Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 sept 2017

Sandra, la discreta hija de Amancio Ortega

La heredera, segunda accionista de Inditex, ha consolidado su patrimonio y ha aumentado la herencia de su madre hasta los 6.000 millones.

Una de las pocas imágenes que hay de Sandra Ortega.
Una de las pocas imágenes que hay de Sandra Ortega. GTRES

 A casi todos los adolescentes, que sus padres se divorcien les supone un dilema. Cuando Amancio Ortega y Rosalía Mera, los fundadores de Inditex, se separaron su hija mayor tenía 16 años y ya se había empeñado en dejar el colegio de monjas de enfrente de casa por un instituto público en lo que entonces era el extrarradio de A Coruña.

 Sandra Ortega Mera apostó rotundamente por su madre tras la separación.

 Cuatro años después de haberla perdido, la hija, que ahora tiene 49 años, continúa fielmente la obra iniciada por su progenitora, agrandándola.

 Sin embargo, en ciertos aspectos, Sandra mantiene actitudes más propias de su discreto padre que de su extrovertida madre.

Rosalía Mera y su hija fueron, además de una familia, un equipo. Sandra estudió Psicología en la cercana Santiago, y cuando se casó con su novio del instituto se fue a vivir a una finca adyacente a la de su madre, en la costa de Oleiros, frente a A Coruña. 
Se implicó en su obra, la Fundación Paideia Galiza —convertida en este momento en su lugar de trabajo diario— y en el resto de las sociedades y empresas, relacionadas con la asistencia a emprendedores o actividades culturales.
Sandra Ortega heredó a Rosalía Mera en todos los aspectos. 
En la presidencia de la fundación y en la tutela de su hermano menor Marcos, afectado de una grave parálisis cerebral. 
 En mantener la paz con Inditex, donde, a pesar de reducir su participación al 5%, sigue siendo la segunda accionista.
Amancio Ortega, con su hija Marta.
Amancio Ortega, con su hija Marta. GTRES
Las voces que cuestionan el reparto de la herencia paterna no proceden de su entorno.
 A ella le corresponderían dos tercios (el suyo y el de Marcos), pero Amancio Ortega ya ha expresado su preferencia porque lo suceda en Inditex la hermana menor, Marta Ortega Pérez, hija de su segunda mujer, que ya es miembro del Consejo de Administración del grupo.
 Y las leyes gallegas permiten una partición discrecional entre los descendientes.
 Sandra Ortega Mera ha logrado consolidar y robustecer la herencia recibida, que ha pasado de ser estimada en 4.700 millones de euros a rondar los 6.000 (en esta liga, las estimaciones dependen del día, y de los parámetros que se midan), que la mantiene en un cómodo segundo puesto entre los privilegiados españoles más ricos, aunque con la décima parte que su padre.
 Pero Rosp Corunna, la sociedad patrimonial, ha desarrollado en los últimos tiempos una vocación inmobiliaria similar a las sociedades que gestionan el dinero de Amancio Ortega. 
 Al igual que él, ha invertido en hoteles y edificios de oficinas en el extranjero.
 De Stuttgart a Palo Alto, y de Hollywood a Nueva York, sin descuidar lo residencial, como la emergente y exclusiva península de Tróia, en el municipio portugués de Grândola.
Sandra sobre todo ha heredado la tradicional discreción de su padre. 
No llega a los extremos de su compañera en el grupo de las superricas con 12.000 millones de Beate Heister, hija del fundador de los supermercados Aldi, de la que no se conocen ni fotos, pero nada que ver con el carácter de su madre. 
Rosalía, por personalidad y no por cálculo, por intuición más que por reflexión, sabía que Paideia, o Mans, su vivero de empresas, necesitaban un referente, y asumía con gusto ese papel público. Una de sus últimas apariciones fue cuando el músico cubano Paquito D’Rivera acudió a los estudios de Mans para grabar. Rosalía Mera le contaba, al trompetista y a los periodistas, anécdotas de su abuelo. 

La última convocatoria de Paideia, en julio pasado, también era musical, el remate de un curso de cinco meses para emprendedores de ese sector, pero la presidenta, como es norma, no asistió. 
De la misma forma, Rosalía se declaraba de izquierdas y reivindicaba sus orígenes.
 Las ideas políticas que se le suponen a Sandra no difieren mucho de las de su madre, pero en su caso no las proclama.
El círculo de hierro de discreción que rodea a la hija mayor de Amancio Ortega es tal que hay amistades que no saben, o dicen no saber, que tiene una casa de aldea en As Fragas do Eume, en la zona norte de la provincia.
 Una persona con la que tuvo un trato cercano se anima algo a la conjetura: “No es un problema de misantropía.
 Sandra tiene amistades normales y lleva una vida social como tú o yo. 
Quizá sea desconfianza, o que no quiere que la presionen sobre si tiene que hacer esto o lo otro”. 
Rosalía murió en el agosto de hace cuatro años, y Sandra mantiene el gris.

 

¿Adiós al ‘Gran Hermano’ laboral?...................... Joseba Elola

El Tribunal de Estrasburgo dicta que las empresas deben avisar a los trabajadores de que sus e-mails están siendo vigilados, pero, ¿acaso queda así protegida la intimidad?.


Una trabajadora utiliza el correo electrónico en su oficina.
No pueden espiar nuestras comunicaciones personales en el trabajo a menos que nos avisen. 
 Esta semana, la Gran Cámara del Tribunal de Estrasburgo ha dado un paso adelante en la protección de los trabajadores.
 Las empresas no podrán vigilar los correos electrónicos, mensajes y llamadas de sus empleados a menos que lo comuniquen. 
Esta sentencia, inapelable, viene a enmendar una decisión en sentido contrario de 2016
Y aun siendo un avance para los trabajadores, no deja claro que su derecho a la intimidad quede salvaguardado.
El llamado caso Barbulescu está detrás de esta decisión que intenta resolver uno de los múltiples desafíos a los que se enfrenta una sociedad en que las barreras entre la vida privada y la laboral se han difuminado en virtud de una rampante conexión permanente.
Barbulescu era responsable de ventas en una empresa rumana. 
 Le pidieron que se abriera una cuenta de Messenger en Yahoo para atender consultas de los clientes.
 Cuando en 2007 le despidieron, lo hicieron argumentando que había utilizado la cuenta para mensajes personales.
 Él lo negó, y le pasaron una transcripción de conversaciones en las que había mensajes, algunos, de tono sexual, intercambiados con su pareja.
 Barbulescu decidió abrazar la causa y el periplo judicial se tiñó de reveses hasta que al final, en última instancia, le han dado la razón.Las empresas tienen derecho a controlar el rendimiento y la actividad de los trabajadores, sí. 
 Y éstos tienen derecho a que su vida privada no quede reducida a la nada en cuanto cruzan la puerta del trabajo —la convención de Derechos Humanos consagra en su artículo 8 el derecho de toda persona “al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia”—. 
Pero existen límites, y eso es lo que ha venido a decir Estrasburgo. 


El empleador debe comunicar al trabajador que está controlando sus comunicaciones.
 Vale, pero, ¿acaso basta con que se haga una referencia en el convenio colectivo —tal como dictó el Tribunal Constitucional en 2013— de que se prohíbe la utilización de móviles y ordenadores de empresa para cuestiones personales para considerar que el trabajador está avisado? 
Y, una vez hecho esto, ¿se extingue ahí el derecho a la intimidad de los trabajadores?
Los empleados tienen derecho a 15 minutos de descanso durante su jornada laboral.
 Y en sus redes sociales hay, también, contactos profesionales
 Está claro que las empresas necesitan poner coto a los abusos de algunos trabajadores que van al trabajo de paseo, a surfear entusiásticamente su Facebook o a ponerse al día con el cuñado o la cuñada.
 Pero éstas son cuestiones difíciles de medir y habrá todo tipo de opiniones sobre quién es más productivo, el que en algún momento conecta con un familiar durante su jornada, el que acude a cuatro reuniones diarias a cazar moscas, o el fumador compulsivo y lenguaraz. 
 Al final, desde Estrasburgo lo que se reclama a los tribunales es que actúen con proporcionalidad y ponderación.
 Pues eso, un poco sentido común. 

 

Florida ordena evacuar a contrarreloj a 5,6 millones de personas antes de la catástrofe de Irma

El mayor huracán de la historia del Atlántico se ceba en Cuba y recuperará su categoría máxima (5) antes de estrellarse contra Florida a lo largo del sábado con un potencial destructivo incalculable.

 Los peores escenarios apuntan a inundaciones terrestres de hasta cuatro metros por desbordamiento del mar.

Florida ha comenzado la cuenta atrás para la colisión de Irma, el mayor huracán de la historia del océano Atlántico y con visos de provocar una catástrofe inédita. 

“Va a devastar Estados Unidos”, afirmó este viernes el director nacional de emergencias, Brock Long.

 El presidente Donald Trump advirtió de que será un tifón de “proporciones épicas” y urgió a la población —unos seis millones de personas en peligro extremo en la costa este de Florida, con Miami como potencial zona cero, y un riesgo creciente para el conjunto de los 21 millones de habitantes del estado— a “apartarse de su camino”.

 Tras degradarse el viernes por la mañana a categoría cuatro, por la noche las predicciones señalaban de nuevo que Irma llegará al sur de Florida de la peor manera posible, repuntando a categoría cinco y con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora.

 En Florida ya se había dado la orden el viernes por la noche para la evacuación inmediata de 5,6 millones de personas. “Llevo 60 años aquí y nunca había visto nada parecido”, ha reconocido consternado el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, un tipo curtido en mil batallas como exjefe de bomberos de la ciudad más grande de Florida. 

Vista aérea de los destrozos causados por Irma en las Islas Vírgenes. Reuters-Quality
Se prevé que los primeros vientos fuertes de Irma toquen tierra este sábado por la mañana engullendo los cayos y se lancen hacia el norte hasta golpear de frente a Miami al anochecer, convirtiendo la madrugada del sábado al domingo en una interminable pesadilla sin luz eléctrica que se podría prolongar hasta la noche siguiente, destrozando infraestructuras y viviendas y causando inundaciones de hasta cuatro metros en zonas de Miami y cinco en la costa suroeste de Florida. 
Por encima de los vientos huracanados, la gran preocupación, lo que podría resultar fatídico es eso: una subida extraordinaria del mar en un territorio a ras del agua como el sur de Florida –apenas 10 metros de altura media–.
 Infinidad de casas podrían quedar literalmente sumergidas bajo el mar desbordado tierra adentro.
Tampa, la principal ciudad de la costa oeste de Florida, está igualmente amenazada. 
Irma podría pasar con su salvaje vórtice por Tampa o por Miami. Eso dependerá de su evolución de las próximas 24 horas. 
Pero por una ruta o por otra, los dos grandes centros urbanos se verán rebasados a la vez por su violencia. 
Ni un solo punto del estrecho sur de la península, de oriente a occidente, puede eludir la debacle anunciada.
El Gobierno federal se ha volcado con Florida ante Irma. 
Con el país traumatizado por las inundaciones del huracán Harvey en Texas, a finales del mes pasado, la Casa Blanca ha aprobado la declaración de emergencia en Florida y ha liberado todos los fondos necesarios y activado un despliegue militar.
 La Armada mantiene cuatro buques en alerta, dos de ellos junto a la costa de Florida con cientos de tropas listas para desembarcar. 
La Guardia Nacional tiene 7.000 efectivos preparados.
 Las Fuerzas Aéreas desplegarán un escuadrón de aviones cazahuracanes para monitorear la evolución de Irma. 
Los helicópteros de la Guardia Costera se han movilizado también para los rescates.
 El gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, anunció que contaba con 7.000 voluntarios, pero señaló que le urgían otros 10.000. 
El político rogó a la población que obedeciera las órdenes de evacuación:
“No podremos salvaros en medio de la tormenta”, advirtió.
 La tempestad liberada por el ojo del huracán durará unas 12 horas, dejando a la metrópolis inundada, sin electricidad y sin agua corriente. 
Este viernes ya había sido evacuado, entre otros, el lujoso complejo Mar-a-Lago, la llamada Casa Blanca de invierno del presidente Trump, junto al resto del rico condado de Palm Beach (sureste de Florida).
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) prevé grandes cantidades de lluvia acumulada hasta el martes también en los estados de Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur.

Dos veces Andrew

En las calles de Miami reinaba ayer la confusión.
 Era fácil encontrarse con gente que no le daba la debida importancia al huracán y que no tenía planeado evacuar sus casas. La mañana del jueves, la camarera Azucena Mayorga decía con fe: “Yo en nombre de Dios espero que solo sea una lluvia fuerte”. 
Sin embargo, el potencial destructor de Irma supera al del huracán Andrew de 1992, que mató a 65 personas, destrozó 65.000 casas y costó 26.500 millones de dólares. 
En los mapas comparativos, Irma es un monstruo dos veces mayor que Andrew.
 A su paso por el Caribe, Irma ha sembrado la destrucción.
 Este viernes se contaban alrededor de una veintena de muertos, la mayoría en las Antillas Menores y tres en Puerto Rico.
 San Martín y Barbuda quedaron arrasadas en un 95% según las autoridades. 
El primer ministro holandés, Mark Rutte, ha enviado soldados a la parte holandesa de San Martín para contener el pillaje de grupos de saqueadores armados con pistolas y machetes.
 Irma ya había azotado ayer a Cuba y las Bahamas. 
El tifón del siglo se encontraba este viernes al anochecer a 555 kilómetros de Miami, pero las palmeras de la gran metrópolis de Florida han empezado a bailar con fuerza.


8 sept 2017

"Cuando vuelva a Madrid uno de mis más firmes propósitos es cuidar con más cariño a María" Jorge Javier Vázquez


"Cuando vuelva a Madrid uno de mis más firmes propósitos es cuidar con más cariño a María"

Jorge Javier Vázquez






vacaciones menorca de jorge javier con maria patiño y mila ximenezEn Mahón, mientras paseábamos con tan mal tiempo que Mila intentaba parar a los coches que pasaban a ver si la llevaban de vuelta a casa, María se escapó para comprarnos un regalito a los restantes integrantes del grupo.
 Seis, nada más y nada menos. 
La noche de su partida me fui a la cama con la sensación de que durante estos años no nos hemos dedicado el tiempo que nos merecemos.
 Y cuando vuelva a Madrid uno de mis más firmes propósitos es quedar con ella más a menudo y cuidarla con más cariño. Porque tampoco tengo tantas personas a mi alrededor que lleven recorriendo la vida conmigo más de veinte años.
 Desde que se fue la casa está mucho más tranquila, pero echamos de menos mandarla callar
Es viernes por la tarde y sólo quedamos P., Mila y yo. 
La hiperactividad de María ha propiciado que durante estos días no demos mucho por saco a Mila, a la que tengo a mi derecha trasteando su iPad más a gusto que un arbusto.
 De vez en cuando levanta la vista para pronunciar un comentario sobre algunos de los participantes de «First Dates» y acabamos descojonándonos de la risa.
 Tengo comprobado que el mundo se distingue entre aquellos que aman «First Dates» y los que no. 
Prefiero compartir noches de verano con los integrantes del primer grupo.
 Y P. y yo compartiríamos con Mila las cuatro estaciones y aún se nos quedarían cortas.