Theresa May reitera, tras el atropello, que endurecerá la estrategia para combatir el extremismo que en esta ocasión ha ido "contra la comunidad musulmana".
El atropello se ha producido poco después las 00.20 (las 01.15 de la madrugada en la España peninsular) en la calle Seven Sisters, junto a Finsbury Park, cuando los fieles acaban de abandonar la mezquita tras la oración de medianoche del ramadán.
Las autoridades han confirmado en una rueda de prensa que están tratando el incidente "como un atentado terrorista".
Así lo ha confirmado también la primera ministra, en una intervención a las puertas de Downing Street minutos antes del mediodía, hora de Londres.
May se ha referido al incidente como "un ataque terrorista contra la comunidad musulmana".
Se trataría del cuarto ataque terrorista en Reino Unido en tres meses.
Todas las víctimas, dos de ellas en estado grave, pertenecen a la comunidad musulmana, según Neil Basu, coordinador de la brigada antiterrotista de la policía.
La Policía de la capital ha revelado en su página web que hay una persona detenida.
Se trata de un varón de 48 años,
probablemente el conductor del vehículo. El hombre, que se cree actuó
solo, ha sido reducido por peatones que se encontraban en la zona, según
ha confirmado la policía, antes de que los agentes lo arrestaran.
"Ha
sido trasladado al hospital como medida de precaución, y será puesto
bajo custodia policial una vez sea dado de alta.
También será objeto de
un examen de salud mental a su debido tiempo", ha dicho la policía en un
comunicado.
Junto al cordón policial, Mohammad, un joven vecino, mostraba en su móvil un vídeo, grabado por un amigo, en el que se ve cómo la policía introduce en el interior de un furgón policial a un hombre corpulento, que aseguran que es el atacante.
"Si hubiera sido musulmán, le habrían pegado un tiro sin contemplaciones", protesta Mohammad. "Esto pasa por cómo nos retratan los medios, esto es producto de la islamofobia. Esto es obra de un terrorista, no de un loco".
También se ve en el vídeo a los vecinos intentando salvar a la víctima, tendida en el suelo mientras un hombre le realizaba la reanimación cardiopulmonar.
Se trata de un hombre mayor, según diversos testimonios, que vivía muy cerca de la zona y venía de rezar en la mezquita.
Según Mohammad y otros vecinos, cuando los viandantes redujeron al atacante, este gritó: "¡Matadme, matadme, ya he terminado mi trabajo!".
"Es lo mismo que sucedió en Westminster", dice Mona, una vecina de origen somalí, en referencia al ataque del pasado 22 de marzo, cuando Khalid Masood atropelló a decenas de personas y mató a cinco a las puertas del Parlamento.
"Aquí los medios han dicho que era un accidente, y aquello dijeron enseguida que era un ataque terrorista.
Pero es lo mismo, por eso me entristece".
Los agentes antiterroristas acudieron a Finsbury Park pasada la media noche.
Había agentes de la policía en las inmediaciones y llegaron al lugar "un minuto después del ataque", según ha informado la primera ministra después de la reunión del comité de emergencia Cobra. "La policía ha declarado que se trataba de un incidente terrorista a los ocho minutos", ha añadido May, saliendo al paso de las críticas de los vecinos, que se quejaban esta mañana de que se hubiera tardado en calificar el acto de terrorismo.
También el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, ha manifestado, a través de Twitter, su "conmoción" por este ataque y ha indicado que se solidariza con la comunidad afectada.
El lugar donde se ha producido el atropello pertenece a la circunscripción electoral de Islington North, a la que Corbyn representa en el Parlamento.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha calificado lo ocurrido de ataque a los "valores compartidos de tolerancia, libertad y respecto".
En una declaración, el alcalde ha pedido a los londinenses que mantengan la "calma" y estén "vigilantes" mientras se esclarece el incidente .
Finsbury Park es una zona particularmente diversa y multicultural, a pocos kilómetros al norte del centro de la capital, que conserva su esencia de barrio popular y obrero a pesar de los signos de una incipiente gentrificación, ya masiva algunas calles más al sur.
Es el barrio del Arsenal: cada día de partido los aficionados salen en riadas de la estación, de mtero y ferrocarril, para ir andando hasta el estadio Emirates.
De camino al estadio desde la estación está la mezquita de Finsbury Park, famosa en los años 90 porque en ella ofrecía sus sermones incendiarios el clérigo extremista Abu Hamza, condenado a cadena perpetua por terrorismo en Estados Unidos en 2015.
La mezquita fue cerrada en 2003 y reabierta dos años más tarde a cargo de unos nuevos responsables que han tratado de rehabilitar su reputación.
En los últimos meses, Reino Unido ha sido blanco de ataques similares asumidos posteriormente por el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés).
El sábado 3 de junio, una furgoneta arrolló a una veintena de peatones junto a la estación del Puente de Londres, en la capital británica.
Después, continuó circulando hasta el cercano mercado gastronómico de Borough Market, donde sus ocupantes se bajaron y apuñalaron a varias personas.
El atentado dejó siete muertos, entre ellos el español Ignacio Echeverría, y más de 40 heridos.
En marzo, un todoterreno atropelló a numerosos transeúntes y posteriormente el conductor atacó con un cuchillo a los agentes que vigilaban el Parlamento británico, causando cinco muertos y varias decenas de heridos.
El autor del ataque fue abatido por la policía.
Este ataque se produce cuando la ciudad todavía se encuentra en estado de shock por el terrible incendio en la torre Grenfell, hace apenas cinco días, en el que fallecieron al menos 58 personas. Sucede, además, en el arranque de una semana clave en la política británica.
Este mismo lunes arrancan en Bruselas las negociaciones para la salida de Reino Unido de la UE, y el miércoles está previsto el discurso de la reina, el acto formal de apertura del curso legislativo, después de las elecciones del 8 de junio, en el que Theresa May tratará de sacar adelante su Gobierno en minoría, con ayuda de los unionistas norilandeses del DUP.