Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

22 ene 2018

Alejandro Amenábar, crisis matrimonial y posible separación

David Blanco, marido del realizador desde 2015, abandonó el domicilio conyugal poco después de que ambos regresaran de un viaje por Colombia durante las vacaciones de Navidad.

Alejandro Amenabar
Alejandro Amenábar durante la presentación del anuncio de la Lotería de Navidad el pasado mes de noviembre. Gtresonline

 

Cinco años de noviazgo y dos años y medio de matrimonio parece que no han bastado a la pareja formada por el director de cine Alejandro Amenábar, de 45 años, y David Blanco, de 35, para superar la crisis que ha desencadenado en su separación temporal.
Ambos acababan de disfrutar de unas vacaciones en Colombia de dos semanas durante las fechas navideñas y a tenor de las imágenes que compartieron en sus redes sociales compartiendo el viaje con otros amigos, nada hacía presagiar que algo negativo estaba ocurriendo entre ellos. 
Pero, nada más regresar de Latinoamérica, David Blanco abandonó el domicilio conyugal, un dúplex situado en la plaza de España de la capital y que algunas fuentes valoran en un cifra que ronda los siete millones de euros.
Esto ocurría el fin de semana de la fiesta de Reyes y personas próximas a su círculo de amigos, aseguran que ambos afirman que no se trata de una crisis sino de una decisión que no tiene marcha atrás.
 Sus amigos intuyeron que algo ocurría entre el matrimonio cuando Blanco canceló el viaje a Barcelona que tenían previsto para asistir juntos al concierto que dio Lady Gaga el pasado 14 de enero.
 Pero nadie de su entorno se había percatado de que algo pudiese estar ocurriendo entre la pareja, especialmente después de que algunos compartieran una cena que organizaron el pasado 17 de diciembre en su propia casa para celebrar la Navidad y en la que reunieron a 40 de sus amigos más cercanos.
Algunos medios, como la revista Corazón TVE, se han hecho eco de que el desencadenante de la ruptura de la pareja puede ser una presunta infidelidad de David Blanco que el cineasta descubrió en Cartagena de Indias cuando su marido recibió un significativo mensaje de una tercera persona en el que le expresaba cuánto le echaba de menos en esas fechas.
 Alejandro Amenábar, según su entorno, se encuentra muy afectado por la separación; y algunas personas cercanas no terminan de dar por definitivo el alejamiento de la pareja. 

A la espera de saber si esta crisis acaba o no en una separación definitiva, el realizador continúa con sus proyectos. 
Tras dirigir este año el mítico anuncio de la Lotería de Navidad, Amenábar está preparando el rodaje de Mientras la guerra dure. Un drama ambientado en la Guerra Civil española, con seis millones de presupuesto, y que según él mismo ha desvelado “no tendrá nada que ver con lo que he hecho hasta ahora”.
Alejandro Amenábar y David Blanco contrajeron matrimonio civil el 18 de julio de 2015 en la finca La Reserva, situada en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada.
 Al enlace acudieron 250 invitados entre los que se encontraban algunos amigos del mundo del espectáculo como Eduardo Noriega, José Luis Cuerda, Alaska y Mario Vaquerizo.
 Aunque Blanco apareció en los créditos de la película del cineasta, Regresión, como parte del equipo de producción, su relación con el cine no es profesional.
 Blanco es graduado en Economía por la Universidad Complutense de Madrid, está estudiando Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad de Educación a Distancia y trabaja en la consultora Ernst & Young desde 2016.

Amandine Ohayon, la mujer que lidera la nueva etapa de Pronovias

La nueva consejera delegada de la marca de vestidos de novia tiene experiencia en el sector del lujo y ha impulsado la expansión de grupos como L'Oréal o LVMH.

Pronovias
Amandine Ohayon, consejera delegada de Pronovias.

 

Pronovias, la compañía familiar de moda nupcial fundada en Barcelona en 1922 por Alberto Palatchi, cambia de etapa. 
De ser una pequeña tienda de vestidos de novia de Barcelona pasó a ser una empresa con multitud de tiendas en España y reconocida en todo el mundo, que gestionó con empeño el hijo del fundador, Alberto Palatchi Ribera.
 Esta creciente expansión se consolida ahora con el nuevo rumbo que toma la compañía: este verano, Palatchi vendió el negocio al fondo británico BC Partners y recompró el 10% de las acciones para mantenerse en el consejo.
 El cambio en la dirección no ha tardado en llegar, y tiene nombre de mujer.
 La nueva consejera delegada del grupo es Amandine Ohayon, de 42 años y con media vida dedicada al sector del lujo.
 Con experiencia en la expansión de los productos de grupos como L'Oréal o LVMH, Ohayon liderará el crecimiento internacional de la marca barcelonesa.

La nueva CEO del grupo empezó su carrera profesional en LVMH, y más tarde, en 1999, se incorporó a L'Oréal para dirigir la expansión internacional de Lancôme.
 Ohayon ha asumido responsabilidades para distintas marcas de la empresa francesa: desde directora general para YSL y Armani Beauty para Reino Unido e Irlanda, hasta directora general de L'Oréal Luxe para la misma región, donde tuvo a cargo a 3.200 empleados y donde ha potenciado los departamentos de Recursos Humanos y comunicación digital. Jean-Baptiste Wautier, presidente actual de Pronovias, destacó que el nombramiento de Ohayon acelerará el desarrollo del grupo en Norteamérica.
El cambio de manos llega después de una larga historia protagonizada por la empresa familiar.
 Todo empezó en 1914, cuando Palatchi padre, un sefardí turco, llegó a Barcelona y fundó, junto con su hermano, la tienda El Suizo.
 En 1964, Palatchi hijo refundó el negocio como Pronovias y empezó una etapa de gran crecimiento que sin embargo fue interrumpida por la crisis económica de la pasada década. 
Los últimos años también han sido muy convulsos en la empresa a causa de la traumática muerte del director creativo, Manuel Motas, quien se suicidó en 2013.

Ohayon asumirá el cargo a partir de marzo, y sustituirá así a Andrés Tejero, quien, tras tres años al frente de la gestión, ha tomado las riendas de la empresa en la transición hacia el nuevo modelo organizativo diseñado por BCPartners.
 La nueva consejera delegada, londinense y con mucha experiencia, se mostró esperanzada ante el nombramiento, que se conoció la semana pasada.
 "Me apasiona el sector nupcial y estoy ilusionada en depositar toda mi energía y experiencia en apoyar a esta icónica compañía", dijo al anunciarse la noticia, según recoge Europa Press.
El pasado mayo, el grupo empezó a buscar comprador, ya que Palatchi no veía un relevo claro entre sus tres hijos: su hija Gabriela optó por ir a vivir a Estambul con un empresario turco muy reconocido en las revistas del corazón de ese país; 
Marta tiene un cargo de responsabilidad en el departamento de marketing de la empresa Puig, y Alberto compagina sus tareas en la gestión del patrimonio familiar con sus responsabilidades políticas en el Partido Popular de Cataluña. 
Finalmente, la firma quedó en manos del fondo británico BCPartners y Palatchi, que vendió el negocio por 550 millones de euros y ha recomprado un 10% de las acciones, gestionará el patrimonio familiar y mantendrá un puesto en el consejo de la nueva Pronovias. 
Ohayon toma el mando en una empresa que Palatchi deja en buen estado a pesar de la crisis. 
Pronovias es actualmente, según la web especializada Modaes.es, una de las marcas más grandes del mundo en el sector de los vestidos de novia, superada por gigantes como David's Bridal, contra el que Ohayon está dispuesta a competir.
 En 2016 elevó el beneficio un 16% y ganó 62,8 millones de euros. El grupo, que mantiene su sede en El Prat de Llobregat, está presente en 105 países y en más de 4.000 puntos de venta en el mundo, tiene 123 tiendas, entre propias y franquicias, y emplea a 850 personas.

Natalie Portman contra Hollywood: “Viví un ambiente de terrorismo sexual con 13 años”

La intérprete desveló en la Marcha de las Mujeres los traumas que sufrió al conseguir la fama por su papel en Leon, el profesional.

Natalie Portman
Natalie Portman en la marcha de las mujeres celebrada en Los Ángeles. Foto: Getty
Natalie Portman
Natalie Portman en la marcha de las mujeres celebrada en Los Ángeles. Foto: Getty
Natalie Portman es uno de los rostros más visibles de la plataforma contra el acoso sexual y la discriminación Time’s Up. 
La semana pasada verbalizó ante Oprah el “Dylan, yo sí te creo” que ahora entona el gremio cinematográfico y también es la artífice del “Aquí van todos los hombres nominados” que entonó, y viralizó, en los Globos de Oro al presentar el premio a la mejor dirección.
 La actriz también se subió al escenario de la marcha de las mujeres celebrada en Los Ángeles el pasado sábado, junto a otras artistas como Viola Davis o Eva Longoria.

Frente a la multitud decidió compartir sus experiencias traumáticas en la industria, especialmente en sus inicios, cuando rodó con 12 años Leon, el profesional y experimentó “terrorismo sexual” a los 13, poco después de su estreno.

La oscarizada actriz, que acudió a la marcha junto a la senadora demócrata Kamala Harris, contó que cuando se estrenó la cinta por fin pudo abrir la primera carta de un fan: “una fantasía sobre violarme” escrita por un hombre. 
“Había una cuenta atrás en una radio local hasta mi 18 cumpleaños –eufemísticamente, era la fecha en la que ya se podrían acostar conmigo porque sería legal.
 Los críticos hablaban de mis “pechos incipientes” en sus reseñas. Entendí, muy rápido, aunque tuviese 13 años, que sí quería expresarme por mí misma estaría poco segura y los hombres se verían con el derecho a discutir y cosificar mi cuerpo, pese a no estar cómoda con ello”. 
La intérprete aseguró en el discurso que llego a modificar su comportamiento, rechazar papeles que incluyesen besos y enfatizó su lado “intelectual y serio”. 
Portman denunció que tuvo que construir una reputación basada en una moral “mojigata, conservadora, nerd y seria” para poder sentir que su “cuerpo estaba a salvo” y que el gremio, en consecuencia, “la escucharía”.

“Con 13 años el mensaje de nuestra cultura fue claro: sentí la necesidad de tapar mi cuerpo, inhibir mis emociones y mi trabajo para enviar el mensaje al mundo de que era alguien que merecía respeto y seguridad. La respuesta a esa forma de ser, desde pequeños comentarios sobre mi cuerpo a frases mucho más amenazadoras, sirvieron para controlar mi comportamiento en un clima de terrorismo sexual”, sentenció.

 

Amazon Go, la tienda sin dependientes donde no se pasa por caja

 

El gigante del comercio abre al público de Seattle su visión del establecimiento de proximidad.

FOTO: Tienda para empleados dentro de la sede de Amazon. / VÍDEO: Anuncio promocional de Amazon.
Amazon abre una nueva tienda física.
 Esta vez no es una librería, sino una establecimiento de proximidad, con productos frescos, quesos, vinos, frutas, bocadillos… Amazon Go es su visión del futuro del comercio de barrio. 
Basta con tomar un producto y salir con él de la tienda. No hay que pasar por caja.
Ubicada en el centro de Seattle, en el 2131 de la Séptima Avenida y entre varios edificios de su campus urbano, la tienda abrirá de siete de la mañana a nueve de la noche de lunes a viernes. 
Para poder comprar es necesario descargar una aplicación que ya está disponible para los usuarios tanto de Android como de iPhone en Estados Unidos.
 Es el único requisito, además de tener una cuenta de Amazon.
Uno de los objetivos de la compañía es que se puede comprar con mayor privacidad.
 El cliente no tendrá que mostrar a un humano lo adquirido, pero este factor es relativo dado que su sistema de gestión de datos sí sabe qué se compró.
 
Exterior de la tienda Amazon Go en Seattle.
Exterior de la tienda Amazon Go en Seattle.
El mecanismo es similar al que Amazon tiene dentro de su edificio más emblemático y que EL PAíS pudo probar este verano de la mano de un empleado de Amazon, a quien se le cargó la cuenta directamente en su tarjeta de crédito.
 La tienda se encuentra en el acceso, de modo que los empleados pueden llevarse algún producto fresco o flores de vuelta casa.
La sensación que genera esta experiencia de compra es extraña.
 La ausencia de un tendero, de una fila para pagar o de una caja registradora genera inquietud tras coger un producto y salir con él. No es ni gratis ni se está robando; la tecnología reconoce al consumidor y le cobra.

Amazon creó este formato de tienda como un experimento interno. Cada cliente tiene un código QR que escanea al entrar. 
Después, un sistema de cámara y sensores de peso en las estanterías reconoce qué ha llevado consigo el consumidor y lo cobra.
Empleados de cocina de Amazon Go.
Empleados de cocina de Amazon Go.
No es necesario tomar una bolsa para hacer la compra, aunque se puede. 
Según Amazon, el sistema de seguimiento de los clientes es tan preciso que puede distinguir entre dos personas que se crucen o miren el mismo lineal.
 Aseguran que saben quién tomó un yogur y quién un batido, incluso quién tomó algo para mirar los ingredientes y volvió a dejarlo donde estaba.
 Detrás de este sistema hay un esfuerzo notable en reconocimiento de objetos y machine learning.
 “Se trata de que los clientes no tengan que hacer el esfuerzo”, sostiene Dilip Kumar, vicepresidente de tecnología de Amazon Go.


La tienda se parece más a una esquina gourmet que a un supermercado de barrio.
 Cuenta con una pequeña cocina que no está a la vista donde varios trabajadores hacen platos preparados o sandwiches. 
También, por cuestiones legales, un operario pregunta por la edad y pide una prueba en la zona donde se adquieren vino y cerveza.
 Hay uno más, a la entrada, para dar la bienvenida. 
Son humanos, todavía, los encargados de poner los productos en las baldas.
Amazon estrenó la versión interna en diciembre de 2016, poco más de un año después, con cierto retraso con respecto a los planes iniciales, llega a su ciudad.
 Uno de los puntos más complicados ha sido la capacidad para discernir entre varios compradores. 
En este tiempo han aprendido los hábitos en la compra física y recibido sugerencias.
 Por ejemplo, no ponen el aliño en las ensaladas para evitar una suma de calorías que quizá no desee el cliente. 
Son ellos lo que lo añaden o no. 
También ofrecen versiones más pequeñas de algunas comidas preparadas y etiquetan claramente los platos vegetarianos.
Otra petición recurrente era la de añadir productos de uso básico, como analgésicos, tiritas, remedios para el resfriado o pilas. 
Con la adquisición de Whole Foods el abanico se ha ampliado de manera notable.
 Por ahora no tienen planes de añadir esta tecnología en la red de tiendas físicas de la empresa incorporada.
Go Amazon se suma a Amazon Books y a los puntos de recogida de compra Amazon Fresh Pickup.
 La compañía no ha desvelado planes para abrir más tiendas como la recién estrenada en Seattle.