Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 sept 2017

La pareja del pantano de Susqueda fue asesinada

Javier Marías: “El primer desaparecido de la historia de la literatura es Ulises”

Berna González Harbour charló con el escritor sobre 'Berta Isla' y las lecturas que le ayudaron a construir su novela.

Javier Marías ha sido el invitado de esta semana de '¿Qué estás leyendo?' el espacio de Café Steiner dirigido por Berna González Harbour en Facebook de EL PAÍS Opinión donde analizamos la actualidad a través de lecturas. 

Marías acaba de publicar Berta Isla (Alfaguara), que en cierto sentido trata –según el propio autor– de la espera.

"Hacía muchos años que quería abordar un tipo de novela de gente que vuelve de la guerra, gente que desaparece y reaparece -incluso no regresa", cuenta Marías.
 El autor destaca entre los libros que lo inspiraron para la escritura de su última novela, La Odisea de Homero. "El primer desaparecido de la historia de la literatura es Ulises", señala.
Javier Marías (Madrid, 1951) es escritor, articulista y traductor. Colabora con EL PAÍS desde los inicios del diario y desde 2008 es miembro de la Real Academia Española. 
Ha publicado más de una decena de novelas, con Los enamoramientos (Alfaguara, 2011) obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en 2012.
La selección de Javier Marías para ¿Qué estás leyendo? es:
La Odisea de Homero.
La mujer de Martin Guerre, de Janet Lewis (Reino de Redonda).
El coronel Chabert, de Balzac (Reino de Redonda).
El relato Wakefield, dentro del libro Twice-Told Tales, de Nathaniel Hawthorne,
La canción de Lord Rendall, dentro de Mala índole, Javier Marías (Alfaguara).
Enrique V, de Shakespeare.
Los versos de T.S. Elliott pertenecientes a Little Gidding, uno de Los Cuatro Cuartetos.
Historia de dos ciudades, de Charles Dickens.
La trilogía Tu rostro mañana (2002-2007) del propio Javier Marías, de la que recupera algunos personajes.

 

Esto es lo que gana Frances Bean Cobain cada mes por la herencia de su padre


Si uno sigue la cuenta de Instagram de Frances Bean Cobain sabrá que se ha pasado el verano escuchando a Blur, que le fascina el escritor/artista de Penguin Harland Miller y que se ha paseado por París esta semana junto a su madre, Courtney Love para presencial el homenaje a Pierre Bergé en el desfile de Saint Laurent.
Ahora, gracias a People, también podemos saber cuánto ingresa al mes la hija de Kurt Cobain a sus 24 primaveras por la herencia de su padre.
 Según los documentos relativos a su divorcio con Isaiah Silva, Frances Bean Cobain gana unos 100.000 dólares al mes (unos 85.000 euros) y de esa cifra, 95.000 dólares provienen de derechos publicitarios y otros 6.500 de dividendos. 
Su fortuna está valorada en unos 11,2 millones de dólares (unos 9 millones y medio de euros). 

Varias publicaciones también indican que los gastos mensuales de la hija de los artistas pasa de los 200.000 dólares, algo que ella misma desmintió vía Twitter, si bien no lo hizo con sus ingresos: “Lo siento pero, ¿quién tiene el tiempo de gastarse 200.000 dólares al mes? Es jodidamente absurdo.
 Ninguna de las informaciones que han aparecido en prensa son precisas”. El tuit ya no está disponible.
Puedes leer la noticia completa en People

Fotonovelas................................................ Luz Sánchez-Mellado

No somos tan íntegros como el relato que ofrecemos de nuestra vida y obra.

La fallecida Celia Fuentes en una imagen de su Instagram.
La fallecida Celia Fuentes en una imagen de su Instagram.
De cría, rebuscaba en la basura por pura hambre de espíritu. Entiéndaseme: en casa no faltaban ni el cocido ni el abrigo ni los libros, pero, con cuatro bocas voraces y un solo sueldo magrísimo, el resto de artículos, desde los refrescos de cola a la ropa pija a la prensa rosa, eran considerados galguerías, despilfarros y cosas de ricos.
 Así que una, letraherida y cotilla desde el útero, rapiñaba de la calle tebeos, revistas cursis y calentorras, el BOE en verso. Cualquier panfleto que hablara de la vida de los otros, en una especie de bulimia sin más orden ni concierto que la delicadeza de estómago.
 En una de estas, decía, hallé un botín fabuloso: un cerro de fotonovelas italianas habitadas por mujeres y varones bellísimos haciendo que se cortejaban en turbadoras imágenes hasta acabar saciados en el lecho.
Qué vestales, qué galanes, qué sofocones, oye.
 Recuerdo a uno, Danilo Verde —ojos donde fondear en verano, pecho do hibernar sine die, barbilla rota para coser a besos— que me parecía el colmo de la hermosura masculina y al que acabo de guglearsolo para constatar que la vida nos lamina a todos. 
Incluso a aquellos perfectos seres de aquellos perfectos romances de aquellos perfectos fotorrelatos. Todo mentira, por supuesto.
El otro día, una chica guapísima cuyo oficio era parecer ideal en su propia fotonovela, perdón, Instagram —a su vera, Danilo Verde era todo piños y poros y pelos disparejos—, resolvió quitarse esa vida maravillosa que llevaba cara a la galería aunque fuera mentira.
 No. No somos tan íntegros como el relato que ofrecemos de nuestra vida y obra. 
Ni los alcaldes independentistas vara enhiesta encarando su misión histórica.
 Ni Rajoy trotando frente al Obelisco ante su cumbre con el emperador del mundo. 
Lo malo de según qué fotorrelatos es que sus actores ni se casan ni se aman ni copulan.
 Los finales no siempre son felices. 
A veces, incluso, son fatales.