Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

4 jul 2017

Los cuatro jardines andaluces de Eva González...........Salomé García

La presentadora lanza para Bodybell su nueva línea olfativa: cuatro Aguas Frescas con aroma a rosa, bergamota, azahar y magnolia. 

Los cuatro jardines andaluces de Eva González
Es andaluza por los cuatro costados y se enorgullece de ello. “No me entiendo a mí misma sin llevar mi ciudad y mi Andalucía dentro”, admite la presentadora Eva González.
 Lo acompaña con esa sonrisa entre abiertamente sincera que la ha hecho famosa y ese ademán de ‘vecina de al lado’ que la convierte en la amiga perfecta y la hija que toda madre quiere tener. 
Por eso no es de extrañar que su primera fragancia para Bodybell, Origen, fuera un éxito.
 Este verano la sevillana repite con la cadena de perfumerías lanzando cuatro Aguas Frescas: Rosa, Bergamota, Azahar y Magnolia.
 En ellas vuelca sus vivencias por las calles y patios de Sevilla.
El diseñador Carlos Buendía se encarga de la imagen gráfica del packaging mientras que el fotógrafo Mario Sierra es el autor de las instanténeas que acompañan al lanzamiento.
 S Moda se cuela en la sesión fotográfica y charla con sus protagonistas.
Tanto tu primera fragancia, Origen, como estas cuatro Aguas Frescas son ligeras. ¿Cuestión de marketing estival?
Me reflejan a mí, huyo de los perfumes muy densos o demasiado dulces.
Debutas con una y ahora ya te atreves con cuatro. Hay una perfecta sintonía con Bodybell, la distribuidora en exclusiva.
Surgió de manera natural tras el éxito de Origen.
 Coincidimos en las ganas de crear y hay buenas vibraciones para trabajar en equipo.
Se lanzan a precio asequible (15 €). ¿Te preocupaba el coste final?
No quería que la calidad de las materias primas, el packaging y todo lo que acompaña al producto las hiciera prohibitivas.
 Pero Bodybell ha sabido lograr la excelencia sin perder ese toque cercano que para mí era imprescindible.
¿Eres fiel a una fragancia?
Lo era hasta adentrarme en el mundo del perfume. Ahora con tantas alternativas me da ‘pena’ quedarme solo con una.
Presentas Masterchef, haces publicidad y ahora esta aventura olfativa. ¿Cómo desconectas?
Al llegar a casa lo primero es desmaquillarme.
 Uso uno bifásico para los ojos y gel facial para el resto del rostro. Luego me ducho, me pongo cómoda y antes de meterme en la cama me hidrato la cara y me perfumo con el agua fresca de rosas. Me sosiega.
¿Esa silueta es solo fruto de la genética?
Un poco sí, pero ya no tengo 18 años e intento cuidarme. 
Nada de gimnasio, sí mucho caminar.
¿Eres cauta con el sol?
En invierno siempre uso un facial con FPS 25. Y en verano, la de FPS 50. ¡No hay mejor antiarrugas!




 

 

La peligrosa pasión por los coches de Bonnie y Clyde............. Gonzalo de Martorell

Eran audaces, atractivos… y unos abyectos asesinos a los que unía, además, su pasión por los coches rápidos.
La peligrosa pasión por los coches de Bonnie y Clyde
Clyde Barrow y su novia, la coqueta Bonnie Parker, estaban en 1934 en la cúspide de su carrera criminal… y de su popularidad mediática.
 La peligrosa pasión por los coches de Bonnie y Clyde


 Nueve agentes de policía habían muerto hasta ese momento acribillados por las balas de su banda, así que a Bonnie y a Clyde les aguardaba inexorablemente la silla eléctrica en cuanto fueran capturados.
Sin embargo, la prensa sensacionalista –ávida de historias que contar al deprimido pueblo americano– había mostrado una imagen dulcificada de ambos y los presentaba casi como unos atractivos Robin y Marian de la Gran Depresión estadounidense. 
El cine los retrató tiempo después en Bonnie and Clyde, y este año se cumple el 50º aniversario de su estreno (1967). 
Unos aventureros guapos, enamorados y valientes cuyas andanzas los lectores de todos el país devoraban con fruición y que había llevado a la pareja de atracadores al absurdo convencimiento de que serían indultados y podrían vivir de su fama.

De hecho Barrow, que se había ganado la reputación de ser un temerario conductor, estaba tan convencido de que en Ford sabrían valorar su experiencia al volante de los coches de la casa que le ofrecerían un buen trabajo.
 El 10 de abril de 1934 –apenas un mes antes de su muerte– se animó a mandarle una sorprendente carta al presidente de la Ford Motor Company para llamar su atención al respecto.

“Muy señor mío:
Mientras tenga aire en mis pulmones le seguiré agradeciendo el coche tan genial que usted ha fabricado. Cuando he tenido que escapar con uno, he conducido exclusivamente coches Ford V8. Por su alta velocidad sostenida y su capacidad de librarme siempre de los problemas, Ford ha conseguido lo que ningún otro coche e incluso, aunque mi profesión no sea estrictamente legal, no le hará ningún daño a nadie que le diga qué gran coche tiene usted en el V8.
Sinceramente suyo
Clyde Champion Barrow”.

Volante rápido… y gatillo fácil

A pesar de la comentada imagen romántica que se ofrecía de la pareja, lo cierto es que Clyde Barrow era un asesino sin escrúpulos que ya cargaba con una docena de muertes a sus espaldas antes de cumplir los 25 años.
Un tipo de gatillo fácil que había decidido sobrevivir a base de llevarse por delante a quien hiciera falta y que había descubierto muy pronto que hacía dos cosas extraordinariamente bien: disparar y conducir.
Bonnie y Clyde
Clyde Barrow y Bonnie Parker.
 

Barrow tenía la puntería de un francotirador y la habilidad innata al volante de un piloto de carreras, virtudes que convirtió en su modus operandi durante los cuatro años –de 1931 a 1934– en que fue el enemigo público número uno de América: abrirse paso a tiros y huir a toda velocidad.

Pero para eso no valía cualquier tipo de vehículo; debían ser siempre automóviles muy potentes pero de gama media, que no llamaran la atención aparcados.
 Clyde sentía especial debilidad por dos modelos concretos: el Pontiac 603 Touring “Silver Streak” y, sobre todo, el Ford V8 Model B.
El primero montaba un motor de 8 cilindros y 3,6 litros que entregaba 84 CV. El segundo llevaba un motor Flathead de 3,3 litros y una potencia de 85 CV.  
En su momento, ambos estaban entre los vehículos más rápidos del mercado, con una velocidad máxima que superaba los 110 km/h.

Pasión y muerte en un Ford

Fue precisamente esa pasión por la velocidad la que propició el principio del fin de la pareja.
 En junio de 1933, Clyde perdió el control del coche que conducía y cayó por un barranco, a consecuencia de lo cual Bonnie sufrió serias heridas que la obligaron a guardar reposo. Ambos alquilaron unas cabañas en Platte City (Missouri) esperando pasar inadvertidos, pero levantaron las sospechas del dueño de la instalación, que avisó a la policía.

Tras una verdadera “caza al hombre” que transcurrió por cuatro estados, uno a uno los miembros de la banda criminal fueron cayendo… hasta que el FBI les ofreció un trato: salvarse de la pena de muerte a cambio de entregarles al jefe y su bella cómplice.
 Uno de sus compinches, Henry Methvin, aceptó la oferta y les delató.
Bonnie y Clyde
El reparto de la película ‘Bonnie and Clyde’.
El 23 de mayo de 1934, en una carretera secundaria cerca de Bienville Parish (Louisiana), un comando formado por seis agentes federales dotados de armas automáticas esperaba escondido a que el coche conducido por Clyde apareciera tras un recodo.
Se trataba ¿cómo no? de uno de sus queridos Ford V-8 Sedan con acabados de lujo que Clyde había robado un par de días antes en Topeka. 
El tiroteo fue tan salvaje que Clyde, de 25 años y Bonnie, de 23, recibieron cada uno más de 50 impactos de bala.

Un final, en cierto modo, coherente con alguien que decidió vivir y morir a toda velocidad. 
 Por cierto, en la recepción del Casino “Whiskey Pete” de Primm (Nevada) a unos 60 kilómetros al sur de Las Vegas, se exhibe el Ford original en cuyo interior murieron Bonnie Parker y Clyde Barrow.
En su carrocería pueden contarse, todavía, los 167 orificios de bala cuyos proyectiles terminaron con la vida de la pareja criminal más famosa de la historia.


Cristiano Ronaldo presume de cuerpo y de amigo

El jugador del Real Madrid ya se encuentra de vacaciones con sus amigos y lo cuenta en las redes en las que, de momento, no hay noticias de Georgina Rodríguez.

Cristiano Ronaldo
Cristiano Ronaldo y su amigo José Semedo, futbolista del Sheffield Wednesday.

 Cristiano Ronaldo se encuentra ya de vacaciones en algún lugar que no ha desvelado.

 Tras regresar a Madrid donde le esperaban sus mellizos que no conocía, ya que cuando nacieron él estaba con la selección portuguesa en Rusia, el jugador del Real Madrid se ha marchado con su gente a descansar

 Junto a él está José Semedo, futbolista del Sheffield Wednesday y buen amigo de Cristiano Ronaldo desde que ambos coincidieron en la cantera del Sporting de Portugal. Tanto es así que Semedo suele veranear con el futbolista del Real Madrid y su familia y amigos. Semedo es, junto a Ricky Regufe y Miguel Paixao, uno de los mejores amigos del futbolista.

Hace algunos meses Semedo desveló en una entrevista en Daily Mail una curiosa anécdota vivida con el futbolista del Real Madrid.

  Bannan y Fletcher no se creían que Semedo fuera tan amigo de Cristiano y le retaron a que le llamara. “Pensaban que me iba a negar, pero le llamé y les pasé el teléfono. 

No se creían que estuvieran hablando con Cristiano. Todos le felicitaron por la Eurocopa con Portugal y Cristiano deseó que nosotros volviéramos a la Premier”. 

Tras la llegada de los mellizos y el inicio de las vacaciones no se han visto en las redes más fotos de Georgina Rodríguez la novia de Cristiano Ronaldo.
"Feliz de sostener a mis dos nuevos amores".
 Así presentó el pasado día 29 Cristiano Ronaldo a sus mellizos, una niña y un niño. 
Según la prensa portuguesa, los pequeños se llaman Mateo y Eva y nacieron el 8 de junio de una madre que vive en la costa oeste de Estados Unidos.
 El jugador no ha aportado más información que una foto en Instagram, donde acumula 105 millones de seguidores, y un comunicado en Facebook justificándose su marcha anticipada de la selección portuguesa.

El caso Casals: silencio, se conspira...................Por JUAN CRUZ.

El periodismo más aguerrido sólo resiste cuando el adversario no es el de siempre sino que es otro.

El caso Casals: silencio, se conspira
El asunto Casals, que implica por segunda vez en poco tiempo en asuntos de tráficos de influencia al presidente del diario La Razón, Mauricio Casals, pone de manifiesto que la delicada tela de cebolla en la que se sustenta el periodismo más aguerrido solo resiste cuando el adversario no es el de siempre sino que es otro.
 Casals es una pieza clave del entramado informativo que tiene su cúspide en el grupo Planeta, al que pertenece La Razón y del que penden también La Sexta, Antena 3 y Onda Cero.
Cuando Pedro Sánchez fue al programa Salvados (de La Sexta), tras su destitución como secretario general de los socialistas, terminó diciendo en una entrevista que, entre otros, este periódico, o este grupo mediático en el que se sustenta EL PAÍS, había tratado de presionarle para que tomara determinadas decisiones.   
El escándalo posterior a esas declaraciones (aireadas como si fueran oro molido por La Sexta y por sus medios concatenados) no tuvo en cuenta lo que los directivos presuntamente implicados en esa supuesta presión insoportable tuvieran que decir. 
Tampoco se detuvieron en pensar los que alzaron las manos en forma de escándalo que quizá no fue así, sino que ocurrió lo que seguramente pasa siempre que alguien expone una idea: el otro dice que no le gusta y añade que seguramente no le va a prestar el apoyo que el otro demanda.
 No confirmaron nada: era bueno dar en la diana preconcebida.
 No tenían evidencias, solo suposiciones. 
En este caso, en el caso Casals, las presiones del altísimo directivo no fueron denunciadas por medios de comunicación: fueron el resultado de una actuación judicial que ha derivado en una imputación.
Los escandalizados de entonces han estado ahora silentes ante un caso explícito fijado en papeles judiciales. 
Y ese caso señala al presidente de un periódico y representante de Planeta, conglomerado que controla también La Sexta, Antena 3 y Onda Cero.
 Este importante ejecutivo de cuyo poder se ha hecho leyenda, como todo lo que sucede entre tinieblas, aparece extorsionando a personas, empresarios o políticos, utilizando para ello el poder expreso que le dan medios tan influyentes.
Según esos papeles, que constan, que han sido publicados por decisión judicial, Mauricio Casals conspiraba para hacer negocios y para que otros no los hicieran
Y esa conspiración, que nació en las tinieblas en las que se mueve el alto directivo, es notoria, se conoce, se explica paso a paso, con entrecomillados. 
Está ahí, no la ha inventado un novelista ni es la suposición de un periodista de los que imaginan que algo pasó simplemente porque se le ocurrió que podría haber pasado.
Y, sin embargo, ese hecho que tiene tanto que ver con lo peor que se puede hacer con la influencia de los medios ha sido arrinconado por los justicieros que tienen asientos habituales en esos medios que con tanta habilidad y mano izquierda maneja, a las claras o en tinieblas, el personaje al que ahora le ha dado la luz en toda la cara.
Puede decirse que la conspiración del silencio que ampara a Casals en sus confortables entornos es el pago merecido a la generosidad con la que el mismo empresario conforta a la derecha y a la izquierda de la política y del periodismo. 
Que el periodismo calle es, sin duda, un síntoma de lo que el silencio es capaz de hacer para que un amigo duerma tranquilo.