La Gran Muralla (China) Todo
un sistema defensivo trufado de atalayas, pequeñas fortalezas y torres
de comunicaciones. Se calcula que la Gran Muralla china tenía casi
21.000 kilómetros de extensión, de los que han llegado a nuestros días
algo menos de 8.900, entre la frontera con Corea y el desierto del Gobi,
en Mongolia, y que recibe unos 50 millones de visitantes al año, según
publicó el diario británico 'The Telegraph' a principios de 2017, con
motivo del estreno de la producción chino-estadounidense 'La Gran
Muralla', dirigida por Zhang Yimou y protagonizada por Matt Damon. Esta
maravilla del mundo de más de 2.300 años de antigüedad fue construida a
lo largo de varias dinastías para proteger a China de las invasiones
mongolas que trataban de penetrar por el norte.
Catedral de Notre Dame (París) Todo
en la catedral de Notre Dame (Nuestra Señora) de París, una de las más
antiguas de estilo gótico del mundo (se empezó a edificar en el siglo
XII), con sus famosas gárgolas y quimeras y su colmena de abejas
bullendo en el techo de su sacristía, es enorme: 13 millones de
visitantes al año, según su página web (notredamedeparis.fr), más de
50.000 en días señalados; más de 2.000 celebraciones anuales; 1.300
robles para levantar su estructura de madera. Es el escenario de la
novela Nuestra Señora de París, en la que Victor Hugo cuenta la trágica
historia de la gitana Esmeralda y el jorobado Quasimodo; su publicación,
en 1831, sirvió para que los coetáneos del escritor valoraran mejor la
arquitectura medieval francesa.
Edificio de la Ópera (Sídney) La
consultora Deloitte ha calculado el valor cultural, y como icono, de la
Ópera de Sídney en 4.600 millones de dólares. El edificio fue diseñado
por el arquitecto danés Jørn Utzon y su construcción (con previsibles
sobrecostes y dilaciones, dada la complejidad del proyecto) supuso una
batalla de proporciones épicas entre la burocracia política
(representada por el ministro de Obras Públicas de Nueva Gales del Sur,
Davis Hughes) y el arquitecto, con derrota de Utzon, ninguneado e
incomprendido, que abandonó el proyecto en 1966 tras nueve años de
trabajo y nunca regresó a Australia. El edificio, inaugurado en 1973 en
el lado sur de la bahía de la ciudad australiana, recibe más de 8,2
millones de visitantes anuales y acoge más de 2.000 actuaciones. Teatro,
ballet, ópera, producciones musicales . Desde 2013, cuando celebró su
40º aniversario, está embarcada en una “década de renovación”,
preparándose para el futuro.
Taj Mahal (Agra, India) Rosáceo
en el amanecer, blanco lechoso en la tarde y dorado cuando lo baña la
luz de la Luna. El Taj Mahal (tajmahal.gov.in), mausoleo en mármol
mandado edificar en el XVII por el emperador Shah Jahan en honor a su
esposa favorita, Mumtaz Mahal, se alza en Agra, India, como “una lágrima
en la mejilla del tiempo”, según escribió Rabindranath Tagore. “Joya
del arte musulmán en India”, fue descrito al ser declarado patrimonio
mundial de la Unesco. Tumba musulmana, no templo hindú, insisten los
arqueólogos frente a las demandas del fundamentalismo hindú. Cada año
recibe entre siete y ocho millones de visitantes (según su web), que se
acercan andando o en autobús eléctrico, ya que el tráfico está prohibido
en su perímetro.
Monumento a Lincoln (Washington DC, Estados Unidos) Martin
Luther King eligió las escalinatas del Lincoln Memorial
(lincoln-memorial.org) para pronunciar su “Yo tengo un sueño” en 1963,
durante la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad. El
monumento dedicado al 16º presidente de Estados Unidos, inmortalizado en
una escultura de 5,8 metros en la que aparece sentado a la entrada de
un edificio con forma de templo dórico griego, simboliza la democracia y
la propia esencia de la nación estadounidense. Recibió 7,92 millones de
visitantes en 2016.
Torre Eiffel (París) El
28 de septiembre de 2017, la Torre Eiffel celebró con una gran fiesta
que había llegado a los 300 millones de visitantes desde su apertura al
público, en 1889. La torre ideada por Gustave Eiffel solo debía estar en
pie 20 años, pero el ingeniero la salvó convirtiéndola en centro de
transmisiones radiográficas y telecomunicaciones. Según informa su web
(toureiffel.paris/fr), recibe al año unos siete millones de turistas, el
75% extranjeros. Hasta febrero de 2018, la terraza del primer piso
albergará una pareja de pingüinos gigantes hechos de espejos plateados, y
el bar quedará transformado en iceberg.
Panteón de Agripa (Roma) A
partir de mayo de 2018, el Panteón de Agripa en Roma, el monumento más
visitado de Italia (unos siete millones de personas lo conocen cada año,
según las autoridades turísticas italianas), que tradicionalmente ha
sido gratis, cobrará dos euros por entrada. Este templo dedicado al
conjunto de los dioses, actual iglesia cristiana, se construyó en
tiempos de Adriano, entre los años 118 y 125, sobre las ruinas de uno
anterior mandado edificar por Agripa y destruido por un incendio en el
año 80. Stendhal lo describió como “el más bello recuerdo de la
antigüedad romana”. Su cúpula de hormigón es un prodigio técnico y
arquitectónico.
Estatua de la Libertad (Nueva York) Alrededor
de cuatro millones y medio de personas (según cifras del Servicio de
Parques Nacionales; www.nps.gov) visitan al año la Estatua de la
Libertad Iluminando al Mundo, que es el nombre completo del regalo que
Francia hizo a Estados Unidos en 1886: el donante se encargaría de la
estatua (Eiffel diseñó su estructura interna) y de su ensamblaje,
mientras que el receptor construiría la base. El monumento domina, con
sus 93 metros totales de altura, la isla de la Libertad, al sur de
Manhattan (Nueva York), cerca de la isla de Ellis. Era la primera visión
de la tierra de las oportunidades que tenían los inmigrantes europeos
tras atravesar el Atlántico.
1La Gran Muralla (China) Todo
un sistema defensivo trufado de atalayas, pequeñas fortalezas y torres
de comunicaciones. Se calcula que la Gran Muralla china tenía casi
21.000 kilómetros de extensión, de los que han llegado a nuestros días
algo menos de 8.900, entre la frontera con Corea y el desierto del Gobi,
en Mongolia, y que recibe unos 50 millones de visitantes al año, según
publicó el diario británico 'The Telegraph' a principios de 2017, con
motivo del estreno de la producción chino-estadounidense 'La Gran
Muralla', dirigida por Zhang Yimou y protagonizada por Matt Damon. Esta
maravilla del mundo de más de 2.300 años de antigüedad fue construida a
lo largo de varias dinastías para proteger a China de las invasiones
mongolas que trataban de penetrar por el norte.maydaysGetty
2Catedral de Notre Dame (París) Todo
en la catedral de Notre Dame (Nuestra Señora) de París, una de las más
antiguas de estilo gótico del mundo (se empezó a edificar en el siglo
XII), con sus famosas gárgolas y quimeras y su colmena de abejas
bullendo en el techo de su sacristía, es enorme: 13 millones de
visitantes al año, según su página web (notredamedeparis.fr), más de
50.000 en días señalados; más de 2.000 celebraciones anuales; 1.300
robles para levantar su estructura de madera. Es el escenario de la
novela Nuestra Señora de París, en la que Victor Hugo cuenta la trágica
historia de la gitana Esmeralda y el jorobado Quasimodo; su publicación,
en 1831, sirvió para que los coetáneos del escritor valoraran mejor la
arquitectura medieval francesa.getty images
3Edificio de la Ópera (Sídney) La
consultora Deloitte ha calculado el valor cultural, y como icono, de la
Ópera de Sídney en 4.600 millones de dólares. El edificio fue diseñado
por el arquitecto danés Jørn Utzon y su construcción (con previsibles
sobrecostes y dilaciones, dada la complejidad del proyecto) supuso una
batalla de proporciones épicas entre la burocracia política
(representada por el ministro de Obras Públicas de Nueva Gales del Sur,
Davis Hughes) y el arquitecto, con derrota de Utzon, ninguneado e
incomprendido, que abandonó el proyecto en 1966 tras nueve años de
trabajo y nunca regresó a Australia. El edificio, inaugurado en 1973 en
el lado sur de la bahía de la ciudad australiana, recibe más de 8,2
millones de visitantes anuales y acoge más de 2.000 actuaciones. Teatro,
ballet, ópera, producciones musicales. Desde 2013, cuando celebró su
40º aniversario, está embarcada en una “década de renovación”,
preparándose para el futuro.demerzel21Getty
4Taj Mahal (Agra, India) Rosáceo
en el amanecer, blanco lechoso en la tarde y dorado cuando lo baña la
luz de la Luna. El Taj Mahal (tajmahal.gov.in), mausoleo en mármol
mandado edificar en el XVII por el emperador Shah Jahan en honor a su
esposa favorita, Mumtaz Mahal, se alza en Agra, India, como “una lágrima
en la mejilla del tiempo”, según escribió Rabindranath Tagore. “Joya
del arte musulmán en India”, fue descrito al ser declarado patrimonio
mundial de la Unesco. Tumba musulmana, no templo hindú, insisten los
arqueólogos frente a las demandas del fundamentalismo hindú. Cada año
recibe entre siete y ocho millones de visitantes (según su web), que se
acercan andando o en autobús eléctrico, ya que el tráfico está prohibido
en su perímetro.Amir GhasemiGetty
5Monumento a Lincoln (Washington DC, Estados Unidos) Martin
Luther King eligió las escalinatas del Lincoln Memorial
(lincoln-memorial.org) para pronunciar su “Yo tengo un sueño” en 1963,
durante la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad. El
monumento dedicado al 16º presidente de Estados Unidos, inmortalizado en
una escultura de 5,8 metros en la que aparece sentado a la entrada de
un edificio con forma de templo dórico griego, simboliza la democracia y
la propia esencia de la nación estadounidense. Recibió 7,92 millones de
visitantes en 2016.Hisham IbrahimGetty
6Torre Eiffel (París) El
28 de septiembre de 2017, la Torre Eiffel celebró con una gran fiesta
que había llegado a los 300 millones de visitantes desde su apertura al
público, en 1889. La torre ideada por Gustave Eiffel solo debía estar en
pie 20 años, pero el ingeniero la salvó convirtiéndola en centro de
transmisiones radiográficas y telecomunicaciones. Según informa su web
(toureiffel.paris/fr), recibe al año unos siete millones de turistas, el
75% extranjeros. Hasta febrero de 2018, la terraza del primer piso
albergará una pareja de pingüinos gigantes hechos de espejos plateados, y
el bar quedará transformado en iceberg.Sylvain SONNETGetty
7Panteón de Agripa (Roma) A
partir de mayo de 2018, el Panteón de Agripa en Roma, el monumento más
visitado de Italia (unos siete millones de personas lo conocen cada año,
según las autoridades turísticas italianas), que tradicionalmente ha
sido gratis, cobrará dos euros por entrada. Este templo dedicado al
conjunto de los dioses, actual iglesia cristiana, se construyó en
tiempos de Adriano, entre los años 118 y 125, sobre las ruinas de uno
anterior mandado edificar por Agripa y destruido por un incendio en el
año 80. Stendhal lo describió como “el más bello recuerdo de la
antigüedad romana”. Su cúpula de hormigón es un prodigio técnico y
arquitectónico.Paul ChesleyGetty
8Sagrada Familia (Barcelona) En
2016, un total de 4.561.848 turistas, la mayoría internacionales,
franquearon las puertas de las fachadas del Nacimiento y de la Pasión
(la de la Gloria queda por construir) de la Sagrada Familia
(sagradafamilia.org/es). Un año récord de visitantes que admiraron el
inacabado y vertical exponente de la arquitectura modernista catalana,
iniciado en 1882 y diseñado por Antoni Gaudí, que murió en 1926 tras ser
atropellado por un tranvía y fue enterrado en el interior del templo.
Un blog en marcha desde noviembre da a conocer el día a día de las
obras, que, según está previsto, quedarán finalizadas en 2026.Stefan CioataGetty
9Estatua de la Libertad (Nueva York) Alrededor
de cuatro millones y medio de personas (según cifras del Servicio de
Parques Nacionales; www.nps.gov) visitan al año la Estatua de la
Libertad Iluminando al Mundo, que es el nombre completo del regalo que
Francia hizo a Estados Unidos en 1886: el donante se encargaría de la
estatua (Eiffel diseñó su estructura interna) y de su ensamblaje,
mientras que el receptor construiría la base. El monumento domina, con
sus 93 metros totales de altura, la isla de la Libertad, al sur de
Manhattan (Nueva York), cerca de la isla de Ellis. Era la primera visión
de la tierra de las oportunidades que tenían los inmigrantes europeos
tras atravesar el Atlántico.Stefan CioataGetty
La Alhambra (Granada) Los
visitantes que se acercan a la Alhambra (2.615.188 en 2016;
www.alhambra-patronato.es) pueden ver, a través de una ventana y una
puerta, las bóvedas y paramentos interiores del Baño Real del Palacio de
Comares, recién restaurados. Un ejemplo más de cómo el impresionante
complejo palatino andalusí continúa sorprendiendo y desvelando secretos
12 siglos después (hay constancia de su existencia desde el IX).
Palacios, jardines, alcázares. La alcazaba, la Puerta de la Justicia, la
Sala de Barca, el Patio de los Leones, el palacio de Carlos V, las
habitaciones del emperador y el Peinador de la Reina, el Generalife. Una
ciudad dominando la orografía de otra ciudad, Granada.Los más turísticos de España Tras
la Sagrada Familia y la Alhambra, los monumentos más populares de
España conducen hasta Andalucía: a la Mezquita de Córdoba (en la foto),
que empezó a construirse como mezquita en el año 785 y fue consagrada
como catedral en 1238, y a la que accedieron 1.818.633 personas durante
2016. Y a Sevilla, que atesora la catedral gótica más grande del mundo
con su Giralda, y su Real Alcázar, con una amalgama de arte islámico,
mudéjar y gótico (más de millón y medio de visitas cada una). El Palacio
Real en Madrid (1.475.421 turistas) y la Casa Milà de Gaudí (La
Pedrera), en Barcelona (1.207.087 personas), completan el club de más de
un millón de visitantes. Por detrás se sitúan el Alcázar de Segovia
(más de 600.000) o la catedral de Burgos (357.497). Mención aparte
merecen dos templos que no cobran entrada, por lo que resulta complicado
calcular su público: la basílica de Nuestra Señora del Pilar, en
Zaragoza (según algunas estimaciones con cinco millones de visitantes
anuales) y la catedral de Santiago de Compostela, con más de tres
millones de peregrinos.
Tal es su penetración en las cocinas españolas que esta ave se
comercializa no solo en filetes de pechuga o en forma de fiambre, sino
como salchichas, hamburguesas o incluso chorizo.
No obstante, a la hora de hacer la compra siempre hay que echar antes un
vistazo: como cualquier procesado, su etiqueta puede esconder algunas
sorpresas. Igual que pasa con el jamón York o con los sucedáneos de queso.
La pechuga de pavo, a diferencia de otros derivados cárnicos, solo admite una variante según la normativa española. Mientras en el caso del jamón york, las lonchas pueden provenir de una mezcla de partes del animal
—carne, o carne y grasa—, de una o varias especies, la pechuga de pavo
solo puede proceder, como indica su nombre, de la pechuga de esta ave. Eso sí, hay algo común a todos los procesados cárnicos:
según el artículo 17 de la ley de calidad de los productos cárnicos,
pueden llevar hasta un máximo de un 10% de féculas, entre otros
ingredientes facultativos. Cuando las lonchas que compramos en el supermercado llevan féculas el producto debe llamarse "fiambre de pechuga de pavo". En ocasiones, no aparecerá en la denominación del producto. En su
lugar, el paquete puede decir: "finas lonchas", "puro pavo", sanísimo" o
"braseadas", entre otros reclamos. En letra más pequeña y cerca de los ingredientes, sin embargo, deberá aparecer la verdadera naturaleza del alimento: "pechuga de pavo cocida" o "fiambre de pechuga de pavo". Que no lleve féculas no significa que no contenga otros
elementos. Al pavo, explica Jessica Hierro, tecnóloga de los alimentos y
nutricionista en Alimmenta, "se le suele añadir sal, agua (un máximo de un 5,5%), leche o soja", y adivitivos "para hacer que dure más y, en algunos casos, para mejorar el sabor o el tacto". Hasta el punto de que, según explica la doctora e investigadora del CSIC Marta Miguel, hay paquetes que llevan solo un 65% de pavo, los hay con menos del 50% y otros que llegan al 92%.
"Cuanto más porcentaje tiene de esa carne de ave, menos va a tener de
lo demás (que es añadido)", recuerda Miguel: "Y que pueden ser azúcares,
almidones, aromas, etcétera". Un vistazo a algunas etiquetas confirma lo que expone la experta. En un paquete elegido al azar
en el supermercado de fiambre de pechuga de pavo leemos: "55% de pavo,
agua, sal, estabilizadores, fécula de patata, proteína de leche, azúcar,
aromas, potenciador de sabor, antioxidantes y especias". En otras
enseñas, la cantidad de pavo asciende a un 69%, pero la lista de
añadidos es similar: dextrosa, leche en polvo, proteína de soja, aromas…
No todo el pavo entra en dietas de adelgazamiento
SI lo que busca en la etiqueta es un contenido bajo en
grasas y pocas calorías, puede encontrarse con otras sorpresas. Si bien
—como decíamos al principio— el pavo se caracteriza por unas propiedades
nutricionales más recomendadas en caso de dieta, su alteración devuelve
el inconveniente de otros productos grasos. Veamos: según el Ministerio de Agricultura,
la pechuga de pavo ronda las 107 calorías por cada 100 gramos. Su
cantidad de grasa es de 2,2 gramos en esta misma porción, el colesterol
se sitúa en 45 miligramos por cada 1.000 calorías (es decir, 4,8
miligramos de colesterol en esos 100 gramos) y las proteínas alcanzan
los 21,9 gramos. Además, señalan, es rica en vitaminas del grupo B: niacina (B3), B6 y B12. Sin embargo, en elaboraciones como el chorizo de pavo o el salchichón de pavo
la cosa se complica: a la falta de grasa del pavo se le añaden otras
como la de pato o las de otras zonas menos nobles del ave. Aunque sirvan
como posible elección para aquel que no come cerdo, esta mezcla duplica la cantidad de calorías (hasta las 200 por cada 100 gramos) y queda fuera de las dietas para adelgazar. "Si hablamos de fiambres o embutidos, siempre hay una base
de carne a la que se añaden aditivos", recuerda Álex Pérez,
dietista-nutricionista en el Centro de Atención Primaria Vallcarca-Sant
Gervasi, en Barcelona, y autor del blog ¡Salud y piernas! de la revista Runners. "Y el pavo es una carne magra, sin grasa, pero generalizar en estos casos no es lo más prudente". "Mejor buena calidad y poca cantidad que al revés",
sintetiza el experto. "¿Más sano?", se pregunta por su parte Jessica
Hierro, "se puede hablar de productos que son mejores que otros, pero no
por eso recomendables. Y mucho menos si se trata de chorizos o
mortadelas".
"Es preferible tomar un buen jamón serrano que un fiambre procesado", sugiere la dietista-nutricionista Carla Zaplana, quien responde desde Estados Unidos. Autora de libros centrados en "la alimentación vegetal", Zaplana defiende la pechuga de pavo como alternativa al jamón cocido
por su menor cantidad de grasas saturadas y toxinas, pero acentúa los
peligros del producto cuando es un "conglomerado de sustancias".
Moisés Chacón, responsable de la web No Más Aditivos,
especializada en tablas comparativas de marcas y alimentos, concluye
que la cantidad de pavo en estos derivados es menor que la del jamón. Lurueña, advierte: "Antes de centrarnos en comparar tablas nutricionales
de ambos productos deberíamos mirarlos desde la distancia para tener
más perspectiva y darnos cuenta de que en ambos casos estamos hablando de carne procesada. Diferentes organismos relacionados con la salud, como la Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Harvard y la OMS recomiendan no
consumir este tipo de productos, principalmente por el aumento de riesgo de cáncer colorrectal. "No se trata de demonizar los productos y dejar de consumirlos", explicaba Marta Miguel en un Facebook Live con BuenaVida,
"pero sí de hacer el ejercicio [de mirar las etiquetas] para ser
conscientes de lo que comemos" e ir compensando, de algún modo, nuestra
dieta.