existentes.
Bankintercard, WiZink y Evo Banco son solo tres de los ejemplos que ofrece Gallardo al respecto.
“Hasta ahora, el reclamo principal de los
nuevos era el mayor crédito que ofrecen en comparación con los bancos
clásicos: alrededor de unos 5.000 euros contra los 1.500 o 2.000 euros
del circuito tradicional”, argumenta el experto.
La contratación de
estas tarjetas de última generación, además, no implica la necesidad de abrir una cuenta en las entidades que las emiten.
De esta manera, estos operadores han podido llegar a nuevos segmentos
de clientes que, según Gallardo, han vuelto a ser rentables y solventes
“gracias a la recuperación económica”.
Este atractivo, sin embargo, empieza a perder
brillo, hasta tal punto que en los próximos meses se asistirá a un
incremento de promociones e incentivos para conquistar a nuevos usuarios
o fidelizar a los demás, según este experto.
Comisiones cero y descuentos directos e indirectos
Ninguna comisión para contratar una tarjeta: “Es como atraen clientes la mayoría de los plásticos
que permiten domiciliar los pagos en cualquier entidad financiera”,
argumenta Gallardo.
Esta estrategia se popularizará aún más este año, y
será más común también entre los operadores tradicionales.
Asimismo, las entidades ahondarán en los
llamados descuentos cruzados, una ventaja muy desarrollada por parte de
muchos emisores de tarjetas, especialmente las que se comercializan bajo una determinada marca,
ya sea de gasolina, de telefonía, u otra.
Lo que típicamente se ofrece
en estos casos son descuentos que se aplican a distintos servicios o
compras.
“Por ejemplo, las compras que realices con una tarjeta generan
un saldo que puedes emplear para repostar combustible o reducir la
factura de tu teléfono móvil”, explica Gallardo.
El último incentivo sobre el que insistirán
los operadores de tarjetas este año son los descuentos directos, un
reclamo muy utilizado antes de la crisis y que perdió mucho fuelle
posteriormente.
En este caso, “todas las compras efectuadas a través de
una tarjeta en un determinado período hacen que acumules descuentos que
luego se restan en las compras del periodo siguiente”, señala Gallardo.
Para conseguir mayores volúmenes y fidelizar al cliente, la tarjeta
Carrefour Pass ya ofrece el 1% de descuento incluso fuera de sus
establecimientos.
Otro ejemplo de ello: la Visa del Club FNAC que
comercializa CaixaBank descuenta un 0,5%.
El 100% de las tarjetas será ‘contactless’
El futuro de las tarjetas estará cada vez más
marcado por la evolución de la tecnología.
El director general de
Bankinter Consumer Finance, Alfonso Sáez, destaca que la práctica
totalidad de las tarjetas físicas terminarán siendo contactless,
es decir, permitirán pagar por simple acercamiento al TPV, sin la
necesidad de insertarlas en el aparato. De hecho, “la entidad que no
tenga el 100% de su parque de tarjetas adaptado a esta tecnología,
perderá cuota de mercado”, afirma.
Todos los expertos consultados coinciden en que este año crecerá el uso de plataformas móviles o wallets como Apple Pay o Samsung Pay.
“Esta es la dirección en la que se está moviendo el mundo de los pagos:
más que en nuevos productos de tarjetas, en ofrecer soluciones para los
pagos en el comercio electrónico y por móvil”, subraya el responsable
de hipotecas y financiación al consumo de Deutsche Bank, Luis Marquet.
“El año pasado se disparó el lanzamiento de soluciones, y observamos que
este año se está extendiendo y popularizando su uso”, concluye.