Carmen Borrego, confesó el
pasado domingo en el programa ‘Conexión Honduras’ algo muy diferente a
lo que ahora ha admitido su madre.
La participación de Edmundo Arrocet en ‘Supervivientes’ no está gustando a todo el mundo.
Claramente es el caso de Carmen Borrego, hija de María Teresa Campos que, el pasado domingo durante su participación en el debate de 'Conexión en Honduras' confesó que su madre no reconocía a su actual pareja.
Borrego quiso destacar que la participación de este en el concurso
estaba complicando el hecho de que la periodista saliese a defenderle.
“Nos lo está poniendo muy difícil”, ha añadido.
Sin embargo, la presentadora – que ha
estado presente junto a sus dos hijas en el acto de entrega de la
Medalla de la Comunidad de Madrid otorgadas a Alejandro Sanz y Javier
Fernández- ha 'corregido' a su hija.
“Yo le estoy viendo como es él. Es una persona que nunca entra en conflictos y es, esencialmente, buena persona”, a lo que ha añadido, “yo sé que ese programa no es solo un programa de supervivencia”.
La presentadora de ¡Qué tiempo tan feliz!, que siempre ha admitido públicamente que la idea de que Edmundo participase en este concurso no le agradaba demasiado,
mandó la semana anterior un mensaje a la audiencia a través de la misma
interlocutora, su hija Carmen.
Entonces, el recado era de ánimo y apoyo
pero parece que según van pasando los días y las tramas comienzan a
formarse, todo resulta más difícil.
Lo cierto es que desde que el avión aterrizó en Honduras el comportamiento de Edmundo tiene a sus compañeros completamente desorientados
porque no saben cuál es la verdadera cara del concursante, el que no
para de hablar y darles consejos o el que se aisla y no quiere ni comer,
ni tener contacto con ellos.
¿Pensar y reflexionar sobre asuntos profundos no deja tiempo para responsabilizarse de una familia? O es otra cosa
Platón, Hobbes, Locke, Hume, Descartes, Kant,
Nietzsche, Sartre... Este pequeño listado, que podría pasar por el
temario de una asignatura de Filosofía, tiene mucho en común que va más
allá de sus particulares teorías y aptitudes.
Estos ocho filósofos son
una pequeña muestra de un fenómeno llamativo: ninguno tuvo hijos.
Como
tampoco los tuvieron Adam Smith, Voltaire, Spinoza o Schopenhauer.
Según el filósofo Pierre Riffard (Toulouse, 1943), el 70 % de sus compañeros estaban solteros y sin descendencia cuando publicaron su obra cumbre.
Algunos
lectores avezados podrán pensar que quizás estas publicaciones tuvieron
lugar cuando los pensadores en cuestión eran aún jóvenes y de ahí su
soltería. Pero no, la filosofía no ha dado niños prodigio. La edad media
eran los 42 años, según el retrato que realiza Riffard en su libro Vida íntima de los filósofos, tras comprobar las fechas de publicación de sus mejores obras de 21 de ellos.
Decía Nietzsche que un filósofo casado era una
figura ridícula. Aunque, según apunta Amelia Valcárcel, catedrática de
Filosofía Moral y Política de la UNED y miembro del Consejo de Estado, “Nietzsche intentó casarse por todos los medios con Lua Andreas [escritora rusa y colaboradora de Freud] y ella le dijo que no”.
El filósofo Pierre Riffard (Touluse, 1943) ha
realizado un estudio donde el 70 % de sus compañeros estaban solteros
cuando publicaron su obra cumbre
Luis Arenas, madrileño de 48 años, es director del departamento de Filosofía
de la Universidad de Zaragoza.
Su decisión de no tener descendencia es
meditada. Arguye varias razones. “Quizá la primera y principal es la
pérdida de autonomía que implican”, explica.
“Por otro lado, hay razones
morales: tener un hijo es una extraordinaria responsabilidad moral
.
Queda en tu mano el destino de un nuevo ser de cuyos éxitos o fracasos
vitales, cuyos traumas o potencialidades serás en buena parte
responsable”, continúa.
Y sigue argumentando razones ecológicas y
demográficas mientras aboga por la adopción para “hacerse responsable de
los que ya están”.
Valcárcel busca razones para esta querencia a no
tener familia: “La filosofía, durante más de mil años, estuvo
directamente vinculada a la Iglesia, así que toda esa gente era soltera
por oficio”.
Aunque la catedrática de Filosofía reconoce que existen
varios casos de grandes filósofos que pueden enmarcarse en este ejemplo,
no lo considera significativo: “Tenemos varios solteros insignes, lo
que no quiere decir que la mayor parte de los filósofos, quizás menos
insignes o no, hayan estado casados”.
Para Irene Lozano, escritora, exdiputada de UPyD y directora de la escuela de Filosofía Thinking Campus,
tampoco hay una respuesta clara aunque sí se atreve a señalar algunas
circunstancias a tener en cuenta.
La primera la coge del libro de
Riffard, en el que se apunta el curioso dato de que el 68 % de los
filósofos quedaron huérfanos antes de los cinco años.
“Él los analiza
como gente que no ha tenido una seguridad emocional de pequeño porque
perdió a su padre, o a su madre o a ambos y eso le ha podido dificultar
la vida en pareja e incluso provocar un aislamiento que le haya llevado a
la filosofía”, explica Lozano
Ese carácter introspectivo que se les presupone a
los filósofos y que les podría haber dificultado las relaciones sociales
es otra de las circunstancias que se apuntan.
“La filosofía necesita
tiempo y un margen para desviarse de la vida diaria y los debates de
actualidad.
Por eso parece que el filósofo o la filósofa tienden al
retiro”, apunta Marina Garcés, filósofa y profesora de la Universidad de
Zaragoza. Algo que se va rompiendo con el paso del tiempo.
“La gente se
sorprende, por ejemplo, de que una filósofa hoy pueda ser joven y tener
un trato normal y accesible, incluso simpático”, explica.
También se apunta a una posible reticencia a la
mundanidad que ofrecía la vida doméstica en contraposición a lo elevado
de su tarea filosófica.
“No podemos olvidar que si hay algo que ha podido caracterizar la vida
de los filósofos es su terrible misoginia y su escasa predilección por
la vida doméstica.
De hecho, Nietzsche nos dice que la vida en casa
estrecha y oprime la capacidad de pensar como si hubiera una especie de
impulso último del filósofo que le llevara a decir no a toda sujeción”,
afirma Navarro.
Para Garcés, la creencia era que “el filósofo o la
filósofa no debería tener intereses propios, así podrían pensar por todos". Y, claro, no hay interés más propio que los hijos”, sentencia.
Pero,
¿qué fue antes, el carácter introspectivo o la aversión a la vida
doméstica?
Porque también hubo insignes filósofas que no tuvieron
descendencia, como Simone de Beauvoir, Hannah Arendt, Simone Weil e Iris
Murdoch.
Es una pregunta que se hace la propia Lozano, con un hijo,
quien afirma haber “aprendido mucha filosofía" con su vástago, y quien
no cree que “haya algo intrínseco en el mundo de hoy para que un
filósofo quiera tener menos hijos que los demás”.
Garcés, con dos hijos, tampoco se planteó nunca “contraponer
sus pasiones: pensar, vivir, amar” aunque ello le costase “tener que
estar cuatro años de excedencia en la universidad, sin cobrar, y diez
años sin publicar ningún libro, entre el primero y el segundo hijo”.
Nada que no pase, a cualquier mujer, en la vida académica.
Como estamos hablando de filósofos hay que tener
en cuenta que la contradicción y el replanteamiento son unas constantes.
Lo demuestra en su última reflexión el director del departamento de
Filosofía de la Universidad de Zaragoza, Luis Arenas, que, recuerden,
tenía muy meditado no dejar descendencia:
“Asumir la decisión de no ser
padre de forma consciente no disipa la duda de si uno no estará
cometiendo la gran equivocación de su existencia”.
Narcís Rebollo, presidente de Universal Music, y Eugenia Martínez de Irujo oficializan su relación en la Feria de Abril.
!Que fea es esa Duquesita!! cada vez se parece más a su madre, pero enamoró a Francisco Rivera Guapo como un sol.Espero que la hija de ambos haya salido al padre...
No es la primera vez que la Feria de Abril de Sevilla
o la romería de El Rocío son los escenarios elegidos para hacer
públicos sonados romances.
En este caso la protagonista ha sido Eugenia Martínez de Irujo
(48 años) quien ha escogido el recinto del barrio de Los Remedios para
hacer patente la relación sentimental que mantiene desde hace meses con
Narcís Rebollo (47 años) el productor musical más importante de nuestro
país y presidente desde 2015 de Universal Music para España y Portugal,
compañía a la que está ligado desde 2010.
No es ajeno que a la hija de la fallecida duquesa de Alba,
como también le ocurría a su madre, le gusta todo lo que tiene que ver
con el arte: diseña joyas para la firma catalana Tous –la última
inspirada y dedicada a su madre–; se casó con el torero Francisco Rivera
con quien tiene una hija, Cayetana, de 16 años; tuvo un fugaz romance de verano con el actor José Coronado
y ahora el elegido para ocupar su corazón está relacionado con la
música y grandes artistas del panorama nacional.
Y está considerado como
el sucesor natural de otros grandes valedores de la música en España
como José Luis Gil, presidente de Hispavox, o Tomás Muñoz, legendario
fundador en España del sello CBS.
Rebollo, nacido en Figueras, además de ejecutivo de una de las grandes
multinacionales discográficas del mundo, acumula en su currículo una
dilatada trayectoria profesional en el mundo de la canción.
Formó parte del primer jurado de Operación Triunfo y ha tenido mucho que ver con el reciente éxito de El Reencuentro,
el programa que celebró los 15 años del hito televisivo que supuso este
concurso musical.
Está considerado el mayor impulsor de la carrera de
David Bisbal y un perspicaz empresario que supo intuir el futuro que
podía esperar a alguno de los triunfitos porque poco después de
finalizar el concurso constituyo una empresa junto a Ricardo Campoy,
que como él era socio de Vale Music, para representar y dirigir sus
carreras.
Así ocurrió hasta que Universal compró la compañía en 2006,
donde Narcís Rebollo llegó a convertirse en 2010 en director de Nuevos
Negocios y en presidente en 2015.
Su interés por este mundo comenzó hace años en el sello
independiente Divucsa, desde donde pasó a ser responsable de marketing y
promoción de BMG, uno de los sellos con los que ha trabajado Isabel
Pantoja, a quien ha ayudado en el relanzamiento de su carrera tras sus
problemas con la Justicia. Calificado como gran profesional, afable,
discreto y con un gran olfato, se ha ganado la confianza y la amistad de
muchos de los artistas que han tenido contacto con él entre quienes se
encuentran figuras como Alejandro Sanz, Antonio Orozco, David
Bustamante, Pablo López o Luis Fonsi. La ventaja para esta pareja reciente es que tanto la inquieta Eugenia
como Narcís Rebollo comparten su inquietud por todo tipo de
manifestaciones artísticas y que el catalán, en su día uno de los
fundadores del sello Vale Music, no es de esos ejecutivos exclusivamente
enterrados entre números. Sus redes sociales dan fe de que se trata de
una persona que disfruta con los conciertos, las escapadas al mar y las
buenas reuniones con sus amigos, entre ellos muchas caras conocidas de
la música internacional.
Ron Howard le convirtió en estrella,
Robert Zemeckis le dio sus papeles más emblemáticos y
Steven Spielberg le consolidó como uno de los mejores actores de las últimas décadas. Tom Hanks, actor versátil con dos Oscars en sus vitrinas, vuelve a la cartelera de la mano de James Ponsoldt y convertido en una suerte de gurú tecnológico a lo Steve Jobs en
El círculo. En esta ocasión, es el fundador de la empresa de Internet más
influyente del planeta, cuyo siguiente avance es un sistema operativo
capaz de englobar toda la identidad virtual de un usuario en un único
perfil, eliminando cualquier atisbo de privacidad, y que pondrá a una
joven empleada de la empresa (
Emma Watson) ante un peliagudo dilema moral.
Con motivo de este estreno, recordamos 10 (y nos dejamos unas cuantas en el tintero) de las mejores películas de Hanks.