Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 mar 2017

Actores jóvenes........................................... Joaquín Reyes

Por mi experiencia puedo decir que son muy sensibles y que requieren de mucha atención, pero si han decidido adoptar uno, aquí va un pequeño testimonio.

Una joven actriz en el Festival de Cannes de 2014. All Access/Sipa USA / Cordon Press
Se ha puesto de moda tener uno, y mucha gente los adopta —porque de pequeños son monísimos— pero luego se cansan de ellos y los abandonan, me estoy refiriendo a: los actores jóvenes.
Yo tengo un actor joven, se llama Blas y por mi experiencia puedo decir que son muy sensibles y que requieren de mucha atención —si no lo tienen claro no den el paso—, pero si han decidido adoptar uno, aquí va un pequeño testimonio con mi experiencia.
Blas es macho —pero no lo tengo castrado—, de pelaje alazán y constitución atlética. 
Todas las semanas lo llevo a un estreno de cine; ahí posa en el photocall —cosa que le encanta— y después ve la película —cosa que, la verdad, le aburre un poco—. 
Después, en la fiesta, se relaciona con otros actores jóvenes y casi siempre se termina emparejando —ahí lo dejo solo, porque después sabe volver a casa—.
Como es muy inquieto, le he abierto una cuenta de Instagram y… ¡le chifla! Se entretiene muchísimo haciéndose selfies —en algunos incluso sale vestido—, contestando a sus fans y haciéndose selfies.
Advertencia: tengan cuidado con los comentarios negativos de los haters, porque les pueden provocar ataques de ira y después sumirlos en la melancolía; es mejor que les filtren solo los buenos.
Al mío, leer no le gusta mucho —le ofrecí La sombra del viento lo abrió y al ver que no tenía dibujos me lo tiró a la cabeza— pero me consta que hay algunos que si salen lectores.
 Ahora, el deporte les gusta a todos —mejor si tienen nombre en inglés—: running, kitesurf, parachuting…
No suelen pronunciar muy bien las erres trabadas, sin embargo, tienen muy buen oído; silban y cantan de maravilla —la mayoría también se cimbrea fenomenal—.
Y, por último, en el tema de la alimentación son omnívoros y tienen mucho apetito; yo le alimento casi exclusivamente de batidos detox.

 

“Adelgaza, porque estás gordo”: la respuesta de Mercedes Milá a un bioquímico en televisión

El investigador estaba refutando 'La enzima prodigiosa', libro que la presentadora defiende.

 

Mercedes Milá es una de las defensoras en España de La enzima prodigiosa, un superventas sobre alimentación que sostiene que, preservando ciertas enzimas (proteínas) en el organismo se pueden prevenir enfermedades cardiacas e incluso el cáncer. 
El bioquímico José Miguel Mulet rebatió este libro en su blog en 2013, año en el que Milá lo promocionó Gran Hermano. Mulet tuvo la oportunidad de refutarlo frente a la presentadora en Chester in love este 5 de marzo.
 La respuesta de esta fue: "Que leas el libro y que adelgaces, porque estás gordo".
Mercedes Milá en Chester in Love durante la intervención del bioquímico José Miguel Mulet.

Durante la entrevista de Risto Mejide a Milá, en la que también trataron temas como su paso por Gran Hermano o la posición de la presentadora a favor de la legalización de la marihuana, Milá reconoció que le parecía "muy inteligente" lo que cuenta La enzima prodigiosa.
 "Hemos traído a alguien que piensa que te has equivocado al defender esa tesis", dijo Mejide antes de dar paso al bioquímico. Milá responde: "Me da exactamente igual".
El investigador desmonta algunas de las premisas que sostiene el libro. 
"Las enzimas prodigiosas no existen", cuenta. "No hay alimentos que tengan enzimas, las enzimas son proteínas y cuando te las comes se degradan en cachitos y no hay más". 
También desmiente algunos mitos de los que se hace eco la obra, como que la leche es mala o que clorar el agua es nocivo. "¿Sabes las vidas que ha salvado la cloración del agua?", pregunta el investigador a la presentadora.
Tras su breve exposición es cuando la presentadora, en su primera réplica, le pidió que leyera el libro y adelgazara.
 "Gracias por decírmelo, porque tengo espejo", responde el bioquímico.
 "Es curioso que me digas esto porque de toda la argumentación que he dicho lo único criticable que has encontrado es el tamaño de mi cintura".
Tras decir que Mulet ha ido a "tocarle los huevos", Milá le recomienda que no desayune zumo de naranja ni tome leche, y que tome fruta.
 Con lo último, el bioquímico está de acuerdo. "¿Por qué no puedes decir que se puede tomar fruta sin decir nada malo de la leche o sin hablar de enzimas que no existen?" pregunta. 

Las primeras damas y las puertas giratorias de la moda

Samantha Cameron, Juliana Awada y las Trump caminan en la fina línea entre lo público y lo privado con sus firmas de ropa.

De izquierda a derecha: Samantha Cameron, Ivanka Trump y Juliana Awada.

 Samantha Cameron esperó solo seis meses desde que dejó de vivir en el 10 de Downing Street hasta que anunció que lanzaba su propia línea de moda, Cefinn, que se puso a la venta hace dos semanas. 

Todo indica que la ex directora creativa de Smythson, siempre muy ligada al mundo de la moda —su hermana, Emily Sheffield, es subdirectora del Vogue británico y suena como posible número 1 en la publicación— ya tenía previsto lanzar su firma y tuvo que dejar de ser consorte del primer ministro para lanzarse. 

El referéndum del Brexit y la precipitada dimisión de su marido probablemente aceleraron sus planes.

Cameron se ahorró así el conflicto de intereses al que hoy se enfrentan la primera dama estadounidense, que tiene una línea de joyería y otra de cosméticos confeccionados con caviar, y, sobre todo, la hija del presidente, Ivanka Trump. 

También Juliana Awada, la mujer del presiente argentino, Mauricio Macri, tiene dificultades para marcar la frontera entre su papel de representación y los negocios de su familia. Para el día de la toma de posesión de su marido, se puso un vestido rosa pálido con encaje de Awada, la marca familiar que fundaron sus padres hace más de 50 años. 

Aunque ahora es Zoraida, su hermana, quien dirige el departamento de diseño, la esposa de Macri no se ha separado del todo de la gestión de la empresa, que se dirige a mujeres de mediana edad que se toman las tendencias con distancia y cuyos precios oscilan entre los 45 euros de una camiseta y los 1.000 euros de un vestido de noche. 

La marca infantil de la familia, Cheeky, se vio envuelta en un escándalo cuando la ONG La Alameda filmó con cámara oculta a varios empleados de origen boliviano en situación irregular que trabajaban en un taller clandestino en condiciones cercanas a la esclavitud, con jornadas de 14 horas al día y con sus movimientos continuamente vigilados.

La firmade Ivanka Trump también ha sido investigada por su opaca cadena de producción y, según una investigación de otra ONG, Project Just, confecciona en Indonesia y China, desoyendo las exhortaciones de su padre, Donald Trump, que aboga por mantener las fábricas en territorio estadounidense.
 Sin embargo, el mayor problema al que se enfrentan tanto ella como su madrastra es el uso de la plataforma pública para promocionar sus negocios privados.
 Melania Trump prácticamente confesó que esa era su intención cuando interpuso una demanda contra el Daily Mail por difamación arguyendo que su marca tenía ahora una “oportunidad única en la vida” de aumentar sus ingresos al convertirse en “una de las mujeres más fotografiadas del planeta”. 
Una versión inicial de su biografía en la web oficial de la Casa Blanca listaba los nombres de sus marcas y el canal donde se pueden comprar —la teletienda QVC—, pero después de varias críticas en los medios se retiró y se dejó en que la exmodelo era una “emprendedora de éxito”. En el caso de Samantha Cameron, levanta algunas sospechas el momento de su lanzamiento.
 “Es el equivalente al circuito de conferencias millonarias” en el que se suelen embarcar los exmandatarios, señalaba la columnista de The Guardian Jess Cartner-Morley. Cameron ya testó el poder de su marca personal mientras vivió en Downing Street, al bautizar un bolso de Smythson con el nombre de su hija, Nancy, y se le reconoció por su habilidad para usar la moda con astucia.
 Como cuando llevó unos pantalones de Zara de 40 euros al congreso anual de los conservadores para reforzar la imagen de clase media que buscaban proyectar, a pesar de sus orígenes aristocráticos y multimillonarios.
 En su última aparición pública, en la dimisión de su marido, se puso un vestido de Roksanda Illincic, una diseñadora de origen serbio que ha hecho carrera en Reino Unido y se había pronunciado abiertamente contra el Brexit.
 

En el final original de ‘Pretty Woman’ Julia Roberts moría de sobredosis

Uno de los productores de la película revela que debatieron "mucho", antes de cambiar el desenlace.

 

Un fotograma de 'Pretty Woman'.
“Quiero el cuento de hadas”, decía Julia Roberts encarnada en el papel de la prostituta Vivian Ward en la clásica comedia romántica Pretty Woman. 
 Y aunque en la cinta de 1990 al final ella logra tener su propio cuento de hadas, en realidad el guion del famoso filme no fue concebido así
. En una reciente entrevista Jeffrey Katzenberg, uno de los productores del éxito taquillero, ha revelado que el final de la historia de amor entre los personajes interpretados por Roberts y Richard Gere era trágico.

“El guion trata básicamente de una prostituta que trabaja en Hollywood Boulevard. 
Pero en la versión original el final es bastante más dramático.
 Ella muere de una sobredosis.
 Intentar convencer a la productora —Walt Disney Co.— de que debíamos hacer esta cinta tuvo muchas dificultades.
 Y como se dice, el resto es historia”, ha contado Katzenberg a The New York Post.
 Quién, además, ha explicado que debatieron ese trágico final durante "mucho tiempo". 
El productor recuerda que la película tuvo algunas críticas por la manera “romántica” en la que se presentaba la prostitución, lo que los llevó a pensar que de haber dejado el final original no habrían tenido este tipo de reclamos.
Fotograma de la cinta 'Pretty Woman'. GTRESONLINE
La cinta, que fue dirigida por Garry Marshall y catapultó a Julia Roberts y confirmó a Richard Gere como galán, fue un éxito rotundo.
 En Estados Unidos recaudó 178 millones de dólares, y en la taquilla internacional la cifra asciende a los 463 millones. 
En España la cinta, que tuvo un presupuesto de 14 millones de dólares, es considerada un fenómeno de audiencia. 
Desde que se emitiera por primera vez en TVE, en 1994, hasta su último pase en abril de 2015 Pretty Woman se ha emitido 20 veces.