Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 jun 2017

La mujer que denunció a Polanski por violación volverá a pedir que se cierre el caso

El abogado del director asegura que Samantha Geimer "está cansada" y quiere que termine el caso.

El director Roman Polanski en una imagen de 2017 y la actriz Samantha Geimer, en 2008
El director Roman Polanski en una imagen de 2017 y la actriz Samantha Geimer, en 2008 AP

 Samantha Geimer, la mujer violada por el cineasta Roman Polanski hace décadas —cuando era una adolescente— tiene previsto comparecer ante un juez de Los Ángeles para pedir que cierre el caso, según ha anunciado Harland Braun, abogado del director, de 83 años, a la agencia France Presse. "Está cansada de este caso que lleva ya 40 años", ha dicho Braun, los mismos años que el realizador no ha podido pisar suelo estadounidense por miedo a ser detenido. 

"Quiere que termine" y "piensa que puede ayudar", ha añadido. 

El juez tendrá que decidir ahora si toma en consideración la solicitud de Geimer. Una corte de apelaciones rechazó una petición similar que hizo en 2010.

El director de El Pianista, por el que ganó un Óscar, fue acusado de drogar y violar a Geimer en 1977, en la casa de Los Ángeles del actor Jack Nicholson
. Polanski se declaró culpable de "relaciones sexuales ilegales" en un acuerdo con la fiscalía, que tumbó otros cargos más graves, y salió bajo fianza de la cárcel, donde pasó 42 días.
 Pero en 1978, convencido de que el juez no iba a reconocer el acuerdo e iba a acabar enviándolo a la cárcel durante décadas, huyó a Francia. 
Desde entonces, nunca ha regresado a EE UU y tiene intención de seguir así hasta que no reciba garantías de que no irá más tiempo a prisión.

Samantha Geimer, la mujer violada por el cineasta Roman Polanski hace décadas —cuando era una adolescente— tiene previsto comparecer ante un juez de Los Ángeles para pedir que cierre el caso, según ha anunciado Harland Braun, abogado del director, de 83 años, a la agencia France Presse. "Está cansada de este caso que lleva ya 40 años", ha dicho Braun, los mismos años que el realizador no ha podido pisar suelo estadounidense por miedo a ser detenido. "Quiere que termine" y "piensa que puede ayudar", ha añadido. El juez tendrá que decidir ahora si toma en consideración la solicitud de Geimer. Una corte de apelaciones rechazó una petición similar que hizo en 2010.
El director de El Pianista, por el que ganó un Óscar, fue acusado de drogar y violar a Geimer en 1977, en la casa de Los Ángeles del actor Jack Nicholson. Polanski se declaró culpable de "relaciones sexuales ilegales" en un acuerdo con la fiscalía, que tumbó otros cargos más graves, y salió bajo fianza de la cárcel, donde pasó 42 días. Pero en 1978, convencido de que el juez no iba a reconocer el acuerdo e iba a acabar enviándolo a la cárcel durante décadas, huyó a Francia. Desde entonces, nunca ha regresado a EE UU y tiene intención de seguir así hasta que no reciba garantías de que no irá más tiempo a prisión.
"Lo que Polanski enfrenta, si regresa a Los Ángeles, es un sistema legal deshonesto que ignora los hechos y la ley, e intenta impresionar y demostrar al público que es duro con el crimen", escribió el abogado en uno de sus recursos.
Roman Polanski, en los juzgados de Santa Mónica en agosto de 1977 tras se acusado de violar a Geimer.
Roman Polanski, en los juzgados de Santa Mónica en agosto de 1977 tras se acusado de violar a Geimer. AP
Geimer, que ha apoyado por un largo tiempo los esfuerzos de Polanski por poner un fin a este caso y poder seguir con su vida, escribió una carta a la corte a principios de este año, en la que acusó a los fiscales de estar más interesados en sus carreras que en resolver el asunto.
 "Los casos de celebridades no deberían ser usados por alguien como ustedes que buscan un poco de fama y avance en la carrera", dijo en un escrito destinado a la fiscal general del condado de Los Ángeles, Jackie Lacey, y su adjunta, Michele Hanisee. 
"Ustedes y los que vinieron antes nunca me protegieron, me trataron con desprecio, usando un crimen cometido contra mí para promover sus propias carreras", zanjó entonces. Ella también ha contado su historia en un libro.
La carrera de Polanski —casado con la actriz francesa Emmanuelle Seigner, con quien tiene dos hijos— continuó en Francia, donde muchos lo consideran un icono.
 Sin embargo, la sombra de este caso de hace décadas le persigue y en enero lo forzó, por ejemplo, a abandonar sus planes de presidir los Premios César, equivalente a los Óscars, presionado por grupos feministas y la ministra de Derechos de la Mujer.
 Cuando vivía en Estados Unidos, Polanski estaba casado con la actriz Sharon Tate, asesinada en 1969 por miembros de la "familia de Charles Manson" embarazada de ocho meses. 

Shakira confiesa que Piqué la salvó de su peor momento

La cantante relata a la edición italiana de 'Vanity Fair' que estuvo a punto de abandonar su carrera tras ser madre, pero el futbolista no le dejó tirar la toalla.

Shakira
Shakira presenta su nuevo disco "El Dorado", el pasado mes de mayo en Nueva York. Victoria Will/Invision/AP
Shakira estuvo a punto de abandonar su profesión y, gracias a su pareja, el futbolista Gerard Piqué, no tiró la toalla. 
Así lo ha desvelado en una entrevista para la edición italiana de Vanity Fair, en la que cantante ha confesado que, tras ser madre por segunda vez en 2015, tuvo la tentación de retirarse de la música. "Decidí que en cuanto Sasha fuera lo suficientemente independiente volvería al estudio de grabación. 
Pero no tuve en cuenta el conflicto entre mis dos almas y los temores que surgían.
 Me sobrevino el miedo escénico. Estaba confusa, tuve la tentación de retirarme y dejarlo todo", explica.
Pero a su lado estaba el futbolista, quien la ayudó en esta difícil situación.
 "Gerard me desbloqueó. Me dijo alto y claro que él nunca me permitiría que me retirara de la música.
 ‘Tú te retirarás cuando ya no tengas nada que decir. Y ahora sal fuera y haz lo que sabes hacer’. 
Tenía razón, yo solo estaba asustada, aterrorizada", añade la artista colombiana.
Shakira y Piqué comenzaron su relación tras el mundial de Sudáfrica de 2010, y hoy son padres de dos hijos: Milan, de 4 años, y Sasha, de 2
"Siento la maternidad como mi trabajo a tiempo completo. 
Es genial, electrizante, maravilloso y agotador", ha comentado Shakira, que dice haber logrado ya un equilibrio para compaginar el papel de madre con el de artista.
 Es más, por primera vez se va a llevar a sus dos hijos en su próxima gira. 
 Después de siete años de relación, la pareja sigue igual de enamorada que el primer día, y prueba de ello son las muestras de amor y cariño por parte de ambos tanto por las redes sociales, donde los dos son muy activos, como en las propias canciones de la colombiana. 
Primero fue en la exitosa canción La Bicicleta, donde Shakira menciona literalmente a Piqué al hablar de Barranquilla, su tierra, y Barcelona, la del futbolista y donde actualmente residen con sus dos hijos.
 Y después en su último single Me enamoré, una clara declaración de amor hacia el futbolista con una letra que cuenta la historia de cómo se conocieron y comenzaron la relación.
 Un tema para cuyo videocplip contó con la participación del jugador del Barcelona.


 

La muerte de dos adolescentes holandesas reaviva el debate sobre el control de las redes sociales

Ambas mantenían contacto con los presuntos autores del crimen a través de Internet.

Estudiantes dejan flores y velas en la escuela Oostwende, en honor a Savannah Dekker, una de las dos niñas de 14 años cuyos cuerpos fueron localizados. 
Estudiantes dejan flores y velas en la escuela Oostwende, en honor a Savannah Dekker, una de las dos niñas de 14 años cuyos cuerpos fueron localizados. EFE
A final de curso, las banderas nacionales suelen ondear en Holanda en balcones y ventanas junto a las mochilas de los estudiantes que han aprobado la secundaria. 
La combinación forma parte del paisaje urbano y arranca la sonrisa del transeúnte, que recuerda el esfuerzo escolar de su propia adolescencia. 
En la localidad de Bunschoten, un municipio de la provincia de Utrecht de apenas 20.000 habitantes, las han puesto a media asta en recuerdo de Savannah Dekker: una chica de 14 años cuyo cadáver apareció el pasado domingo en una zanja de un terreno industrial de la zona.
 La habían violado y la policía ha detenido a un chico de 16 años por su posible relación con los hechos.
 Solo dos días antes, el viernes, un paseante había encontrado el cuerpo sin vida de Romy Nieuwburg, también de 14 años, y asimismo violada.

  Estaba en el campo, en una reserva natural de Amersfoort, a unos 20 kilómetros de Bunschoten. 
Un chico de 14 años ha confesado los hechos. Ambos crímenes han producido horror y gran alarma. No solo por la juventud de las víctimas y sus presuntos agresores, sino porque "todos mantenían contacto a través de las redes sociales", según los investigadores. 

Al principio, y dada la cercanía y similitud, la policía pensó que podría tratarse de un trastornado o incluso un asesino en serie. Luego vieron que los casos no estaban relacionados y ni las chicas ni sus familias no se conocían.
 Este jueves, unos 6.000 vecinos de Savannah han recorrido el pueblo en una marcha silenciosa portando flores de muchos colores, sus favoritas. 
Visiblemente afectado, el alcalde Melis van de Groep aseguró “que todo Bunschoten llora y nuestra unión es como un cálido manto de cariño”.
 La caminata se cerró frente a las puertas de la escuela de la chica, Oostwende College, donde una pancarta resumía el sentir general. Decía:
 “Te echaremos de menos, Savannah; estarás siempre en nuestros corazones”. La fiscalía ha calificado este viernes el caso de “complicado”, y no descarta “nuevas detenciones porque pensamos que puede haber más gente involucrada”.
 De momento, se sabe que el adolescente detenido es de Den Bosch, vive con su madre en un piso alquilado, y llevaba semanas sin acudir al centro de formación profesional donde estudiaba.
 La ciudad está a unos 80 kilómetros de Bunschoten, la residencia de Savannah, y él no constaba en los archivos policiales ni en los expedientes de los servicios sociales, según portavoces de ambas instancias. 
En medio del dolor, padres y educadores se preguntan si es posible regular, o bien controlar, los contactos de los menores en unas redes sociales cada vez más amplias y refinadas.
En principio, el caso de Romy, hallada muerta poco después de salir de clase al mediodía, es menos complejo. 
El adolescente que ha confesado el crimen fue detenido por los agentes en la granja de sus padres, situada a 27 kilómetros de Amersfoort.
 La policía ha interrogado a varios escolares del centro de educación especial donde ella estaba inscrita. 
El colegio, por su parte, admite su dolor en una nota colgada en su página web. 
“La fiscalía nos ha dicho que ambos se conocían de aquí.
 Él era también uno de los nuestros. La noticia añade aún más dolor al golpe recibido por la muerte de Romy”, dice. 
 Las leyes holandesas imponen un máximo de dos años de reclusión en una institución especializada, para los menores delincuentes entre 16 y 17 años. 
El juez puede aumentar la pena en casos excepcionales.
 Para los de 14, la detención es de un año.

 

 

Paren un momento, columnistas, y vuelvan a leer a Juan Cueto

Por JUAN CRUZ

Logró que sus columnas se leyeran como historias y no se dejó llevar por la disyuntiva buenos/malos.

Juan Cueto.
Juan Cueto.
Dice Augusto Delkáder, que tiene algo más que los años de EL PAÍS, que en caso de duda es mejor hacer periodismo.
Él sabe por qué es, lo sabe hace rato: el oficio se ha visto mezclado con todo tipo de trampantojos: el que opina se considera periodista, aunque nunca escriba una noticia; y el columnista, que no necesita salir de casa para contar lo que se le pasa por la cabeza, piensa también que es periodista.
Que lo piense el que opina y lo quiera pensar, también, el que hace columnas en periódicos, es natural: escribes para un periódico, ¿qué eres? Un periodista. 
Además del columnista ya el lector también piensa que periodista es todo aquel que escribe en los periódicos. 
Y lo piensa el estudiante que aún no ejerce. Una alumna de Periodismo me fue a ver a la Feria, con su padre: la joven ya es periodista, me aseguró el padre, mientras asentía la muchacha.
 Ella prometió enviarme su primer texto, … un artículo. Ya lo había escrito. Tenía que retocarlo.

No es tan sencillo explicar qué es un periodista, pues los tuiteros que inventan o insultan consideran que dan noticias, o las desmienten. 
 El que comenta en el bar es periodista, o más bien columnista. Como aquel viejo gallego que volvía a su tierra después de medio siglo en el extranjero: “Gallego lo puede ser cualquiera”. Pues periodista lo puede ser cualquiera, aunque haya definiciones cabronas que acotan algo el mercado.
 Periodista, decía otro maestro, Eugenio Scalfari, es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente.
 De modo que no basta con decir lo que a uno se le ocurra, columnista u opinador o tuitero: para ser periodista hacen falta algunos procedimientos. 
Y sobre todo hace falta la gente. Si no hablas con la gente no sabes lo que a ésta le pasa.
 Por tanto, lo que escribas se refiere a ti, no a la gente. O eres columnista o eres periodista, elige.
Sin elegir, recuerda Juan que nuestra generación estudiaba periodismo al mismo tiempo que hacíamos una carrera, no consideré el Periodismo como una carrera sino una parte de la otra, para eso nos conmutaban asignaturas. Y creíamos que Periodismo a secas y sin libertad de expresión como anda El Pais ahora y entre ellos Juan Cueto o Cebrián mismamente, a ti no que te respeto mucho. Pues que era lo que que ahora se llama un módulo. En Fin....
Las columnas y las opiniones vinieron después. Y han sido tan bien venidas como la fotografía o la entrevista, por citar dos géneros que vinieron después. 
Primero, sin duda, fue la noticia, la crónica, el reportaje. 
Los hijos de esas batallas son los que ahora llenan los periódicos de la miscelánea que lo constituyen. En esa miscelánea, con el debido honor, está el columnismo.
Había un periodista del franquismo, Juan Aparicio, que se sentaba ante la máquina de escribir, en el antiguo El Español o en el también muy antiguo Arriba, para derribar al contrario, y entonces el contrario era el mundo soviético. 
Gritaba don Juan, antes de teclear: “¡Se van a enterar en Moscú!” E iniciaba su andanada.

Eso es así desde que el mundo es mundo, o desde que el periodismo sirve para explicar qué le pasa a la gente.
Así que hay periodistas y hay columnistas, y todos ellos se juntan, de una manera u otra, en los periódicos, a mayor gloria de su variedad, buscando su Kremlin, que puede estar en Ferraz, en la Moncloa o en cualquiera de los centros de poder. 
Todo con tal de encontrar una diana que satisfaga al público. ¡Dales caña, joder!
Estuve el otro día en Gijón, ante la playa magnífica de San Lorenzo, con el patrón laico del columnismo español, Juan Cueto, que también ha sido otras cosas en el periodismo español.
 Pero ha sido (ahí están sus libros recopilatorios, el último Yo nací con la infamia, que editó Jorge Herralde) uno de los mejores columnistas de nuestra lengua en el siglo XX; a él debemos rendir pleitesía.
  Y estuvimos hablando, claro, del contenido de las columnas.
 Las suyas (como las del otro patrón laico, Jorge de Ibargüengoitia, de Guanajuato, México) eran una mezcla de datos, humor, melancolía, porvenir y conocimientos; entre los conocimientos, la historia, la música, el pop, la televisión, los diccionarios, la literatura, la gracia y la gracia de la vida.
 El resultado eran columnas en las que no había ni buenos ni malos, sino vida en estado natural.
Naturalmente, en su casa, este jueves, Juan estaba rodeado, como siempre, de miles de libros, ante él se saturaban las opiniones de la televisión del mediodía, detrás se escuchaban las risas de la playa, y entre nosotros hablábamos…., de periodismo.
 De sus columnas también. De cómo consiguió que en su escritura no se cruzara nunca, a pesar del tiempo que se vivió en su égida, de los ochenta a los 2.000 de nuestra era, el maniqueísmo columnista que nos invade.
 Cómo no se dejó llevar por la disyuntiva buenos/malos, amigos/enemigos, cómo logró que sus columnas se leyeran como verdaderas historias, qué había dentro de su lenguaje para que leerlo llegara a producir esa alegría. 
Así nunca se posicionó y no siempre en el aurea mediocritas está lo elegante, no, no señor. Así no te metes es en lios y andas a buenas con la derecha y con la mediocrita izquierda y de paso arremetes mucho y mal con Podemos.

Él rió, claro, no dijo nada.
Quizá haya una respuesta, que no me dio: la inteligencia de Juan Cueto para mezclar.
Y esa inteligencia para mezclar es la que echo en falta en el más habitual columnismo de este tiempo.
 Así que, columnistas, paren un poco, no se dejen llevar por la facilidad de señalar o de buscar al enemigo, en la política, en la economía, en El otro, y pónganse a releer a Cueto, lo tienen bien cerca.
¿Y ahora diriges al lector a que lea lo que casi nadie lee entre ellos tu periódico que ya dije va escorado y con la Proa hacía el marisco.?