Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

24 sept 2017

Cuatro días que cambiaron el mundo....................Juan José Millás

COLUMNISTAS-REDONDOS_JUANJOSEMILLAS
SI NO SUPIÉRAMOS que se trata de Ángel Nieto, pensaríamos que se trata de un héroe de la aviación de la I Guerra Mundial, quizá de la II, pues los cambios entre una y otra, en lo que nos ocupa, no fueron tan grandes. 
A esa estética responden el casco y las gafas del corredor de motos, incluso su mirada, dirigida hacia ese punto del infinito donde nos aguarda la gloria (a quien le aguarde). 
 El blanco y negro contribuye también a la creación de esa atmósfera que nos lleva tan lejos cuando en realidad estamos tan cerca.
 No se pierdan la hebilla del barboquejo, que debe de pesar más que un candado. 
El casco de un niño actual de cuatro años que estrena su primera bicicleta es sin duda más ligero, funcional y seguro que el del antiguo campeón del mundo.
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Tal avance en la calidad de los materiales y en la eficacia de las formas, que se ha producido en apenas cuatro días, ha afectado a cuanto nos rodea, incluidas las raquetas de tenis, las baterías de cocina y la utilería doméstica en general (por no hablar de la aparición de Internet).
 Tampoco las motos de ahora tienen mucho que ver con aquellas sobre las que cabalgó Nieto.
 El cambio ha sido exponencial. En unos pocos años, la realidad ha sufrido más transformaciones que en todo el siglo anterior, quizá que en los dos siglos anteriores.
 Significa que vamos hacia el futuro (sea lo que sea el futuro) a velocidades que el señor de la foto jamás soñó en alcanzar sobre su montura.
 Señalar por último que se pasó la existencia jugándose la vida sobre un artefacto de dos ruedas para ir a morir sobre uno de cuatro.
 El destino.
 

Un problema de incredulidad.............................Javier Marías

Tras los atentados de Cataluña no me creí el lema ‘No tinc por’. Repetir en exceso la misma frase suele ser signo de que a uno le pasa lo contrario de lo que proclama.

Javier Marías
UNA VEZ MÁS, el problema es mío sin duda.
 Sería idiota y presuntuoso pensar que son los demás quienes andan equivocados. Claro que a veces hay masas erradas a buen seguro (las que han hecho a Trump Presidente, sin ir más lejos), y su número no me puede convencer de lo contrario, ni aun cuadruplicado. 
Serían masas de zotes enajenados, y de ahí no me movería.
 Pero en lo que voy a comentar hay un elemento intuitivo, poco racional, que no avala mis impresiones.
 De hecho son sólo eso, impresiones y sensaciones. 
Hace ya tiempo que no logro creerme casi nada de lo que veo, escucho, leo. 
Y la cosa me ha preocupado enormemente en el último mes, tras los atentados de Barcelona y Cambrils.
 Viví tres años de mi juventud en Barcelona y voy por allí cada cinco o seis semanas. 
Conozco a su gente civilizada y amable, ahora acogotada y semisecuestrada por los caciques de la independencia, individuos pueblerinos, autoritarios y racistas. 
Me creo a quienes empezaron a llenar la Rambla de flores, velas y mensajes: personas que necesitan hacer “algo” incluso cuando ya no se puede hacer nada, una forma de desesperado autoconsuelo. Pero pronto eso se convirtió en algo tan desproporcionado e invasivo que no pude evitar la impresión —insisto— de que muchos de los que depositaban sus ofrendas lo hacían ya sólo por mimetismo y para “no ser menos”, tal vez para sacar una foto turística de lo que habían colgado y luego “compartirla”, como se dice ahora con el verbo más tontaina de cuantos nos han invadido desde el inglés más tontaina.  

Para ofrecerse a sí mismos una imagen ejemplar de sí mismos.
 ¿Por qué me cuesta creer en la autenticidad de ese gesto a partir de un momento dado? ¿Por qué dudo que a muchos visitantes —los barceloneses son otra historia— les importen gran cosa los muertos allí habidos?
 No lo sé, seré un incrédulo y un desconfiado. O quizá es porque tampoco he logrado creerme ninguno de los discursos huecos de los políticos ni de gran parte de los periodistas y tertulianos.
 A los primeros los he oído soltar banalidades de manual, tan manidas que suenan vacuas (“Nadie destruirá nuestra forma de vida” y demás), o bien insidias en provecho propio, con las que resultaba diáfano que lamentaban el atentado, cómo no, pero que, una vez producido, era de tontos no sacarle partido, cada uno en beneficio de sus intereses.
 A los segundos y terceros (con honrosas excepciones) los he visto lucirse con sentidos recuerdos de su Rambla o bien arrimar el ascua a su sardina española o independentista, islamofóbica o islamofílica, según el caso. 
Pocos me ha parecido que deploraban de veras esos muertos abstractamente venerados.
 Las víctimas como oportunidad y pretexto.
 Y sería lo natural, tener miedo.
 No hasta el punto de alterar las costumbres (en Madrid no lo hicimos tras el 11-M, con casi doscientos muertos), pero sí hasta el de andar ojo avizor, tomar precauciones y sentirse más amenazado que antes.
 ¿Y qué hay de la manifestación del sábado 26 de agosto? Costaba creérsela pese a la indudable sinceridad de la mayoría, si una parte no desdeñable de los manifestantes era obvio que estaban a otra cosa.
 No estaban desde luego a llorar a los asesinados ni a condenar a los terroristas ni al Daesh que los inspira, sino a abuchear a quienes les caían gordos, a exhibir sus enseñas en el día más inadecuado, a culpar de la matanza al Rey y al Gobierno central por sus tratos con determinados países (se les olvidó culpar al Barça, que ha lucido durante años “Qatar” en las camisetas), a pedir que no se vendan armas a nadie (cuando estos atentados se habían llevado a cabo con furgonetas alquiladas en casa y cuchillos de cocina, gran tráfico internacional hay de eso), a protestar por una islamofobia por suerte escasa en España, como ya se comprobó tras el mencionado 11-M. Fui viendo esa manifestación en diferentes cadenas.
  En una estaban siempre Pablo Iglesias o un acólito hablando, como si todas las víctimas hubieran sido de Podemos; en otra, oficial catalana, enfocaban insistentemente la zona en que había más esteladas y más pitos a los “españoles” presentes, falseando con descaro el conjunto; en otra, estatal, procuraban escamotear en lo posible eso mismo. 
De la multitud, muchas personas parecían en verdad afectadas; otras, estar allí porque era lo que tocaba y no iban a perderse el acontecimiento.
 No vi diferencia con otras ocasiones, incluso con algunas festivas. Eché de menos más silencio, duelo, sobrecogimiento (mucho pedir a esta época chillona, supongo).
 Quien me mereció mayor crédito en esos días (sólo en esos) fue el responsable de los Mossos d’Esquadra, Trapero, porque al hombre se lo veía afanándose, agotado, prestando servicio, sin tiempo ni ganas de posar ni de sacar provecho. 
Vaya problema tengo si, de toda la sociedad, a quien más me creí fue a un policía.

23 sept 2017

Paz Padilla consiguió algo inaudito en 'Sálvame'

Tras la entrevista en 'Mi casa es la tuya', la presentadora logró lo nunca visto a su vuelta a 'Sálvame'.

Paz Padilla. En su mejor momento

En su mejor momento

Paz Padilla pasa por un momento muy dulce. No solo ha disfrutado de unas merecidas vacaciones y tiene una familia estupenda, sino que su entrevista en 'Mi casa es la tuya' ha sido una de las más vistas de los últimos tiempos.
Paz Padilla. Vuelta a 'Sálvame'

Vuelta a 'Sálvame'

La presentadora regresaba a 'Sálvame' tras el éxito de la entrevista on Bertín y sus compañeros la recibían por todo lo alto. Estaban deseosos de comentarlo todo y hacerle muchas preguntas.
Paz Padilla. Muy querida

Muy querida

No hay duda de que Paz es uno de los rostros más queridos por el público, pero su relación con los compañeros del programa no ha sido tan fluida. Se ha enfrentado en numerosas ocasiones con los colaboradores, que parece que no terminan de entenderla.

Paz Padilla. ¡Todos en pie!

¡Todos en pie!

Los colaboradores no dudaron en ponerse de pie para aplaudir a Paz. La presentadora, con los sentimientos a flor de piel, hizo enormes esfuerzos por no llorar de emoción.

 

El rojo, talismán perpetuo de la reina Letizia

La esposa de Felipe VI apuesta por este color como fetiche tanto para ceremonias como actos institucionales.


Fue en 2004 cuando pudimos ver a Letizia Ortiz por primera vez en un acto oficial. Era la boda real de Federico de Dinamarca con la abogada Mary Donaldson y lució este espectacular traje largo de gala realizado por el modisto Lorenzo Caprile.

Fue en 2004 cuando pudimos ver a Letizia Ortiz por primera vez en un acto oficial. 

Era la boda real de Federico de Dinamarca con la abogada Mary Donaldson y lució este espectacular traje largo de gala realizado por el modisto Lorenzo Caprile.


Y desde su primera aparición no ha dudado en seguir sorprendiendo con diferentes looks y su apuesta por el rojo. Como el vestido elegido por la reina para presidir, junto al rey Felipe, el concierto conmemorativo del XV aniversario del Grupo Vocento que ha tenido lugar este jueves 21 de septiembre en Madrid.

Y desde su primera aparición no ha dudado en seguir sorprendiendo con diferentes looks y su apuesta por el rojo. Como el vestido elegido por la reina para presidir, junto al rey Felipe, el concierto conmemorativo del XV aniversario del Grupo Vocento que ha tenido lugar este jueves 21 de septiembre en Madrid.

 





La reina volvió a elegir su color fetiche el pasado 28 de junio para el acto de conmemoración del 40º aniversario de las elecciones de 1977 en el Congreso de los Diputados. 

La reina volvió a elegir su color fetiche el pasado 28 de junio para el acto de conmemoración del 40º aniversario de las elecciones de 1977 en el Congreso de los Diputados.

Letizia deslumbró con un espectacular vestido rojo en el 50 cumpleaños de Guillermo de Holanda el pasado mes de abril. La reina española lució un elegante vestido con semi-capa diseñado por Stella McCartney. 

Letizia deslumbró con un espectacular vestido rojo en el 50 cumpleaños de Guillermo de Holanda el pasado mes de abril. La reina española lució un elegante vestido con semi-capa diseñado por Stella McCartney.


Como es habitual, la reina combina los vestidos con los pantalones y los conjuntos de falda y chaqueta. Así vistió el pasado mes de enero durante la ceremonia de conmemoración del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes en Madrid.rn Como es habitual, la reina combina los vestidos con los pantalones y los conjuntos de falda y chaqueta. Así vistió el pasado mes de enero durante la ceremonia de conmemoración del cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes en Madrid.  

Doña Letizia consiguió que este abrigo rojo de Zara, que al menos ha vestido en dos ocasiones, fuera éxito de ventas. Lo llevó durante la entrega de las acreditaciones correspondientes a la séptima promoción de embajadores honorarios de la Marca España, en el Museo Reina Sofía de Madrid el pasado 14 de marzo.  Doña Letizia consiguió que este abrigo rojo de Zara, que al menos ha vestido en dos ocasiones, fuera éxito de ventas. Lo llevó durante la entrega de las acreditaciones correspondientes a la séptima promoción de embajadores honorarios de la Marca España, en el Museo Reina Sofía de Madrid el pasado 14 de marzo.

El pasado mes de julio los Reyes hacían una visita oficial de tres días a la familia real británica. Letizia Ortiz confió de nuevo en Felipe Varela y acudió a una de las cenas de gala en el Palacio de Buckingham con un vestido de escote palabra de honor de tul y bordados de cristal. El pasado mes de julio los Reyes hacían una visita oficial de tres días a la familia real británica. Letizia Ortiz confió de nuevo en Felipe Varela y acudió a una de las cenas de gala en el Palacio de Buckingham con un vestido de escote palabra de honor de tul y bordados de cristal.
En esta ocasión en un concierto benéfico antes de la boda de la princesa Victoria de Suecia en junio de 2010, la reina Letizia se decantó por un vestido rojo firmado por Felipe Varela con volantes en la falda. En esta ocasión en un concierto benéfico antes de la boda de la princesa Victoria de Suecia en junio de 2010, la reina Letizia se decantó por un vestido rojo firmado por Felipe Varela con volantes en la falda. 

Doña Letizia repitió en su visita a Málaga el pasado mes de julio un vestido de 2016 de Nina Ricci. Lo ha combinado con sandalias de Magrit y bolso de Carolina Herrera al tono y pendientes de Tous. Toda una apuesta al mismo rojo pasión para inaugurar la reunión de directores del Instituto Cervantes. Doña Letizia repitió en su visita a Málaga el pasado mes de julio un vestido de 2016 de Nina Ricci. Lo ha combinado con sandalias de Magrit y bolso de Carolina Herrera al tono y pendientes de Tous. Toda una apuesta al mismo rojo pasión para inaugurar la reunión de directores del Instituto Cervantes.
La reina doña Sofía y la entonces Princesa de Asturias Letizia Ortiz durante el día de la Cruz Roja en 2004. La reina doña Sofía y la entonces Princesa de Asturias Letizia Ortiz durante el día de la Cruz Roja en 2004. 

De nuevo con un dos piezas de falda y chaqueta, doña Letiza acudía a la inauguración del séptimo Congreso del Voluntariado en 2004, su primero como princesa de Asturias. De nuevo con un dos piezas de falda y chaqueta, doña Letiza acudía a la inauguración del séptimo Congreso del Voluntariado en 2004, su primero como princesa de Asturias.

Letizia Ortiz, entonces princesa de Asturias, eligió este conjunto rojo de falda y chaqueta para la entrega del premio Príncipe de Viana de la Cultura 2007 en Navarra.rn      
Letizia Ortiz, entonces princesa de Asturias, eligió este conjunto rojo de falda y chaqueta para la entrega del premio Príncipe de Viana de la Cultura 2007 en Navarra.