¿La inteligencia de una mujer atrae a los hombres?
Posiblemente, una gran parte de los hombres diría que sí, que por
supuesto. Sin embargo, si se preguntara a las mujeres, muchas
contestarían justo lo contrario, lo negarían. Y curiosamente, los dos
tendrían razón, según un artículo publicado en 2015 en la revista Personalityand Social Psychology Bulletin. Lora Park, una psicóloga social de la Universidad de Buffalo, y sus
colegas Ariana Young y Paul Eastwick realizaron diversas investigaciones
para comprobar qué les ocurre a los hombres cuando están con una mujer
que creen que es más inteligente que ellos. En un primer experimento, se
les pidió que evaluaran a una chica que hipotéticamente era más lista y
habilidosa en matemáticas y en inglés . Todos ellos calificaron a dicha
mujer como una pareja romántica deseable a largo plazo. Hasta aquí todo
bien. Esa era la teoría, pero ¿y en la práctica? Para dar respuesta a
ello, los investigadores crearon diversas situaciones donde las personas
competían. Cuando una chica demostraba ser más inteligente que los
chicos, por “arte de magia” dejaba de ser tan atractiva a los ojos de
los hombres. E, incluso, llegaban a reconocer que se sentían inseguros
frente a ella.
Lora Park, una psicóloga social de la Universidad de Buffalo, y sus
colegas Ariana Young y Paul Eastwick realizaron diversas investigaciones
para comprobar qué les ocurre a los hombres cuando están con una mujer
que creen que es más inteligente que ellos. En un primer experimento, se
les pidió que evaluaran a una chica que hipotéticamente era más lista y
habilidosa en matemáticas y en inglés. Todos ellos calificaron a dicha
mujer como una pareja romántica deseable a largo plazo. Hasta aquí todo
bien. Esa era la teoría, pero ¿y en la práctica? Para dar respuesta a
ello, los investigadores crearon diversas situaciones donde las personas
competían. Cuando una chica demostraba ser más inteligente que los
chicos, por “arte de magia” dejaba de ser tan atractiva a los ojos de
los hombres. E, incluso, llegaban a reconocer que se sentían inseguros
frente a ella. Nos necesitamos mutuamente. Tanto es así que una de las claves que ayuda
al éxito profesional de una mujer (y del hombre) es tener una buena
pareja, según Sheryl Sandberg,
la directora financiera de Facebook. De hecho, de las 28 mujeres que
han sido directoras generales de alguna empresa de las Fortune 500, 26
están casadas, una divorciada y una soltera. Pero los cambios de
la sociedad son tan profundos que también están afectando a las
dinámicas entre el hombre y la mujer, lo que nos obliga a gestionar
nuevos miedos disfrazados de otro modo. Y para poder lidiarlos
con éxito, es necesario mejorar el autoconocimiento con el fin de ganar
confianza y seguridad por uno mismo más allá de lo que el otro haga o
diga. También es importante educar en inteligencia emocional desde la
infancia, de forma que tanto hombres como mujeres se puedan preparar
para los nuevos roles sociales que van a vivir. Y, por supuesto,
necesitamos abrir nuevas conversaciones entre las parejas para encontrar
los puntos de conexión y de colaboración, que no de competición. Solo
así aprenderemos a superar las dificultades a las que todos y todas nos
enfrentamos.
El
cineasta responde con humor a la columna de Elvira Lindo, publicada ayer
en EL PAÍS, en la que lamentaba las palabras del director en una
entrevista, también en este periódico, sobre las diferentes formas de
ver las películas.
Me llamo Álex de la Iglesia y soy una señora mayor de 52 años. Hace un par de días, tras diez horas de entrevistas, metí la pata lamentablemente, y mi querida y admirada Elvira Lindo me lo recordó dejándome a la altura del betún, que es donde me merezco estar unos cuantos días. Le pedí perdón por Twitter,
a ella y a todas las señoras de este mundo. Y es muy triste, porque si
hay alguien a quien amo profundamente es a las señoras mayores. Desde mi
madre, de 94 años, que quiere que estrene películas para verme por la
tele, porque no tengo tiempo de subir a Bilbao a verla, hasta mi adorada
Terele [Pávez] que falleció poco después del estreno de El bar Ella se hubiera reído mucho, y de hecho, lo estará haciendo
allá arriba con Sancho [Gracia], otro señor mayor al que quería con todo
mi corazón, por mi torpeza a la hora de explicarme.
¡Pero
si tú eres una señora mayor! Me recordaba un amigo periodista. Claro,
entonces entendí todo. La gente no sabe que yo me califico a mí mismo
como “señora mayor” habitualmente, un calificativo que, obviamente,
Elvira Lindo ni nadie que leyera esa entrevista podía conocer. De hecho,
mi perfil de Blogger es una foto de Angela Lansbury, y mi nombre, La
señora mayor. Carlos Areces es muy señora, y así nos llamábamos
mutuamente mientras rodábamos Balada triste de trompeta, y si seguís el Twitter de Antonio de la Torre, encontraréis muchos en los que me llama “señora”. Se llame o no usted mismo "señora mayor" no quita el desdén conque nos llamó "Señoras mayores" que igual usted cree que ni manejamos el Ordenador ni el móvil, pero es usted un señor de tantos que solo frecuenta señoras mayores cuando va a verlas y son familia, pero se busca jovencitas atractivas anque esas no van a salas de cines. Yo que soy de la generación de alumnas universitarias que íbamos a salas de cine de culto, y que luego hacíamos un foro para comentar aa Fellini, Antonioni, Ingmar Bergman, Buñuel, Berlanga, y nos pegábamos un aburrimiento mortal hasta que por fin vino Spilver y todos esos directores marcados por la Guerra de Vietnam, otro peñazo, las pelis, ahora puedo decirlo pero antes había que adorarlos, ahora no hay ya directores que hagan otro tipo de cine, pero las señoras mayores seguimos en las Salas para luego hablar sobre ella sin necesidad de hacer un foro...Me olvidaba de poner a mi querido y admirado Visconti... Ser una señora es maravilloso, porque nadie sabe como ellas ver las
cosas con distancia, con tranquilidad, y con una comprensión que las
hace únicas. Ser “señora mayor” no es cuestión de edad, es una actitud.
Ninguna señora mayor debería enfadarse más de lo debido conmigo (sí un
poquito, por decir tonterías), porque ellas entienden perfectamente qué
es lo importante y qué no, dónde se encuentran los problemas que nos
agobian y que alimentan este estado crispado de opinión en el que parece
que todo es objeto de ofensa y crítica. Elvira me ha perdonado. Gracias, Elvira. Lo bueno de todo esto es que mi metedura de pata te inspiró para escribir un artículo muy hermoso. AH!!! Señor Mayor, no olvide que pagamos la entrada y gracias a eso hay pocas salas pequeñas que pueden ir tirando cada mes. También es muy triste que no supiera explicar, en mi torpeza, lo que
realmente quería decir, que es muy distinto de lo que destacan los
titulares. Quería decir que, dentro del mismo cine, hay una corriente de
opinión que rechaza las nuevas ventanas de exhibición frente a lo que
supone la clásica proyección en una pantalla, y eso me parece un paso
atrás. Creo que todos los formatos, salas, televisión y plataformas
digitales pueden convivir en paz sin entorpecerse unos a otros. Esto no
tiene nada que ver con lo que creo que se me entendió. Culpa mía. Por
eso también debo dejar claro, aunque se me antoja obvio, que amo
profundamente los cines. Cómo no, pasando la vida entera en ellos, desde
que tenía cuatro años hasta ahora, proyectando mis películas. Nadie
vive con más pasión el momento mágico en que se apaga la luz y comienza
la película, rodeado de gente, pero ahora hay nuevas ventanas de
exhibición y son tan legítimas como la original.
La periodista Pilar Eyre acudió a Chester, programa de Risto Mejide en Cuatro, para hablar de uno de los temas en los que es experta: la Casa Real. Eyre aseguró este domingo que el rey Juan Carlos tiene un hijo ilegítimo del que no quiso dar el nombre.
"¿Tú crees que tienes tres hijos, no?" El rey...", planteó Eyre. "Sí, que yo sepa", respondió Risto en tono bajo. "Felipe, Cristina y Elena, ¿no? Pues a lo mejor no son sólo tres".
"¿Qué me estás contando?", preguntó Risto ojiplático.
"Alguien que nadie conoce de la aristocracia pasa por ser hijo o hija de un título importante de España", contó Eyre.
"¿Y por qué no ha salido?", repreguntó el presentador. "Esta persona tiene unos padres muy reconocidos, lo sabe todo el
mundo de su entorno, lo sabe la madre y lo sabe él, el rey. Cuando se
sepa quién es todo el mundo dirá ¡pero si es igual! Pero, ¿cómo no nos
habíamos dado cuenta? Si se parece un montón", explicó la periodista.
Pero eso no es todo, Risto quiso saber si era un personaje famoso y
por lo que apuntó Eyre, todo apunta a que sí y que es una mujer: "Es una
figura muy reconocida, podría ser y ha sido portada de revista".