Tras la
matanza en la capital catalana, que ha causado al menos 13 muertos y un
centenar de heridos, un segundo ataque deja varios heridos y cinco
terroristas muertos en la costa de Tarragona.
En el minuto siguiente, los 140 caracteres se llenaron de estupor, de
expresión de miedo; las radios, los periódicos instantáneos, las
personas perplejas fueron todas las personas perplejas y aturdidas por
la mano del mal, ese sudor implacable de los hombres que quieren más la
muerte que la vida de los otros. Y dos minutos después, cuando todavía la policía buscaba rostros
vivos en medio de la matanza que ensangrentó esa bella vía de amantes,
pájaros y diarios, las redes se llenaron de soledad y de solidaridad, la
de veras, la solidaridad de veras, la que ofrecía información y
mensajes de socorro, la que se ocupaba de las personas vivas y de los
muertos, y también la otra solidaridad. La solidaridad despiadada. Seres humanos de sangre y huesos y ojos y respiración, provistos de
elementos para retratar, grabaron la inutilidad terrible de la muerte, y
se quedaron ahí, con el adminículo colgando, mientras delante se
administraba cruel el medicamento terrible de la evidencia: están
muertos, están malheridos, esta que ves es la sangre. Descuidadamente,
como si estuvieran haciendo fotos de primera comunión, los desalmados de
la instantánea subían a la red el botín morboso de sus cámaras.
La solidaridad despiadada, gatos maullando oscuros
documentos. Y la soledad despiadada fue también, en seguida, la de los
matones españoles que aprovechaban la ocasión para decir que ya lo
habían dicho, que era por esto y por lo otro, y de pronto una horda de
acusadores de todo se subió a la chepa del terror para aumentarlo con
sus invectivas. Hubo hasta quienes, desdichadamente, invocaron nuestra
historia española de intolerancia y expulsiones para hablar del Islam
como la fuerza del mal que habría que echar de España otra vez. Solidaridad, qué demonios hemos hecho con tu nombre, puesto
en manos de cualquiera que para expresarte añade dolor al ya sufrido,
con la palabra, ese bello objeto que debería servir para curar, no para
herir más, no para matar la esperanza de una vida distinta, más
tolerable, hermosa como el canto de los pájaros que acompañaban a reír a
Hortelano y a Gabriel García Márquez.
A
las 16.50, una furgoneta se lanzó contra los cientos de personas que se
hallaban en La Rambla barcelonesa y dejó al menos 13 muertos y 88
heridos en el atentado más grave cometido en España desde el 11-M y el
primero yihadista desde entonces.
A la una de la madrugada, cinco
terroristas trataron de repetir la masacre en la localidad turística
tarraconense atropellando con un turismo a varios transeúntes, cinco de
los cuales resultaron heridos.
Uno ha fallecido.
Los Mossos abrieron
fuego contra los atacantes, matando a cuatro e hiriendo al restante.
El
autor material del atropello de La Rambla se dio a la fuga a pie.
En el curso de toda la operación, la policía catalana ha detenido a
cuatro personas, dos de ellos en Ripoll (Girona) y otra en Alcanar
(Tarragona), donde una explosión había destruido anteanoche una casa. Los Mossos creen que los yihadistas estaban preparando en ese lugar un artefacto explosivo con bombonas de gas. El ISIS asumió a última hora de la tarde la autoría del atentado de La Rambla a través de una de sus agencias informativas. Diez minutos antes de las cinco de la tarde, una furgoneta Fiat de
color blanco irrumpió en el carril central de la turística Rambla de
Barcelona, cerrado al tráfico. A esa hora, el paseo estaba abarrotado de
peatones, muchos de ellos turistas. El vehículo arrolló a más de un
centenar de ciudadanos "a una velocidad importante", según explicó
pasadas las once de la noche el jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep
Lluís Trapero. La furgoneta recorrió un tramo de unos 500 metros de
forma zigzagueante para provocar el mayor daño posible, una forma de
operar similar a los atentados yihadistas registrados en Berlín, Niza y Estocolmo. La furgoneta se detuvo finalmente a la altura del Teatro del Liceu.
El conductor se dio a la fuga a pie. Los Mossos le buscan desde ese
momento. "No tenemos evidencias de que esa persona fuera armada por lo
que nos dicen los testigos", aclaró Trapero ante la avalancha de
informaciones contradictorias que circularon toda la tarde. El ataque dejó decenas de cuerpos inertes en La Rambla y despertó el
pánico y el caos en toda la ciudad. "Caminábamos hacia allí cuando hemos
visto cómo una furgoneta blanca empezaba a atropellar a gente. Hemos
visto ciclistas saltando por los aires, gente saltando por los aires...
Ha sido horrible", explicaba Ellen Vercamm, una turista belga. La Generalitat cifró anoche los muertos en este ataque 13 y 88
heridos, de ellos 38 de gravedad. En total, hubo afectados de más de una
veintena de nacionalidades. Autoridades belgas y de Costa Rica
confirmaron que uno de sus nacionales en el primer caso y dos en el
segundo figuran entre los fallecidos mientras que medios alemanes
apuntaron que otros tres muertos eran turistas de ese país.
Los heridos fueron repartidos por hospitales de toda la ciudad. Las
autoridades pidieron a la ciudadanía que se quedara en sus casas, pero
muchos decidieron salir para intentar ayudar a los afectados o donar
sangre. El consejero de Interior, Joaquim Forn, no descartó que la cifra
de muertos pueda aumentar, dado el estado en que se encuentran algunos
de los heridos.
Dos arrestados
Cientos de personas quedaron confinadas, hasta bien entrada la noche,
en establecimientos de La Rambla. El cordón de seguridad para facilitar
la atención a las víctimas y el rastreo de los autores, fue
ampliándose. Dos horas después del atropello, los Mossos confirmaron que se
trataba de un atentado y activaron la operación antiterrorista. La
policía activó dos dispositivos especiales —Gàbia, o sea Jaula, y Cronos— para localizar al autor del atentado. La policía detuvo, primero, a dos personas "directamente implicadas”
en el ataque, según señaló Trapero a los medios informativos. La primera
de ellas fue arrestada en Ripoll (Girona). Una patrulla de seguridad
ciudadana identificó y detuvo allí al marroquí Driss Oukabir, según
explicó el jefe de los Mossos. Oukabir llegó a Barcelona de Marruecos el
pasado domingo, según fuentes policiales. Fue quien alquiló en Santa
Perpètua de Mogoda, un municipio próximo a Barcelona, la furgoneta usada
para el crimen. Las mismas fuentes agregan que en el interior de este
coche, de marca Fiat, fue encontrado un pasaporte español.
La ausencia de bolardos en el paso de peatones facilitó que el vehículo pudiera subir a la calzada central. El segundo individuo fue detenido en Alcanar (Tarragona) a las nueve
de la noche. Se trata de un hombre nacido en Melilla cuya identidad no
fue confirmada ayer. Está vinculado, presuntamente, con una explosión
ocurrida la noche del miércoles en un edificio de esa localidad en la
que una persona murió y otra resultó allí herida por una acumulación de
gas. El edificio acabó derribado por completo. Trapero reveló ayer que
los Mossos "conectan de manera clara" el ataque de Barcelona con esta
explosión. La policía catalana, de hecho, trabaja con la hipótesis de
que los terroristas podrían estar preparando allí un artefacto explosivo
con varias bombonas de gas, por lo que el atentado de Barcelona podría
haber sido aún mayor en caso de que hubieran podido fabricar ese
aparato. En principio, los Mossos no hallaron ningún vínculo del suceso de
Alcanar con el terrorismo y pensaron que los ocupantes de la vivienda
habían montado un laboratorio de drogas. Sin embargo, a lo largo del día
los agentes se dieron cuenta de que se estaban manejando una veintena
bombonas de butano y propano y la investigación ligó este suceso al
ataque. Este viernes, las fuerzas de seguridad han detenido a otras dos
personas.
Cuatro yihadistas muertos
Los Mossos desvincularon el atentado de otro extraño incidente
ocurrido el jueves en Barcelona. Un hombre que circulaba por la avenida
Diagonal en dirección hacia la salida de Barcelona observó uno de los
controles de seguridad fijados por los Mossos. En lugar de detenerse,
siguió circulando con su Ford Focus y acabó arrollando a dos agentes. Una sargento sufrió rotura de fémur. Su compañero disparó de inmediato
sobre el vehículo. Malherido, el hombre siguió circulando hasta la
vecina Sant Just Desvern, donde fue hallado muerto. El fallecido resultó
ser un español que nada tiene que ver, según la policía, con el ataque
de la tarde. Algunos establecimientos en la Rambla y en sus proximidades bajaron
sus persianas con gente en su interior, donde permanecieron horas. La vigilancia de los Mossos se intensificó en todas las vías. La
policía catalana realizó en especial controles en los peajes de la AP-7
en dirección a Girona de todos y cada uno de los coches que pasaban por
allí, lo cual acabó generando colas kilométricas durante horas. Por la madrugada, los terroristas trataron de volver a sembrar el
terror, esta vez en la localidad de Cambrils. Pasada la 1.30, la policía
catalana confirmó que acababa de realizar un operativo en esa ciudad
turística por “un posible atentado terrorista” y recomendó a las
personas que permanecieran en sus casas. Según fuentes de la investigación, varios terroristas iban a bordo de
un vehículo y arrollaron a diversas personas. Cinco resultaron heridas,
dos de ellas de gravedad. Uno de los heridos puede ser un policía. Una
mujer ha fallecido por este ataque. Los Mossos abrieron o fuego contra los terroristas. Cuatro terroristas
fallecieron y otro resultó herido. "Trabajamos con la hipótesis de que
los hechos de Cambrils responden a un ataque terrorista. Hemos abatido a
los presuntos autores", confirmó la policía catalana.
Rebeca Carranco El terrorismo ha golpeado hoy Barcelona, dejando al menos 13 muertos y
más de 50 heridos. Ese es el último balance que, según el Departamento
de Interior, arroja el atentado que un grupo radical ha cometido poco
antes de las seis de la tarde con una furgoneta en La Rambla, en pleno
corazón de la capital catalana. Los Mossos han confirmado que se trata
de un ataque terrorista coordinado y han detenido a Driss Oukabir y
buscan a otros dos presuntos participantes autores del atentado. La
policía catalana ha hallado una furgoneta en Vic con la que podrían
haberse dado a la fuga.
Atentado en Barcelona:.Gente atendiendo a una persona arrollada por la furgoneta.Vídeo: EP El caos ha reinado esta tarde en la capital catalana. Alrededor de
las seis de la tarde, miles de personas corrían por las calles del
centro de la ciudad después de que una furgoneta arrollara a decenas de
personas a lo largo de un tramo de unos 500 metros, desde la plaza de
Catalunya hasta enfrente del Liceu. El último balance, según fuentes
policiales, arroja 13 muertos. La Generalitat solo confirma un fallecido
y 32 heridos, diez de los cuales se hallan en estado de gravedad, pero
el Departamento de Interior, Joaquim Forn, no descarta que esa cifra
pudiera incrementarse dado el estado en el que se hallaban muchos
afectados. La incertidumbre y el pánico han cundido en el centro de la ciudad,
donde la gente ha salido en estampida cuando al ser evacuado. Una hora
después, los Mossos d’Esquadra confirmaron que se trataba de un atentado
terrorista. La policía ha dentenido a Driss Oukabir, que alquiló la
furgoneta en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona). Sin embargo, la
policía catalana ha hallado un segundo vehículo —con el que
supuestamente debían huir algunos de los autores del crimen— en las
cercanías de una hamburguesería de Vic. De hecho, los Mossos barajan que
dos personas más hayan participado en ese atropello masivo y
deliberado. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
ha suspendido sus vacaciones y ha hablado por teléfono con el
presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y con los
líderes de los partidos de la oposición tras el atropello. Un gabinete
de crisis, compuesto por las autoridades autonómicas, la Delegación del
Gobierno, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil, se reúne en
Barcelona para estudiar la situación. Rajoy se dirige a Barcelona junto a
la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el
ministro de Interior, Ignacio Zoido.
A pesar de que España está en alerta terrorista desde 2015, no había
sufrido ningún ataque terrorista de corte islamista desde la explosión
coordinada de bombas en el tren de cercanías en Madrid, el 11 de marzo de 2004, con 192 muertos y más de 2.000 heridos. En el último año ha habido en Europa ocho atentados con atropello,
un método que requiere poca planificación, que suele provocar numerosas
víctimas y al que han recurrido cada vez más los yihadistas. La Rambla ha sido acordonada,
además de las principales calles adyacentes. Los establecimientos
comerciales y restaurantes han sido cerrados y también se ha paralizado
el transporte público de metro, autobuses, Ferrocarriles de la
Generalitat y Renfe. Las estaciones de Renfe de la plaza Cataluña y
Paseo de Gràcia han sido desalojadas y cerradas al público a raíz del
atropello. La asociación Elite Taxi de taxistas de Barcelona está
evacuando de forma gratuita a los transeúntes atrapados en el centro. Los hospitales deBarcelonahan hecho un llamamiento a ladonación de sangrepara atender posibles necesidades de urgencia. Las escenas en la calle son de caos: gente encerrada en bares y
negocios con la persiana bajada y, en la zona del atropello, numerosos
cuerpos esparcidos por el suelo, muchos de ellos inmóviles. Fuentes policiales
aseguran que dentro de la furgoneta del atropello se ha encontrado un
pasaporte español, cuyo propietario es de Melilla. Una segunda
furgoneta, alquilada por los supuestos autores del atropello, ha sido
encontrada en la localidad de Vic. "Hemos visto el choque de una furgoneta blanca contra la gente. La
gente salía volando por el atropello. Y también a tres ciclistas que han
salido volando", explica Ellen Vercamm, testigo directo del atropello múltiple
que se encuentra de vacaciones en Barcelona. "Hay muertos por todas
partes. Es horrible", según Albert, un enfermero que ha ayudado a los
servicios de emergencia a tratar a las víctimas. Durante la tarde se han producido episodios de pánico y hasta tres
estampidas de gente en el centro de Barcelona. Fuentes policiales han
explicado que se trata de una furgoneta blanca que ha arrollado a varias
personas y tras la acción ha abandonado el vehículo a pie. Los Mossos d'Esquadra han abierto un operativo para intentar arrestar al agresor. El ex primer ministro galo Manuel Valls, de origen catalán, ha dicho
estar "conmocionado" por las noticias llegadas desde Barcelona. "La
guerra contra el terrorismo es nuestro reto", ha asegurado en un mensaje
de Twitter. Por su parte, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha
destacado que los valores de "amor" y "tolerancia" siempre serán "más
fuertes que este terrorismo odioso y cobarde". El presidente del
Parlamento Europeo, Antonio Tajani, que ha dado su "apoyo total" a las
autoridades frente al "atentado terrorista" y ha proclamado que la UE
está "unida en defensa de la paz". "Toda Europa está con Barcelona. Nuestros pensamientos están con las
víctimas y con todos los afectados por este cobarde ataque contra
inocentes", ha dicho, en una línea similar, el presidente del Consejo
europeo, Donald Tusk. El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, ha
dado su apoyo a la "amiga" ciudad de Barcelona. "Italia está con las
autoridades locales y las españolas. Nuestros pensamientos se dirigen a
las personas afectadas", ha escrito el dirigente en Twitter. El
secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, ha prometido hacer
justicia. "Los terroristas de todo el mundo deberían saber que Estados
Unidos y sus aliados están decididos a encontrarles y a llevarles ante
la Justicia", dijo en una conferencia de prensa en el Departamento de
Estado.
El pánico se ha apoderado del centro de Barcelona que ha sido el
escenario de hasta tres estampidas de personas corriendo, arrastrando
aquello que encontraban. Tras una de ella junto al lugar del atropello,
una mujer embarazada tenía que ser tratada en el suelo de una bajada de
tensión. A partir de ese momento, los agentes de la policía han decidido
ampliar el cordón de seguridad y han llamado a las personas a abandonar
la zona. En el bar La Cabaña, en la calle dels Àngels, se ha producido una
pelea entre la media docena de clientes que estaban encerrados en el
local. A las 18.20 un grupo de personas han llegado corriendo al local y
han empezado a golpear la persiana suplicando que la abrieran para
refugiarse. Dos clientes querían abrirla y otros dos no, mientras el
dueño se veía superado por la tensión del momento. Finalmente, entre
gritos y empujones, uno de ellos ha subido la persiana dos palmos y tres
personas han entrado arrastrándose. Tras unos minutos más de
discusiones --"¡Nos habeis puesto en peligro!, han dicho-- y viendo que
no ocurria nada en la calle, la situación se ha calmado"