Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 ene 2018

La crecida del Sena obliga a cerrar parte del Louvre

Los Museos d'Orsay y de l'Orangerie también ponen en marcha un plan de contención y trasladan obras a zonas con menor riesgo.

Un hombre transporta a un pasajero en un bote en el desbordado río Sena, París (Francia) este 25 de enero de 2018. 
Un hombre transporta a un pasajero en un bote en el desbordado río Sena, París (Francia) este 25 de enero de 2018. EFE
La crecida del río Sena de París, que ese jueves ha superado el umbral de los 5,40 metros de altura sobre su nivel de referencia, ha obligado a cerrar vías de circulación, infraestructuras de transporte público e incluso una parte del museo del Louvre
El río, que se ha desbordado en algunos tramos a su paso de París, sigue subiendo de nivel y lo continuará haciendo hasta el fin de semana cuando podría llegar a un máximo de seis metros.
Un total de 23 departamentos del centenar que hay en Francia, todos ellos en la parte norte y noreste del país, estaban el jueves en alerta naranja, la segunda más elevada, por riesgo de crecidas de ríos, sobre todo en la cuenca alta del Ródano y en la del Sena, según el mapa de los servicios meteorológicos Météo France. 
El Museo del Louvre decidió este miércoles cerrar el nivel bajo del departamento de Artes del Islam al menos hasta el próximo domingo "con carácter preventivo" ante la posible subida del río en la capital.
 "Una unidad de crisis está monitoreando la situación en tiempo real", aseguró el museo en un comunicado.
Los Museos d'Orsay y de l'Orangerie también han puesto en marcha un plan de contención y han trasladado obras a zonas con menor riesgo.
 El Sena se elevó tanto que los botes fluviales no pueden pasar por los antiguos puentes que rodean la catedral de Notre Dame.
 A los turistas y lugareños se les ha aconsejado alejarse de las orillas por temor a ser atrapado por remolinos de agua.

Estaciones de trenes cerradas y líneas interrumplidas

Seis estaciones de trenes ubicadas cerca del río, incluido Saint Michel en el Barrio Latino que atrae a muchos turistas, también se han visto obligadas a cerrar.
 El Ayuntamiento señaló que también ha cerrado algunos jardines próximos al Sena, como el de la Isla de los Cisnes o el de Tino Rossi, Además, recomendó a los habitantes que no almacenen bienes de valor en las bodegas o en subterráneos, ya que podrían resultar dañados por la subida del nivel.
De forma preventiva está interrumpido al menos hasta mañana el servicio del RER C, una de las líneas de trenes de cercanías de la ciudad en un tramo que discurre paralelo al río, entre las estaciones de Boulainvilliers y Saint Michel.
Por ahora el Sena está lejos de alcanzar el récord de 1658 cuando rozó los nueve metros.
 En el siglo pasado, en 1910, las aguas subieron hasta 8,62 metros dejando a grandes partes de la capital francesa inundadas.

 

Wilder Penfield, topógrafo del cerebro y mago de la epilepsia

El neurocirujano canadiense estimuló con impulsos eléctricos el córtex temporal de pacientes conscientes y logró evocar en ellos emociones y recuerdos grabados neuronalmente.

Wilder Penfield

 

Con talento y sin sacrificio es casi imposible conseguir ninguna meta en la vida, pero hacerlo al revés, sin talento pero con sacrificio, tiene mucho más mérito, y así se lo inculcaron a Wilder Penfield en su infancia, en la que no destacaba ni por su mente para los estudios ni por su cuerpo desgarbado y poco práctico para la actividad física. 
Sin embargo, el voluntarioso Wilder se convenció de que solo a través del estudio lograría ser mejor persona y útil a la sociedad, y no se conformó con recibir una buena formación en letras sino que se atrevió también con la medicina para seguir la tradición familiar de su abuelo y su padre.
 Su autoengaño para lograrlo fue decirse a sí mismo que era “la manera más directa de hacer del mundo un lugar mejor para vivir”.

Al final, no solo triunfó en la medicina, sino que se convirtió en un referente mundial de la Ciencia por sus descubrimientos al aplicar los principios de la neurofisiología a la práctica de la neurocirugía y conseguir tratar la epilepsia considerada incurable hasta entonces. 
Tan metódico como perseverante y dogmático en su trabajo, tampoco es de extrañar que fuese un hombre religioso en medio de los increíbles descubrimientos que logró en el campo cerebral y del sistema nervioso, ni que por su humildad prefiriera llamarlos “comienzos emocionantes del estudio del cerebro”.

Wilder Graves Penfield nació el 26 de enero de 1891 en Spokane, Washington.
 Su familia tenía tradición médica, ya que tanto su padre como su abuelo eran galenos, aunque la consulta privada de su progenitor fracasó y ese hecho afectó a la economía familiar hasta el punto de separarse de su mujer.

La madre se hizo cargo de sus tres hijos cuando Wilder tenía ochos años y se trasladaron a la casa de los abuelos a Wisconsin.
 Con 13 años el adolescente Penfield vivió la inflexión en su vida cuando su madre se enteró de la creación de las becas Rhodes, destinadas a alumnos extraordinarios en sus condiciones físicas y mentales, y pensó que estaba hecha a la medida de su hijo. 
Wilder aceptó el reto y se preparó a conciencia durante los siguientes años en la Universidad de Princeton, pero lo máximo que consiguió el primer año fue ser suplente en el equipo de fútbol americano de los novatos.
Wilder Graves Penfield nació el 26 de enero de 1891 en Spokane, Washington. 
Su familia tenía tradición médica, ya que tanto su padre como su abuelo eran galenos, aunque la consulta privada de su progenitor fracasó y ese hecho afectó a la economía familiar hasta el punto de separarse de su mujer.
La madre se hizo cargo de sus tres hijos cuando Wilder tenía ochos años y se trasladaron a la casa de los abuelos a Wisconsin.
 Con 13 años el adolescente Penfield vivió la inflexión en su vida cuando su madre se enteró de la creación de las becas Rhodes, destinadas a alumnos extraordinarios en sus condiciones físicas y mentales, y pensó que estaba hecha a la medida de su hijo.
 Wilder aceptó el reto y se preparó a conciencia durante los siguientes años en la Universidad de Princeton, pero lo máximo que consiguió el primer año fue ser suplente en el equipo de fútbol americano de los novatos.
 
Wilder Penfield, topógrafo del cerebro y mago de la epilepsia
Penfield se convirtió en un destacado deportista: era defensa en el equipo de fútbol, entrenador del de béisbol, delegado de curso y alumno destacado, pero la beca no llegó cuando la necesitaba, así que decidió costearse sus estudios entrenando más equipos y dando clases. 
Sin embargo, al año siguiente le concedieron la deseada beca, y a finales del otoño de 1914 el joven Wilder se trasladó a Oxford. 
Allí conoció a dos profesores que marcaron su vida para siempre: Osler y Sherrington, quienes con buen ojo vieron en Wilder un futuro buen médico, le aconsejaron qué estudiar para que le sirviese a su regreso a Estados Unidos y le abrieron los ojos para que se diera cuenta de que el sistema nervioso era “un campo inexplorado en el que algún día podría explicarse el misterio de la mente humana”.
Precisamente en casa del doctor Osler Penfield se recuperó de las heridas sufridas en 1916, cuando un torpedo alemán hundió el barco en el que cruzaba el canal de la Mancha para incorporarse a un hospital de la Cruz Roja en Francia. 
Iba a servir en el frente en la Primera Guerra Mundial, pero a raíz del suceso fue incluido en la lista de bajas y su necrológica hasta apareció en un periódico americano, aunque él se recuperó de sus lesiones y decidió explorar ese territorio desconocido mencionado por sus mentores.
Wilder Penfield regresó a Estados Unidos en 1918 para recibir su doctorado, pero no tardó en volver a Oxford junto a Sherrington para saciar ese gusanillo de sabiduría sobre el desconocido mundo cerebral.

A partir de la década de los años 20 Penfield fue cambiando de destino, hospital e investigación según donde hubiera dinero y medios para ser fiel a lo que ya le apasionaba.
 De esta forma, pasó por el Instituto Neurológico de Nueva York trabajando en una cura para la epilepsia, por Quebec en un nuevo instituto de investigación, fue profesor en la prestigiosa Universidad McGill y en el Hospital Reina Victoria, además de perfeccionar su técnica microquirúrgica en Nueva York, Madrid y Breslau (Alemania). 
Todo ello, antes de aceptar el cargo como director del nuevo Instituto Neurológico de Montreal, lo que le sirvió de excusa para, en 1934, conseguir la nacionalidad canadiense y empezar a lograr los avances por los cuales es más conocido.
Este instituto de Montreal supuso para Penfield un sueño hecho realidad, ya que se dio cuenta de que él solo no llegaría tan lejos en el campo de la neurología como rodeado de otros científicos, neurocirujanos y patólogos que trabajaran juntos en espacios reducidos y compartieran información para acercarse a la comprensión de la mente humana.

En una de sus investigaciones, el ya entonces reconocido investigador Penfield llevó a cabo su idea de realizar una cirugía en pacientes que estaban despiertos utilizando una sonda eléctrica sensible para observar el efecto de la estimulación cerebral en el cuerpo
. Consideró que se trataba de un enfoque nuevo y nunca antes planteado en el ejercicio de la neurología, así que no dudó en aplicarlo a los pacientes con epilepsia más severa.
La epilepsia, para Wilder Penfield, era como una especie de cortocircuito en el cerebro, ya que la mayoría de los pacientes experimentaba una combinación de sensaciones y emociones antes de sufrir un ataque epiléptico.
 La innovación del neurocirujano canadiense consistió en utilizar impulsos eléctricos en varias áreas del cerebro y, basándose en el testimonio del paciente consciente, saber qué zonas estaban afectadas y reducir los riesgos durante la cirugía.

Esta práctica, conocida como Procedimiento Montreal, también permitió compilar mapas de los córtex sensorial y motor del cerebro, que son los que presentan las conexiones de los córtex a los diversos miembros y órganos del cuerpo y que continúan siendo usados en la actualidad tal y como Wilder Penfield los descubrió.
A fines de la década de los años 60 los métodos del neurocirujano se habían perfeccionado tanto que aproximadamente la mitad de sus pacientes epilépticos se curaba y el número y la gravedad de las convulsiones se habían reducido otro 25 por ciento.
Otro gran hallazgo a partir de esa electroestimulación sobre el córtex temporal fue que los pacientes podían recordar momentos, emociones y hasta olores vividos y que creían olvidados pero que en realidad estaban grabados neurológicamente.

Wilder Penfield se centró también en las funcionalidades de la mente y no sólo revolucionó la neurocirugía, sino que también sentó las bases de su gran influencia en campos relacionados como la neurología y la neuropsicología, además de realizar numerosos experimentos que, entre otros resultados, resolvieron un debate sobre la estructura celular del cerebro.
Penfield, convertido en el neurocirujano más destacado de la época, hasta le realizó una pionera y compleja intervención quirúrgica a su hermana. 
El procedimiento no tenía precedentes en su complejidad y la mayoría de los cirujanos no lo habrían ni intentado pero él se atrevió a eliminar un tumor cerebral con éxito aunque, por desgracia, apareció de nuevo y su hermana falleció tres años después.
El doctor Penfield se jubiló de la Facultad de Medicina de McGill en 1954, pero continuó como director del Instituto de Neurología y dedicó los últimos 15 años de su vida a disfrutar de una segunda carrera como escritor de novelas históricas y biografías médicas. 
Su interés y motivación no cambiaron, y lo hizo como servicio público, en especial en apoyo a la educación universitaria. 
Sus escritos de este periodo incluyeron ‘El misterio de la mente’ (1975), que resume sus puntos de vista sobre el problema mente/cerebro, y ‘Ningún hombre solo’ (1977), una autobiografía de los años 1891-1934.

Wilder Penfield murió a causa de un cáncer el 5 de abril de 1976 a la edad de 85 años, pero su legado en la que fue su casa, el Instituto Neurológico de Montreal, continúa activo y siendo una referencia mundial.
La epilepsia se convirtió en la gran inspiración de Penfield, y sus estudios quirúrgicos arrojaron grandes avances sobre los tumores cerebrales, los mecanismos del dolor de cabeza, la localización de las funciones motoras, sensoriales y del habla, el papel del hipocampo en los mecanismos de la memoria, además de ser la base de las teorías modernas de la función separable de los dos hemisferios cerebrales, construidas sobre sus hallazgos.
El doctor Penfield contribuyó, más de lo que él pensaba, a descubrir ese mundo infinito de neuronas y conexiones cerebrales y hacerlo mucho más sencillo e inteligible para la Ciencia actual.

“Yo escapé de Alcatraz”................................ Pablo Ximénez de Sandoval

Una misteriosa carta enviada a la policía asegura que los protagonistas de la famosa huida de Alcatraz en 1962 sobrevivieron.

Clarence Anglin, a la izquierda, y su hermano John, antes de la fuga. En vídeo, tráiler del documental 'Alcatraz: Search for the Truth'. En vídeo, un reportaje de la CBS de San Francisco sobre el caso.
La policía de San Francisco recibió en 2013 una carta manuscrita que empezaba así: “Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. 
Tengo 83 años y estoy enfermo.
 Tengo cáncer. Sí, lo logramos todos, ¡pero a duras penas!”.
 Lo logramos se refiere a la fuga carcelaria más famosa de Estados Unidos en el siglo XX, la que estos tres presos protagonizaron en la prisión supuestamente inexpugnable que se alza en un peñasco en medio de las gélidas aguas de la bahía de San Francisco.

En algún momento de la madrugada del 12 de junio de 1962, tres internos de la prisión de máxima seguridad de Alcatraz se fugaron a través de agujeros de ventilación que fueron agrandando durante meses con cucharillas. 
A la mañana siguiente, los guardias encontraron en las camas cabezas de papel, con las que habían evitado levantar sospechas durante los recuentos de la noche.
 La historia se cuenta en la película La fuga de Alcatraz (1979) en la que Clint Eastwood interpreta a Morris y Fred Ward interpreta a Anglin, el supuesto autor de la carta.

Cartel de 'se busca' del FBI con el aspecto de John Anglin.
Cartel de 'se busca' del FBI con el aspecto de John Anglin.
Morris y los hermanos Anglin no eran los primeros en intentarlo. Pero son los únicos que jamás han sido hallados, ni vivos ni muertos, lo que ha estimulado durante cinco décadas las leyendas sobre si sobrevivieron a las corrientes de la bahía.
 La versión oficial es que se ahogaron.
Según la emisora que ha publicado la noticia, el FBI hizo un estudio grafológico de la carta, comparándola con la letra de los tres fugados, que no resultó concluyente.
 Se trata de la prueba más reciente que ha obligado al FBI a reabrir la investigación del legendario caso.
 La oficina de US Marshall, una cuerpo policial federal, asegura a la emisora que a partir de la carta no ha podido establecerse ninguna nueva línea de investigación.

En 2015, History Channel emitió un documental en el que por primera vez la familia de los hermanos Anglin contaba su versión y afirmaba que ambos habían sobrevivido a la huida. 
El documental incluía una foto que supuestamente muestra a los hermanos en Brasil en 1975.
La prisión de Alcatraz es hoy un popular destino turístico lleno de leyendas.
 Abrió en 1934 y cerró al año siguiente de la fuga, en 1963.
 En ese tiempo, según la página web del FBI, 34 internos trataron de huir en 14 intentos distintos. 
Todos fueron capturados o murieron en el intento. 
“El destino de estos tres internos, sin embargo, es un misterio”.

 

¿Quién es Miguel Torres, el amigo de Paula Echevarría?

Se trata de un jugador del Málaga formado en la cantera del Real Madrid con quien la actriz se deja ver y interactúa en la redes sociales.

Paula Echevarría y Miguel Torres.
Paula Echevarría y Miguel Torres.
Paula Echevarría y David Bustamante llevan más de un año físicamente separados aunque sus desavenencias se remontan a años atrás.
 Pese a ello la pareja, de manera inexplicable, se resisten a firmar el divorcio.
 Las relaciones entre ambos son cada vez más complicadas hasta el punto de pasarse temporadas sin casi dirigirse la palabra. 
 Entre medias a la actriz y al cantante se le atribuyen relaciones que intentan llevar discretamente por aquello, entre otras cosas, de que todavía son oficialmente matrimonio. 
Tras relacionarse a Bustamante con la periodista Ares Teixidó ahora es Echevarría quien tiene un nuevo (o viejo) amigo. 
Se trata de Miguel Torres.
Durante la ceremonia de los Premios Feroz, Paula Echevarría ya dejó entrever que algo se estaba fraguando al decir a los medios que en estos momentos está "enamorada" de su hija y que "lo demás Dios dirá, ¿qué queréis saber más que yo?".
Miguel Torres es futbolista. 
Juega de lateral derecho en el Málaga aunque se formó en la cantera del Real Madrid a la que se incorporó con solo 12 años. Ahora tiene 31.
 También ha pertenecido a las plantillas del Getafe y el Olympiacos griego. Llegó a Málaga en 2014.
Torres siempre ha tenido mucho éxito con las mujeres.
 Entre sus relaciones más conocidas es la que tuvo con Cristina Pedroche. 
 Mantiene la amistad con muchos compañeros del Real Madrid en especial con Iker Casillas y se declara admirador de Michel.
Paula Echevarría y Miguel Torres comparten muchos amigos en especial Alicia Fernández, la responsable de la firma Dolores Promesas. 
Hace unos días la actriz y el futbolista acudieron juntos a la fiesta de celebración del 44 cumpleaños de la diseñadora.
Se da la circunstancia curiosa de que Torres participó hace ocho años en un vídeoclip con Paula Ehevarría y David Bustamante.
 Se trataba del tema A contracorriente
En él interpretaba al novio de la actriz y el cantante hacía del amante.
Según amigos cercanos a la expareja, que se casó en Asturias en 2006,  los problemas comenzaron el verano de 2016 por “el desgaste de la convivencia”, pero intentaron disimularlo ante la prensa. 
A ello ayudó que el intérprete de El aire que me das se encontrara de gira.