Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

16 mar 2017

María Teresa Campos y Bigote Arrocet graban un disco

La presentadora, muy afectada por la supresión de su programa de televisión, afronta este nuevo reto, mientras el humorista prepara además su participación en 'Supervivientes'.

¿Y si se le va Bigote Arrocet?Acostumbrado a vivir como un rey  ahora le toca ir a concursos..

María Teresa Campos y Bigote Arrocet, el pasado día 8. GTRES

María Teresa Campos, a sus 74 años, ha hecho casi todo en televisión.
 Fue una de las impulsoras de las tertulias políticas, chica Hermida y ahora protagonista de un reality con sus hijas Terelu y Carmen además de presentadora de ¡Qué tiempo tan feliz! aunque solo hasta el 1 de abril.
 Ese día se emite el último programa de entretenimiento que durante siete años ha ofrecido Telecinco en las tardes del fin de semana.
 La cadena ha decidido acabar con él, lo que ha supuesto una gran disgusto para la veterana presentadora que no pensaba en un final así.
Pero pocas horas después de conocerse la supresión del programa se ha sabido que la presentadora y quien es su actual pareja, el humorista Bigote Arrocet, van a grabar un disco juntos. Era habitual que ambos cantaran en ¡Qué tiempo tan feliz!. 
 Pues parece que esos temas y algunos más que van a incorporar formarán parte de su trabajo.
 Detrás de este proyecto está la compañía de discos Universal, con quien la presentadora mantiene una excelente relación desde hace muchos años, como ha confirmado un portavoz. 



La veterana presentadora María Teresa Campos.
La veterana presentadora María Teresa Campos. GTRES
Pero este no es el único plan de la pareja.
 Bigote Arrocet se prepara para ser uno de los participantes en la próxima edición de Supervivientes, que ya está planeando su próxima entrega.
Teresa Campos tiene un Ondas, concedido por los informativos que presentó en Andalucía, y muchos otros premios pero el que más valora es el Clara Campoamor.
 Y es que la presentadora, aunque hace programas de entretenimiento y es portada de las revistas del corazón, se siente por encima de todo una mujer comprometida, progresista y feminista.
 Además, ahora, será cantante.

 

Shakira no irá a la boda de Messi por su enemistad con Antonella Roccuzzo

La novia del futbolista argentino del Barcelona no vio bien cómo Piqué rompió con su anterior pareja.

Shakira y Antonella Roccuzzo. GETTY/ GTRES

Las cosas del vestuario se quedan en el vestuario, dice una máxima futbolística, pero las enemistades de las parejas de los jugadores es más fácil que trasciendan. 
Desde hace mucho tiempo se venía hablando en Barcelona del distanciamiento de Shakira con algunas de las mujeres de los jugadores de la plantilla azulgrana.
 La cantante colombiana acude habitualmente al Camp Nou pero lo hace acompañada de familiares y no suele reunirse con las parejas de los compañeros de Gerard Piqué, salvo raras excepciones.
 Con quien más mantiene la distancia es con Antonella Roccuzzo, la madre de los dos hijos de Leo Messi y con quien contraerá matrimonio en junio.
 Ahora se ha sabido que las diferencias son tales, que Shakira ha declinado la invitación a la boda de la estrella del fútbol y parece que la presencia de Piqué también está en el aire.
La enemistad o falta de relación entre las parejas de los futbolistas se debe a una historia del pasado y tiene que ver con la manera en que Piqué comenzó su relación con Shakira.
 Como el propio jugador ha reconocido, cuando se conocieron ambos tenía pareja.
 Shakira salía con Antonio de la Rúa y Piqué con Nuria Tomás
. Se trataba de relaciones de varios años, consolidadas. 
"Era un lío muy grande como para que solo durara tres días.
 Ella tenía pareja, y ya que lo haces, lo haces bien. 
 Aunque nunca sabes cómo puede funcionar, ya llevamos seis años", contó Gerard Piqué en una entrevista para el programa Fora de sèrie, de TV3.
TV3.
Shakira y Piqué, con sus dos hijos.
Shakira y Piqué, con sus dos hijos. GTRES
Fue antes del Mundial de Sudáfrica, en 2010. "Nos conocimos participando en el videoclip de Waka, waka. Y más tarde, cuando ella ya había llegado a Sudáfrica [la selección española lo hizo unos días más tarde que la cantante], le envié un mensaje preguntándole qué tal el tiempo.
 Me contestó una parrafada, y todo empezó ahí", cuenta Piqué. .
Antonella mantenía por entonces una buena amistad con la novia de Piqué y la llegada de la cantante colombiana fue muy mal recibida por ella.

 Este conflicto no parece, en cambio, que haya afectado a la relación de Messi y Piqué ni dentro ni fuera del terreno de juego
Aunque no hay confirmación oficial de la fecha, parece que la pareja está organizando la boda para mediados de junio, una vez concluyan los compromisos futbolísticos de Messi.
 La intención del jugador es, además, celebrar una gran fiesta en Barcelona para aquellos amigos que no puedan ir a Argentina.
Messi, de 29 años, y Roccuzzo, de 28, tienen dos hijos: Thiago, de 4 años, y Mateo, de 1. 
Ambos son novios de toda la vida. 
El futbolista la conoció cuando tenía menos de 10 años, según cuentan diversas biografías del jugador del Barça.
 Pero ella nunca ha concedido entrevistas y solo se comunica con el gran público mediante su cuenta de Instagram, con 3,5 millones de seguidores.
 Messi, también de pocas palabras dentro y fuera del campo, tampoco habla casi nunca de los detalles de su vida familiar.
 

 

Los curanderos, entre la impunidad y el limbo legal......... Javier Salas ...

Profesionales de las terapias sin aval científico se aprovechan de la indecisión política.

Una pareja, frente a un centro de terapias alternativas en Valencia. EL PAÍS
“Si se ha equivocado, se ha equivocado él”.
 Con esta frase eludía su responsabilidad José Ramón Llorente, quien se presentaba como especialista en medicina naturista y ortomolecular cuando comenzó a pasar consulta a Mario Rodríguez.
 Se trata de un curandero de libro, aquel que, según el diccionario, ejerce prácticas curativas sin tener el título de médico.
 Su caso ha terminado en el juzgado por el tesón del padre de Mario, un joven de 21 años que murió tras abandonar la quimioterapia mientras su curandero le recetaba “pastillas de brócoli”, según la Audiencia Provincial de Valencia
Pero no sabemos cuántos curanderos como él hay en España, tratando gripes, depresiones, dolores de espalda o tumores, ni cuántos problemas de salud podrían estar provocando al pretender curar a pacientes con falsos remedios, técnicas inútiles y píldoras que no son más que placebos.
Una pareja, frente a un centro de terapias alternativas en Valencia. EL PAÍS

Ciudadanos quiere obligar a los médicos a denunciar cuando tengan conocimiento de prácticas “alejadas de la evidencia científica [que] pudieran causar un perjuicio real en la salud”
Para dar respuesta a casos como este, el grupo de Ciudadanos en el Congreso presentó una Proposición no de Ley (PDF) para obligar a los médicos a denunciar cuando tengan conocimiento de una situación similar: prácticas “alejadas de la evidencia científica [que] pudieran causar un perjuicio real en la salud directa de sus pacientes”.
 La intención última: “Detectar malas prácticas que pongan en peligro la salud pública o la vida de los pacientes”.
 Francisco Igea, médico y diputado impulsor de esta PNL, defiende su propuesta como un intento “útil” de “acabar con la impunidad”. “Ni siquiera hay un registro de las lesiones o muertes que podrían estar causando”, lamenta Igea, “no sabemos nada”.
Una de las asociaciones más representativas del sector, la Asociación de Profesionales de las Terapias Naturales (APTN-Cofenat), asegura que hay 60.000 profesionales que "ejercen y pagan sus impuestos”.
 Pero es que en 2009 ya decían que eran 60.000 profesionales. 
Todo el mundo, partidarios, detractores, médicos y políticos, consideran que se trata de una práctica que no deja de crecer; no tendría sentido que fueran los mismos “profesionales” desde hace casi una década.
 Esa asociación, la mayor, dice contar con casi 10.500 miembros.
 . El 13% de los españoles prefiere este tipo de pseudoterapias, según el CIS, aunque un estudio realizado por el sector asegura que el 24% ha recurrido a estas prácticas en alguna ocasión, pero incluye en ese porcentaje la práctica del yoga.
La norma que regula los establecimientos sanitarios indica que debe haber un "médico" en los centros de terapias naturales. Los demás están fuera de la ley
Poco se sabe a ciencia cierta sobre este sector.
 El último gobierno socialista trató de acotar el concepto, o el problema, poniendo en marcha un grupo de trabajo en 2007 que identificara, para regularlos, todos los aspectos que engloban las llamadas terapias naturales o alternativas. 
El informe resultante, publicado en 2011, dejaba claras tres cosas: que el problema es amplísimo y con innumerables derivadas; que estas terapias no tienen ninguna capacidad de curar más allá del efecto placebo; y que la regulación era insuficiente.
 Estamos hablando de 139 técnicas, donde conviven la acupuntura, que Sanidad considera útil contra determinados dolores, con la sanación por medio de piedras de cuarzo, por poner un ejemplo sin aval alguno.
En el decreto vigente desde 2003, que regula los establecimientos sanitarios, hay un apartado dedicado a las terapias no convencionales, pero el texto indica que se trata de una “unidad asistencial en la que un médico es responsable de realizar tratamientos”.
 Es decir, que se exige alguien con titulación en Medicina para que la autonomía pueda dar el permiso pertinente, una situación rarísima, como reconocía Sanidad en su informe (PDF): en 2008, solo había 230 establecimientos acreditados con este perfil. 
 “Estas cifras no son indicativas de la situación real de los centros en los que se aplican terapias naturales, ya que en gran parte de ellos no hay un médico al frente”, reconocía. 
Y añadía como ejemplo que una simple búsqueda en la web de las Páginas Amarillas ofrecía 1.704 centros de naturopatía en 2011 (hoy ya son 2.163) y 934 de homeopatía (hoy, 1.439).
Como muestra, un botón: en la localidad del joven Mario Rodríguez, Burjassot (37.000 habitantes) hay 11 establecimientos que se publicitan como locales en los que, de un modo u otro, se asegura que se cuida o mejora la salud de los clientes con pseudoterapias (ninguno aparece en la web de las Páginas Amarillas). 
Se trata de un trabajo de campo realizado a modo de ejemplo por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), impulsada por el padre de Mario, para ilustrar el alcance del problema. 
 “No cumplen el decreto de autorización de centros. Los tribunales lo tienen clarísimo, da igual si las terapias que realizan son reales o ficticias”, dice Fernando Frías, abogado y asesor jurídico de la asociación. 
Según este colectivo, que se está reuniendo con los grupos políticos para transmitir su preocupación, estos centros no cumplen y la inspección de Sanidad de cada comunidad autónoma debería cerrarlos.
 Llorente, obligado por la sanidad valenciana, se limitó a cambiar su cartel de "medicina natural y ortomolecular" por otro que vende "centro de terapias naturales".

Intentos fracasados de regularlo

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero trató de darle espacio legal al sector, un apartado específico en la norma para estos profesionales de las terapias que no cuentan con aval científico. Cataluña lo hizo , pero la justicia se lo tumbó. 
El País Vasco aprobó en julio una proposición no de ley para hacerlo.
 El programa electoral del PSOE sigue incluyendo la idea de “regular, desde el consenso, el sector de las terapias naturales, que permita al ciudadano acudir a estos técnicos con las debidas garantías”.
 Guadalupe Martín, diputada del PSOE en la comisión de Sanidad, cree que esa es la solución, y reconoce que ahora se está dando un incumplimiento masivo de la ley, porque los centros de terapias alternativas no cuentan con profesionales sanitarios y porque vulneran la ley al publicitarse indebidamente como lugares en los que se ofrecen soluciones para la salud, como también denuncian Ciudadanos y APETP
 Martín, también médica, no cree que la propuesta de Ciudadanos sea la solución: 
“No comparto que se ponga la carga en los profesionales sanitarios, que tengan que hacer de policías. 
Para eso ya está, o debería estar, la inspección sanitaria”.
 Los colegios médicos tampoco se han mostrado a favor de que se les obligue por ley a denunciar a los curanderos, a pesar de que algunos, como la Organización Médica Colegial, son muy beligerantes contra las pseudoterapias
 La diputada socialista cree que se debe dar carta de naturaleza a los profesionales de las terapias naturales mejor formados para dar más seguridad a los ciudadanos.
 “Pero si regulas determinada profesión, supone reconocer una titulación, una formación… y eso es reconocer validez a prácticas que no tienen ninguna base científica”, reconoce.
 “Pero eso ayudaría a cerrar a los verdaderos estafadores”, añade. Además, cree fundamental formar e informar a la población.
 En este momento ese objetivo parece muy lejano cuando la radio pública española tiene un programa para la promoción de estas pseudoterapias.
Estos profesionales cuentan desde 1990 con un epígrafe como parasanitarios en el que inscribirse para tributar por su negocio, pero no pueden registrar su establecimiento y tienen prohibido hacer publicidad de “productos y servicios de carácter creencial y de los productos-milagro”. 
Así, las tarifas de un sector que está fuera de la ley son ingobernables: a la familia de Mario Rodríguez, el tratamiento del curandero le costó unos 4.000 euros.
 El plan del Gobierno socialista ponía el foco en que la regulación de este colectivo incluyera un diagnóstico previo de un médico titulado, tener especial vigilancia sobre las terapias más invasivas y peligrosas y que se mantuviera un registro de pacientes que permita controlar mejor el sector.
 La presidenta de la APETP, la científica Elena Campos, lo tiene claro: “Se está incumpliendo desde hace 13 años la legislación vigente.
 La salud debe estar en manos de un profesional sanitario acreditado. 
Los ayuntamientos y las comunidades son responsables de lo que está pasando”.

 

Manuela Carmena y la cultura del respeto.............. Juan Cruz

La alcaldesa culmina el paso de Celia Mayer por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid con la celeridad que es propia de un juez.

Carmena y Celia Mayer tras la rueda de prensa en el Ayuntamiento.
Hay algo en Manuela Carmena y esto es la paciencia.
 Paciencia para hacerse responsable hasta de lo que no hace. Paciencia para retomar decisiones injustificadas e injustas y poner la razón sobre el desvarío. 
Ahora ha culminado el paso de Celia Mayer por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid con la celeridad que es propia de un juez: ha aguardado a que los argumentos se fueran posando y finalmente hizo lo que le manda su cultura: señalar los despropósitos (que ha habido varios, el caso Matadero ha sido el más reciente) cuando parecía que la tormenta se había acabado.
No se había acabado la tormenta; acaso la tormenta subió de tono cuando los responsables del desaguisado de los nombres propios (la alcaldesa dictaminó que Max Aub y Fernando Arrabal debían retornar a las Naves del Matadero) dejaron la duda de si iban o no a seguir la decisión de la alcaldesa.
 En el momento culminante de esa última crisis de la concejalía de Cultura no hubo un puñetazo en la mesa; Manuela Carmena no usa la mano para esas cosas: las usa para poner orden en el caos habido. Y esta decisión anunciada a la media tarde del miércoles es una expresión de su talante y una puerta abierta a lo que sería deseable que fuera Madrid en la cultura: una ciudad que no se rigiera, en ese ámbito, ni en ninguno, por el capricho partidista o ideológico, sino por la serenidad del contraste y del conocimiento.
Madrid es aquella capital del millón de cadáveres que señalaba Dámaso Alonso.
 Pero es también la capital de los cientos de miles de exiliados de la guerra; es, además, la capital que ha sobrevenido, después del franquismo y con la transición:
una ciudad llena de historias y de nombres propios, de exiliados de otros países, de artistas de zonas creativas muy diversas, una ciudad que fue movida y una ciudad que fue parada.
 Madrid es una sucesión, ahora, de decenas, de centenares de culturas, de muchísimas maneras de verlas y de exhibirlas, de artes viejas y de artes nuevas, de artes vivas (como el teatro, como la música, como la danza, como la vida) y de artes quietas, como el patrimonio.
Madrid es, también, una ciudad de las memorias; muchas de esas memorias conviven en la cultura personal (y pública) de Manuela Carmena, que forma parte de la generación del respeto. 
Se ganó el respeto hace mucho tiempo, como otros grandes nombres de su generación; y esa misma manera de respetar la ha llevado ahora, simbólicamente, a alzar su voz a favor de dos nombres propios que a ella no sólo le suenan sino que forman parte de su adn cultural. 
Otros quizá no están tan dotados, o no parecen estarlo, para entender que en Madrid caben también los viejunos y esa llamada de atención suya no es tan solo para restituir el respeto al pasado en un ayuntamiento de dependencias tan diversas, sino para avisar de que ni los ayuntamientos ni los partidos ni las instituciones cambian para hacer majo y limpia, para decir Me Gusta o No Me gusta como en las redes sociales, sino para aglutinar, en la gran plaza que es la ciudad, a unos y a otros, sin revanchas ciegas o desavisadas decisiones.
Algo es seguro sabiendo que ahí está ahora Manuela Carmena, al frente de la cultura: con ella revive la cultura del respeto.
 Y eso, tal como está la vida, es mucho más que lo que hay.