Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

12 mar 2017

Polvo de estrellas ‘made in Spain’.....................Rosa Montero....

Supongo que la verdadera ciencia se hace así. La ingeniosa chapuza de hoy quizá se convierta en un valioso desarrollo técnico mañana. 

COLUMNISTAS-REDONDOS_ROSAMONTERO
EL OTRO DÍA estuve viendo una máquina que estudia el polvo de las estrellas.
En un alarde de literalidad se llama justamente así, Stardust, y no sólo es un artefacto único en el mundo, sino que es un proyecto español. 
José Ángel Martín-Gago, un físico de materiales especializado en superficies a nivel atómico, y José Cernicharo, un astrónomo que busca moléculas en el espacio, ganaron en 2013, junto a la astrofísica Christine Joblin, una subvención muy importante del European Research Council (ERC)
Se presentaron 450 proyectos de toda la UE y se aprobaron tan sólo 14, entre ellos el de Polvo de estrellas
 Durante seis años, Gago y más de 100 colaboradores usarán los 15 millones de euros que da el ERC para poner en pie su máquina. Llevan dos años construyéndola; hace un mes comenzó a trabajar en su primera fase; dentro de medio año estará totalmente operativa. 
Utilizan datos de los observatorios ALMA del desierto de Atacama (Chile), pero piensan abrirse a toda la comunidad internacional. 
“Es muy versátil”, dicen con orgullo de madres recién paridas contemplando al bicho.
 
Nos encontramos en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, unas dependencias que el CSIC tiene en la Universidad Autónoma.
 En el laboratorio en donde está naciendo Stardust hay otros cacharros, como un microscopio de efecto túnel, un trasto alucinante capaz de ver y de manipular los átomos.
 Stardust es un artilugio irregular y alargado con cierto aspecto de artrópodo.
 Ahora mide unos siete metros de longitud; terminado, tendrá nueve y una rama vertical de dos metros de altura. 
Su pinta no es muy impresionante, la verdad; sobre todo si tenemos en cuenta que está recubierto de papel de aluminio, todo arrugado y puesto con menos cuidado que el que emplean las peluqueras para taparte la cabeza cuando te tiñen.
 La utilidad del papel es la misma que en la peluquería: mantener el calor.
También el microscopio de túnel lleva una caperuza de papel de plata engurruñado, lo cual confiere a estos maravillosos aparatos un aire de humildes cachivaches que me resulta delicioso.
 Ya había observado en visitas a otros centros de alto nivel científico esa misma falta de pretensión y el aparente desorden de los laboratorios, con cables sujetos provisionalmente con una goma de pelo junto a aparatos carísimos. 
Supongo que la verdadera ciencia se hace así, es algo vivo, consiste en recorrer caminos que no se han recorrido antes, solucionar problemas nuevos.
 La ingeniosa chapuza de hoy para arreglar un fallo quizá se convierta en un valioso desarrollo técnico mañana.
Hay algo orgánico en esta Stardust que se estira varios metros por el laboratorio como un insecto palo. 
Dentro de su cuerpo tubular se estudia el polvo infinitesimal que desprenden las gigantes rojas al morir; cómo ese polvo recorre la vastedad intergaláctica y cómo esas partículas interactúan químicamente con otras hasta crear molécu­las (la nanociencia es la nueva alquimia, porque se centra en las transformaciones químicas).
 Hay molécu­las muy raras en el espacio, dice Martín-Gago, y este maquinón nos va a permitir comprender cómo se forman.
 Este maquinón es, digamos, un fragmento de universo atrapado en un tubo.
De modo que también en España, pese a la falta de inversión en I+D y a la poca importancia que le damos a la ciencia, hay investigadores y proyectos de primerísima categoría.
 Eso sí, aquí todo cuesta mucho más trabajo, y no sólo ya por la falta de fondos, sino por una burocracia marciana.
 Aunque el dinero europeo es del proyecto Nanocosmos, lo gestiona el CSIC.
 Si se rompe un ordenador, tardan cuatro meses en reponerlo. 
Toda compra mayor de 18.000 euros ha de salir a concurso, lo cual implica nuevos retrasos y además por lo general la adquisición de la oferta más barata, aunque no sea la que precisan: “Necesitábamos una determinada bomba de vacío y hemos tenido que comprar otra que no tiene las mismas prestaciones”.
Todo requiere una montaña de papeles: “Los alemanes se pasman de que no tengamos una tarjeta de crédito”.
 Y, tras los seis años del proyecto, ¿qué pasará con Stardust? Quizá la dejemos arrumbada en un sótano, por falta de fondos. 
Sí, es difícil ser científico en España.

Atribulados.......................................Javier Marías

Hay una peste que comparten todas las tiranías. Es la que emiten la intolerancia, el odio a la crítica y el deseo de aniquilar a los “desobedientes”.

Javier Marías
POR AZAR, la elección de Trump me coincidió con un periodo de entrevistas a medios estadounidenses, y me encontré con que varios entrevistadores –sobre todo si eran jóvenes– me preguntaban más por cuestiones políticas que literarias.
Al ser yo español, y haber vivido bajo una dictadura y bajo el “fascismo” (Franco murió cuando yo contaba veinticuatro años), me consideraban poco menos que “un experto” y pretendían que los orientara: cómo reconocer la tiranía, consejos para hacerle frente, guías de conducta, etc.
 Notaba en esos jóvenes un gran desconcierto. 
Nunca habían previsto encontrarse en una situación como la actual, es decir, con un Presidente brutal que ni siquiera disimula. 
Intenté no resultar alarmista ni asustarlos en demasía. 
Al periodista de Los Angeles Review of Books (LARB), por ejemplo, vine a decirle: “De una cosa tened certeza: con Trump y Pence el fascismo llegaría a América si pudieran obrar a su antojo. Ese sería su deseo y su meta.
 Mi esperanza es que no serán capaces de instaurarlo plenamente, en parte por la clara separación de poderes en los Estados Unidos, en parte porque habría una fortísima oposición a ello.
 Vuestra esperanza es que una candidata tan poco atractiva como Clinton obtuvo más votos populares que Trump, casi tres millones. Una dictadura sólo es posible si: a) se establece un régimen de terror y se elimina a los críticos y disidentes, como fue el caso en Chile y en la Argentina en los años setenta, o en Alemania, Italia, España y la URSS en los treinta y cuarenta; 
b) la mayoría de la población, sea por convencimiento (Hitler) o por miedo, apoya al dictador. 
Eso, sin embargo, puede ocurrir con más facilidad de la que imagináis. 
Pero, mientras no ocurra, hay esperanza. 
Y, al menos de momento, no creo que pueda suceder en vuestro país. 
Tenemos que aceptar la democracia aunque nos desagrade lo que votan nuestros compatriotas. 
Pero debemos estar en permanente guardia, luchar contra lo abusivo, injusto o anticonstitucional. 

Por desgracia, puede que no estéis empleando la palabra equivocada –fascismo–, pero quizá sea prematuro emplearla ya”. Por su parte, el joven e interesante novelista Garth Risk Hallberg me inquirió: “¿Cómo se huele el fascismo? ¿Cuál es su hedor? ¿Cómo lo reconoceremos?”
 Al ser más poética, esta cuestión tiene más difícil respuesta.
 En cada sitio ese olor varía. Pero hay una peste que comparten todas las tiranías, aunque sean de distinto grado: del nazismo al comunismo y del franquismo al putinismo, del Daesh al chavismo y del pinochetismo al castrismo, de la dictadura argentina al maoísmo y el erdoganismo.
 Es la que emiten la intolerancia y el odio a la crítica, la persecución de la opinión independiente y de la prensa libre, el pánico a la verdad y el deseo de aniquilar a los “desobedientes”.
 Y Trump ha lanzado esa hediondez bien pronto. 
Su principal consejero, Steve Bannon, ha dicho sin tapujos que la obligación de la prensa es “cerrar el pico”, nada menos.
  Y el propio Trump ha calificado a los medios más serios y prestigiosos, como el New York Times, el Washington Post, Politico, el New Yorker, la CNN, la NBC y el Los Angeles Times, de “enemigos del pueblo”, exactamente la misma acusación de cuantos tiranos ha habido contra quienes iban a purgar o suprimir, si podían.


Por mucho que la prensa haya declinado, por mucho que demasiada gente prefiera informarse a través de las nada fiables redes sociales, sin ella estaríamos perdidos e indefensos. 
A esa prensa estadounidense, además, el mayor muñidor de mentiras –Trump– la acusa justamente de eso, de propalar noticias falsas.
 También es una táctica viejísima de los dictadores: acusar al contrario de lo que uno hace, presentarse como el defensor de lo que uno intenta derribar
. Véase el uso que hoy hacen tantos de los referéndums y los plebiscitos: los ofrecen como lo más democrático del mundo quienes en realidad aspiran a acabar con la democracia.
 Nada tan fácil de manipular, teledirigir y tergiversar como un plebiscito o un referéndum.
 El atribulado periodista de la LARB volvió al final a la carga: “¿Qué nos aconsejaría leer en este momento crítico?”
 Le contesté que mejor leer obras no políticas, porque las pausas son necesarias incluso en los peores tiempos.
 Pero, por si acaso, también le recomendé Diario de un hombre desesperado, de Friedrich Reck-Malleczewen, que he encomiado aquí otras veces.
 “Murió, como tantos”, le dije, “en un campo de concentración. Pero no era judío, si mal no recuerdo, y ni siquiera izquierdista.
 Vio muy pronto lo que significaba Hitler, cuando Hitler aún no era ‘Hitler’.
 Hay una escena increíble en la que recuerda haber tenido la oportunidad de matarlo entonces, en un restaurante.
 Bien que no lo hiciera. Uno no puede llamar a alguien fascista hasta que haya demostrado serlo”.
 Y aquí viene la pregunta ardua: ¿cuándo se demuestra eso? ¿A partir de qué acción, o basta con las declaraciones, los síntomas? ¿Ha de iniciar una guerra o una persecución injustas, una matanza? No conviene apresurarse. 
 Pero tampoco percatarse demasiado tarde.

11 mar 2017

'La mujer colombiana ahora es más segura': Purificación García

La diseñadora abrió su tienda en Bogotá. Los textiles y el color les dan fuerza a sus colecciones.

Purificación García
Purificación García lleva 30 años en la moda.
Foto:
Juan Manuel Vargas / EL TIEMPO



El haber crecido en Uruguay hizo a Purificación García más latinoamericana que si hubiera nacido en este lado del mundo y no en España.
 Por eso, cada vez que abre una tienda en el continente se siente como en su casa.

Así ha sido por estos días; vino a Bogotá a inaugurar su segunda tienda. 
En el 2013 abrió la primera en Barranquilla y ahora, una en el centro comercial Colina, con su línea para mujeres, hombres y los complementos: bolsos, monederos, zapatos, gafas.
“Traer mis diseños, mis colecciones es como devolverle a Latinoamérica un poco de lo que me dio; me siento muy agradecida con esta región”, comenta horas antes de asistir al evento inaugural.

Le encanta lo amables y acogedores que somos los latinoamericanos.
 “Tienen una cosa que no tiene el europeo: son abiertos; puedes ir a su casa sin cita previa, y te reciben con los brazos abiertos.
 Eso no se encuentra en Europa. Son personas más expresivas, más enérgicas, y eso siempre me marcó”.
 Venir por acá le ha hecho notar el cambio de la mujer latina. “Y más la colombiana, me fascina porque tiene un sentido de la estética y la belleza importante.
 Ha sabido, con el tiempo, tener mucha más seguridad en sí misma, ha dejado de lado ese machismo que en su momento podía ser perjudicial porque no la dejaba respirar.
  Ahora es muy destacada a nivel profesional, ha progresado un montón”, comenta.

Por eso siente que su marca y la mujer colombiana encajan muy bien.
 “Diseño para una mujer que es inteligente, profesional, inquieta, independiente; que no se conforma, que siempre va un paso más adelante, que no es perfecta, pero que sabe cómo convivir con esas imperfecciones”.

Pensando en ella crea colecciones 24 horas, para todos los momentos del día y ocasiones de uso. 
“Que pueda salir de su casa en la mañana para el trabajo con un vestido, y que por la noche ese mismo traje le sirva para otro evento con un toque diferente gracias a un accesorio, un sombrero, unos zapatos dorados o de tacón que llevaba en la cartera”.

Purificación quiere ayudar a que el armario de las mujeres no sea aburrido, que cuando se levanten no les produzca agobio pensar qué se van a poner.
 “Que sea un armario fácil, que fluya, en el que puedas coordinar prendas y que, sobre todo, puedas amortizar la relación precio-calidad, usándola mucho tiempo, porque son prendas atemporales, hechas con muy buenos materiales”.
 Precisamente, elegir las telas y pensar en los colores es la parte que más le gusta a esta española a la hora de crear sus colecciones, labor en la que le ayuda un gran equipo de trabajo.
 “Todos estos años de profesión he estudiado mucho los tejidos y el color. Hay diseñadores que comienzan con un dibujo y luego eligen la tela. 
 Yo empiezo con la selección de las telas y el volumen que pueden dar. No es lo mismo un neopreno que una organza”.

Luego viene un intenso estudio del color “porque no hay un solo verde o un solo rojo, hay muchos tonos de cada uno”. 
Y no para ahí, también se preocupa por estudiar el momento social y hasta piensa a fondo en el clima, para poder entregar prendas que satisfagan las necesidades de tantos países y tan diversos culturalmente, donde se encuentra su marca.
 Mucho arte
Ese gusto por el color tal vez es parte de lo que acerca a Purificación García al arte.
 Asiste a ferias como Art Basel, en Miami, y se deja seducir por las obras. Reconoce que no sabe mucho de artistas ni de historia del arte: “Lo mío es más intuitivo, de sensibilidad. Si algo me gusta mucho, pues ahí sí ya me asesoro, pregunto por el artista y por el valor que tiene”.

Sin embargo, le gusta trabajar con artistas.
 Con Nico Munuera crearon una colección en el 2014 en la cual él pintó unos lienzos que fueron punto de partida para hacer las telas que usó Purificación.

Sofía Táboas. Alicia Framis, Swetlana Heger, Carlos Maciá, Rodrigo Pintos, entre otros artistas, también han sido cómplices para creaciones conjuntas que no siempre tienen que ser prendas. 
Pueden surgir una instalación o unas fotografías.

Y es la fotografía otra de sus pasiones, la sigue y apoya el talento detrás de la cámara. 
Hace 12 años creó un premio para impulsar la carrera de quienes están comenzando. 
Una forma de agradecer: “La fotografía es un arte menos apreciado que la escultura o pintura, y pensé: por qué no darle a la fotografía todo lo que me ha dado a mí, porque gracias a ella es como se han conocido mis campañas, mis colecciones”.

NATALIA DÍAZ BROCHET
Editora de EL TIEMPO

Sofía Vergara abre las puertas de su casa en Los Ángeles para ¡HOLA!

La actriz mejor pagada de la televisión de EE. UU. posa por primera vez con su esposo.

fg
Portada de la revista ¡Hola!


Sofía Vergara y Joe Manganiello viven uno de los romances más seguidos y envidiados de Hollywood
. Ella con su personalidad arrolladora complementa a la perfección a su atractivo esposo, que se distingue por su timidez, tanto a la hora de hablar de su trabajo como, por supuesto, su vida personal. Tal vez sea por eso que Sofía, de cariño, lo llama 
‘Mi monje hindú’, como contó en la entrevista que ¡HOLA! lleva en su portada en esta nueva edición.
La actriz mejor pagada de la televisión estadounidense abrió por primera vez las puertas de su casa y contó detalles de su vida con Joe y de sus carreras.
 Quién se encargó de la decoración, los planes que más les gusta hacer juntos, los proyectos para el futuro.
 Reconocen, por ejemplo, que lo suyo no fue amor a primera vista, sino ‘a primer chiste’.

“Desde muy temprano supimos que teníamos en común el deseo de poner las necesidades del otro, y su felicidad y bienestar, por encima de los propios.
 Cuando ese nivel de confianza se manifiesta, te agarras a ella para toda la vida.
 En mi caso, fui y le compré una sortija a Sofía”, recordó Joe

Sofía también se refirió a su trabajo soñado, el que le ha permitido llegar a millones de hogares en el mundo, y por qué no le preocupan las críticas hacia ‘Gloria Pritchett’, pues asegura que es una mujer que cuida a su esposo y que está metida en todo para ayudar a todos.
La entrevista completa la puede ver en la edición impresa de ¡HOLA! Colombia, que además viene cargada con detalles de la boda de Andrea Wild Botero, nieta del maestro Fernando Botero, en Cartagena; y una entrevista exclusiva con Paola Eraso, madre de la hija del cantante Cristian Castro, quien posó por primera vez para las cámaras y nos reveló la relación tan especial que tiene Rafaela con toda su familia mexicana.
REVISTA ¡HOLA!