El PNV decide apoyar la petición del PSOE y de Podemos en la comisión permanente.
Mariano Rajoy tendrá que protagonizar la semana que viene un pleno extraordinario en el Congreso de los diputados para explicar su comparecencia como testigo en el juicio delcaso Gürtel
y la presunta financiación ilegal del PP. El PNV ha anunciado este
miércoles que mañana jueves votará a favor de esa medida, apoyando la
propuesta conjunta del PSOE y de Unidos Podemos. Eso hace
aritméticamente irrelevante la decisión de voto que adopte Ciudadanos en
la reunión de la diputación permanente y rompe la alianza que había
tejido el PP con el partido de Albert Rivera y el PNV a través de los
Presupuestos. La comparecencia del presidente del Gobierno como testigo dejó “muchas dudas”
en todos los grupos parlamentarios. No todos, sin embargo, tenían claro
que el mejor formato para despejarla fuera el de una comparecencia en
el pleno. Así, por ejemplo, Ciudadanos considera que el mejor escenario
para que Rajoy dé explicaciones es la comisión de investigación que hay
en marcha sobre la presunta financiación irregular del PP, puesto que
ahí tiene que responder a las preguntas de todos los partidos, y el
formato es más dinámico. Sin embargo, Rajoy comparecerá en un pleno en fecha aún por
determinar, y que probablemente será la semana que viene. En un
comunicado, la formación jeltzale ha informado de que el voto del
portavoz del Grupo Vasco en la Cámara baja, Aitor Esteban, será
afirmativo y lo justifican en que esa petición es "un acto de legítimo
control institucional". El PNV recuerda que, "como ya ha manifestado reiteradamente en otras
ocasiones, entiende que un asunto de la dimensión del llamado 'caso
Gürtel' demanda la mayor información y claridad posibles, y que la
comparecencia solicitada, aunque podría haber sido llevada a cabo en la
comisión de investigación creada al efecto, constituye un acto de
legítimo control institucional".
Después de la tragedia siempre hay justicieros que miran de reojo a ver dónde hay una mota.
El conseller Joaquin Form y el mayor de los Mossos, Jospe Lluís Trapero.Marta PérezEFE
No estamos preparados para el estupor. Lo sentimos, lo compartimos,
nos abrazamos. Y, al cabo, discutimos en medio del estupor; alcanzamos
los decibelios de lo ridículo creyendo que estamos en el campo magnético
de lo solemne. Y cuando ya se dispersan las lágrimas empezamos a mirar
de reojo al prójimo, que en seguida vuelve a ser el diferente, el otro,
el enemigo . El que permitió hacerlo, el que lo hizo.
En esa mezcla dramática y cómica a la vez entran políticos, curas y
ultratertulianos, una fauna humana, tan española, como la que retrata
Paul Preston en el prefacio del escalofriante recuento de la guerra, El holocausto español. En ese terreno de juego en el que se alterna la apelación a la
nobleza con el descenso a los infiernos de lo simple,un cura, por
ejemplo, subido al bolardo de su inteligencia, llama comunistas como
antes a las alcaldesas que no les ponen, dice él, dificultades a los
terroristas. Y ese cura, estolado de verde esperanza, no clama al cielo
para que haga justicia, o no tan solo, sino que le da volantes a sus
feligreses para que vayan a comisaria a denunciar a aquellas sátrapas, dos mujeres además, tan descuidadas. Celtiberia en su mejor momento: después de la tragedia siempre hay
justicieros que miran de reojo a ver dónde hay una mota. La CUP rompe el
tablero institucional, echa al Rey la culpa de no se sabe cuántas
satrapías y se desvía de la marcha de dolor como si esa fuera también
una gran parada política. Para dejar las cosas en tablas, la alcadesa Colau organiza la marcha de dolor
de modo que no se mezclen churras con merinas. Las noticias dicen que
ahora el president reflexiona sobre los males que trae lo que ocurre a
su andanza política, pero se consuela diciendo que también lo tiene mal el otro. El otro no es Rimbaud, es Rajoy. Mezquindad, divino tesoro político. Más acá, en el otro lado de la
Celtiberia, una destacada política con mando en esta plaza duda de si
irá o no a esa marcha popular porque no ha recibido una invitación,
se supone que en sobre lacrado como corresponde a los ilustrísimos
convocados. Como si fuera un acto en el Liceo o una visita de cortesía
al Nou Camp. La Televisión Española, cuando tenía que abrir plano, se
quedó con los tres representantes más cercanos del Estado, y obvió a los
catalanes cuando se retransmitió el minuto de silencio. Divino descuido
terrenal. Más acá aún: un alcalde de la periferia celtibérica madrileña vuelve a
sacar, como el cura, el asunto de los bolardos. La culpa es de, la
culpa es de…, hay gente que lleva en su bolso un montón de culpas
ajenas. Mientras se sucede ese dime y direte, los terroristas que quedan
vivos acuden esposados al juez de la Audiencia Nacional. Y dejan en la mesa del juez más dudas sobre el alcance que pudo tener esa matanza. Mientras tanto, España es una gran tertulia a la que se suman la
Policía, la Guardia Civil y los Mossos. Las fuerzas del orden, tan
preciadas, empiezan a lanzarse cristales rotos mientras del extranjero
se suceden reproches policiales a los que aquí, al celtibérico modo,
responden con dos frases que, aun en catalán, suenan tan españolas: “yo
no fui, fuiste tú”. Por fortuna, esta vez no hubo soldados negros de las
tertulias echándole la culpa a la ETA. Ya tuvimos bastante.
En este ámbito al que le hubiera faltado un compilador del genio de Luis Carandell se alzó con el trending topic mundial el ya muy famoso mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, que despachó con una frase empachada de ingenio, “Bueno, pues molt bé, pues adiós”,
una discusión sobre idiomas que, por otra parte, tan estúpida y dañina
ha sido tanto para la difícil convivencia de las lenguas celtibéricas. Qué estupor, qué nuevo estupor. Bueno, pues molt bé, pues adiós.
La fiscalía pide el ingreso en prisión provisional sin fianza de los cuatro detenidos.
Dris
Oukabir, Mohamed Houli Chemlal, Salah El Karib y Mohamed Aallaa. En
vídeo, declaraciones del fiscal general del Estado, José Manuel Maza.CARLOS ROSILLO Y SANTI BURGOS | efe
La primera declaración en la Audiencia Nacional ha servido para dejar
claras las intenciones de la célula yihadista que atacó Barcelona y
Cambrils: el grupo preparaba un atentado mayor con explosivos y el imán, Abdelbaki Es Satty,
se iba a inmolar. Así lo ha afirmado este martes Mohamed Houli Chemlal,
el joven de 22 años que resultó herido grave en la explosión de la casa
de Alcanar (Tarragona), donde los terroristas almacenaban decenas de
bombonas de butano. Según han informado fuentes judiciales, durante
cerca de una hora, Houli ha respondido a las preguntas del magistrado
Fernando Andreu y ha ratificado el relato que ofreció a los Mossos. La
Fiscalía ha solicitado, a continuación, su ingreso en prisión sin
fianza. Al igual que para los otros tres acusados. Vestido con el pijama del hospital donde ingresó y donde fue detenido,
Houli y los otros tres arrestados —Dris Oukabir, Salah El Karib y
Mohamed Aallaa— han llegado a la sede de la Audiencia Nacional sobre las
ocho y media de la mañana. La Guardia Civil los ha trasladado desde la
Comandancia de Tres Cantos, donde pasaron la noche del lunes al martes. Una vez en la sede judicial, los cuatro han aguardado en los calabozos
hasta la una menos diez de la tarde. En ese momento, han arrancado los
interrogatorios de Andreu, que decidirá ahora si los envía a prisión o
los pone en libertad. A todos se les acusa de cuatro delitos:
integración en organización terrorista, asesinato, estragos y tenencia
de explosivos.
El herido en Alcanar fue el primero en sentarse en el
banquillo. Houli, que ha señalado al imán como el máximo responsable del
grupo, ha detallado que la célula se estaba preparando para cometer
atentados en "monumentos" de la capital catalana. Según fuentes
judiciales presentes en la declaración, este presunto yihadista no ha
mencionado expresamente ningún objetivo. Los investigadores sospechan
que consiguió salvar la vida porque, en el momento de la explosión de la
vivienda, se encontraba en el porche de la casa. A continuación, tras un receso y pasadas ya las cuatro menos
diez de la tarde, le ha llegado el turno a Dris Oukabir. En un primer
momento, cuando los Mossos lo arrestaron, este aseguró que se dirigía
hacia la comisaría de Ripoll para denunciar que su hermano, abatido en
Cambrils, le había robado la documentación que fue usada después para alquilar,
al menos, una de las furgonetas utilizadas por la célula. Este martes
ha dicho, en cambio, que él mismo la alquiló, pero que creía que se iba a
usar para una mudanza. Según fuentes judiciales, Oukabir ha señalado también al
imán como el ideólogo y ha contado al juez que le pidieron ayuda para
conseguir el vehículo y así poder trasladar unos muebles hasta un piso
donde se iban a mudar tres de los integrantes de la célula. Oukabir, de
28 años, ya estaba fichado por la policía antes de los atentados de
Cataluña. Según detallaron fuentes de la investigación a Efe, pasó un
mes en la cárcel de Figueres en 2012, tras ingresar de forma provisional
por su presunta implicación en un delito de abusos sexuales. Después de Oukabir, ha declarado Mohamed Aallaa, el dueño
del Audi A3 interceptado en Cambrils. Según la versión que ha ofrecido
este martes en la Audiencia Nacional, el coche se encontraba a su nombre
"por un tema de seguros". Pero, en la práctica, lo usaba uno de sus dos
hermanos implicados en los atentados —uno de ellos fue abatido y el
otro se encuentra desaparecido, aunque muchos indicios apuntan a que es
el segundo fallecido en la casa de Alcanar—. Oukabir ha añadido que él
cuenta con otro automóvil, un Seat Ibiza, que es el que usa.
El último en entrar en la sala ha sido Salah El Karib, dueño
de un locutorio de Ripoll, que se ha desvinculado de la célula y ha
asegurado que solo hacía de intermediario en la compra de billetes de
avión para quedarse con una comisión. Según fuentes judiciales, ha
contado que adquirió dos billetes: uno para el imán de Ripoll, y otro
para Driss Oukabir —este último, para viajar a Marruecos—. Los cuatro han comparecido ante Andreu con la asistencia de
sus abogados de oficio. En la sala también se encontraba Ana Noé, la
fiscal encargada del caso; Dolores Delgado, fiscal coordinadora para la lucha contra el terrorismo yihadista; y el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Jesús Alonso, y su número dos, Miguel Ángel Carballo. El sumario sigue bajo secreto de sumario.