Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

13 mar 2017

La caja b del PP de Madrid, la hidra de seis cabezas

Diego Matamoros, detenido por dar un puñetazo en la cara a su expareja

El hijo del conocido personaje televisivo, a disposición del juez de Móstoles.

Diego Matamoros, durante la presentación de una película.
La Guardia Civil ha detenido en su casa de Boadilla del Monte (Madrid) a Diego Matamoros, hijo del popular Kiko Matamoros (Sálvame), por una supuesta agresión contra su exparejaTanit Grande.
 La detención se produjo después de que la joven presentase a la una de la madrugada de este sábado una denuncia en la comisaría de Pozuelo de Alarcón contra el hijo del colaborador televisivo, al que acusa de haberla propinado un puñetazo en la cara y de haberle roto el labio.
La mujer aseguró en la denuncia que el pasado sábado, 11 de marzo, sobre las 20.40, Diego Matamoros la abordó en las inmediaciones de su casa y que sin mediar palabra le propinó un puñetazo en la cara como consecuencia del cual cayó al suelo, según han explicado fuentes conocedoras del caso.
 La mujer reconoció que había mantenido una relación sentimental con su supuesto agresor hasta hace dos años y que ahora ambos eran simplemente amigos.

La policía traspasó el caso a la Guardia Civil, que fue la que se encaminó a la casa de Matamoros en Boadilla del Monte, donde fue detenido sobre las cinco de la madrugada como supuesto autor de un delito de maltrato en el ámbito familiar, según han confirmado fuentes policiales. 
El joven, de 30 años, fue puesto a disposición del juzgado de guardia de la localidad de Móstoles. 
La agredida, de unos 36 años, presentó un parte de lesiones y solicitó que se dictara una orden de alejamiento, tras presentar la denuncia por agresiones y amenazas.
 La mujer acudió a la comisaría de Pozuelo de Alarcón acompañada de un abogado.
Diego Hugo Matamoros, de gran corpulencia física, es hijo del citado Kiko y de Marian Flores (hermana mayor de mar Flores) y se ha hecho conocido por las disputas televisivas con su propio padre y por algunos trabajos como modelo.
 Su padre es representante artístico y un conocido colaborador de diversos programas de televisión.

 

12 mar 2017

Lo que opinan 13 españolas de éxito sobre el feminismo


Preguntamos a las creadoras más influyentes su implicación con la palabra feminista y la llegada del tiempo de las mujeres.

Lo que opinan 13 españolas de éxito sobre el feminismo
Para la presentadora de 'El Intermedio', Sandra Sabatés, ha llegado el momento de decir "basta".
Foto: Ximena Garrigues y Sergio Moya

Son artistas, empresarias, autoras, actrices, periodistas, diseñadoras… Creadoras cuyo trabajo se traduce en un ejemplo de lucha a la que han hecho frente con libertad, profesionalidad, sensibilidad, integridad y empeño.

 Porque no siempre es fácil. A todas les hemos planteado dos cuestiones: 1. ¿Creen que ha llegado el tiempo de las mujeres? 2. ¿Hay que implicarse con la palabra feminista? Estas son sus respuestas: 

Carmen posa entre sus obras Desmesurada, Resplandor y Sueños vagos con chaqueta de ELENA MIRÓ y pendientes de PAPIROGA.
Carmen Calvo
(Valencia, 1950). En su cuadro Escenas de caza (1969), un cazador tira del cabello a una mujer mutilada.
 Grave pasión encantadora (2014) expone el gesto amargo de una señora de luto con unas esposas prendidas al cuello del vestido. Cuarenta y cinco años separan a estas dos obras de la artista, Premio Nacional de las Artes 2013, en su retrospectiva Todo procede de la sinrazón (1969-2016). 
«Sigue vigente el mismo tema: la manipulación de la mujer, su opresión».
 Es una de las seis académicas numerarias (de 34) de la Academia de Bellas Artes de Valencia, donde ejerce «de Pepita Grillo».
 Sus collages y performances, militantes como ella, desazonan al público, pero eso le gusta: «Yo he vivido siempre libre porque siendo niña no me encasillaron.
 En España falta cultura y formación.
 La reivindicación feminista necesita más actitudes que palabras».

Lo que opinan 13 españolas de éxito sobre el feminismo

Preguntamos a las creadoras más influyentes su implicación con la palabra feminista y la llegada del tiempo de las mujeres.

Lo que opinan 13 españolas de éxito sobre el feminismo
Para la presentadora de 'El Intermedio', Sandra Sabatés, ha llegado el momento de decir "basta".
Foto: Ximena Garrigues y Sergio Moya
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Son artistas, empresarias, autoras, actrices, periodistas, diseñadoras… Creadoras cuyo trabajo se traduce en un ejemplo de lucha a la que han hecho frente con libertad, profesionalidad, sensibilidad, integridad y empeño. Porque no siempre es fácil. A todas les hemos planteado dos cuestiones: 1. ¿Creen que ha llegado el tiempo de las mujeres? 2. ¿Hay que implicarse con la palabra feminista? Estas son sus respuestas:
Carmen posa entre sus obras Desmesurada, Resplandor y Sueños vagos con chaqueta de ELENA MIRÓ y pendientes de PAPIROGA.
Foto: Ximena Garrigues y Sergio Moya
Carmen Calvo
(Valencia, 1950). En su cuadro Escenas de caza (1969), un cazador tira del cabello a una mujer mutilada. Grave pasión encantadora (2014) expone el gesto amargo de una señora de luto con unas esposas prendidas al cuello del vestido. Cuarenta y cinco años separan a estas dos obras de la artista, Premio Nacional de las Artes 2013, en su retrospectiva Todo procede de la sinrazón (1969-2016). «Sigue vigente el mismo tema: la manipulación de la mujer, su opresión». Es una de las seis académicas numerarias (de 34) de la Academia de Bellas Artes de Valencia, donde ejerce «de Pepita Grillo». Sus collages y performances, militantes como ella, desazonan al público, pero eso le gusta: «Yo he vivido siempre libre porque siendo niña no me encasillaron. En España falta cultura y formación. La reivindicación feminista necesita más actitudes que palabras».
Vestido de SYBILLA.
Foto: Félix Valiente
Sybilla
(Nueva York, 1963). No le asustan los desafíos.
 Ha creado las prendas con las que soñaba, aceptando, con humildad, la admiración nacional e internacional.
 Y tras el frenazo de 2005, ha vuelto a poner en pie la empresa, «sin grandes recursos y con un equipo comprometido.
 Seguramente, mi mayor orgullo».
 Maestra de las texturas, el color y los volúmenes, hoy tiene un empeño: «Que la moda llegue a ser una fuerza positiva en la sociedad; un negocio capaz de reinventarse y dar respuesta a la situación del mundo. 
Yo, como mujer, quiero ropa que empodere, que me nutra, que me dé herramientas para sacar lo mejor de mí».
 En esa búsqueda de inspiración ha trabajado con grandes aliadas como Vandana Shiva o Anita Roddick.
 «Sin duda, la palabra feminismo toma fuerza y un nuevo significado, impulsado en muchos casos por los propios hombres. Las mujeres en puestos de poder pueden aportar una nueva manera de hacer y plantear los negocios». 
Su equipo (al que esta tarde se ha unido su perrita Rosi) anda de mudanza: «Nos vamos a una nave maravillosa, abrimos una tienda a la calle en Madrid y un nuevo salón de Medida y Novias. Empieza una nueva etapa».

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Sol Picó
(Alcoy, 1967). El núcleo duro de la compañía de la Premio Nacional de Danza 2016 es femenino.
 «Yo no teorizo más allá de lo que he vivido: me ha costado mucho llegar a muchos sitios por ser mujer. 
Son los hilos masculinos los que mecen la cuna; hay que crear espacios para los nuestros».
 La bailarina y coreógrafa reivindica la celebración de la imperfección de la mujer con arrojadas coreografías que se alinean con el teatro denuncia: clásico, contemporáneo, hip-hop… Ellas son recurrentes en sus montajes (La dona manca, Sirena a la plancha, We women…). «A veces, la propia mujer entra en ese flujo de no colocarse donde le corresponde sin darse cuenta. Y eso hay que vigilarlo. 
No hay que dejarse vencer: con diálogo, sin violencia».
 

Patricia Urquiola
(Oviedo, 1961). Arquitecta y diseñadora, pertenece a una familia de Oviedo culta y liberal en la que «los problemas se afrontan y se resuelven».
 Nos cita en el Pabellón Mies van der Rohe, en Barcelona (www.miesbcn.com). ¿Apasionada? «Si eres mujer, hay que tener cuidado con esta palabra porque parece que te quita lógica», puntualiza.
 Con encargos en medio mundo, Salinas, para Boffi, es un último reto. Todos los recibe con naturalidad: «Los clientes tienen fe en que experimentaré y abriré puertas», dice.
 «Para evolucionar, hay que replantearlo todo. También en el amor y la amistad».
 Aclamada por Magistretti, Lisoni o Castiglione, su mentor, a los 40 años fundó su estudio en Milán: «Si hubiera sido hombre, lo habría hecho antes… 
La vida es corta para las mujeres». Denuncia una involución: «Deberemos volver al campo de batalla. Si en algo puedo ayudar a transgredir, estoy dispuesta». Texto: Victoria Aroca.


El vestido de Ivana Baquero es de Dsquared2.
Foto: Ximena Garrigues y Sergio Moya
Ivana Baquero
(Barcelona, 1994). La niña prodigio de El laberinto del fauno estrena su primer papel adulto en la intimista Demonios tus ojos. «Era un salto al vacío; me apetecía».
 De carácter dulce y corazón guerrero, tras sus exhibiciones manejando dagas en Las crónicas de Shannara, ha rodado sus primeras escenas de sexo.
 «Teníamos claro que debían tener gusto y coherencia. En el cine, el hombre es el fuerte, el conquistador, el héroe; y la mujer, la vulnerable, la conquista, el objeto deseado.
 Muchos personajes femeninos siguen vinculados con el erotismo y el sexo: la mujer como reclamo sexual. Es triste y discriminatorio tener que desnudarse para poder trabajar».
 Su herencia ‘matriarcal’ («todas las mujeres de mi familia son jueces y fiscales») la posiciona con la causa: «Hay avances visibles en el espacio público, aunque las cifras globales quedan lejos de la paridad».




 
Eva Amaral viste top de WOLFORD, falda de MARÍA CLÉ LEAL, cinturón de BALMAIN y sandalias de JIMMY CHOO.
Foto: Ximena Garrigues y Sergio Moya
Eva Amaral
(Zaragoza, 1972).
 La palabra outsider, con la que tanto la han definido, le gustaba más antes. «Ahora se usa mucho por postureo. Me interesa la parte que habla de vivir por libre».
 En la promoción de Nocturnal Solar Sessions, su octavo disco de estudio con Juan Aguirre (han vendido juntos más de tres millones de discos), Eva parece seguir, como dice su letra de Hacia lo salvaje, en la búsqueda de su esencia más primigenia, poniendo acento en la realidad.
 «En este disco hablamos de lo que yo creo que va a salvar al mundo, que es intentar entender al que tienes enfrente».
 Considera «un tópico machista» que los hombres no entienden a las mujeres: «El feminismo no implica una lucha contra lo masculino, sino la búsqueda de un mundo igualitario.
 Yo, en la música, cada vez veo más instrumentistas, técnicas de sonido, montadoras… Es una transformación imparable».

 

Así era yo......................................Juan José Millás.

COLUMNISTAS-REDONDOS_JUANJOSEMILLAS
QUÉ PEQUEÑO resulta un escritor frente a los libros! 
No sé si estaba en la intención del fotógrafo mostrar ese contraste, pero ahí tienen a Cabrera Infante en una habitación de su casa de Londres.
 No sabemos si se acaba de levantar o aún no se ha acostado. No tenemos ni idea de la hora que es. 
Puede que las diez de la noche y que el autor de Tres tristes tigres no haya salido ni a comprar el pan.
 Tal vez se echó la bata encima al saltar de la cama y ha estado todo el día con ella, deambulando de una a otra habitación, aterido de frío en esa estancia de techos altos. 
No debe de ser fácil, ni barato, calentar tantos metros cúbicos de aire. 
 Tampoco alcanzar los libros de arriba, uno de los cuales, a lo mejor, era precisamente el que necesitaba hoy para ponerse en marcha, para escribir lo que entre las idas y las venidas del dormitorio a la cocina ha estado creciendo, como un tumor, en su cabeza. 

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Y no es solo el frío, es también el espanto. 
Observen la actitud protectora de los brazos del autor, la mirada perpleja que lanza hacia la cámara, la incongruencia de los calcetines, o el calzón, con los zapatos de vestir que asoman por debajo de la bata.
 ¿Estará deprimido? ¿Se habrá sentado a esperar la llegada de la euforia? ¿Posa tal vez? Supongamos esto último, que posa para el fotógrafo y para el futuro.
 Pero esa pose no se le ocurre sino al que ha sufrido su realidad. Mirad, nos dice, así soy yo, así era cuando estaba vivo, de instantes como este, en los que parezco un insecto frente a un muro de papel impreso, nacieron las aliteraciones de las que fallecí.